Capítulo XXIV: Duro entrenamiento. Dura semana.

14:44 0 Comments A+ a-

Suspiré y mis padres me miraron curiosos desde el sofá. Me senté junto a mi madre que me sonreía, mi padre cerró el portátil y se sentó a mi lado.

Pasé el día en casa con Charlie, Sue, Jake y mis padres. Poco después de comer mi abuelo y Sue se fueron. Jake se quedó un poco más, pero se fue antes de que comenzara a arreglarme para mi presentación oficial… o algo así…

-Está bien, volvamos a repetir. Quiero probar, quiero volver a hacerlo Jazz… por favor…

-Ahora intenta hacerlo de nuevo, esta vez dirige todo contra mí… -dijo Eleazar con una sonrisa algo maquiavélica-. Puedo soportar mejor el miedo que Tania.


Una corriente de miedo invadió de nuevo mi cuerpo, ahora fluía más rápido y fuerte, me costó mucho poder sentir cómo la acumulaba en el mismo punto. Pude notar, a la vez que me concentraba en guardar todo ese miedo, la desesperación a mis espaldas, mi padre supuse, la satisfacción delante, en la misma posición de Eleazar y la curiosidad en su retaguardia. Sonreí, intentando calmar los ánimos mientras ese miedo desaparecía de mi cuerpo y se concentraba en mi nuca. Abrí lo ojos y miré a Eleazar, descargué todo el miedo en él. Pude notar cómo ahora tenía miedo, cómo la satisfacción desaparecía por momentos y luego volvía, acompañado de una mueca extraña, sonriente. Mi padre puso una mano en mi hombro, paré todo aquel torrente de miedo y desapareció de mi cuerpo, dejándome algo cansada.

-¿Te encuentras bien? –mi padre me miraba preocupado-. Estás muy pálida, deberías descansar. Has hecho un gran trabajo… -me sonreía y abrazaba mientras me acompañaba al sofá-. Te traeré algo de comer.

-Te acompaño… -Tania fue detrás de mi padre, algo que no me hizo demasiada ilusión-.

-Cariño, ¡ha sido magnífico! –Carmen se hizo un hueco a los pies del sofá, mientras Eleazar se sentaba en el brazo del mismo sonriente-. En pocos días dominarás completamente tu don, ya lo verás…

-Me alegra comprender porqué nunca he logrado ayudarte sin que tú quisieras –tío Jasper se sentó en el suelo, a la altura de mi cabeza-. Me siento un poquito mejor… me sentía algo inútil…

-¡Vamos Jasper! –Dijo Garret apareciendo de la nada-. No pretendas que te subamos el ego… Así que la pequeña Cullen ya casi domina su nuevo don… ¡magnífico! Me gustaría ver cómo intentas controlar mis emociones…

-Te sorprenderías Garret… -dijo papá mientras venía con un vaso de leche y galletas… odiaba la leche… Mi padre alzó una ceja-. Lo sé, pero dudo que quieras comerte esto solo… -miró la galleta con cara de asco-. Bueno, cómetelo… y no protestes…

Pasamos el resto de la tarde en casa de Carlisle. Cuando se acercaba la hora de cenar todos llegaron. Mi abuela Esme insistió en prepararme algo, pero no tenía hambre, así que me acomodé en el sofá, apretujada a ella. Mamá se sentó a mi lado, cogiendo mi mano mientras veíamos una serie de la televisión. No me di cuenta, pero a lo que aparté los ojos de aquel quirófano de mentira, toda mi familia rodeaba el sofá, todos sentados en los sillones, en el suelo… incluidos los del clan Denali.

Cuando llegué a casa saqué mi móvil y escribí un mensaje.

‘¡Hola cariño! Gracias por haberte quedado conmigo, la verdad es que me encontraba bastante mal, pero ahora estoy mejor. Mañana nos vemos en clase, ¿de acuerdo? Te quiero.’

‘Me alegra que estés mejor, te iba a llamar antes pero he pensado que estarías descansando. Espero que pases buena noche. Mañana nos vemos. Lamento todo lo que ha pasado hoy. Te quiero.’

-Cariño, se acerca tu cumpleaños. Se supone que vas a hacer dieciséis, así que no sé que se les regala a las chicas de esa edad ahora… ¿Podrías echarnos una mano?

-No quiero regalos este año, de hecho, no querría ni celebrarlo… pero me da que mi tía Alice se ha compinchado con mis amigas… ¿Puedo escapar? –Dije poniendo una sonrisa triste. Mis padres se reían-. ¿Por favor?

