Capítulo I: Cambiando…

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Mi despertador sonó y lo apagué con un golpe. Suspiré al escuchar a mi madre increpar a mi padre por ir una hora antes a trabajar, aunque yo no podía culparle. Salí de la cama y subí la persiana, sintiendo la brisa fresca en la cara. Mi padre llamó a la puerta y me sonrió.


-Cariño, debo ir a la oficina un poco antes, sé que te prometí que te llevaría yo a clase, pero…


-No pasa nada papá… -le sonreí-. Me he levantado temprano, así que iré andando, me vendrá bien para calmarme…


-No debes estar nerviosa…


-Claro… -rodé los ojos-.


-Sólo es el instituto, tus compañeros van a ser casi los mismos… Meg, Kevin y Ryan estarán contigo… verás como nada cambia tan radicalmente que no puedas soportarlo.


-Eso espero… -mi padre sonrió y se acercó para besarme-. Gracias.


-Te veo a la noche, cariño. Suerte.



Pude oír a mi madre refunfuñar cuando mi padre salía. Rodé los ojos y cogí mi mp3, no me apetecía escuchar sus cavilaciones y necesitaba relajarme… Anastacia era mi elección, como casi siempre. Lo puse a todo volumen y comencé a arreglar mi habitación. Hice la cama y preparé mi mochila, abrí el armario y escaneé qué debía ponerme para mi primer día de instituto. Fruncí el ceño y elegí unos vaqueros oscuros y una camiseta morada con las deportivas negras. Fui al baño y me duché, dejando el mp3 conectado a los altavoces que papá me regaló para mi cumpleaños.


Bajé a desayunar y mamá estaba cambiando las cosas de lugar… era su manera de relajarse, cambiaba todo para colocarlo de nuevo como antes… rodé los ojos y me senté en la banqueta, comiendo una tostada y un vaso de leche. Mi madre ignoró mi presencia como yo la suya, así que terminé y puse el vaso y el plato en el lavavajillas saliendo de la cocina como si estuviera vacía.


Subí al baño y me cepillé los dientes, después fui a mi cuarto y encendí mi ordenador contactando con Meg, que me decía que llevaba una hora despierta y estaba histérica. Quedé con ella con la escusa de relajarnos, aunque ella bien sabía que cualquier escusa era buena para salir de mi casa. Bajé las escaleras con prisa y me asomé a la cocina.


-Adiós mamá, me voy al instituto.


-No te entretengas a la salida.


-Tranquila…



Fruncí los labios inevitablemente, saliendo de casa al borde de las lágrimas. Bajé los dos escalones de casa y respiré profundamente, no quería que nadie me viera llorar y estaba a punto, así que intenté calmarme mientras andaba a paso ligero hacia casa de Meg.


Su madre me abrió la puerta con una enorme sonrisa, ofreciéndome algo para desayunar incluso después de haberle dicho que ya lo había hecho. Era una mujer encantadora. Pude ver las maletas del hermano de Meg en la puerta, el cual me miró y me revolvió el pelo.


-¡Por fin empezáis el instituto!


-Sí… -una sonrisa estúpida salió de mi rostro, siempre me había encantado ese chico-. ¿Tu hermana?


-Me ha dicho que ahora baja… no creo que tarde mucho. Vais muy pronto, ¿no?


-Sí… estábamos un poco nerviosas, aunque parezca una tontería… -me sonrió de un modo que creo que me sonrojé-. ¿Te vas pronto a Oregón?


-Mañana por la mañana… ya tengo todo preparado…


-Espero que todo vaya bien…


-¡Dar! –Meg saltó los últimos dos escalones y me abrazó-. ¿Nos vamos ya?


-Claro… ¿estás lista? –Ella asintió y la miré, su ropa era perfecta al igual que su rubio pelo muy bien recogido y el maquillaje que combinaba con su ropa-. Entonces en marcha…



Íbamos andando tranquilamente, sin hablar apenas por los nervios del primer día. Alguien tiró de mi mochila y me volví de un modo agresivo, asustando al pobre Kevin que me miró más asustado que yo.


-No hace falta que me pegues… -dijo riendo-.


-Hola Kevin… -Meg parecía molesta-. ¿Qué tal ayer con las chicas de la piscina?


-Bien… ya sabes cómo es Ryan…


-Claro…



Entendí el mosqueo de Meg a la perfección. Hacía una semana él y Ryan habían estado tonteando con unas chicas en la piscina de la urbanización de Ryan, las chicas eran de penúltimo curso y creo que les pareció gracioso que ellos intentaran ligar con ellas… pero a Meg le sentó fatal, aunque no fueran a conseguir más que una cita para volver a la piscina ayer.



Cuando llegamos las chicas estaban sentadas en el banco de la entrada, Kevin las saludó y las chicas rieron tontamente mientras se dirigían al interior del edificio.


Nos sentamos en ese banco y comentamos el horario que teníamos. Vi pasar a una chica que me resultaba familiar aunque no recordaba haberla visto antes con un chico que merodeaba a veces por casa de la nueva pareja que se había instalado hace un año dos calles más abajo de mi casa. Entraron sin mirar a nadie más directos a la oficina.


Ryan apareció a los pocos minutos y nos contó que lo había pasado genial con las chicas, haciendo rabiar ligeramente a Meg. Suspiré ignorándole y entrando al edificio seguida de Kevin y Meg, mientras Ryan bufaba por creer que estaba celosa.



