Capítulo 2: La huída.₪ Edward POV. - C.E

12:14 0 Comments A+ a-


Me puse en marcha para ir a buscar a mi hija. Más le valía a Jacob haber acabado, si no Rosalie le arrancaría la cabeza. Aunque, bien pensado, tampoco me importaría mucho…
¿Cómo podía pensar así? No, tendría que ayudarle. Mi hija sufriría mucho si ese chucho acabara sin cabeza.
Apreté el paso cuando oí a mi hija gritar, pero me asombré mucho al verla saltar encima de un ciervo mientras le mordía la yugular. Jacob estaba en su forma lobuna sentado en un árbol observándola felizmente hasta que me olió.

-*Tranquilo, no dejaría que cazase algo que pudiera dañarla. De todas maneras, aunque me encanta estar con mi pequeña –emití un gruñido-… Perdón con Nessie… si sigo haciendo de niñera no voy a poder terminar su regalo*.
-Lo sé, por eso vengo. Rose me ha dicho que la lleve a casa para que tú puedas terminar su regalo, es lo único que falta.
-*Está bien, sólo que no sé si me dará tiempo a terminar los últimos detalles...*
-Te ayudaré, así esta noche podrás dárselo.

Mi hija salió corriendo hacia mí cuando acabó con su comida y me agarro la pierna con mucha fuerza. Jacob se acercó y ella abrazó su pata de la misma manera que había abrazado la mía, seguramente, sabía que él se marchaba.
Deje a Nessie con Rose en casa de mis padres y me dirigí hacia mi casa. Ya podía oler a Jacob dentro.
La verdad es que habían hecho un buen trabajo, así que cuando miré la parte de Jacob… suspiré. La verdad es que había invertido muchas horas haciendo su parte, todo muy elaborado.
-Creo que solo queda terminar de montarla y le haré un grabado. Luego puede volver Alice para darle su toque.
-Sí, ya tiene pensado como va a quedar.
-Espero que a Nessie le guste.
-Seguro, le encantará… -y más cuando sepa que lo has hecho tú, dije para mis adentros.

Ayudé a Jacob a terminar y después nos dirigimos a casa. Me dio la extraña sensación de que me intentaba ocultar algo, porque no paraba de cantar mentalmente, cosa que hacía muy mal, por cierto.

Cuando llegamos todo estaba cambiado. Mi madre había preparado la mesa del comedor (algo muy poco habitual) con un mantel de lino y varias fuentes con comida, nada apetecible para mi gusto. Al poco rato llegó el resto de la manada con sus parejas. Claire y Nessie se pusieron a jugar enseguida ante la atenta mirada de Kim, Quil y Embry. Sam se sentó junto a su mujer y llamó a la manada a la mesa al ver a Sue sacar la comida. Todos nos sentamos a la mesa con ellos. Todos engullían la comida, excepto nosotros, claro. Mi hija comía algo de ensalada mientras ponía mala cara. Sin embargo no le disgustó demasiado el estofado.

De repente apagaron las luces y mi esposa sacó una tarta de chocolate con una velita mientras todos cantaban el cumpleaños feliz. Mi hija sonreía y pataleaba mientras todos cantábamos, Después sopló la vela con mucha fuerza:
-¡Qué grande! ¿Es toda para mí?
Todos nos reímos ante las palabras y las expresiones de mi hija.
-No, cariño, es para todos-dijo mi esposa mientras sonreía-.
-Pero ellos comen mucho más que yo, ¡no es justo! –hizo un puchero-. Sólo la comparto con Claire, y los demás si queréis comer debéis prometer no cantar nunca jamás.
Claire y ella comenzaron a reír y el resto nos unimos. Jacob hizo un gesto que me desconcertó. Le dio la mitad de su pastel a mi hija. Entonces capté su pensamiento. Era lo único que le había gustado realmente de la cena, y ya que hoy se había alimentado poco mientras cazaban, debería comer algo más. Su instinto protector afloraba dejándole con hambre, pero con un sentimiento de felicidad mientras veía a mi hija comerse su porción con una sonrisa.

