Capítulo XVII: La que brinda protección.

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El fin de semana habíamos ido a Forks. La verdad es que tenía muchas ganas de verles a todos, más aún después de sentirme tan mal al principio de semana. En el colegio dijimos que era una gripe, por lo que nadie me preguntó cosas que me iban a avergonzar seguro, al contrario de lo que pasó en Forks. Jake no paraba de preguntarme si me sentía bien, si necesitaba algo… llegué a molestarme una de las veces, así que luego ya no me insistió más. Su taller era enorme, la verdad que habían trabajado muchísimo… al igual que Emily, Rachel y Kim, que habían traído comida como para cincuenta personas… no quedaron ni las migas. La verdad es que no creía que mis padres fueran a acceder a ir a Forks todos un fin de semana, pero vinieron todos, incluso Nahuel. Me hizo mucha gracia cuando se emocionaba al leer los mensajes que le llegaban de Sayen… pero aún no se había decidido a decirle nada. El taller era perfecto, tenía dos elevadores, la pared del fondo estaba llena de herramientas encima de una bancada que se extendía también a lo largo de la pared, que ahora estaba llena de la deliciosa comida de las chicas. A la derecha había una sala con un cristal enorme y grueso, no entendía muy bien para que servía esa sala, estaba como aislada, pero Jake dijo que era para trabajos de pintura. A la izquierda había una pared acristalada, donde podían verse dos despachos, uno más pequeño y lleno de papeles y otro que parecía una sala de juntas. Había otra zona con un par de sofás, una nevera y una televisión. Luego había unas escaleras donde se subía a un descansillo, se veía todo el taller desde allí arriba. Todo eran ventanales, las vistas eran preciosas. Pude ver cómo unos quinientos metros más abajo había un claro, estaban haciendo una obra, afortunados los que quisieran vivir o trabajar aquí como mis amigos, eran unas vistas estupendas. Miré hacia el otro lado y había una pequeña nave, una especie de almacén… me entró curiosidad y entré. Estaba lleno de neumáticos y de botellas con distintos líquidos y piezas metálicas por doquier. Olía genial. Lo peor fue cuando me tuve que marchar, la despedida de mis amigos y de mis dos guardianes en Forks, Jake y el abuelo, fue muy dura… El lunes por la mañana el ambiente estaba demasiado cargado de alegría. Lo noté nada más bajar del coche de Nahuel. Darlene vino corriendo hacia mí y me abrazó.
-¡Hay novedades! A los padres de Mary les han concedido la custodia de Allison –realmente eran buenas noticias-. Han estado por aquí, se acaban de marchar para ir a recoger a Allison al aeropuerto. Mañana vendrán a clase. ¿No es genial?
-Sí, me alegro un montón por ellos. No puedo imaginar lo que ha debido de pasar la pobre Allison… al menos ahora está con su hermana, eso debe ser un consuelo.
-Sí, eso sí…
-¡Nessie! ¡Hay novedades! –Meg venía arrastrando a Ryan y Kevin iba por detrás-. ¿Ya se lo has contado? –miraba a Darlene, la cual asentía-. ¿A qué es genial?
-Sí, es genial –tanto oír la palabra genial me recordó a algo… cuando estuve en Forks, Jake no paraba de reírse porque decía que todo era genial, la comida, el taller, los planes de la boda… ahora entendía de dónde había sacado esa coletilla…-.
-Vamos a hacer una fiesta este fin de semana, para darles la bienvenida. ¿Te apuntas, verdad? -Le preguntaré a mis padres pero no creo que se opongan…
-Me voy a quedar sola en casa, mis padres se van a ver a mi hermano a Oregón, así que tendremos la casa libre. Mi prima se queda conmigo, pero ya se lo he preguntado y no ha puesto ninguna pega… así que podemos hacer todos los planes que queráis… El día transcurrió rápido. Estuve sola en biología, Sullivan no había venido. A la hora de comer apareció. Me alegré, porque Nahuel no paraba de hablar con Sayen, Meg y Ryan estaban en modo tortolitos y Darlene y Kevin estaban hablando sobre los CDS que llevarían a la fiesta. La verdad es que yo tenía un montón en casa, pero dudo que la música clásica que tenía les apasionara. Últimamente me estaban gustando los éxitos que sonaban en la radio, pero no tenía ningún disco moderno.

-¿Dónde has estado todo el día, tío? –Kevin hizo un gesto palmeándose la cara-.
-He estado… bueno… me he ido a recoger a Allison con Mary, me han dejado aquí antes de ir a casa. Mary estaba muy nerviosa y me ha pedido que fuera con ella, además así Allison ya conocería a alguien del grupo…
-¿Cómo es? –Kevin, siempre tan entusiasta con las nuevas chicas…-.

-Rara, muy rara… -hizo una mueca-. No he hablado mucho con ella… pero es extraña. Viste muy raro, además estaba demasiado callada…
-¿No te has planteado que igual estaba avergonzada? O, no sé, sólo quizá, ¿acaba de perder a sus padres? ¿Cómo estarías tú? –Darlene se enfureció, pero llevaba toda la razón-. Dudo que te apeteciera tirar cohetes el primer día que llegas nueva a una ciudad con desconocidos y sin tus padres.
-Pero estaba su hermana…
-Ya, pero no se conocen tan bien como tú con tus hermanos, no han convivido juntas… hay que darle un tiempo para que se adapte. Más vale que mañana seáis bien amables con ella, o conoceréis mi ira…

-Dar, cariño… -Meg estaba temerosa de hablar-. Tampoco creo que sea buena idea que nos vea tan efusivos, quizá se sienta mal si la colmamos ahora de amor.