Entramos a la clase y estaba llena de gente conocida. Sullivan, el chico que discutió con Ryan, estaba sentado en la última fila, parecía deprimido al no tener ahora a su inseparable amiga. Nos sentamos en los pupitres centrales, mientras esperábamos a que llegara la profesora, esa que decían que era nueva, aunque para nosotros todos eran nuevos.


La chica nueva entró, parecía estar incómoda con todas aquellas miradas que le acechaban. Parecía ligeramente más joven que nosotros, pero también lo hacían algunas otras chicas del colegio, sin embargo tenía algo que le hacía parecer realmente guapa. Me sentí mal por ella.



-¿Es nueva verdad? –Dijo Ryan mirando en su dirección-. No está nada mal…


-¿Qué dices? Parece una cría –Kevin bufó-. A ti todas te parecen guapas Ryan…


-Kevin, Ryan, dejad de discutir por la nueva, siempre perdéis la cabeza con esas hormonas vuestras… es una chica más, ni siquiera la encuentro guapa… -Meg parecía molesta por no ser ella la que captaba la atención-.


-A mi me da pena, la pobre no debe conocer a nadie… -La miré apenada y ella me miró, retirando la mirada al instante. Me sentí peor y me acerqué -. Hola. Me llamo Darlene. Ellos son Megan, Kevin y Ryan. –Dije señalando a los chicos-. ¿Eres nueva en la ciudad?


-Sí, vine este verano… Yo me llamo Re…-dudó-, bueno, me llaman Nessie.


-Encantada –Le tendí la mano y la chica pareció dudarlo. En ese momento entró la profesora, parecía recién salida de la universidad, muy joven y guapa-. Nos vemos luego –le dije sonriendo-.


-De bons jours aimés des élèves. Je suis Alice Cullen, la nouvelle professeur de français et de littérature! J'aimerais que tous vous présentassiez pour vous connaître mieux…



Rodé los ojos, no había entendido casi nada, sólo que había que presentarse. Lo pasé fatal mientras intentaba hablar en francés presentándome, siendo corregida cada tres palabras por la nueva profesora. Me sentí aliviada cuando me dijo que me sentara con una sonrisa. La clase terminó y el chico de antes saludó a Nessie, era realmente guapo, aunque no parecía del norte. Al entrar en el aula de biología me puse con Meg, como siempre, mientras miré tristemente a Sullivan que estaba solo. Me sentí algo mejor al ver que la nueva chica se ponía a su lado y conversaban animadamente.


En matemáticas nos sentamos en los mismos pupitres, colocándose la chica nueva y Sullivan delante de nosotras. Miré a mi lado y Meg suspiraba ahora por Sullivan… gesto que no pasó desapercibido para Nessie, que se volvió con un gesto evidente. Sonreí y arranqué un trozo de papel.



‘A Megan le gusta Sullivan, pero tiene algo raro con Ryan… Creo que a Sullivan le gustas tú, porque nunca había hablado con nadie a parte de otra chica que se ha mudado. ¿A ti te gusta? Lo digo por ir haciendo a la idea a Megan, para que no se enfade…’


‘No, no me gusta. Y dudo que yo le guste a él, creo que simplemente echa de menos a la otra chica, por eso ha hablado conmigo. Es agradable, la verdad, ¿no habláis con él?’


‘No, a Ryan no le cae bien. La verdad es que no me parece mal chico… mejor que Ryan. Pero adoro a Megan y a Kevin… ‘


‘¿No hablas con Sullivan por Ryan? ‘


‘Sé que suena mal, cruel, pero me he criado con ellos tres, Sullivan vino más tarde y discutió con Ryan… así que no me queda otra…’


‘Pero si a Megan le gusta y a ti te cae bien… ¿por qué no le habláis? Es injusto que los prejuicios de Ryan os afecten así… ‘


‘Lo sé, pero no me atrevo a enfrentarme a Ryan y perder a Kevin y a Meg… no puedo.’



La profesora le llamó la atención y me sorprendió con qué facilidad guardo la nota. Resolvió el problema como si lo hubiera hecho miles de veces antes, algo que me dejó sorprendida. Parecería más joven, pero su nivel académico era mayor que el nuestro con diferencia.



A la hora de comer nos entretuvimos hablando y cuando llegamos a la cafetería la chica nueva estaba con aquel chico tan guapo y con Sullivan. Nos hizo un gesto para que fuéramos allí, así que le rogué a Meg con la mirada que accedió. Kevin y Ryan vinieron detrás de nosotras, pero se sentaron en una mesa aparte, algo que nos entristeció tanto a Meg como a mí. Pero realmente lo pasé bien, el chico guapo, Nahuel, apenas habló, pero me parecía simpático… y Sullivan resultó tan encantador como siempre.



Ryan estuvo de morros todo el día, algo que corroboró Kevin cuando iba con Nessie a Literatura.


-Ryan está que trina, se ha ido a casa por no aguantar esto más. Menos mal que la profesora es nueva y aún no se ha quedado con las caras de todos…


-Es su problema. Sullivan es un chico muy majo, no sé porqué no habéis venido a sentaros, ha sido un gesto feo, no sólo a nosotros, también a Nahuel…


-¿Nahuel?


