Capítulo XXI: Recuerdos. Jacob POV.

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Estaba en el taller, reparando un Chevrolet del 92, viendo cómo Seth peleaba con Quil y Embry después de pegarse media tarde intentando hacerles rabiar sobre sus imprimaciones. Me entraron ganas de pegarle a mí también, aunque a mi no me había dicho nada…
Echaba en cara a Quil sus horas de niñera gratuitas, los estúpidos juegos a los que se veía sometido cuando estaba con Claire. Eso me dolió al recordarme a Nessie.
También se burló de las visitas nocturnas que hacía Embry a mi hermana, algo que yo sabía pero Billy no… lo cual también me molestó, ya que imaginarlos a ambos… me cabreó.
-Dejad de hacer el canelo y trabajar un poco más, estos coches no se van a arreglar solos… Además Embry, ahora estás en desventaja, y al pobre Seth lo único que le molesta es no tener… -me callé, yo ahora tampoco tenía a quién cuidar, a quien proteger…-
-Lo siento Jake… -Seth me miraba compasivo, algo que me cabreó aún más. Pero no quería pagarlo con él-. Yo no…
-Olvídalo y ponte con el Cadillac… Embry encárgate del Chevrolet…

Me fui a la oficina, a intentar hacer algo de papeleo, pero su recuerdo me azotaba como un látigo con cuchillas. Era algo que no podía soportar…
-Deja el papeleo, ves a entrar en fase y corre, así te despejarás… -Quil cogió los papeles que estaba leyendo-.
-Está bien… me llevo el móvil, si necesitáis algo… -él asintió-. Volveré en un rato.

Me fui por la puerta trasera, entré en el bosque y me desnudé, dejé el mono de trabajo en el suelo y até las bermudas con el móvil a mi tobillo. Entré en fase y comencé a correr. Ahora era más fácil hacer esto.
Hacía unos meses que había ocurrido todo aquel caos. Mi hermana estaba ahora de siete meses y se acababan de enterar que no venía uno, si no dos… Ephraim ya tenía casi tres años… era una locura. Así que decidí evitar de esta carga a quien lo quisiera, ya no había peligros aquí, aunque realmente, y me cuesta admitirlo, los Cullen nunca habían sido un peligro. Sam se decidió enseguida, no me hizo falta insistirle demasiado en que no entrara en fase más. Paul le siguió, le pedí que lo hiciera por mis sobrinos, por sus hijos. Jared fue distinto, Kim aún era joven, pero le insistí en que no iba a haber más problemas, y que si algún día era necesario, podría entrar en fase de nuevo. Embry no quería separarse de la manada, quería permanecer conmigo, pero fue fácil convencerle, ya que mi hermana ahora era más mayor que él, ya que había entrado en fase más joven que Paul.
Con el resto no pude hacer nada. Leah quería que Ephraim fuera más mayor, no quería ser una cuarentona con un veinteañero, no podía esperar tanto como una simple humana. Quil era más de lo mismo, y Seth…
Seth fue el peor. Le insistí muchísimo, quería que realmente envejeciera, tuviera una vida lo más normal posible. Pero… él me explicó sus razones y no pude rechazarle. Toda la manada se había imprimado, todos menos él… los amigos que tenía de la reserva estaban todos emparejados y sólo se sentía unido a nosotros por ése vínculo. Podía haberle obligado a hacerlo, pero no quería… él era el más joven, pero aún así era uno de los mejores. No podía quitarle la única cosa que hacía realmente bien y que le hacía sentirse completo. No podía hacerle pasar por lo que yo estaba pasando.