-¡Es hora de la búsqueda! –dijo Carlisle mientras se dirigía hacia mi hija-. Hemos escondido los regalos por la casa, Claire y tu podéis jugar a encontrarlos, ¿si?
-¡Genial! Claire y yo somos muy buenas buscando cosas, ¡vamos, vamos! –dijo mi hija mientras cogía a Claire de la mano.
Las dos salieron corriendo y encontraron todos los juguetes que había escondidos por la casa. A las 11 de la noche la manada se despidió. Claire y Nessie se abrazaron, era increíble el cariño que se tenían. Evidentemente, Jacob y Charlie se quedaron, no querían quedarse con la intriga del gran regalo. Rose cogió a Nessie:
-¿Quieres ver el regalo que te hemos preparado tía Alice y yo?
-Ejem…-reclamó Jacob.
-Bueno, el perro también ha colaborado.
-Tía no le llames perro, es mi lobito –creo que a ninguno nos sentó muy bien sus palabras-. ¿Me habéis hecho otro regalo? ¿Dónde está? ¡Quiero verlo ya! –dijo emocionada.

Todos nos encaminamos hacia nuestra casa, mientras Bella apartaba su escudo y preguntaba incesante sobre el regalo. Yo le sonreía y negaba con la cabeza. Era un regalo para las dos, realmente. Alice estaba viendo la cara de Bella viendo el regalo, muy emocionada, así que eso me calmó un poco, ya que sabía que estas cosas no le hacían gracia a mi esposa. Jacob corrió y se adelanto a nosotros, tarareando otra canción… ¿qué es lo que tramaba?

Cuando llegamos Alice le tapó los ojos a Bella, y Jacob, que apareció de la nada y Rose casi se pelean por taparle los ojos a mi hija… eran peores que ella, así que Esme lo hizo y ninguno protestó. Nos dirigimos al cuarto de mi hija, y encendieron la luz.

-Realmente preciosa –dijo mi esposa
-Esto es… ¿para mí?- dijo mi hija- ¡Es el mejor cuarto del mundo!

En efecto, la habitación estaba muy bonita. Habían pintado las pareces en tonos rosas y amarillos. Las cortinas del ventanal eran de un blanco con telas sedosas, la colcha de la cama era la mantita de Sue, la decoración era exquisita. Pero la verdad es que una de las mejores cosas, eran los muebles. Jacob había hecho una cómoda preciosa y una cama en los mismos tonos de madera. En ambos había tallado un lobo aullando a la luna, supongo que sería la marca de la casa. Me sorprendí al hallar un objeto que no había antes, era un móvil que colgaba de la cuna. Era de madera y tenía estrellas de diferente tamaño.
Entonces me di cuenta de un detalle más, en cada estrella había grabado una letra, y en la estrella más grande un corazón. Las letras eran J, A, B, O, C, como no… Esto me hizo gruñir levemente, pero pareció que fue lo que más le gustó a mi hija, así que me guarde mis palabras.
-Buen trabajo Jacob, no esperaba que quedara tan… personal.-dije intentando no hacer ninguna mueca demasiado hostil.
-Gracias, supuse que no te haría mucha gracia lo de los grabados… pero sentía que debía hacerlo-contestó muy satisfecho.

Mi hija toco la cara de Esme, y ella la dejó en el suelo. Corrió hacia Alice y Rose, y les tocó para mostrarles la imagen de Bella emocionada por la habitación y lo contenta que estaba. Le había gustado muchísimo. Después corrió hacia Jacob, el cual la cogió y ella tocó su mejilla mostrándose a ella misma en la cuna mientras intentaba dormir y mirando el móvil mientras recordaba cómo le contaba cuentos. Esto me hizo añicos el alma.

Todos se fueron a casa, pero Rose y Alice se quedaron unos minutos más hablando con Bella. Ella estaba realmente contenta, le había gustado mucho la habitación, porque ella la había decorado pero, aunque nunca lo hubiera reconocido delante de mis hermanas, no le gustaba nada el resultado. Jacob estaba jugando con mi hija, así que decidí marcharme al salón a leer mientras la casa se vaciaba.