-No se ha molestado, tranquila –dijo Nessie amablemente-. Nahuel es un amigo de mi familia… también es nuevo, va a penúltimo curso. Es muy tímido, por lo que no creo que le resulte fácil hacer amigos…


-Lo siento, no queríamos ser groseros contigo… –dijo Kevin-. La verdad es que Ryan tiene mucha manía a Sullivan por no se qué rollos con Mary…


-Mary es la chica que se ha mudado… -le expliqué a Nessie -. Era la mejor amiga de Ryan, pero un día él y Sullivan discutieron, entonces Mary no se separó de Sullivan.


-¡Vaya! Menudo culebrón…



Asentí mientras entrábamos a clase y la profesora nueva nos miraba como si supiera que Ryan faltaba.


A la salida Nahuel vino corriendo, cogiendo a Nessie en un abrazo y elevándola como hacen los novios en las películas, dándole un tierno beso en la frente y diciéndole algo con emoción. Meg y yo nos miramos pensando lo que parecía evidente… no eran sólo amigos.


Nos encaminamos junto a Kevin a la salida cuando el chico nos llamó, arrastrando a Ness a su lado.


-¡Darlene, Megan! ¡Esperad! ¿Tenéis algo que hacer? Quiero llevar a Nessie de compras, pero creo que se lo pasará mejor con vosotras… ¿Os apetece venir?


-¡Claro! No tengo nada mejor que hacer… -Cogí del brazo a Nessie con una sonrisa-.


-Lo siento, pero yo debería ir a ver a Ryan… Me encantaría ir, en serio…


-¿Ir a donde? –Dijo Sullivan detrás de nosotras-.


-Vamos a ir de compras, Nahuel nos lleva –Nessie sonreía-. ¿Te apetece venir?


-¿De compras con chicas?


-Bueno, siempre podemos hacer algo tú y yo mientras ellas miran ropa… -Nahuel alzó las cejas-.


-Bueno, me apunto.



Kevin y Meg se marcharon a ver a Ryan mientras nosotros montábamos en el coche de Nahuel, el cual era espacioso y muy cómodo… y seguramente muy caro.


Estuvimos paseando y fuimos a ver la tienda de la mujer que vivía cerca de mí, aunque pareció no reconocerme… no eran muy sociables aunque parecía muy maternal con mi nueva amiga.



Rose, así se llamaba aquella despampanante mujer, comenzó a sacar ropa, varios pantalones, varias faldas y camisetas, un par de camisolas y mallas. Me senté con los chicos a ver el desfile que nos iba a proporcionar Nessie.


-Ése me encanta –dije animada-. Es un conjunto precioso… -Se trataba de un vestido con manga de tres cuartos en blanco, con unos detalles en negro y las mallas negras, con unos botines en gris marengo-. Te queda genial… -Nahuel y Sullivan dejaron de comer y de masticar al verla, parecían algo embobados-.


-¿No te vas a probar nada? –Ness me miraba sonriente-.


-No, creo que a ti te queda mucho mejor eso de ir de compras que a mí… -le sonreí algo nerviosa-. No creo que haya nada que me quede tan bien como a ti…


-No seas tonta… Seguro que con las prendas adecuadas estás guapísima… -dijo Rose-. Ven conmigo, te enseñaré algo.


Seguí a aquella mujer que comenzaba a sacar prendas preciosas, pero demasiado caras para mi presupuesto. Me sonrojé al pensar que esas prendas me quedarían realmente bien, Rose tenía muy buen gusto... pero no podría pagarlas ni con tres propinas de mi tía.



Salimos de allí después de que Nessie se llevara media tienda, algo que me sorprendió muchísimo, no parecía de las que se preocupaban en exceso por su aspecto. Paseamos por el centro comercial dándoles tregua a los chicos visitando tiendas de videojuegos y una de deportes, donde me entraron ganas de ir de acampada con todos, pensando en la posibilidad de reconciliación entre Ryan y Sullivan.


La bronca de mi madre cuando llegué a mi casa fue monumental, se enfadó de un modo irracional, algo que hizo que mi padre me defendiera y la discusión acabase siendo después entre ellos. Me refugié en mi cuarto poniéndome el mp3 a tope, esperando que mis tímpanos estallaran para no tener que volver a oír a mi madre gritar.



El miércoles volvimos a comer con Nessie, Nahuel y Sully, volviendo a estar sin Kevin y Ryan, el cual parecía ligeramente menos molesto que ayer.



-¡Vaya sonrisa! –Dijo Megan mirando a Ness, la cual leía algo en su móvil-. Eso es el novio, seguro…


-No, qué va… es… un amigo de la familia. Me conoce desde que nací… -sonrió de un modo excepcional-.


-¿Qué te cuenta Jacob? –Preguntó Nahuel como si nada-.


-Sólo me pregunta qué tal…



Ella siguió con su móvil mientras comentábamos las clases y la salida de ayer por la tarde, mientras Meg me miraba imaginando la bronca monumental que me había echado mi madre por llegar tarde. Volvió a mirar a Ness, que seguía sonriendo de un modo especial.


-¿Estás segura que es sólo un amigo? No paras de sonreír…


-Sí, Megan… Es como… mi tío, o mi hermano, no sé. Es como de la familia…


-Bueno… entonces… -miró a Nahuel-. ¿No tienes novio?