-Meg, cariño… -la imitó-. No estoy diciendo que estemos pendientes de ella durante toda la mañana, pero que vea un ambiente agradable, que Kevin no se le tire encima, por ejemplo… -todos reímos-. O que al menos alguien le pregunte sobre gustos musicales, para poder poner algo que le guste en la fiesta…
-Bueno, vale, en eso estoy de acuerdo… Por la tarde estuve hablando con Jake, con el abuelo y con Kim. Estábamos poniéndonos de acuerdo sobre los colores de los vestidos y los cortes. A mi no me entusiasmaba mucho, pero Rachel se había emocionado tanto al saber que iríamos iguales como damas de honor, que… debía hacerlo. Esa noche dormí de un tirón, incluso me desperté antes de que llegara Nahuel. Me puse uno de los nuevos conjuntos que me había regalado tía Rose, ahora mi talla ya era una noventa. Mi cuerpo ahora tenía más forma de guitarra que de palo, algo que me gustaba en parte. Me veía mayor, pero mi cara y mis gestos aún eran muy aniñados. Pero me sentía bien. Lo que no me gustaba era el pelo. Siempre lo había llevado igual… debería hacer un cambio. El color me gustaba… no pensaba cambiarlo.
-¿Estás ya? Al final vamos a llegar tarde…

-¡Ya voy! Nahuel siempre tan impaciente… Me vestí rápidamente, me puse el conjunto que Rose me regaló de su tienda, ese que le encantó a Darlene. Me preparé el abrigo en gris marengo que combinaba con los botines. Mi pelo… decidí recogerlo en un moño improvisado, pero no quería quedarse en su sitio. Gruñí. Mamá apareció de la nada, iba a hablar pero cuando me vio estirándome del pelo se rió de mí. Me soltó las manos del pelo y me recogió el pelo en menos de treinta segundos. Un peinado perfecto. Cogió una cinta negra de raso que había en el tocador que tía Alice me había regalado y me la puso.
-Estás muy guapa, ¿vas a pintarte también?
-¿Debería? -No, estás preciosa así… además a Nahuel le va a dar un síncope como no bajes ya…
-Pues que espere… -dije riendo mientras mi madre salía negando con la cabeza-. A ver… Rebusqué en los maletines que había, pintándome un poco con un lápiz de ojos negro y dando un tono rosado a mis labios con un poco de brillo. Me gustó mucho lo que veía. Me puse el abrigo y bajé corriendo, cogiendo un par de tostadas que mamá me había preparado, sería mejor comer por el camino antes de que Nahuel se enfadase de verdad.
-Estás muy guapa hoy…

-Gracias…

-Bueno, lo estás siempre… pero no sé… ¿hay algún motivo por el cual quieras estar tan guapa hoy? ¿Quizá un chico? -¡Ja! ¡Qué gracioso! Pues no, simplemente me apetecía salir un poco de la rutina… me apetecía verme diferente… ¿no puedo?
-Sí, sí, por supuesto… pero no me muerdas… -dijo guiñándome un ojo-. Bueno, más bien, dile a tus hormonas que no me muerdan… -dijo sacándome la lengua mientras le fulminaba con la mirada-. -¿Cuándo te vas a declarar a Sayen? –contraataqué-.
-No sé siquiera si debería hacerlo…
-Yo creo que ya es hora, ya han pasado casi tres meses desde que os conocéis… -Técnicamente solo dos… el primer mes estaba más centrado en no comerme a nadie que en conocerlos… -dijo riendo-. Así que no sé, sigo pensando que es pronto.
-Y yo sigo pensando que es la hora de que lo hagas de una vez… ¿quién se atrevería a rechazar a un medio vampiro?
-Calla, Ness… no me tortures… todo a su tiempo…

-Invítala a cenar, tonto… este fin de semana, llévala a algún restaurante bonito, dar un paseo por la ciudad… pídele una cita, aunque sea como amigos… pero sal con ella… -Está bien, lo pensaré. Nada más bajar del coche vimos un círculo de gente. ¡Pobre Allison! Pero ella no estaba, sólo estaba Mary. No quise acosarla y entré al instituto. Podía oír unos sollozos desde el baño. Entré y un aroma familiar invadió mi nariz. No era exactamente igual que el de Mary, pero era parecido.
-¿Allison? –nadie contestó, pero los sollozos pararon-. Bueno, sé que… -¿qué le debía decir? Soy una chica que es nueva y que acaba de conocer a tu hermana… además no puedo soportar oír a la gente llorar… suspiré-. Soy amiga de Sullivan, el amigo de Mary. ¿Necesitas algo?