Cuando me senté en el sofá un flash de la mente de Alice me perturbó. Estaba viendo a Charlie desaparecer. Ella intentó disimular delante de Bella, pero ella lo percibió aunque no dijera nada. Eso me traería seguramente una larga conversación después.
Pronto Alice y Rose se marcharon, intentando arrastrar a Jacob, pero Nessie lo abrazó sin dejarle escapatoria. Yo me marché con Alice y Rose, bajo pretexto de que tenía que hablar con Carlisle de las investigaciones sobre nuestra hija. Por una vez me alegré de que Jacob se quedara, evitaba que Bella se pusiera cabezota y se quedara con ellos.

-Alice, ¿Qué ha sido eso?
-No lo sé muy bien. Creo que es por lo que Charlie siente hacia Sue, quizá Leah intente atacarlo, no podría llegar a saber…
-Está bien, intentaré leer mejor los pensamientos de Leah, a ver si averiguo algo.
-Os olvidáis de alguien más-dijo una petulante Rosalie-. Seth también es hijo de Sue, y también es muy inestable.
-Si, tienes razón –y por ello la odiaba-, vigilaré los dos campos. Por favor, no le digáis nada a Bella, solo la angustiaríamos sin razón aparente. Intentaré mediar y hablar con ellos… Bueno, con Seth. Con Leah creo que será algo más difícil.

Me despedí de mi familia para reunirme con mi mujer y mi hija. Ya de paso eché a Jacob, no iba a permitir que pasara otra noche más en mi casa. Con mucho pesar le dio un beso en el pelo a mi hija y se marchó.

-¿Qué es lo que ha visto Alice?
-Nada importante, era una visión algo borrosa. Más bien parecía una pesadilla personal. Ha visto como Jasper nos dejaba. Me imagino que será algo momentáneo que ella no sabe, porque Jasper lleva un par de días pensando en visitar a Charlotte, pero a Alice no le hace mucha gracia. Así que igual es por eso por lo que se ha alterado tanto –le expliqué. Odiaba mentirle, pero era lo mejor.

Al día siguiente todos pasaron por casa para volver a felicitar a nuestra hija. Estuve pendiente de todos y cada uno de los pensamientos, creí que enloquecería. Normalmente intentaba ignorarlas, así que intentar escucharlas a todas me suponía dolor de cabeza.

La mente de Leah estaba relativamente en calma, si no fuera por un sentimiento de frustración que hallaba al mirar a Emily y Sam, siendo él quien acaparó toda mi concentración al pensar en Leah. Emily le había contado que veía a Sue algo preocupada por ella, y que Charlie y ella estaban entablando una gran amistad.
*Pobre Leah, después de lo que yo la he hecho sufrir, ahora su madre va a hacer que enfurezca. Me duele en el alma verla sufrir, pero yo no puedo evitar mis sentimientos hacia Emily. Sin embargo, si ahora su madre, que es su único apoyo, se marcha con Charlie terminará de enloquecer. Quizá debería advertirle a Seth, para que vigile a su hermana, no me siento capaz de ser yo quien le cuente todo esto, seguramente no me creería y la tomaría conmigo… será mejor que sea su hermano.*

De repente Seth y Jacob salieron al jardín con mi hija y Claire. Quil les siguió para estar cerca de Claire. Esto era una locura, dos lobos imprimados de niñas…
Se les veía felices, Seth era como un niño más, y jugaba con ellas ante la atenta mirada de los otros dos lobos, que no quitaban ojo de sus pequeñas. Mi hija al ver la escena pensó en el pobre Seth, ella y Claire ya tenían quien las cuidara… pero Seth…

Esto también me dolió un poco a mí. Mi hija veía su futuro con Jacob, al igual que el de Claire y Quil, pero mi amigo aún no se había imprimado, cosa que le rondaba la cabeza de vez en cuando. Me dolía ver como nos miraba a todos, cada uno con su pareja.
*Todos se ven tan contentos, tan felices con su pareja al lado. Yo sin embargo no tengo quien me complete… espero que pronto la encuentre. Sé que soy muy joven, pero siento la gran necesidad de sentirme completo-pensaba mi amigo-.*

El pensamiento de Sue fue el siguiente que captó mi atención. Charlie había cambiado su postura a una algo más cercana, dejando que su olor llegara a Sue. A ella le encantó y le vinieron a la mente imágenes, la necesidad de abrazarle, abrazarle fuerte… y con suerte incluso besarse. Ella se sonrojó levemente ante este pensamiento, que empeoró al verme mirarla atentamente.