***No pude hacer nada, sus ojos me decían que era lo que ella realmente quería. Aquel viernes fue el peor de mi vida. Ella había estado llorando durante toda la noche, incluso en sueños. Salí al balcón para despejarme, la lluvia comenzó a caer, lo que me ayudó, me hizo sentir mejor. No me arrepentía de haber matado junto a los chicos a aquella escoria, pero sí de haber hecho sufrir a Nessie… Ella se levantó y se aferró de mi camiseta… intenté explicarle todo, pero era difícil. Ella se limitó a asentir y a seguir llorando, buscando consuelo en mis brazos. Sus padres se acercaron, lo que me recordó que había matado a un Cullen, yo mismo había roto el tratado. Al igual que mis hermanos habían pensado que se había roto al ver a Nessie atacarme. La abrazaron y me dí cuenta de que si habíamos roto el tratado iba a empezar una guerra, esa guerra que hace unos años hubiera celebrado, pero ahora no quería separarme de ella por una estupidez así…
-Jacob, no hemos roto el tratado, ninguno. Nahuel no era miembro de la familia, al menos no para todos. No mordió a ningún humano, al igual que Nessie tampoco lo hizo. Por lo cual ninguno de los dos ha quebrantado las normas…

Asentí, estaba agradecido por sus palabras, pero Nessie seguía llorando y empapada. La abracé fuerte, no quería que nada nos separase nunca. Entramos a la habitación y Bella se la llevó al armario para que se cambiase. Salió en un par de minutos con un pijama nuevo… estaba guapa, pero recordé la noche que tuve que prestarle mi ropa, no le favorecía pero me gustó verla así. Edward gruñó levemente, pero le ignoré. Abrí las sábanas y la ayudé a tumbarse, parecía realmente enferma.
-Jake… ¿podemos hablar?
Su mirada era triste, quería consolarla pero… Edward gruñó al colarse las imágenes de aquel maravilloso despertar. Era el blanco y negro, aquel día radiante, hoy… Asentí y ella miró a su padre, que se levantó y se llevó a Bella de la habitación. Nessie cerró los ojos.
-¿Qué te pasa? ¿Qué puedo hacer?
-Yo… -inspiró aire y lo soltó de golpe, sus párpados temblaban pero no se abrían-. No puedo ni mirarte Jake, no puedo… no después de lo que he hecho…
-Nessie… -la interrumpí-. Nadie está enfadado contigo –abrió los ojos y me miró, en sus ojos noté un gran sentimiento de culpa y pena-, todos estamos… tú estás bien. Es lo que importa.
-No Jake, no estoy bien. No puedo mirarte, te he atacado…
-Está olvidado…
-Pero yo no puedo olvidar la muerte de mi mejor amigo –ahora estaba enfadada, dolida. Tenía razón, había matado a esa escoria por ella, pero para ella no era escoria, si no su mejor amigo-. ¿Podrías mirar a la cara a Seth si me hubiera hecho daño? –no podía entenderlo, lo que parecía una disculpa ahora era un reproche, pero tenía toda la razón. De hecho, había reprochado a Seth su ataque, aun sabiendo que ella estaba bien-. Te quiero, pero no me siento bien mirándote, todo a cambiado… -cerró los ojos y apartó la mano que sostenía la mía-. Lo siento, pero no quiero verte más. Mi padre ya conoce mi decisión. Nos iremos esta noche, no quiero que mamá pierda ocasión de estar con Charlie.
Me quedé helado, mirándola durante casi una hora. Ella no se movía, estaba rígida. Fingía dormir para que me fuera, pero no podía. Bella entró y puso su mano en mi hombro.
-Déjala descansar Jake, quizá cambie de opinión cuando se despierte. Quiero que vengas a comer con nosotros, Sue va a ir a casa de mi padre a preparar la comida, le ha dicho que irá sólo ella, ya que no sabe que estamos aquí. Quiero que estés con nosotros y con Seth, sigue pensando que estás enfadado… le hemos tenido que convencer de que no, incluso nos ha pedido perdón a todos al menos quince veces… Vamos, debes hablar con él.