-No, gracias… -pareció cortante, pero había tristeza en su voz. ¿Debía irme?-.
-¿Quieres…? bueno, yo… ¿quieres que te deje sola? ¿O prefieres que me quede?
-Me… me da igual…
-Bueno, pues si no te importa yo prefiero quedarme… aunque deberías ir pensando en salir y lavarte la cara, no creo que debas comenzar tu primer día de clase escondida en un baño llorando sola…

-¡Me importa una mierda lo que creas! ¡Déjame en paz! ¿Qué demonios se había creído para hablarme así? Abrí la puerta para irme, pero un remordimiento me impidió salir. Mi abuela Esme no me lo perdonaría si la dejaba aquí sola llorando. Sería mejor que la dejara llorar, pero cuando saliera que tuviera a alguien con quien hablar. Solté la puerta. Oí como la chica resoplaba. Me recordaba a mí, cuando cogía algún berrinche. Me apoyé en los lavabos, esperando a que la chica saliera. Tocó el timbre, pero no podía dejarla sola. Ya sabía mucho francés, además tía Alice me perdonaría si le contaba esto… ella tampoco sería capaz de dejar a alguien de este modo… Al cabo de quince minutos ya había repasado todas y cada una de las pintadas que podían leerse en las puertas de los baños. Oí como la chica respiraba hondo. Se levantó y quitó el pestillo, me miró extrañada cuando salió. La chica iba vestida con unos pantalones anchos negros, llevaba una sudadera blanca abierta y debajo una camiseta de camuflaje en grises con la que mostraba su ombligo, en el cual llevaba un pendiente y un tatuaje. El tatuaje era de un sol, el pendiente era una bola con una luna. Me fijé en su cara. Sus ojos estaban irritados, en su nariz tenía un pendiente de otra luna, y en el lado derecho de su labio había un aro.
-Creí que te habías marchado –dijo muy seca-.
-Sí, bueno… yo no creí que fueras a tardar tanto a salir del baño… -dije algo sarcástica. Ella me miró de reojo y sonrió-.
-No creo que debas estar aquí conmigo… ¿no ves que puedo ser peligrosa? -¿Y quién te dice a ti que no soy más peligrosa yo? -¿Tú? –se echó a reír-. No me hagas reír, por favor… ¡mírate! Pareces una muñeca, una Barbie vestida para un día de instituto invernal… ni siquiera llevas pantalones… ¿Qué es eso?
-Bueno, lo tuyo tampoco parecen pantalones… ¿has atado dos sacos de basura? –Si las miradas pudieran matar, estaría a punto de morir en este momento. No sé porqué extraña razón, decidí continuar-. ¡Ah, no! ¡Perdona! ¡Que es así como se muestra que eres peligrosa! Enseñando todas tus marcas de guerra, con todos esos aros y esa tripa al aire ¿hace frío, sabes? Yo no llevaré pantalones, pero a ti se te va a caer la tripa a cachos por congelación… -¡Cállate! –dijo intentando salir. Otra vez mi estupidez actuó por si sola y me apoyé en la puerta para que no pudiera salir-. ¿Quieres que te aparte a empujones?
-Dudo que así puedas quitarme, pero… Lo intentó, me intentó apartar y cuando se dio cuenta de que no podía moverme apretó su frente contra la mía amenazante. Eso me trajo todo su aroma a mi garganta, que se cerró. Sólo tenía unos segundos para que ella huyera antes de que me bebiera hasta la última gota de su sangre. Se giró y se fue al otro extremo del baño, dejándome aire para poder despejar mi sed. Aún así su olor me llegaba, así que decidí salir a la calle, el aire frío me ayudaría.
-¿Dónde te crees que vas? –dijo agarrándome-.
-No tengo nada que hacer aquí, y como mi clase ya ha empezado, creo que será mejor que me vaya a tomar el aire, no puedo soportar tu olor… -al menos eso era verdad-. Salí y me senté en las escaleras. Ella salió a los dos minutos y se apoyó en la barandilla. Sacó un paquete de su bolsillo y encendió un cigarro…
-No es justo, ¿sabes? –la miré de reojo, pero no le contesté. Si quería hablar, que lo hiciera…-. Todo el mundo cree que es una pena que mis padres hayan muerto... hoy han venido como veinte chicos distintos a darme el pésame… ¡Ni siquiera me conocen! ¡Ni siquiera los conocían! –Se sentó a mi lado y me ofreció un cigarrillo-.
-No, eso mata… ¿Has pensado que lo hacen por ser amistosos?
-No necesito la amistad de nadie… nunca nadie me ha ayudado y nunca he tenido que ayudar a nadie. La amistad es un intercambio de favores continuo… me parece agotador…
-Ya, claro… es mejor ir de dura, decir que no te importa nada que tus padres murieran y luego ir a esconderte a los baños para llorar… mucho mejor.

-No hables de lo que no sabes… no lloraba por ellos.
-¿Ah, no? ¿Entonces? -No te incumbe…
-Está bien… -me levanté y me fui a sentar a uno de los bancos de la entrada, diez metros más adelante-. No pasaron ni dos minutos y ella apareció, tirando su cigarrillo y pisándolo.
-No es justo ¿sabes? -¿era un deja vu? Se sentó a mi lado-. Tú sabes demasiadas cosas de mí, sin embargo yo sólo sé que eres una niña pija con ganas de buscar problemas…

-Ya sabes algo… -miré en otra dirección-.

-¿No vas a decirme ni tu nombre?