-No, no tiene novio, es muy joven para eso –contestó Nahuel por ella-. A vuestra edad no deberíais pensar en esas cosas, solo en las clases y quizás en alguna excursión…


El ambiente se quedó tenso por el tono de Nahuel. Meg estaba congelada al igual que yo, mientras Sullivan reprimía una carcajada, la cual no aguantó Ness, que parecía nerviosa ante la actitud de Nahuel.



El viernes fue un día raro. Nessie parecía ansiosa, algo que excusó informando de la llegada de su abuelo, que venía de visita. En la comida entristeció, al parecer no iba a poder venir su abuelo y se notó que esto le afectaba mucho. Me sorprendió que Kevin se acercara a saludarnos, pero a la vez me agradó. El resto del día me resultó tedioso, por lo que me animé muchísimo al sonar el timbre de la salida y salí rápidamente del aula.


-¡Vaya! –dije mirando al muchacho que había allí. Era enorme, y su rostro parecía el de un ángel. Me resultaba familiar pero no del todo-.


-¡Qué pedazo de tío! –dijo Meg mientras él se acercaba…-. ¡Quiero uno así! ¡Se acerca! –dijo poniéndose colorada y mirando hacia otra parte. El chico se reía conforme miraba en nuestra dirección y abrió sus brazos… Nessie salió corriendo hacia él y le dio un abrazo enorme-.


-¿Qué tal tu día pequeña? ¡Tengo una sorpresa para ti! –Dijo el chico con una sonrisa deslumbrante-. Creo que te gustara…



Nos miramos sorprendidas y nos despedimos discretamente con la mano, mientras pude ver que un señor mayor, aunque no tanto para ser su abuelo, la abrazaba con ganas. Me alegré por ella, parecía feliz de ver a su abuelo.



El fin de semana fue rutinario, el viernes hice las tareas, el sábado por la mañana fui con papá a comprar y por la tarde quedé con Meg para dar una vuelta por el centro comercial. El domingo quedamos para ir a comer al parque con los chicos, resultando algo incómodo por las malas contestaciones de Ryan.


El lunes fue extraño, Nessie parecía realmente enferma, aunque según Nahuel sólo estaba triste por la marcha de su abuelo. Pareció animarse ligeramente cuando Kevin vino a saludarnos en la comida, dejando a Ryan bufando en su mesa.



El jueves por fin convencimos a Ryan para que nos sentásemos todos juntos, lo que me consoló en cierto modo. El ambiente era ligeramente incómodo, pues ninguno de los dos se soportaba, pero al menos no era demasiado tenso.


El viernes esa tensión se relajó, mucho más por el entusiasmo de Nessie que volvía a sonreír ante la visita de su abuelo. Me alegraba verla feliz, pero por otro lado preferiría que tuviera algo de tiempo para que saliera con nosotros, me agradaba mucho su presencia.



La semana volvió a ser parecida a la anterior, aunque a la hora de comer la tensión era menos que otros días. El jueves Nessie entristeció cuando nos dijo que su abuelo no iba a ir este fin de semana, pero egoístamente me pareció estupendo para poder estar cerca de ella durante el fin de semana.


Sullivan propuso la alocada idea de una acampada, algo que le pareció genial a Nahuel. Su sonrisa me atontó por unos segundos, pero reaccioné rápidamente cuando Nessie dijo que se encargaría de planearlo.


Sorprendentemente el destino se puso de nuestra parte, cuando el viernes la profesora de francés y literatura nos propuso una acampada para mejorar nuestro francés. Después de las clases quedamos las tres chicas para ir de compras y abastecernos para la acampada.


-Es una pena que el viaje sea sólo para los de primero… me da pena Nahuel –dije en un momento de estupidez-. Además me da miedo que Ryan y Sullivan vuelvan a discutir… me da mal rollo el viaje, no sé porqué…


-¡Siempre tan positiva, Dar! Por favor, no empieces con tus paranoias…


-Bueno, de acuerdo Meg, pero reconóceme al menos que te dan malas vibraciones solo de pensar en un viaje con Sullivan y Ryan… Además, ¿te has decidido ya?


-Bueno yo… -miró a Nessie-. No sé…


-¿Qué me he perdido? –preguntó curiosa-. ¿Hay algo que no sepa?


-Verás, es que a mí… me gusta Sullivan, pero también me gusta Ryan… Estoy algo confundida…


-Meg, en serio, deja de darle vueltas al tema de novios… -Nessie parecía molesta por algo que no lograba entender-, eres demasiado joven.


-Además, eres muy guapa, no tienes que preocuparte por eso, cuando el hombre de tu vida aparezca lo sabrás y se te declarará… -Afirmé confesando mi esperanza-. No te des tanto mal… al menos tú y Nessie los lleváis de calle…


-¿Yo? ¿Yo qué tengo que ver en todo esto?


-Vamos, ¿no me digas que no te has dado cuenta como te miran todos? –Meg se quedó parada en pleno centro comercial-. Kevin está loco por ti, me lo ha dicho. Y creo que Nahuel y Sullivan también. Espero que al menos no me quites a Ryan…


-En serio, chicas, dejadlo ya…


-Meg, ¿podías guardarte tus comentarios? –Me enfurecí por otra estupidez-.


-Yo me voy a decidir por Ryan, se lo voy a decir en la acampada… Quizá deberías lanzarte ya, Dar, creo que ya es hora de que saques a la loba que llevas dentro… -me molestó de sobremanera-.