Bajé e hice un gesto a Seth para que me siguiera. Estaba serio y solemne, como si esperase una gran reprimenda del capitán.
-En serio, no hace falta que te disculpes más, vas a hacer que se cansen de ti… -Ahora parecía más relajado-. Te agradezco que me salvaras entonces, te agradezco que te llevaras a Nessie para que no viera aquel desastre… sólo puedo agradecerte cosas, no puedo reprocharte nada. Nessie no salió dañada, y tu intención no era dañarla, como tampoco era la mía al principio cuando ataqué a Nahuel. Lamento haberte hecho sentir mal…
-Jake…
-No digas nada… -suspiré y miré la puerta de cristal de aquel balcón-. Yo no tuve el aguante suficiente que tuviste tú, yo acabé matándole y ahora la he perdido…
-No es tu culpa… Nessie salió huyendo, se dio cuenta de lo que estaba haciendo, pero ese asqueroso no. No había manera de haberle hecho entrar en razón, como un simple empujón hizo con Nessie… No vas a perderla, el amor que te tiene sirvió para ganar a la sed, y no es la primera vez que ocurre… acabará perdonándote, lo sé…
-Bueno, ahora sólo sé que debemos ir a comer a casa de Charlie, tu madre preparará la comida…
Fue la comida más desagradable de mi vida. Apenas pude comer, Nessie estaba demacrada, sus ojos no tenían el brillo de siempre, sólo había pena y añoranza. Lo peor era no poderla consolar,
ella no quería que yo la consolara, ella me quería lejos. La despedida fue fría, apenas me dio un pequeño abrazo, lo que creo que fue para guardar las apariencias frente a Charlie, al cual abrazó profundamente. Cuando llegué a mi casa me tumbé y soñé con ella, con aquella noche que estuve a punto de besarla y no separarla de mí más, en mi sueño la besaba y la abrazaba, me decía que me quería y que nunca la dejara. Me costó dos semanas poder salir de mi cama… ***

El móvil sonó, por lo que dejé de correr y salí de fase. Me puse los vaqueros y fui a sacar el móvil, pero ya había dejado de sonar. Miré el número, era Alice. Un mal augurio me recorrió todo el cuerpo, me controlé para no entrar en fase de nuevo. Llamé y lo cogió al primer tono.
-Jacob
-¿Qué ocurre?
-Os necesitamos… -eso implicaba a toda la manada-.
-No estamos todos, la manada se ha reducido.
-¿Cuántos?
-Ahora somos cuatro.
-¿Qué?
-Todos llevan un par de meses o tres sin entrar en fase… pero puede resolverse. ¿Es grave? ¿Cuándo nos necesitas?
-Bueno, creo que tenemos como un año o así, pero si os implicáis vosotros no voy a saber cuándo sucederá.
-¿Qué sucederá?
-Un hermano de Nahuel ha venido a verle, pero… no sabe que…
-¡Desgraciado! ¿Ahora sus hermanos van a vengarle o algo parecido? Dime que no, Alice… sabemos a quien culparán…
-De momento Odamae va a ser la primera en enterarse, después comenzarán a extenderse por todo el continente, incluso a las hermanas de Amazonas. Debéis venir mañana por la mañana, él se irá por la noche…-estaba decidido, iríamos ahora mismo para allí-, creo. Me alegra que quieras venir, pero me facilitaría más las cosas que retrasarais vuestra llegada, al menos podré ver algo.
-Odio tener que esperar Alice… pero si va a ser lo mejor para ella… ¿Está bien?
-Está bien, perfecto… -la tenía cerca-.
-¿Crees que podría hablar con ella?
-Gracias de nuevo, a todos. –me colgó. Eso iba a ser un no…-