-Perdón…-gesticulé en mis labios.
-Edward, ¿podríamos hablar en la cocina?-me dijo mientras unos cuantos miraban a Sue atónitos.
-Por supuesto.

Nos dirigimos a la cocina y Sue se dirigió al extremo más lejano de la puerta, apoyándose en la pared. Bajó la cara pensativa y algo avergonzada:
-Sé que esto que te voy a pedir, no debería hacerlo, pero me da un poco de miedo…
En esos segundos mientras hablaba, capté el enrabietado y ridículo pensamiento de Charlie: *¿para qué demonios se lo lleva a la cocina? Y él la ha seguido. No, no seas estúpido Charlie…*

-Mis hijos me han hablado de tu don, así que he pensado si podrías…
-No hay problema-la corté, captando su pensamiento-. Creo que deberías empezar por contárselo a tus hijos, ya que creo podría ser el punto crítico. Yo podría ayudarte a hacerlo. Lo único que puedo aconsejarte es que le recalques a Seth que él algún día será capaz de entenderlo y a Leah que siempre vas a estar allí para ella.
-Mmm..., gracias Edward, intentaré hablar del tema con ellos. Pero no sé si servirá de mucho si él no…
-Él sí, Sue, pero le da mucho miedo, por lo que Bella me ha dicho, la memoria de Harry-ella entristeció mucho, y unas lágrimas cayeron por sus mejillas-.
-A mi también me preocupa bastante, para serte sincera, pero creo que Harry lo preferiría a vernos sufrir.
-Así es, Sue. Seguro que él preferiría que su mejor amigo cuidara de su esposa ante la posibilidad de que alguno de los dos sufriera –le dije con una sonrisa, intentando infundirle confianza-.
-Muchas gracias Edward, te lo agradezco muchísimo-me dijo mientras me daba un abrazo-.

Sue pensó si sería correcto hablar ahora mismo con ellos, si sus mentes estarían predispuestas a escuchar o estarían saturadas.
-Creo que Seth está en condiciones de asumirlo ahora. Quizá deberías esperar un poco más con Leah.
-De acuerdo, gracias de nuevo.

Sue salió de la cocina pasando por delante de Charlie mientras le sonreía. Leah captó ese gesto y meditó durante un momento:
*Últimamente mi madre sonríe mucho cuando está con Charlie. Me gusta verla feliz, y yo no paro de darle disgustos. Quizá sería mejor que me largara de aquí. Seth y Charlie podrían cuidar muy bien de mi madre, y es posible que yo fuera feliz lejos de aquí.*
Intenté escuchar la conversación de Sue y Seth.
-Hijo, sabes que, últimamente, paso mucho tiempo con Billy y con Charlie, ya que vosotros estáis con la manada, y yo me siento muy sola sin tu padre –Seth se entristeció-. Pero no quiero que estés triste.
-Lo siento mamá, sé que muchas veces te dejamos demasiado tiempo sola.
-No Seth, entiendo vuestras responsabilidades, sé que debéis permanecer junto a la manada. Pero lo único que quería decirte es que aunque yo siga queriendo a tu padre… él no está aquí. –mi amigo se entristeció recordando a su padre y como estaba de desolada su madre cuando él murió. Conforme pensaba esto, se alegraba de que Billy y Charlie hubieran ayudado a su madre.- Billy me ha ayudado mucho con su experiencia, pero Charlie ha estado pendiente de mí a cada momento –hizo una pausa, intentando pensar en las siguiente palabras. Seth se quedó muy pensativo y no llegaba a asimilar del todo qué era lo que su madre le estaba intentando decir.- No quiero que pienses que me he olvidado de tu padre, pero mis sentimientos hacia Charlie están cambiando, se están haciendo más fuertes.
-Quieres decir que… ¿estás con Charlie? –dijo algo contrariado. No podía hacerse a la idea de que su madre le hubiera engañado, se lo tendría que haber contado.
-No cariño, no estoy con él de ese modo. No, al menos todavía. Pero es muy posible que en un futuro suceda. Sólo quería que entendieras que sigo queriendo a tu padre, pero estos sentimientos hacia Charlie me han dejado sorprendida, nunca creí que pudiera pasar algo así. Pero espero que dentro de poco entiendas de lo que te hablo. El amor es algo muy complicado.
-¿Estás… estás enamorada de Charlie?
-Sí, bueno, eso creo… así es –dijo dudando sin saber como reaccionaría su hijo, el cual se quedó en silencio mientras pensaba.
*He de reconocer que mi madre ha sufrido mucho, no me gustaba verla triste, pero no puedo entender como le puede hacer esto a papá. Él nunca hubiera permitido que algo así pasara…-miró a su madre, que estaba expectante y suplicante- Pero bien es cierto que él ya no esta aquí, y seguramente no haya nadie mejor que Charlie para cuidar de mi madre…*
-Creo que podría hacerme a la idea con el tiempo. Pero te mentiría si te dijera que estoy encantado. Por una parte me hace feliz, pero…
-Cariño, él no va a sustituir a tu padre, no quiero que pienses eso. Sólo sé que el estar con él me hace feliz y cuando no lo veo estoy triste, me siento sola, siento que él me falta incluso cuando estoy con otras personas. Es algo que entenderás cuando encuentres a la persona adecuada.
-Mamá yo… no se que decir exactamente. A ti… Charlie… te hace feliz, ¿verdad?
-Sí. De alguna manera me hace sentirme como era antes…
-Sí –dijo pensando en como estaba al poco de morir su padre. Ella había vuelto en parte a ser feliz como cuando su padre vivía-. Soy capaz de ver esto.
-Entonces, ¿podrás entenderlo?
-Sí mamá, creo que sí. Si te hace feliz, haré lo posible por entenderlo.
-Gracias hijo, no sabes lo feliz que me hace saber que puedes entenderlo. Estoy orgullosa de ti, y tu padre también lo estaría. Has dejado de ser mi niño, mi pequeño…