-¿Otra vez me pierdo?


-Ness… deberías empezar a plantearte bajar al mundo real de nuevo… Dar está loquita por Nahuel, ni siquiera es capaz de hablar cuando él está cerca…


-¡No digas tontadas Meg! ¡Vale ya!


-Chicas, en serio, dejadlo. No quiero saber más líos de culebrones…



Nos pegamos toda la tarde en el centro comercial, el cuñado de Nessie vino a buscarnos, otro bellezón que me dejó sin habla… ella y su hermana tenían demasiada suerte… Nos dejó en casa amablemente, dejando mi respiración en el coche hasta que llegué a mi casa. Sacudí mi cabeza sacando aquella imagen de mi mente.



Me levanté con energía y mi padre firmó contento la autorización mientras mi madre, cómo no, refunfuñaba que me consentía demasiado. Me estresó hasta tal punto que me fui de casa sin despedirme de ella.


Todos estábamos ilusionados con el viaje, cuando llegamos pude ver el lago en todo su esplendor, era precioso. Acampamos a unos cien metros de la orilla del lago, hubiera sido perfecto para bañarse si no hiciera tanto frío… Decidimos ir de caminata, encontrándonos con otros jóvenes que estaban de acampada por allí. Una chica rubia, alta, muy guapa se acercó a Sullivan con ciertas pretensiones, que parecieron molestar muchísimo a Ness. Pasamos la tarde con aquellos chicos, mientras Meg y Ryan se achuchaban de un modo que me resultaba tierno. La chica rubia siguió acosando a Sully, que parecía sentirse más molesto que otra cosa, aunque siempre amable con ella. Nessie desapareció y se fue a sentar a una roca, mientras Kevin y yo la mirábamos un poco descolocados.



La Señorita Cullen nos llamó a cenar, esperando que conversáramos en un fluido francés, pero nadie hizo mención de hablar en toda la cena.



Después de cenar Meg, Ness y yo fuimos al lago, donde algunos chicos de clase habían encendido una hoguera. En seguida Ryan se sentó al lado de Meg y la abrazó. Kevin se sentó a mis pies mientras jugaba con su pelo. Nos reíamos cuando Sully abrazó de un modo demasiado tierno a Ness. La miré de reojo intentando preguntar, pero ella seguía opinando sobre los moños de Kevin sin inmutarse, así que le seguí la corriente. Sullivan se unió a nuestras opiniones y Kevin sólo nos pidió que le dejáramos guapo. Nos lo pasamos bastante bien, hasta que Meg y Ryan se fueron a dar un paseo, Kevin se fue a jugar un improvisado partido y yo me quedé con una sensación de candelabro. Estuve con ellos como diez minutos, hasta que fingí un bostezo y dije que mejor se iba ya a dormir. Noté una mirada asesina por parte de Nessie que me hizo reír.


Me metí en la tienda y me dormí en seguida, sabiendo que al día siguiente nos esperaba otra larga caminata.



El domingo en la caminata Ness estaba demasiado ausente, quizá no había sido buena idea dejarles solos. Le cogí de la mano mientras Sullivan y Kevin iban detrás de nosotras, hablando sobre el partido de anoche. Meg y Ryan iban delante de nosotros cogidos de la mano y besándose cada pocos pasos. Les miré al igual que Ness, pero cuando volví la vista me asusté al ver unas lágrimas por su rostro. Apreté su mano y me acerqué.


-Deja de llorar, o voy a patearle el culo a Sullivan, seguro que es por su culpa…


-No… es cosa mía… -Sullivan la cogió del brazo y se la llevó aparte-.


-¿Qué te pasa ahora? Sigues igual que anoche… ¿Quieres decirme qué demonios te pasa? –La miraba furioso, así que retuve a Kevin a mi lado y me quedé, preocupada porque discutieran por mi culpa, algo que pareció relajar a Sully-. Esto es por… bueno… ¿lo de anoche?


-Yo… -ella se quedó callada y asintió-.


-No estés mal por eso, si quieres que pase pasará, si no, no me importa. Pero no estés llorando por eso, ¿de acuerdo? Me hace sentir realmente mal… -le abrazó y me sentí mejor-.


Caminaron y nos dieron alcance, por lo que la miré curiosa y de vez en cuado la empujaba de manera juguetona… estaba demasiado seria. No sé qué pensaba, pero se tropezó y Sullivan la ayudó.


Llegamos de nuevo al campamento y Sullivan no la había soltado de la mano ni un momento. Yo iba agarrada al brazo de Kevin, ya que también había tropezado.



Comimos sin casi hablar nada, nadie se terminaba de arrancar a hablar en francés. En el autobús de vuelta, me senté con Kevin, para así dejar a Nessie con Sullivan. No sirvió de mucho porque el chico se durmió a los diez minutos de salir…


-¿Qué tal las cosas por casa? –Kevin me sonreía amable-. ¿Mejor?


-Bueno… dejémoslo en como siempre –Sonreí a aquel dulce chico. Me encantaba hablar con él, era mi mejor amigo y cuando estábamos a solas me trataba como si fuera su hermana pequeña-. No me apetece mucho hablar del tema… estoy algo cansada…


-Anda ven… -Él pasó un brazo por mi cuello, dejándome posar mi cabeza en su hombro-. Sabes que si algo va mal, puedo llegar en cinco minutos a tu casa…


-Lo sé, lo sé y te lo agradezco.