Mi odio hacia ese ser despreciable al que ya había matado comenzó a crecer, si pudiera volver a arrancarle la cabeza lo haría. Sin querer entré en fase, mi rabia brotaba por cada poro de mi cuerpo, por lo que aullé. Corrí hacia el garaje y salí de fase… al menos el mono seguía allí.
-¿Qué pasa? –Seth salió seguido de Quil y Embry-.
-Los Cullen tienen problemas, o al menos eso cree la vidente… aún no es nada seguro, no lo sabrán hasta mañana. Iré por la mañana a hablar con ellos, quiero saber de primera mano que ocurre.
-Podemos ir ahora… -Seth quería apoyarme, los Cullen eran sus amigos-.
-No Seth, eso les dejaría sin la vidente. Quiere ver lo que ocurrirá sin nosotros, antes de que entremos en acción. Créeme que a mi tampoco me hace gracia esperar…
-¿Cuál es su problema? ¿De nuevo los Vulturi? –Embry parecía resignado-.
-No, esta vez no. Un hermano de Nahuel ha ido a visitarle, al parecer cuando se entere de que ha muerto reunirá a toda la familia de Nahuel para vengarle. Seguramente vaya a por Nessie…
-O a por nosotros… -dijo Quil-.
-Da igual… -Embry me sorprendió, comenzó a quitarse la ropa y entró en fase. Aulló y salió de fase-. No voy a dejaros solos en esto… vaya a por quien vaya. Nessie es una de nosotros, aunque haya rechazado verte de momento… sigue siendo tu mitad…
-Creo que todos nuestros hermanos nos seguirán, Jake, hay que avisarles…
-Esperad, chicos… mañana iré a verles, entonces sabremos que es lo que realmente ocurre. No quiero que todos reaccionen como Embry y pierdan estos valiosos meses… celebraremos una barbacoa en mi casa mañana por la noche, si preguntan la razón, estoy nostálgico…
-Pero… deben saber qué ocurre…
-No deben saberlo… -el tono del alfa salió de mí-. No deben saber que podemos estar en peligro, al menos hasta que no esté confirmado. No quiero que se pongan histéricos como Embry… -el tono de alfa me hizo sentir mal-. No deben preocuparse por algo que puede no ser nada… deben tener una vida normal.
Nos metimos en la sala de reuniones, pero ahora el trabajo a planificar no era de motores. Estuvimos pensando qué hacer si realmente la venganza se llevaba a cabo, qué hacer si venían a por nosotros o si iban sólo a por los Cullen. Fuese como fuese debíamos mandar a Nessie lejos, posiblemente a ella y al resto de nuestras familias… Nuestras mitades y nuestra descendencia debían escapar, alguien debía proteger a la tribu si nosotros no lo lográbamos. Collin y Brady debían ir con ellas. Quizá Leah debía ir con ellos… Seth asintió.
-No va a ser difícil convencer a mi hermana si le decimos que debe cuidar la descendencia de la manada, que debe proteger a Ephraim…
-Quizá podamos mandar al resto con ellos… -quizá podía enviar a Sam con ellos, Paul y Jared habían sido los primeros, sabía que ellos eran buenos-.
-No vas a convencerles, ellos lucharán. Aunque no lucharan deben entrar en fase cada poco tiempo… si su misión va a ser proteger a la tribu si caemos…
Se hizo el silencio ante las palabras de Embry… estábamos siendo fatalistas, teníamos un plan B por si caíamos en la batalla… ni siquiera habíamos pensado en ello cuando vinieron los Vulturi.
-Nadie va a caer, todo irá bien. Estamos siendo demasiado pesimistas creando un plan B….
-Pero es lo correcto… -Embry resopló-. No sabemos aún a qué nos enfrentamos…
Miré por la ventana, ya era de noche.
-Mañana por la noche nos reuniremos en mi casa. Seth, debes informar a Leah de todo, incluyendo que no va a tomar parte… Quiero que todos estén mañana… Completos –ellos sabían a qué me refería-, todos deben conocer la situación.