-No cariño, no puedes… ya sabes que tus cumpleaños, los de todos, son importantes para la familia… para nosotros. Tu padre me explicó el significado de los cumpleaños para los Cullen, creo que puedes imaginarlo…

-Así es, para ellos es algo maravilloso poder verte cambiar, verte crecer… hacerte mayor. Les encanta. No puedo pedirles que ignoren uno de tus cumpleaños…

-Está bien… -suspiré resignada-. Pero prometerme que no va a ser nada desorbitado… este año no tengo muchas ganas de celebraciones… -El recuerdo de Nahuel en mi último cumpleaños se hizo patente-. No puedo…

-Lo intentaré… intentaré controlar a ese monstruito que tengo como hermana…

-Gracias papi… me voy a dormir, la verdad es que no me encuentro muy bien…


Subí y me tumbé en ese cuarto nuevo, mirando las estrellas a través de esas telas vaporosas. Comenzó a dolerme la tripa, me encontraba realmente mal. Mi padre me abrazaba un segundo después.

-Vamos… -dijo cogiéndome-. Iremos a casa de tu abuelo…

-Papá, no seas exagerado, es sólo un dolor de tripa…

-Lo sé, pero hay que hacerte una revisión por si acaso, llamaré Jacob si hace falta que volvamos a enviarte allí.

-¡No! No podéis mandarme de nuevo allí…

-No vamos a discutir… -ahora me estaba metiendo ya en el coche-. No ahora…


Llegamos a casa de mi abuelo y Carlisle salió corriendo. Al ver mi estado subió rápidamente al estudio y lo preparó para que me acomodara en la camilla. Me hizo una ecografía y me hizo un análisis.

-Sois demasiado exagerados… Dudo que todas pasen por esto cada vez…

-No, ninguna tiene que pasar por todo esto, pero tú no eres como ellas, ellas están preparadas para estos cambios y no corren peligro porque su familia las ataquen, así que sí, posiblemente seamos exagerados, pero es necesario… -mi padre parecía demasiado nervioso-.



-Hijo… cálmate, aún tenemos tres meses… al menos lo sabemos…


-Está bien… preferiría que esta noche estuvieras tú con ella, no quiero…


-Está bien, pero creo que será mejor que vayamos a vuestra casa, aquí hay demasiada gente…


Volvimos a casa, mi padre y mi abuelo hablaban en el salón mientras mi madre sujetaba mi mano, me acariciaba el pelo y me cuidaba amorosamente. Yo sujetaba mi tripa, no dolía tanto como recordaba, no era tan intenso. Sonreí a mi madre, este malestar era soportable. De repente noté cómo mi boca se secaba, no era sed de sangre, mi garganta no quemaba, pero mi boca… era una sensación extraña, como aquella vez en la playa jugando con Claire… recuerdo que hacíamos un castillo enorme y que los chicos de la manada enredaban cerca, Seth se cayó sobre nuestro castillo, haciendo que la arena llenase nuestras bocas. Debí de poner cara de asco, porque mi madre se preocupó. Mi abuelo me trajo en seguida un vaso con zumo, era ácido y dulce a la vez. Estaba muy rico. Pero esa sensación pastosa seguía allí, comenzando un ligero dolor de cabeza. Me trajeron unos diez vasos con distintos líquidos, agua, zumo de piña, de naranja, de uva, de melocotón, leche, refresco de cola, soda, naranjada, limonada… mi abuelo estaba desesperado. Mi madre bajó a la cocina y pude oír como rebuscaba en los armarios, mientras mi abuelo y mi padre se quedaban conmigo.

-Ten… -dijo mi madre medio desesperada. Probé un sorbo y estaba realmente asqueroso. Puse mala cara-. Sí, se que no estará muy bueno… pero… creo recordar que cuando era humana mi madre me lo preparaba así… -Carlisle le miró raro-. Un poco de suero casero…

-Sí, es una gran idea…

Bebí esa cosa asquerosa que hizo que mi boca se llenara de un sabor raro, mi boca parecía agradecida, a pesar del desagradable sabor. Miré el reloj y era tarde, las dos y treinta y cinco de la madrugada. Mi padre sonrió y me acarició el pelo, quedándome dormida enseguida.

Me desperté cansada, sin ganas de nada. Mi padre seguía a mi lado, al igual que mi madre, pero el abuelo se había ido.

-Tenía que ir a trabajar… si no te encuentras bien podemos quedarnos… no tienes que ir a la escuela si no te encuentras bien…

-No, quiero ir… -miré el reloj, aún era temprano-. Dormiré un rato más, pero quiero ir…

-Está bien… -volvió a acariciarme el pelo, mi madre se tumbó a mi lado-. Duerme un poco más y te despertaremos a tiempo para ir a clase. Te llevaré yo mismo, ¿de acuerdo?

-Está bien… -suspiré y cerré los ojos dejándome llevar por el sueño y el cansancio-.


Me levanté y sólo quedaban veinte minutos para que comenzaran las clases. Me arreglé rápidamente y mi madre me preparó un sándwich para desayunar, que me comí de camino a la escuela. Papá conducía más despacio de lo habitual, lo que me pareció divertido. Cuando llegamos casi no había gente en la puerta, llegaba muy justa de tiempo. Le di un beso a mi padre y bajé corriendo del coche. Cuando llegué a clase todos mis amigos me preguntaron por mi estado, así que expliqué que sólo había sido una bajada de tensión. Allison me miraba preocupada, pero cogí su mano y gesticulé con mis labios un “gracias”. Ella apretó mi mano y me guiñó el ojo mientras sonreía.