Los dos se abrazaron. Leah observó la escena por la ventana y reflexionó. Salió disparada hacia su hermano y su madre:
-¿Qué me he perdido? Ahora mi familia hace reuniones y ni me invita… ¡perfecto! –dijo sarcástica.
-No es así Leah –dijo su madre con un tono de compasión.- Quería hablar con los dos, pero pensé que Seth…
-¿Qué Seth te entendería mejor?
-No cariño, no quiero decir eso.
-Pero es así mamá. Leah, eres muy impetuosa, deberías callarte e intentar escuchar a mamá. Creo que es lo menos que se merece después de lo que sufre por nosotros.
-Lo sé, por eso venía a hablar con vosotros. Creo que será mejor que me vaya, los dos estaréis mejor sin mí. Además, mamá, seguro que Charlie te ayudaría a superarlo.
-Leah no te permito que me hables así. No quiero que te vayas, quiero que te quedes conmigo. Charlie me está ayudando mucho, sí es verdad, pero al menos no se pasa todo el día gruñéndome y haciéndome creer que soy una mala madre –entonces Sue comenzó a llorar. Charlie se levantó del sofá al escuchar los gritos de Sue y salió también al jardín. Todos le seguimos. Leah se volvió hacia todos y miro a su madre llorando en los brazos de Seth.
-Mamá, no llores por favor. ¿No lo ves? Ésta es la razón por la que me quiero ir. No hago más que haceros sufrir a los dos. Yo seré mas feliz lejos de toda esta expectación –dijo señalándonos-. Tú puedes hacer lo que quieras en el momento que me vaya, podrás rehacer tu vida, Seth te apoyará.
-Leah –interrumpió Charlie-. Sé que no soy quien para decirte esto, pero no puedo ver como haces sufrir a tu madre. Ella no quiere que te vayas. Ella lo único que pretende es que intentes ser feliz, pero aquí con ella. Eres fuerte y podrías hacerlo si dejaras que ella te ayudara. Sabes que lo está intentando, nos pide consejos pero no podemos hacer nada si tú no la ayudas a ella. Sois madre e hija, debéis apoyaros, porque no sólo estáis sufriendo vosotras-Leah miró a su hermano pequeño.
-Charlie, tienes razón en todo, incluido en que no eres quien para meterte.
-¡Leah! –gritó Sue.- Charlie tiene razón, tú misma puedes verlo –se soltó de los brazos de Seth-, te necesito aquí, conmigo. No puedo ser feliz si no os tengo a vosotros dos conmigo.
-Mamá lo siento, pero no puedo aguantar todo esto. Seth… Charlie… cuidad de mi madre. –en ese momento Leah entro en fase mientras huía por el bosque.
Charlie intentó seguirla pero se dio media vuelta para encarar a Sue.
-Lo siento Sue, de verdad, no pretendía que esto sucediera así… yo creía que ella…
-Charlie, no te disculpes, sólo puedo darte las gracias. Ella se hubiera marchado de todos modos, siempre lo supe. Sólo espero que se arrepienta y vuelva pronto.
-Iré a buscarla y la traeré si es necesario para…
-No Charlie –interrumpió Sue-. Sólo quiero ir a casa. Seth, vamos cariño.