-¿Para qué? Si no necesitas a nadie, no vas a necesitar nombrarme nunca, así que… -Está bien, te bautizaré como… -hizo un gesto pensativo-.
-Carlie –dije al fin-.
-¿Carlie? ¿Qué clase de nombre es ese? -Es mi segundo nombre… con eso te debes conformar…
-¿Tu segundo nombre? Espero que al menos el primero sea más normal…
El timbre sonó, así que me levanté para dirigirme dentro. Ella se quedó sentada, mirando como me marchaba. Sullivan me preguntó sobre mi falta a francés, así que le dije que me había dejado por hacer unos problemas de ciencias. No me apetecía contarle que había estado tratando con la hermana macarra de su mejor amiga… A la hora de comer Mary se unió al grupo. Estaba seria, como ofendida. Oí la conversación que tenía con Sullivan.
-Es que simplemente no la entiendo… ha estado llorando toda la noche, luego se ha levantado y se ha puesto esa ropa, se ha empezado a poner los pendientes… mis padres estaban alucinados. Ha puesto la música a tope en el baño y ha salido de esa guisa. Luego llegamos aquí, y ya has visto como se ha puesto… ¡Sólo quería que conociera a mis amigos! ¡Y se pone a gritarles de todo! Con lo amables que estaban siendo, no entiendo cómo me ha hecho esto. Creía que nos llevábamos bien. Además, no ha venido ni a una sola de las clases… el juez la va a ingresar al centro de menores si en dos meses no ha mejorado su conducta… no sé qué hacer Sully, no sé qué decirle, en serio, quiero ayudarla, pero se ha cerrado en banda… -comenzó a sollozar y se apretó en los brazos de Sullivan-.
-Prueba con la ironía y el sarcasmo, parece ser lo suyo…
-otro impulso, ni siquiera estaba oficialmente metida en la conversación-.
-¿Cómo? -Yo… -¿qué haces Nessie?-. Bueno, lo siento, no he podido evitar oír vuestra conversación… pero un amigo mío cuando estaba así, funcionaba bien el hecho de contestarle. Es como cuando tienes cuatro años… si ella te dice algo en plan borde, contéstale en plan borde sin miedo. Si ella ve que tú… bueno, que te da miedo el contestarle y ella cree que le das pena, aún será peor. No te compadezcas de ella, no tengas piedad. Al menos, no hasta que confíe en ti. Me di cuenta de que todos me miraban mientras yo seguí mirando el fondo de mi vaso de zumo, ya vacío. -¿Crees que funcionará?
-Mejor que compadecerla… al menos, eso quiere aparentar… -no iba a explicarles que mi genial deducción se debía a un enfrentamiento con ella en los baños en donde casi la ataco y ella casi me pega… creo que eso sería más difícil de explicar-. Igual es una tontería, no sé… no me hagas mucho caso… A los diez minutos ella entró en la cafetería. Andaba con chulería, como si nada en el mundo le importara más que ella misma. Cogió su comida y se acercó a la mesa.
-¡Buenos días hermanita! ¿Qué tal las aburridas clases?

-Bien… deberías haber venido… -¿Para conocer más amiguitos? –dijo sarcástica. Darlene estaba ofendida pero casi no lo demostró, sin embargo Meg puso una cara bastante legible-. Mi móvil sonó. ‘¡Hola! ¿Qué tal todo? He estado hablando con Claire… se empeña en que los vestidos sean rosa pastel… no sé que hacer para convencerla… ¿Sería muy odioso que fuéramos de rosa? Un beso. Kim.’
-Creo que deberías buscar otras amigas… la afición por el rosa no es buena…
-Allison había metido la cabeza para leer mi mensaje-.

-Yo creo que tú deberías buscarte amigos, así no te meterías en cosas en las que nadie te pide opinión.

-¡Nessie! –Darlene me miraba con cara de reproche, pero Mary sonrió al ver la cara descolocada de su hermana-.

-¿Nessie? ¿Ése es tu primer nombre? –comenzó a reírse-. Y creía que Carlie era hortera…
-¿Más hortera que Allison? -Ahora me sonreía-. Al menos mi nombre tiene su historia… -¿Sí? Por favor… ilumíname…
-Sí, mi nombre completo es Renesmee Carlie, que es un nombre compuesto por los nombres de mis abuelos paternos y los maternos… Sin embargo… ¿Allison? ¡Por favor!
-Al menos tiene un significado…

-¿Sí? Por favor… ilumíname… -repetí sus palabras con su tono-.

-La que brinda protección… -dijo llena de orgullo y sonriendo-.
Sonó el timbre de entrada, debíamos ir a clase. Ella se quedó en la cafetería rezagada. Seguramente no iba a ir a ninguna clase. Su mirada no se separaba de mí, podía notarlo. El resto del día paso rápido, cuando salimos Allison estaba sentada en uno de los bancos… fumando. Su hermana la miró mal pero dirigió su mirada al suelo y luego a mí. Yo le sonreí, eso debió de suponer un cambio para ella.
-Aprovecha para fumar el último cigarro de tu día, hermanita…

-¿Perdona?
-No vas a fumar ni un solo cigarro más, al menos no hoy…
-¿Tú me lo vas a impedir? –comenzó a reír-. Vamos, por favor…
-Mira, si tú quieres morirte de un cáncer, me parece perfecto, pero en casa no vas a fumar. Ninguno de nuestros padres lo hace, yo tampoco, así que…no vas a hacer que nosotros enfermemos por tu causa… -dicho esto le quitó el cigarro y lo tiró. Allison se quedó atónita y yo pisé el cigarrillo. Mary me sonrió de vuelta-.
-¿Habéis hecho un complot contra mí, acaso?
-No hermana, pero no me dejas otra opción. Si vas a ir de macarra, yo también puedo hacerlo. No voy a permitir que me pisotees, no voy a permitir que contestes como no es debido a mí o a mis amigos. Así que vete acostumbrando a tu nueva vida aquí, si no puedes hacer las maletas y largarte con tu panda de macarras al reformatorio…