Cada uno se fue a su casa, yo fui a ver a Rachel, que ahora parecía una chica pegada a una barriga… me metí con ella hasta que Paul temblaba, por lo que decidí no arruinar lo que había dejado pasar hasta ahora. Mi padre me renegó, tampoco le hacía gracia que me metiera con las chicas… La besé y me disculpé.
-¿Cuándo sales de cuentas?
-El día quince. Tengo ganas de que salgan…
-¿Ya tienen nombre?
-Sí, de hecho, el chico lo tiene… va a llamarse William –miró a nuestro padre mientras lo decía-, pero la chica no… me gustaría que lo pusieras tú –dijo mirando a Paul mientras él acariciaba su tripa-. Quiero que tenga un nombre bonito, seguro que elegirás un nombre genial…
-Yo… -estaba emocionado-.
-No hace falta que llores, sólo debes elegir un nombre… -dijo Paul riéndose ahora él de mí-.
-Lo pensaré, elegiré uno que sea precioso y signifique algo bonito… Pero ahora debo irme a casa…
Me despedí de mi hermana y mi cuñado, después llevé a papá a casa y me fui a la mía, tenía mucho en lo que pensar.

Me tiré en la cama del cuarto del primer piso, no había subido arriba desde entonces. Miré la pared vacía, me sentí mal y subí a mi cuarto. Aquel cuadro me hizo sentir desdichado, parecíamos tan felices allí…
fui a su cuarto, entré en aquel gran armario, salí al balcón y me pareció verla sentada en ese silloncito, mientras yo le hacía una foto. Me senté en él y admiré el paisaje. Cuatro meses. Cuatro meses sin saber nada de ella, ni un mensaje, ni una llamada, ni una visita. Las pocas veces que veía a Charlie siempre me contaba algo. Sabía que se había ido de viaje con sus nuevos amigos, incluso era posible que se hubiera enamorado… Me levanté y volví a mi habitación, me tumbé en aquella cama, recordando la noche que la tuve tan cerca, que sus labios estuvieron cerca de los míos… Lo confundido que me sentí en ese momento, mientras sus labios rozaban mi cuello, los míos el suyo… pero no me sentía dispuesto a arruinar la felicidad que tenía, me había contado tantas cosas de sus amigos que sabía que si la besaba se quedaría a mi lado, debía darle la oportunidad de haber tenido una vida apartada de mí. Aquella noche rompimos una promesa, o la olvidamos por aquella noche… un paréntesis, había dicho ella. Sonreí al recordarlo. Comencé a recordar momentos atesorados, todos aquellos que había reprimido para evitar sufrir, ahora salían como el agua de una presa a punto de estallar.
Pude ver como la luz aumentaba, era hora de irse. No había dormido, pero… no me importaba. Tenía cuatro horas de camino a Monroe, debía apresurarme. Cogí mi móvil.
-Me vas a arruinar el almuerzo…
-Así es… -Alice había sido irónica-. Aunque creo que no ibas a comer demasiado…
-No, aunque tuviera la necesidad de comer no podría…
-¿Qué ha pasado?
-Aún es todo muy confuso, además son híbridos… te lo contaré cuando llegues… espero tener algo más claro todo a tu llegada…
-Iré a casa de Carlisle… creo que será lo mejor…
-No, estaré trabajando cuando llegues, creo… -“Creo” era la palabra clave cuando hablaba de nosotros-. Acude al instituto.
-No sé si…
-Ella sabe que vendrás, ya se lo dije ayer. No te preocupes…
-Está bien, iré directo a tu teatrillo… -no pude evitar reírme-, me gustará ver cómo das clase…
-Igual puedes aprender algo… -ahora ella reía-.
-Seguro…

Me levanté y abrí mi armario. Sería mejor ponerse algo más decente que unas bermudas para no llamar tanto la atención. Me puse unos vaqueros y una camiseta negra. Al sacarla encontré aquella camiseta que le había prestado a Nessie… tuve que controlarme para no entrar en fase, sabía que podía vivir si ella me rechazaba, dolía, pero era su decisión. No podría soportar si algo le pasara a ella…