Madre e hijo se marcharon hacia su casa, mientras todos intentábamos consolar a Charlie. Nessie lo intentaba con Jacob, estaba destrozado al presenciar como Leah abandonaba a su familia y rompiendo la confianza de Seth haciéndola añicos.

Seth apareció a media tarde por la casa. Jacob abrazó a su amigo sin dejar siquiera que saludara. Todos nos acercamos a él para darle nuestro apoyo.

-Gracias chicos. Mi hermana es una egoísta, no sabe lo que ha hecho. Mi madre no ha dejado de llorar… hasta he tenido que darle un calmante. No sé si va a poder superarlo sola… -dijo mirando a Charlie.
-Seth, sé que he metido la pata, debería haberme callado, pero no he podido evitarlo, lo lamento muchísimo, espero que algún día me perdonéis.
-Charlie, no hay rencor hacia ti. Le has dicho cosas a Leah que nadie le había dicho. Simplemente ha huido porque es lo que hace cuando no puede asimilar todo de golpe.
-Gracias, Seth. Solo espero que le hagas llegar mis disculpas a tu madre.
-Llévaselas tú mismo si quieres. Voy a volver ya, porque no creo que duerma mucho más. Creo que sería bueno que fueras a verla, ella se alegrará. Creo que eres su mejor apoyo, Charlie.
-Me agrada que pienses eso.
-Doctor Cullen, ¿podría acompañarme?
-Sí, claro Seth.
-Creo que sería bueno que visitara a mi madre, está bastante alterada y no sé qué hacer para calmarla… quizá podría…
-Iré Seth, pero no me gusta hacer las cosas así. Lo has hecho para que descanse, pero creo que lo que todos deberíamos hacer es estar con ella, arroparla, no drogarla.
-Lo sé Doc…-Seth comenzó a llorar-. Pero no me siento capaz ahora mismo de consolarla yo solo, no puedo… no sé como asimilarlo yo… ¿Cómo voy a consolar a mi madre?

Mi pequeña tocó a Jacob, mostrándole que debía marcharse con su amigo, apoyarlo. Eso le haría bien a Seth, y podría llevarse sus dos abuelos para que ayudaran a Sue. Ella estaría cuando volviera de allí, esperando que le contara que estaban algo mejor.

-Jacob creo que mi hija tiene razón. Debería acompañaros para estar con vosotros.-dije mientras miraba a mi padre.
-Está bien, podemos ir, pero no me sentiría cómodo consolando a Sue a base de tranquilizantes. Creo que lo que necesita es hablar con alguien que lo comprenda –dijo mirando a Charlie.- Tú sabes cómo se pasa en una situación parecida –dijo mientras recordaba a Bella escondida con nosotros y él creyendo que estaba enferma-.
-Pero ella… igual está enfadada… no sé si debería…
-No digas tontadas Charlie, ella quiere que vayas. Ya sabes como es mi madre, nunca te lo pedirá, pero le encantaría despertarse y verte por allí.
-Está bien Seth, si tú lo crees así, pongámonos en marcha.

Jacob pasó el brazo por el hombro a su amigo Seth, mientras mi padre y yo íbamos en silencio, observando a Charlie. Parecía muy nervioso, y no podía captar bien sus pensamientos.
Cuando llegamos a la casa, Seth nos llevó al cuarto de Sue, estaba dormida encima de la cama, rodeada de pañuelos y con los ojos hinchados. Charlie se acercó, quitó todos los pañuelos de alrededor, dudando dónde dejarlos. Seth se los quitó de las manos y le sonrió mientras tiraba los pañuelos en la papelera. Charlie observó a Sue y la arropó. Todos nos dirigimos al salón, intentando apoyar a Seth.