-Lo pensaré… -Allison sonreía-. Quizá deba irme con los macarras, las pijas os estáis asociando para destrozar mi orgullo… lo nunca visto… -dijo riendo-.
-Ahora vamos a casa, debemos hablar de las reglas del juego.
-¿También hay reglas?
-¿Tienes algún problema con las reglas?
-No, me encantaría conocer esas reglas nuevas, debes saber cuáles son para poder saltarlas… -seguía riendo y Mary me miró. No pude evitar reírme… Mary suspiró, debió de pensar que se le avecinaba algo así como una condena y se marcharon en silencio-.
-¿En serio vamos a hacerle una fiesta de bienvenida a esa macarra en mi casa? –Meg estaba muy ofendida-. No quiero que fume en mi casa, es asqueroso.
-Debemos ser algo más comprensivos con ella –a veces Dar me recordaba a mi abuela Esme…-. Tened en cuenta que es un cambio exagerado, debe estar aterrada… la teoría de Nessie ha parecido funcionar, así que… la mía se apoya en ella. Está tan aterrada que ha creado esa fachada para nosotros…

-No –interrumpí-. Esa fachada está desde hace años creada… no puedes ser así en sólo unos días, dudo incluso que se pueda llegar a crear una coraza así en meses… pero bueno, eso no debe importarnos. No fumará en tu casa, se va a comportar… para eso vamos a estar todos… -Está bien… pero no me hace mucha gracia…
-Tranquila… confía en mi, ¿vale?


Nahuel salía hablando con Sayen, me resultó muy tierna la escena. Nahuel le colocó un mechón de pelo detrás de la oreja y ella se sonrojó un poco, para evitar que se diera cuenta escondió su boca detrás de la carpeta que llevaba abrazada. La mirada que aguantaron durante esos segundos fue cargada de emoción. ¿Cómo podía decir Nahuel que era pronto? Se notaba a la legua que estaban hechos para estar juntos… Se lo conté de camino y él sonreía, pero no decía nada. Me dejó en casa y me besó en la mejilla mientras bajaba del coche. Yo le saqué la lengua mientras entraba a casa, odiaba que no me contestara a mis deducciones. El miércoles Mary no vino a primera hora, su hermana tampoco, pero no me sorprendió tanto. Mi tía tuvo la genial ocurrencia de ponernos un examen sorpresa… era más fácil que la traducción de la otra vez… así que acabé en diez minutos. Pasó por mi mesa y me dejó una nota

‘Sé que tienes una buena excusa, pero no vuelvas a hacer algo así… no me gustaría tener que llamar a mi propio hermano para decirle que su única hija se está picando las clases de su tía favorita…
¿Todo bien? Te veo muy seria hoy… si necesitas algo entrégamelo con el examen para no levantar sospechas. Haré lo que pueda por ti. Te quiero…’
‘Querida tía Alice…
Sabía que entenderías mis razones… ¿Me ves triste? No sé… ¿Puedo distraerte un momento?’

Me levanté y le entregué mi examen y la nota. Ella se limitó a asentir. Le mostré mis sueños… había tenido una pesadilla viendo como mataba a Allison o a Mary, no podía distinguirlas, las veía exactamente iguales. Ella dio un leve respingo, pero en seguida me sonreía y negaba con la cabeza. Le pregunté si eso significaba que no me preocupase y asintió, le dije que la quería y mostré una imagen de cómo la abrazaba y besaba y ella me sonreía, como lo estaba haciendo ahora mismo. El timbre sonó y salimos hacia la clase de biología. Alguien me llamó y me giré. Allí estaban las dos… ¿Cómo podía confundirlas en mi sueño? Mary llevaba unos pantalones pitillos morados, un jersey largo de punto en rosita y el pelo rubio recogido perfectamente. Sus zapatos eran de bailarina, sus gafas de marca y su maquillaje elegante. Al lado estaba ella, con unos vaqueros más anchos que los de ayer, una camiseta más corta que ayer y un anorak con capucha que llegaba a sus rodillas. Las deportivas le venían como dos tallas grandes y su maquillaje era evidente, negro y un marrón oscuro en los labios. El pendiente que llevaba hoy era plateado, al contrario del negro de ayer. Su pelo rubio caía en cascadas despeinadas y alborotadas, a trozos rizados y a trozos lisos. -Buenos días Nessie… ¿qué tal en francés?
-Muy bien Mary, nos ha hecho un examen, pero era fácil…
-¡Vaya! Hemos estado con el director… ¿crees que me lo hará?
-Si, seguramente. No creo que te ponga ninguna pega, es buena persona…
-¡Prchf! -¿qué era eso? la miré mal-.
-Carlie… me alegra ver que hoy al menos llevas pantalones… -miré mis vaqueros y mi camiseta rosa, no era nada con lo que se pudiera meter ¿no?-. ¿Ese es el rosa pastel de los vestidos? –dijo riendo-.

-Veo que tú has encontrado sacos más grandes con los que hacerte pantalones... en serio, deberías dejar de ponerte esas camisetas de cuando eras pequeña… no te favorecen… -su hermana rió a carcajadas, mientras ella levantaba una ceja y sonreía-.
-Bueno, Allison, ¿vas a venir a biología o no?
-No sé… -Bueno, nosotras nos vamos o llegaremos tarde –dije arrastrando a Mary-. Cuando entramos Mary se puso en la mesa de delante, al entrar Sullivan se quedó parado. Pude imaginar que su duda era enorme… ponerse conmigo o con Mary. Hice un gesto con la cabeza para que se pusiera con Mary. Este se apoyó en mi mesa y me dio un beso en la mejilla, dejándome sorprendida y colorada.
-A veces eres demasiado efusivo… normal que la chica no quiera que te pongas con ella… -dijo Mary guiñándome un ojo mientras reía-.