Me dormí y él me despertó cuando estábamos llegando. Cuando llegué a casa mi padre me miró preocupado, pero no tenía hambre, así que me fui a dormir directamente.


Cuando desperté por la mañana me asusté, me encontraba mal y cuando vi mi cama comprendí la razón por la que había estado medio zombi el domingo. Salí corriendo al baño y me duché, buscando entre los cajones hasta que di con mi objetivo. Volví a mi cuarto, poniéndome la ropa más ancha que encontré, ya que el resto de ropa me hacía sentir incómoda y cambié las sábanas, bajándolas a la lavadora mientras mi madre me miraba sorprendida.


-¡Vaya!


-Sí…


-¿Qué pasa? –mi padre se asomó por la cocina y me sentí algo ridícula-. ¡Oh! Ya veo… ¿Necesitas algo? Aunque deberías darte prisa, vas a llegar tarde a clase. ¿Quieres que te lleve?


-No, prefiero que se quede un rato… -miramos a mi madre sorprendidos-. Tenemos que hablar de madre a hija…


-Vale… -mi padre sonrió, sorprendido y agradado de que mi madre se comportara como tal por una vez-. Que pases buen día cariño…


-Gracias… -me besó y se marchó-. Mamá… no hace falta, en serio.


-Vamos… sentémonos en el sofá.



Mandé un mensaje a Ness y a Meg, seguro que llegaba tarde. La charla con mi madre me hizo sentir incómoda. Vale, reconozco que me alegró ver que aún quedaba algo de instinto maternal en ella, pero hubiera preferido que lo sacara a relucir en otra ocasión…


Me sorprendí cuando miré el reloj, debía correr si no quería llegar tarde a segunda hora. Caminé rápido, pero no me apetecía nada correr, así que llegué ligeramente tarde, entrando con retraso a la clase de biología. Kevin me miró raro, soportando una risa que podía escuchar de algún modo en mi mente, mientras Nessie me miraba preocupada. Me sentí incómoda y bajé la mirada. Noté que ella me miraba de vez en cuando, mientras Sullivan parecía enfadado o algo así, no sabría decir bien qué les pasaba.


El profesor nos dejó salir antes, lo que supuso un alivio para mí, que no soportaba las miradas de Kevin que especulaban sobre mi aspecto. Nessie se acercó a mi de un modo que me resultó extraño, como con miedo.


-¿Qué te ha pasado?


-Yo… -pude notar que me sonrojaba-. Me ha venido la regla. Y me he retrasado porque mi madre me ha dado una charla exhaustiva sobre todas las cosas que esto conlleva… ¡no veas que mal rato!


-Pero… bueno, es algo normal, ¿no?


-Sí, pero no esperaba que fuera así… Meg me contó cómo era, ya que la tiene desde hace un par de años… fue precoz…


-Bueno… ¿felicidades? Creo…


-Sí, bueno… -las dos nos reíamos-. Algo así…



Evité a Kevin el resto de la mañana, pero a la hora de comer su comentario no se hizo esperar…


-Dar, en serio, deja de usar la ropa de tu hermano, te va demasiado ancha… ¡Au!


-No le hagas caso Dar… -Meg me miraba comprensiva-.


-Tiene razón… -dije asqueada-. Pero no me sentía cómoda con nada, sé que me veo ridícula pero… -por alguna estúpida razón, tenía ganas de llorar-. Da igual…


-Si quieres podemos ir de compras luego, para que te compres algo de ropa cómoda para… -hizo un gesto extraño-. Bueno, ¿te apetece?


-Está bien… cuando salgamos de clase vamos.



Al momento apareció Nahuel, que se sentó al lado de Nessie mirándome de un modo que me hizo sentir incómoda. Cualquier otro día hubiera apreciado su mirada, pero hoy precisamente… parecía que supiera que había cambiado algo en mí.


-¡Vaya Dar! Te veo distinta… -dijo en tono socarrón mientras reía, lo que me hizo sentir algo más incómoda-. No, en serio, te veo bien.


-Ya… déjalo…


-En serio, no te enfades… estas guapa –me dejó noqueada por completo-. Creo que deberíamos hacer algo después de clase…


-Ya tenemos planes –Ness le miró enfadada-. Nos vamos de compras.



Ness se quedó mirando al infinito, hasta que me di cuenta que miraba a la profesora nueva.


-Ella sí que viste bien –suspiré-. Me encantaría vestir tan elegante como ella…


-Es una paranoica de las compras –sentenció Nahuel mientras él y Ness reían, se miraron compinchados-. Ella es la novia de Jasper, el hermano de Edward. Vive en casa del doctor Cullen conmigo… -dijo mientras levantaba la mano para saludarla-. Es muy… graciosa.


Me giré y pude ver cómo la joven mujer se acercaba a nosotros con una amable sonrisa, vestía elegante, pero también caminaba con gran elegancia y soltura.


-¡Hola chicos! ¿Qué tal? ¿Cansados después de la excursión?


-Más bien cansados por el examen… -dijo Kevin riendo-.