-Ya la conoces, es tu hermana. Sabes al igual que yo que lleva un tiempo pensándolo, sólo que le gusta mucho el dramatismo. Lo único que la retenía aquí erais vosotros, y tu cada día eres más independiente. Ahora que además Charlie apoya a tu madre, era la excusa perfecta… -dijo Jacob en un torrente de palabras que nos costó seguir-. Charlie, de verdad, no es culpa tuya, Leah es así.
-Cierto Charlie, para nada es culpa tuya. Lo hubiera hecho tarde o temprano, ella no era feliz aquí. Es preferible que sea ahora, al menos estás aquí para apoyarla. Billy y tú habéis cuidado de ella cuando nosotros no podíamos, y siempre os lo agradeceré -dijo mirando a Charlie y Jacob.
-Quizá deberíamos llamar a Billy, él podría ayudar también…-dijo Charlie.
-Hoy no creo que Billy deba venir, Charlie. Mi padre no es muy bueno en estos momentos, quizá mañana pueda darle perspectiva, pero hoy solo cargaría contra Leah y eso entristecería a Sue.
-Billy… -dijo mientras Jacob y él sonreían-. Aún así… no creo que yo…
-Buenos días, -interrumpió Sue-, ¿qué hacéis todos aquí?
-Sue, querida, ¿cómo te encuentras? –le preguntó Charlie mientras se levantaba de un salto del sofá-. Hemos venido a ver cómo estabas, no quiero que estés triste, lo lamento mucho, no debería haber dicho nada, pero ahora sólo puedo estar aquí, contigo, disculpándome e intentando arreglar algo…
-No te tienes que disculpar, no hiciste nada malo. Intentaste defenderme y además ahora estás aquí conmigo, que es lo único que importa. –dijo mientras enrojecía.

Seth se quedó mirándolos, pensativo y alegre. Se podía palpar el cariño que se procesaban.
-¿Queréis quedaros a cenar? Puedo preparar algo en un momento –parecía más un ruego que otra cosa. A ella le encantaba cocinar, así se relajaba.
-Acepto encantado Sue, sabes que si fuera a casa cocinaría pero acabaría sin probar bocado… -dijo Charlie bajando la cabeza-.
-Sí, la verdad es que eres un pésimo cocinero.
-Si quieres puedo ayudarte a cocinar, igual hasta aprendo algo.
-Y si no, siempre puedes poner la mesa -dijo mientras sonreía, visualizando como Charlie acabaría huyendo de la cocina-.
-Me parece buen plan, mamá. Si no te importa iré con Jacob a la playa a dar un paseo mientras preparas la cena, ¿de acuerdo?
-Está bien cariño –le dio un beso a su hijo-. En media hora la cena estará lista. No tardes demasiado.
-Creo que nosotros deberíamos irnos, Bella y mi madre nos esperan.
-Sue, llámanos para cualquier cosa que necesites –dijo mi padre.
-Gracias por todo Carlisle, es muy amable por tu parte. –dijo mientras pensaba “A ti también te lo agradezco, aunque no haya salido como esperaba, al menos Seth y Charlie están conmigo.”
-Acabará regresando Sue, te lo aseguro –le dije empezando a prestar atención a la mente de Seth.
-Eso espero, Edward, eso espero. Dale un beso a Nessie de mi parte, no me despedí de nadie, excúsame, ¿de acuerdo?
-De acuerdo, pero no hay nada que excusar.

Salimos de la casa y mi padre me miró.
*Los huelo cerca… y por el sonido de las pisadas están en su forma lobuna. ¿Son capaces de escuchar a Leah? –asentí- ¿Tiene intenciones cercanas de volver? –negué- Quizás deberías ir con Jacob, Seth debe estar enloqueciendo por oír a su hermana…*
-Estaban discutiendo, Seth ha recordado a su madre llorar, y eso ha molestado tanto a Leah que ha salido de fase, así que creo que tienes razón… cualquiera enloquecería con esa loba en la cabeza…
*Ella ha sufrido mucho, así que debemos ser un poco más comprensivos. Ahora lo único que podemos hacer es dejarla encontrar su camino y ayudar a su familia. Nos vemos en casa entonces.*-pensó mientras nos despedíamos y yo salía corriendo hacia la posición de Jacob y Seth.