El profesor entró y empezó la clase. Cuando ya pasaban diez minutos, Allison entró de sopetón, dejando al señor Scott sin palabras. La verdad es que verla entrar con su ropa y la música del mp3, a un volumen que podía oírlo cualquier persona que estuviera a diez metros a la redonda, era todo un espectáculo.
-Usted es…
-Allison Summerland.
-¡OH! Vale, sí… de acuerdo. Pase… -El señor Scott miraba atónito a Mary y a Allison-. Siéntese donde pueda…


-¡Hola Carlie! –se puso a mi lado…-. He decidido que debía venir a darle emoción a vuestras clases… -Mary se volvió y sonrió a su hermana-. ¿Qué estabais haciendo?

Allison se acopló perfectamente a la clase en cuanto dejó de hacer el tonto. La verdad es que ahora me resultaba agradable incluso el discutir con ella con esos piques. La comida fue un poco extraña ya que los chicos estaban algo incómodos. Sin embargo Nahuel y Sayen se reían con Allison al igual que nosotras. Meg la miraba raro, pero creo que era porque analizaba su estilismo, más que porque le cayera mal. Allison estuvo ligeramente más agradable, al menos con las chicas. Con los chicos no tanto.
La semana pasó volando y el viernes hicimos los planes para el sábado. Cada uno íbamos a llevar un par de CDS a casa de Meg, para que escuchásemos un poco de lo que le gusta a cada uno. Me daba miedo las posibles canciones de Allison, pero aún así era justo que pudiéramos escuchar al menos un par de canciones que nos gustasen, me gustaba conocer los gustos musicales de la gente porque a veces decía mucho de las personas. Le pedí a tío Emmett que me acompañase el viernes al centro comercial. Había estado esta semana en una de las famosas fiestas universitarias, así que sabría que música puede gustar. En la tienda de discos, mi tío cogió una cesta y empezó a echar una pila de CDS.
-¿Sabes? A tu padre le encanta la música, pero no soporta todas estas canciones de ahora… para mí son las mejores. Dan muchísima marcha. Mira, voy a regalarte todos estos discos para que la fiesta sea genial.
Me pasé la tarde en casa de mi tío, revisando las canciones e incluso bailamos alguna, pero era bastante patosa. Había muchas canciones, pero las que mi tío dijo que estaban mejor eran de una tal Rihanna, Maroon 5, Kate Ryan y Black Eyed Peas. Me llevaría esos a la fiesta, pero me guarde otros para oír en casa. Mi tío me dejó en casa, así que le pedí a mamá que me hiciera un hueco en la estantería para poner mis discos. Puse uno que me había gustado, de James Morrison. Sonó una canción que me hizo reír, mientras mi madre me miraba divertida.
-¿Puedo reírme yo también?
Asentí y le mostré mis recuerdos. Yo cantando sujetando unos cascos enormes mientras mi mejor amigo sonreía levantando una ceja. El estribillo sonaba de fondo.
And I know that it's a wonderful world But I cant feel it right now,
I thought I was doing well but I just want to cry now,
Well I know that its a wonderful world from the sky down to the sea,
but I can only see when you're here,
here with me. And I wish that I could make it better,
I'd give anything for you to call me,
maybe just a little letter Oh it could start again.
And I know that it's a wonderful world But I cant feel it right now,
I thought I was doing well but I just want to cry now,
Well I know that its a wonderful world from the sky down to the sea,
but I can only see when you're here, here with me.

Mi madre abrió los ojos cuando acabo la canción. Sonreía pero... no estaba tan feliz como debería. Le pregunté sin soltarla…
-Cariño, es una canción preciosa… la letra me emociona… ¿Tiene algún significado especial para ti? –le miré raro, sólo me gustaba el ritmo y la voz de aquel chico-. Bueno, algún día encontrarás una canción que tenga un significado especial para ti.
Decidí cambiar de ritmo, algo más bailable. Quería que mamá me enseñara.

-Será mejor que esperes a papá…

Cuando papá escucho Black Eyed Peas se descolocó… el no estaba acostumbrado a bailar esas cosas. Fuimos a cenar a casa de los abuelos y me llevé los discos para ver si alguien me enseñaba cómo se bailaba esto… Mi tío Emmett se reía, pero no quería enseñarme. Entonces mi tía Rose comenzó a moverse al ritmo de la música con tía Alice. Se movían muy bien pero cuando yo me uní mi padre y Emmett gruñeron, mientras tío Jasper miraba con desaprobación a Alice. Mi madre estaba atónita.

-No voy a dejar que mi sobrina haga el ridículo. Si no queréis ver como se mueven estas tres mujeres, será mejor que os vayáis, pero como volváis a gruñir conoceréis mi ira… -tía Alice parecía enfadada, mientras Rose se reía-.
-Vamos Bella, ven con nosotras…
-Rose le tendió la mano a mamá-.

-Vamos allá… -tía Alice volvió a darle al “play”, haciendo sonar “Hey mama”.


Estuvimos bailando más de una hora hasta que estuve agotada, pero me había divertido muchísimo. Me tiré en el sofá mientras mi padre venía refunfuñando. Puso un nuevo disco en la mini cadena. Sonó uno de mis grupos preferidos, The Corrs.
Desperté en mi cama, el sol brillaba tenuemente e iluminaba mi cuarto. Pude oír unas voces conocidas en la cocina. Bajé corriendo emocionada.
-¡Abuelo! ¡Sue! –Les abracé muy fuerte-.
-¡Hola, nena! ¿Qué tal estas?