El viento frío azotaba mi cara, pero no suponía un problema para mí. Aparqué la moto en la puerta del instituto, que estaba casi vacía. Sólo estaba un chaval, el tal Sullivan del que tanto me había hablado Nessie con dos chicas idénticas, los tres estaban fumando. Las chicas debían ser las gemelas de las que me hablaba. Mary, la que había conocido en el parque me miró con preocupación, al igual que Sullivan. Sin embargo… Allison, si no me equivoco, tenía pinta de querer saltar sobre mi espalda y arrancarme el pelo a tirones. Puse la mano en mi cabeza, tocando mi pelo ahora más largo, no tanto como cuando era más joven, simplemente no lo había cortado desde que ella se fue.
Suspiré, si ellos estaban fuera, ella debía estar por algún sitio. Quizá fuera mejor que esperase aquí. Me apoyé en la barandilla, esperando a que ellos entraran a clase y entonces yo buscaría a la… ¿cómo debía llamarla?
-¿Buscas a alguien? –La rubia clonada se acercó a mí, debía ser la gemela malvada, al menos con esos pendientes y esas pintas de macarra, daba esa impresión. Rodé los ojos y miré para otro sitio, no me apetecía tener una conversación con alguien tan hostil. Ella debió de molestarse-. Estoy hablando contigo, motero de cuarta… -ella cogió mi brazo de malas maneras, me solté-. ¿Estás sordo?
-No creo que te incumba a quien busco… es cosa mía, entrometida…
-Si vienes a buscar a Carlie vuelve a tu tribu con tu moto regalada… -eso me molestó, ¿Carlie? Nadie la llamaba así… Sabía que mi moto era regalada, así que ella habría hablado de mí con este monstruito… Levanté una ceja, me estaba quedando sorprendido ante tanta hostilidad por parte de una adolescente hiperhormonada tan pintoresca-. Ella no quiere verte…
Eso me dolió, su mirada se clavó en mí, volviendo a sentir como me arrancaba el pelo uno a uno. Pero sus palabras habían dolido más que si hubiera saltado sobre mí. Comencé a temblar, intentando controlarme, no podía seguir manteniendo mucho la calma, ella seguía mirándome con odio. El tal Sullivan la alejó de mí. Tuve una sensación de “déjà-vu”.
Noté una mano helada en el hombro, lo que me relajó. Lo nunca visto… un licántropo consolado y calmado por una vidente chupasangre… Me sonrió mientras ejercía presión en mi hombro.
-Me alegro de verte, pero no creo que sea muy adecuado el que esperes justo aquí…
-¿Te alegras de verme? –levanté una ceja, no podía creer que me dijera eso…-. No puedo creerlo… siento tener que romperte el corazón pero…
-Ya, ya, calma perrito… -dijo levantando una ceja-. Chicos, será mejor que entréis a clase… iré en diez minutos… y deberíais dejar de fumar… no es bueno para la salud…
-Sí señora Cullen…
-¿Señora Cullen? –Comencé a reír a carcajadas mientras los chicos se metían por aquel pasillo-. En serio, quiero ver una de tus clases…
-Jacob… -su rostro ahora se tornó serio-. Debemos alejarnos un poco…
-No sabe que estoy aquí, ¿verdad?
-Cree que vendrás esta tarde, no sabe que venías directo a hablar conmigo…
-¿Es grave? –Ahora las bromas quedaban aparte-. ¿Sabes algo más?
-Bueno… -hizo un gesto para dirigirnos a mi moto-. La verdad es que Adam aún está asimilando que su hermano no está… estamos intentando buscar más hermanos de Nahuel, quizá si podemos ayudarle en eso, sólo quizá, pase por alto la muerte de su hermano.
-¿Qué le contasteis exactamente? Quiero decir… ¿conoce nuestra existencia?
-Sí y no… -hizo una mueca-. Le contamos que Nahuel se volvió loco e intentó atacar a nuestra pequeña, por lo que unos amigos tuvieron que intervenir… pero decidimos omitir el detalle de vuestras formas cambiantes… Por lo que Edward dijo, creyó que erais de los nuestros, lo que le hizo pensar en las condiciones de su hermano para que le atacasen… -Llegamos a la moto y me miró con compasión-. Sé que la situación es un poco peliaguda, puedo entender cómo te sientes sin ella… pero debo pedirte que te marches ahora. Edward te espera en casa, podrá resolver todas las dudas que tengas. –Su mirada se desvió, al igual que la mía. Su dulce olor me llegó conforme se cerraba la puerta detrás de ella. Estaba preciosa, una jovencita realmente adorable. Su rostro era un mar de contradicciones, alegría, tristeza, añoranza… finalmente resignación. Su mirada dudaba, hasta que bajó la cabeza y se fijó en el suelo cerrando los ojos. Me sentí abatido, me entraron ganas de correr a consolarla, pero una mano fría hizo que cambiara sus ojos por los de la vidente-. No es el momento. Ahora debes hablar con Edward, esta tarde podréis hablar si queréis, pero ahora los dos tenéis cosas que hacer… -la miramos de nuevo y la vidente hizo una mueca-. En algunas situaciones me trae recuerdos… se parece mucho a ella…
-Su madre era igual de testaruda…
-Más bien les gusta sacrificarse por lo que creen correcto, pero no se dan cuenta de que, a veces, lo correcto es ser egoísta…
-¿Qué? –sus palabras me desconcertaron-.
-Debes ir a casa, Edward te espera y yo tengo que dar una clase… -Dijo haciendo un gesto noble-.
-Cierto, Señora Cullen… -dije sonriéndole, pero la visión del fondo no ayudaba a mi sonrisa. Ella nos miraba, estaba seria. Se giró y la puerta se abrió, saliendo aquella gemela diabólica que me volvía a asesinar con la mirada. Nessie se refugió en sus brazos, lloraba. Solté el casco y salí corriendo detrás, pero Alice me frenó-. No puedo dejarla así…
-No te preocupes, nosotras nos encargamos… -Pude ver cómo ambas se metían al instituto, Nessie miraba por encima del hombro de su amiga. Creo que me salió una mueca, pero Alice me empujó ligeramente-. Debes ir a hablar con su padre…