-Bueno, no ha sido para tanto. Darlene, si quieres puedo hacerte el examen mañana…


-Se lo agradecería Señora Cullen…


-Ness… dile a tu hermana Bella que esta tarde debemos ir de compras, hay que buscar un vestido para la boda de Rachel… ¿querrás venir? Pueden venir tus amigas, si quieren…


-No sé si…


-¡Sería genial! –dije de sopetón sin pensar-. Íbamos a ir de compras nosotras también, esta tarde. No estaría mal… -La mujer sonrió y miró a la mesa fijamente-. ¿Señora Cullen?


-Sí, perdón, estaba pensando dónde podríamos ir –dijo sonriente-. Creo que será mejor ir al centro comercial donde Rose tiene la tienda, ¿os parece? Luego podríamos pasarnos por tiendas con ropa menos formal, para que os compréis lo que queráis…


-Me parece bien, la tienda de Rosalie me gustó mucho el otro día.


-Yo no he estado, ¿cómo es? –Dijo Meg-.


-Es preciosa, tiene un montón de ropa elegante, la decoración es también muy elegante y bueno… hay que ir, aunque sólo sea para que la veas.


-Me parece genial… no te importa, ¿verdad Ryan?


-No… diviértete.



Nahuel se disculpó y se marchó antes de tiempo, luego pudimos verle hablando con Sayen, la chica rarita de penúltimo curso. Las historias sobre ella rondaban incluso por el colegio… Me molestó ligeramente pero cuando vi a Nessie mirar con tan mala cara a la chica… me asusté tanto que olvidé el hilo de mis pensamientos.


El resto del día pasó rápido, y la tarde fue muy divertida. Visitamos la tienda y la Señora Cullen nos asesoró muy bien a la hora de elegir ropa. Me compré un par de conjuntos de ropa, al igual que Meg.



Al día siguiente hice el examen que habían hecho mis compañeros el día anterior. La verdad es que había tenido algo de ventaja al poder estudiar un poco más, pero aún así no era demasiado complicado. Nahuel llegó tarde a la comida, parecía emocionado… al igual que cuando se fue, minutos antes de que sonara el timbre. Me molestó un poco pero por otro lado me alegré por él, es normal que quiera estar con gente más mayor…



El jueves me arreglé un poco más, estaba estrenando la ropa y me había maquillado un poco por la mañana con la esperanza de sentirme algo mejor. Nahuel nos presentó a la chica, que parecía algo incómoda al principio, pero pronto comenzó a hablar e incluso se mofó alguna que otra vez de Kevin.


El móvil de Nessie sonó y entristeció, llamando la atención de Sully que enseguida se acercó a ella.


-¿Qué ocurre?


-Nada… nada importante –sonrió falsamente contentando a Sully, pero a mi me dejó algo preocupada-.



Cuando llegué a casa mi madre me llamó al comedor. Me alegré mucho al ver que estaba al teléfono, sabía quien era, la única persona con la que mi madre se animaba, tía Cyntia. Me dedicó algunos consejos sobre mi nuevo cambio, mientras le rogaba que dejara el tema y ella reía. Por alguna extraña razón estaba contenta, así que subí a mi cuarto y puse la música alta y salté en mi cama. Mi madre me miró desde la puerta y sonrió, haciéndome que dejara de saltar y la abrazara. Ella se puso algo tensa ante mi abrazo, me besó secamente en la frente y se marchó. Era lo máximo que podía pedir.


A la mañana siguiente llegué temprano al instituto. Me senté en el banco y pude ver llegar a todos, incluida a Nessie. Me quedé helada al verla llorar, pero no me atreví a acercarme a ella al ver que Nahuel la consolaba. Entró tarde a francés, y al salir la señora Cullen la llamó. Esperé en la puerta junto al resto y cuando salió le preguntamos qué pasaba.


-La mudanza me ha vuelto un poco loca, hecho de menos a mucha gente y bueno… -parecía que iba a volver a llorar y la abracé-. Gracias.


-Sé que no puedo reemplazar a nadie, pero puedes contar conmigo para lo que sea…



Le sonreí y ella pareció sentirse algo mejor. Sully y ella se pasaron notas durante biología, me preocupaba por ella realmente, ya que debía ser duro estar separada de tu familia y amigos… intentaría estar más pendiente de ella a partir de ahora.


A la hora de la comida miró su móvil y pareció más relajada, pero Sullivan y el resto intentaban hacerla reír a toda costa. Me alegré de que mis amigos pensaran como yo.


A la salida Nessie se adelantó y pude ver cómo Sullivan la frenaba y le decía algo para después abrazarla, lo que hizo que ella llorase. Me apresuré y ella intentó zafarse del abrazo de Sully, que pareció ofenderse por ello. Todas las chicas se agolpaban a la puerta y me acerqué, viendo a un hombre que captaba las miradas de todas las chicas, especialmente las de último curso.


Era realmente atractivo, con piel morena y pelo oscuro. Miraba hacia la puerta y comprendí que miraba a una sola persona, que ahora estaba paralizada mientras Sullivan le aferraba de la mano. Salí al exterior y ella me miró con un gesto que me rompió el alma. Se abrazó a mí y comenzó a sollozar por algo que no llegaba a comprender, pero podía sentir su angustia e intenté consolarla.


-Nessie, ¿qué pasa?


-Ness… ¿qué pasa? –Nahuel le besó el pelo. Aquel hombre pareció gruñir mientras se acercaba y Ness comenzó a hacerse más pesada-. ¡Ness! ¡Ness!