-Bien, pero… creí que no vendrías…

-Lo sé, la verdad es que no estaba planeado, porque ayer salí tarde de trabajar. Esta mañana me he despertado pronto, había quedado con Seth para ir de pesca, pero Jacob le ha llamado porque necesitaba ayuda, así que ya que habíamos madrugado hemos decidido venir.
-Tu abuelo me ha convencido, la verdad es que Jacob iba a necesitar a los chicos todo el fin de semana, y Leah ha ido también a ayudarles un poco… Rachel se ha llevado a Billy a Port Ángeles para comprarle un traje y me ha dicho que iba a estar con él todo el fin de semana… así que no había impedimentos para venir… -la abracé, era tan simpática-.
-Cambiaré mis planes, así podré pasar el fin de semana con vosotros…

-No, nena, no cambies tus planes. Me han dicho que esta tarde tienes una gran fiesta a la que acudir, nosotros haremos un poco de turismo para enseñarle la ciudad a Sue, no te preocupes… -dijo mi abuelo abrazándome.


Pasamos la mañana enseñando a Sue la ciudad, fuimos a comer a casa de mis abuelos paternos, la verdad es que Carlisle estaba contento de tener a Charlie por allí. Nahuel había hecho planes con Sayen, por fin me había hecho caso y esa tarde iban a ir a ver una película y a cenar. Las mujeres de la casa empezamos a darle consejos sobre cómo vestir y cómo comportarse. Me lo pasé genial.
Tío Jasper me llevó a casa de Darlene, había quedado en pasar a buscarla. Luego fuimos a casa de Meg. Su prima, una chica de unos veinte años, miraba a Jasper como a una escultura de algún dios griego. Creo que casi podía ver su baba saliendo por la comisura de sus labios. Mi tío me dio un abrazo y me revolvió el pelo.

-Estás preciosa Nessie… pásalo bien –dijo mientras se disponía a montar en su coche-. Entramos a casa de Meg.

Todas nos habíamos arreglado para la ocasión. Yo llevaba unos vaqueros negros con el jersey de cuello vuelto. Debajo llevaba una camiseta morada, con el escote palabra de honor lleno de lentejuelas.
Darlene se había puesto unos pantalones negros también, con una camiseta marrón chocolate que dejaba ver un escote bastante prominente, ceñido hasta debajo del pecho y después caía recto hasta la cadera. Parecía más esbelta. Encima llevaba un jersey blanco de punto bastante grueso. Meg iba también espectacular. Llevaba unas mallas negras y un vestido hasta mitad del muslo de punto y ceñido, resaltando su figura, en un color gris marengo, con cuello en U y de manga corta. Nos pusimos a preparar todo, su prima April nos ayudó. Era una chica poco agraciada, pero era muy simpática y cordial. Hicimos unas cuantas fotos con la cámara que mi abuelo me había regalado, era hora de usarla y empezar a escribir y estampar recuerdos en aquel hermoso diario. A la media hora aparecieron los chicos en el coche de los padres de Sullivan. Los tres iban con vaqueros y camisa, Sully de color negro, Kevin en color rojo Burdeos y Ryan en un color gris. Cuando eran casi las seis de la tarde aparecieron las gemelas. La verdad es que… estaban guapas, cada una a su manera. Mary llevaba un abrigo negro que le llegaba por las rodillas, debajo iba con un vestido de corazón a cuadros, en blanco y negro con unas mallas grises y botines blancos. Allison llevaba unos pantalones piratas bombachos en color gris marengo y una camiseta de tirantes negra, con la tripa al aire, por supuesto. Encima llevaba una chaqueta negra y sus zapatos… ¿Llevaba zapatos? Sí, en negro también, y con un tacón de unos siete centímetros. Su maquillaje había mejorado, tenía el pelo recogido en una cola de caballo y los tonos no eran tan oscuros, sus ojos estaban pintados en marrón tierra y los labios en marrón chocolate con brillo. No me parecía la misma que iba tan macarra a la escuela. Todos nos quedamos atónitos.

-¿A que está más guapa así que con el maquillaje que se pone ella?
-Esta… está muy buena… -Kevin parecía hipnotizado-.
-No flipes niño, no creas que vas a sorprenderme con alguno de tus poco ingeniosos comentarios… -parecía furiosa-. ¿Esto es una fiesta? ¿Dónde están la música y las bebidas?

Comenzamos a comer, a sacar refrescos y pusimos un poco de música dance que le gustaba a los chicos y a Meg. Darlene puso una música más bailable, era un disco que había hecho ella con los éxitos de la radio. Cuando habíamos escuchado tres canciones Allison lo paró y puso un disco de los que había traído. Entonces nos quedamos atónitos mirando cómo bailaba. La verdad es que ninguno nos habíamos arrancado a bailar demasiado, parecía que nos daba vergüenza, pero ella se había limitado a mirar y reírse de los chicos. Pero al son de su música, bailaba realmente bien. La envidié, sus caderas y sus hombros seguían acompasadamente la intrincada melodía.

Na, na, na, na, na, na, na, na, na, na, na, na
Na, na, na, na, na, na, na, na, na, na, na, na

If I was a rich girl (na, na....)
See, I'd have all the money in the world, if I was a wealthy girl
No man could test me, impress me, my cash flow would never ever end
Cause I'd have all the money in the world, if I was a wealthy girl

Se acercó a mí y me sacó a bailar, mientras seguía sonando la canción.