Retrocedí andando hasta mi moto sin perder de vista aquella puerta. Pude ver cómo Alice entraba y la abrazaba, pidiendo a la niña malhumorada que se metiera en clase, sin hacerle ella caso. Nessie se abrazó a su tía y a Allison, después se soltó y me miró, solo unos metros y una puerta de cristal nos separaban, quería abrazarla. Pero su mueca me rompió el alma, cuando negó con la cabeza y sollozando corrió en sentido contrario al que yo quería que hiciera. Alice hizo un gesto de dolor, de disculpa. Veía cómo ambos nos sentíamos, pero no podíamos hacer nada, ella no podía ayudar. Bajé la mirada hacia el suelo y cerré los ojos, reprimiendo las lágrimas que empujaban por salir. No podía llorar ahí, a la vista de la Barbie macarra y la vidente, que seguían mis movimientos, una ceñuda y la otra compasiva. Me puse el casco y monté en la moto, salí corriendo de allí, y ayudadas por el aire, las lágrimas se desprendieron de mis ojos.

Me sentía mal, frustrado, impotente. Había visto cómo ella sollozaba porque no quería verme, no quería mi consuelo como siempre lo había necesitado, ahora se apoyaba en su familia y en sus amigos. Y yo no podía reprocharle nada, porque yo había matado a su mejor amigo, a su apoyo aquí, lejos de mí. No me merecía poder consolarla, pero ella no merecía sufrir…

Aparqué en aquella enorme casa. El olor a lasaña y pastel de chocolate me dio hambre. Pero no fue el único olor que me llegó. Había más de un vampiro por allí, vampiros que hacía mucho que no olía.
Edward abrió la puerta y salió, asintiendo.
-Los de Denali están aquí. Nos han ayudado mucho, sobre todo Eleazar. Esme y Bella te están preparando algo de comer, pasa… -dijo haciendo un gesto para que le siguiera-. Tenemos mucho de lo que informaros –estaba claro, su tono ahora se refería a la manada-.