Nahuel me ayudó a sostenerla, al igual que aquel hombre que parecía realmente preocupado. La señora Cullen apareció por allí y echó al hombre que parecía muy angustiado. Nahuel se lo llevó mientras entrábamos con ella a la enfermería. Cuando abrió los ojos parecía asustada, así que le sonreí.


-¡Qué pena que te hayas desmayado! Te has perdido a un tío bien macizo… -dijo Meg riendo-.


-¿Qué ha pasado? –Intenté sonar cariñosa-.


-Creo que demasiada tensión… Sullivan a malinterpretado un par de cosas que le he contado y ha pensado que le decía que me gustaba. Además estaba enfadada con Jake, así que le he dicho que estaba un poco enfadada y que le echaba de menos, por eso ha venido… -la miré confusa-. Jake es el chico del que os hablaba, el chico que estaba en la puerta, apoyado en la moto


-¿Chico? A mi me parece más bien un hombretón bien tremendo… -Meg parecía realmente emocionada por él-. Creo que seguía en la puerta, los profesores no le han dejado pasar.


-Creo que deberías calmarte antes de salir –dijo Nahuel mientras la sujetaba cuando intentaba levantarse-. Estaba muy asustado, he hablado con él y he tenido que calmarlo, pensaba que había sido culpa de Sullivan… que te había hecho algo.


-¿Calmarlo?


-Ness… -la miró fijamente-. Estaba temblando –Los miré extrañada, Ness parecía asustada pero no entendía la razón. Supuse que el muchacho se habría enfadado bastante con Sully-. Cálmate, o le diré que se largue.


-¡No! –Nos asustamos ante su chillido-. Necesito verle.


Salió corriendo de la enfermería zafándose de Nahuel. Me asomé y corrí detrás de ella viendo cómo salía, como si nada le hubiera pasado y saltaba a sus brazos como aquel día lo hizo con el otro hombre tan atractivo. Se agarró a él con brazos y piernas, mientras él parecía feliz por tenerla entre sus brazos y la estrechaba fuertemente. Me pareció que realmente se echaban de menos, que realmente se querían. Me parecía mal cotillear, pero una ligera envidia me invadió y salí, sentándome en un banco cercano tras un árbol.

-Lo siento, Nessie, en serio. Siento haber venido así, siento no haberte llamado, no sé ya qué hacer contigo. Intento hacer lo posible por hacerte feliz, pero siempre acabo cagándola. Lo siento pequeña… en serio.

-¡Cállate, perro! ¡Cállate y abrázame fuerte! –Me pareció estar escuchando una película romántica, algo dentro de mí se resquebrajó y perdí el hilo de la conversación. Suspiré sintiéndome mal por escuchar, pero me parecía algo tan bello y romántico que no podía dejarlo pasar-.


-Ya, bueno… -Aquel hombre la miraba de un modo tan dulce que quise ser ella sólo porque alguien me mirase de ese modo-. Creí que ese chico te había hecho algo, me entraron ganas de arrancarle la cabeza. Lo siento.


-¡Deja de decir lo siento!


-Vale, vale… lo… -comenzaron a reír y yo sonreí también, parecía ser tan protector…-. No puedo evitarlo… -Pude oír un pequeño grito y me asomé, viendo cómo la giraba en el aire como si apenas fuera una niña de tres años. Me fijé en sus brazos, lo cual me hizo entender cómo podía levantarla así-. ¿Estás bien? Me tenías muy preocupado.


-Mejor no me des muchas vueltas por si acaso… -los dos comenzaron a reír-. No hacía falta que vinieras… en serio. Seguro que tienes mucho trabajo ahora.


-Bueno, no importa, necesitaba también un respiro y ansiaba verte, pequeña… Seth se ha quedado allí al mando… se me ha hecho raro que Leah no pataleara… -dijo el chico riendo-.


-¿No se ha enfadado?


-No, le ha parecido hasta bien. Ella quiere estar más tiempo con… sus cosas. Seth quiere salir de ese ambiente de amor que se ha generado en su casa, así que todo está bien.


-¡Vaya! Creo que tienes mucho que contarme…


-Cierto, al igual que tú… pero creo que ahora deberíamos ir a casa, tu tía Alice te espera.



La señora Cullen pasó por mi lado y me guiñó un ojo, para después poner una cara de enfado monumental.


-Jovencita, creo que deberías ir a casa… Nahuel se ha marchado a llevar a Sayen a casa… así que tienes que venir conmigo… ya hablaréis luego… ¡andando!



No comprendí porqué ella se molestaba tanto. Entendía que era amiga de su hermana, posiblemente su relación fuera más estrecha de lo que aparentaban en las aulas.


Me asusté al pensar que Nessie me vería, pero la señora Cullen tomó otra dirección, evitando pasar cerca de mí mientras mi amiga no paraba de mirar a aquel chico.


Me quedé sentada allí, fantaseando con algún día encontrar a alguien con el que tuviera una relación la mitad de bonita de lo que parecía la suya. Me fui de allí corriendo con un mal sentimiento en el cuerpo, esperando que nadie me hubiera visto allí sentada compadeciéndome de mí misma. Lo medité, sólo tenía catorce años, pero algo en mí, una necesidad inmensa de querer a alguien de un modo más complejo se abría paso en mi interior. Algo que estaba latente y que se había abierto camino al ver a mi amiga y a su amigo…