Think what that money could bring
I'd buy everything
Clean out Vivienne Westwood
In my Galliano gown
No, wouldn't just have one hood
A Hollywood mansion if I could
Please book me first-class to my fancy house in London town


Me miró y se reía. Estaba contenta. Se dirigió a su hermana y cogió de la mano a Darlene. Sacó a las dos a bailar mientras yo me dirigía a Meg.


All the riches baby, won't mean anything
All the riches baby, won't bring what your love can bring
All the riches baby, won't mean anything
Don't need no other baby
Your lovin' is better than gold, and I know

Seguimos bailando al ritmo de la música. Allison se veía muy cómoda y feliz, al igual que Mary. Meg estaba bailando de manera algo exagerada al ver a los chicos babear casi literalmente por Allison. Darlene sin embargo se veía ligeramente avergonzada, no llegué a entender porqué, a veces me pasaba, la veía avergonzada y no entendía la razón. Fui directa a bailar a su lado.
-¿Qué te pasa? -Nada… -dijo sorprendida-. ¿Por?
-No sé… te veo… rara. Como triste… cohibida, más bien.
-Bueno… es normal que me quede más retirada… míralas –dijo señalando a Meg, Allison y Mary-, mírate… y ahora mírame a mí… -hizo una mueca de resignación-. No pinto mucho. -¿Perdona? ¿Cómo que no pintas mucho? –La fulminé con la mirada-. Eres nuestra amiga, igual que ellas. Incluso, he de confesarte, que para mí mejor que ellas. No entiendo porqué dices esas tonterías… -observé como miraba a los chicos, que seguían en posición “niño pegado a un escaparate de juguetes”, haciendo una mueca-. Ellos son… -Suspiré, no sabía qué decirle-. Son niños, no le des importancia a sus tonterías o a sus babeos. Son muy inmaduros, en serio…
-Ya, bueno, para ti deben serlo… ¿todos tus amigos eran de la edad de Jake? Me refiero a tus amigos de Forks…

-Sí, la verdad es que casi todos son mayores. Bueno, los pequeños tienen unos diecisiete… pero ellos son diferentes. Todos. A veces parecen críos peores que ellos –no pude evitar una sonrisa nostálgica, les echaba de menos-. Pero cuando se trata de algo importante, parecen siempre más maduros, te consuelan como un hermano mayor, pero mejor, porque son tus amigos… es algo muy extraño…
-Ella me miraba atenta, estudiando cada uno de mis gestos y sonriendo-.

-Los añoras, ¿verdad? –asentí-. De todas maneras, te envidio… por lo que me cuentas debe ser algo genial tener unos amigos así, que te cuiden y te hagan reír.
-Ellos serán iguales, son buena gente… -dije mirando a las tres estatuas, no se habían movido-. Sólo les falta un poco más de madurez… -A veces Kevin es como esos amigos a los que describes, es un encanto, en serio… pero en el momento que se junta con ellos y se ponen en plan “hombretón”… no lo soporto…
-Donde haya más de dos hombres, siempre va a haber demasiada testosterona en el ambiente… -
Allison se unió a la conversación mientras Mary y Meg seguían bailando-. Pero por eso debemos pasar de ellos cuando están así, es lo mejor. Pásalo bien y deja de amargarte por tres niños, en serio… -Allison agarró a Darlene por la cintura y la sacó a bailar mientras me guiñaba un ojo. Me alegré de verla tan... cómoda. Era como si ya nos conociera de toda la vida, como si fuera diferente a la Allison de entre semana. Como Doctor Jekyll y Mister Hyde…-.

La música se tornó de repente algo más sureña, ritmos típicos de reportajes de Jamaica que a veces veía en la tele.

And behind your dark glasses you're...
You're something else You're really lovely Underneath it all
You want to love me Underneath it all I'm really lucky
Underneath it all You're really lovely


La describía bien… Parecía que había tenido suerte al decidir seguir su olor hasta aquel baño, en haberla conocido a solas, la primera vez y poder haber visto algo bueno en ella antes de que todo el mundo la viera actuar con su fachada. Por eso me había seguido, necesitaba tener a alguien, necesitaba querer y sentirse querida para poder mostrar ese fondo, ese fondo tan encantador. Se había dado cuenta de que su hermana la quería de verdad, de que yo la apreciaba también, no puedo negarlo, al igual que Darlene que siempre le dio un voto de confianza. Había dicho que era tedioso intercambiar favores, pero lo estaba haciendo. Le habíamos preparado una fiesta de bienvenida, ella había animado a Darlene. Ya no había vuelta atrás, había comenzado la cadena de favores y habíamos descubierto su lado protector. -En serio, son unos niños –le decía a Darlene-.
-No es sólo por eso… -entristeció-. Todas estáis preciosas, sois guapas y sabéis cómo sacarle partido a eso… yo sin embargo… -¡Para! No me hagas decirte lo que creo… -la miró, Dar seguía triste-. Está bien… -Suspiró-. Te veo mucho más guapa incluso que Meg… me parece incluso hortera a tu lado. –En la cara de Dar se dibujó media sonrisa-. Lo digo en serio. Odio ver cómo la gente se compara unos con otros y odio hacer comparaciones, pero es lo que creo… no vuelvas a decir tonterías similares…

Ahí estaba Allison… brindando su protección a Darlene… protegiéndola de sus propios pensamientos…