Tras un buen rato de charlas y de evasivas por mi parte ante preguntas no verbalizadas de Seth, Jacob recordó que ya había pasado casi una hora desde que dejamos a Sue.

-Parece que Charlie la anima bastante, ¿no creéis? Quizá deba ser así. Igual Leah estando lejos se imprima de alguien que le haga feliz, mi madre acaba con Charlie…
-Y tú te imprimes de alguien que te complete y te haga feliz –terminé los pensamientos de mi amigo-. Es algo que sucederá Seth y, aunque no fuera así, deberías estar feliz por la madre que tienes. Créeme, hubiera sido capaz de enterrar sus sentimientos hacia Charlie por haceros felices.
-Lo sé, pero me alegra que esto no les haya supuesto ningún impedimento. Leah parece no recordar todo lo que ha sufrido nuestra madre.
-Por ello deberías ir ahora a cenar con ellos, no creo que hoy le apetezca mucho a tu madre una encerrona con Charlie. Quizá en otra ocasión te ayude a prepararles algo así, pero hoy solo quiere cenar con los dos. Ella no se siente muy segura de que Charlie la corresponda y a él le pasa lo mismo. Pero como te he dicho, lo dejaremos para otra ocasión.
-Venga Seth, vamos a casa. Yo debo ir a ver a Billy y contarle toda esta historia.
-Pasa luego a dar las buenas noches a Ness… si no se enfadará conmigo y se pondrá nerviosa creyendo que no dejo que la veas…
-En cuanto termine de cenar y ayude a Billy a acostarse, voy para allá.
-Buena suerte Seth. Creo que no es necesario que te diga que estamos para lo que quieras.
-Lo sé, muchas gracias.

Nos despedimos y me dirigí hacia la casa. Todos estaban esperando mi llegada preguntando como estaba el pobre Seth. Mi hija estaba enfadada porque su tía Rose parecía de piedra con el pobre Seth, con lo buena que era con ella y, sin embargo, lo cruel que era con el resto del mundo. Les conté toda la historia, cambiando mi petición a Jacob a un “pásate si quieres”.
Nos fuimos a casa y acostamos a nuestra hija en su nueva habitación. Al poco tiempo Charlie llamó a Bella contándole cada detalle de la cena: Sue había sonreído 18 veces, se había reído cinco y sólo se había entristecido al hablar de Leah y a la hora de irse.
Jacob estaba de camino, podía olerlo. Me asomé al cuarto de mi hija, ella olfateó se removió y se despertó miro el móvil de cuna fascinada y después me miró a mí. Su cara era una mezcla de súplica y alegría, se imaginaba cómo me dirigía a cogerla la sacaba y se la entregaba a Jacob con una amplia sonrisa y la dejaba jugar con él hasta el amanecer. No pude evitar sonreír como en la escena que mi hija imaginaba, pero no podía hacer eso, ella era demasiado joven para comprender todo este lío de la imprimación. Jacob apareció saltando por el jardín y con una sonrisa enorme que mostraba las ansias por ver a mi hija. Antes de si quiera tocarle, mi hija ya reclamaba una extensa explicación de todo lo que había pasado. Él me miró antes de cogerla y yo me quedé congelado. Creo que era la primera vez que me pedía permiso.
-Lo harás de todos modos… así que no os molesto más. No la entretengas mucho, ella pretende tenerte jugando hasta el alba –mi hija me miro refunfuñando-, pero debe aprender a dormir por las noches.
-Está bien, solo un ratito –pidió como si tuviera cinco años-.
-No sé…-“cual de los dos es más crío” pensé, pero no podía decir eso porque mi hija se ofendería, así que me limité a advertir-. Bueno, estaré en el salón con Bella, así que no “gritéis” mucho ¿de acuerdo?
-Gracias papi –me dijo Ness-. Eres el mejor papi del mundo.
-Buenas noches.

Mi esposa había acabado de hablar por teléfono y quitó su escudo para que pudiera escuchar la conversación en sus pensamientos. La besé apasionadamente. Siempre me sorprendía cuando me dejaba observar dentro de su cabecita.