A la hora de comer miré mi móvil, tenía mensajes de toda mi familia, preguntando cómo me encontraba, incluso de Carmen, que me decía que Eleazar, Tania, Kate y Garret estaban preocupados por mi estado.

‘Estoy bien, no os preocupéis. Solo un poco cansada, ya que me dormí tarde. Gracias por preocuparos… besos. ‘


Envié el mensaje a todos, así acabaría antes. Alice se acercó a la mesa.

-¿Qué tal vas? Carlisle me ha dicho que te pusiste peor por la noche…

-No fue nada grave… en serio… os preocupáis demasiado…

-Si vuelve a pasarte algo así, avísame, por favor… -puso una cara que me dio pena, por lo que la acaricié y le mostré que no debía preocuparse, provocando una sonrisa en su rostro-. ¿Prometido?

Asentí y ella se marchó. Todos me contaron que se habían asustado mucho al verme tan pálida y de la guisa que estaba ayer. Yo me sonrojé, me disculpé e intenté cambiar de tema.

Mi móvil sonó de nuevos tres veces… miré cada uno de los mensajes.

‘Esme quiere prepararte algo que realmente te apetezca esta noche… así que decide tú… ella quiere hacer un gran postre, yo haré lo demás… ¿Qué menú te apetece cenar? Espero que comas bien ahora, no puedes pasar todo el día con un sándwich… Te quiero mucho… mamá.’


‘He comprado más suero, Carlisle me ha recomendado uno muy bueno, dice que sabe a naranja y hay otro de fresa. He comprado los dos para que puedas elegir. ¿Quieres que acuda a recogerte o prefieres ir con Alice? Te quiero… papá.’


‘Mañana iré para allí… tu madre me ha dicho que te habías puesto mala… ¿Estás mejor? ¿Quieres que vaya esta noche? Puedo pedirle a los chicos que se encarguen de todo, no hay mucho jaleo para mañana en el taller… Un beso. Jake.’


Sonreí, todos se preocupaban, pero a veces me agobiaban. Contesté en orden.

‘Bueno, no es necesario, pero si os empeñáis en cocinar… me gustaría un poco de lasaña de carne, esa tan rica que haces y de postre un gran pastel de chocolate, que lleve chocolate negro, y blanco… vale, estoy pasándome… Tranquila, Alice ya ha venido a vigilar que comiera lo necesario. No os preocupéis tanto. Os quiero mucho a las dos… ‘


‘Papá… gracias… creo que Alice me llevará, no te preocupes… yo también te quiero, eres el mejor padre del mundo… el más considerado y más…’ ¿Qué decir…? ‘el mejor. ‘

‘No es necesario que vengas antes, en serio, estoy bien. ¿Cómo va Rachel? Ya le debe quedar poquito… Dales un beso a todos los chicos de mi parte… les extraño. Mañana nos vemos… tengo ganas… Nessie.’


Suspiré, demasiado estrés por un simple malestar… se preocupaban demasiado. Allison me miraba atenta, Mary y Sullivan salieron, pero ella se quedó y se sentó a mi lado. Darlene y Kevin seguían hablando sobre la serie que vimos ayer en casa. Noté la mano de Allison en mi cintura, protegiéndome, fue una sensación muy rara que me hizo sentir bien y le sonreí. Kevin seguía hablando pero nos miraba de reojo, mientras Darlene intentaba captar su atención algo mejor, dejándonos un poco de intimidad. Me uní a la conversación, poniendo mis manos sobre la mesa, pero con la pierna junto a la de Allison, no quería que sintiera que la rechazaba, pero era mejor así. Su mano presionó mi cintura un poco más, como agradecimiento.


El día pasó rápido. A la salida Alice me esperaba apoyada en el coche, mientras Allison se alejaba con su hermana. De repente hizo un gesto, para que la esperasen y se giró corriendo hacia mí, se paró frente a mí y rebuscó en su mochila. Me dio unas hojas en blanco y levanté una ceja.

-Se supone que son apuntes que me has prestado… pero la verdad es que quería una excusa para venir a verte, no hemos podido hablar a solas hoy… -hizo una mueca-. ¿Todo va bien?

-Sí, genial… -le sonreí, sabía porqué preguntaba-. Podíamos ir esta tarde de compras… ¿te parece? –Hizo una mueca-. O donde tú quieras… pero solas. Me apetece…

-Está bien… quedamos en el centro comercial a las siete, ¿vale?

-Perfecto… allí estaré…


Allison volvió corriendo con su hermana y yo con Alice, que sonreía pícaramente. Entramos al coche y puse la radio, una emisora de éxitos antiguos. Sonó una canción de Gwen Stefani, Sweet Scape. Mi tía levantó una ceja y subió el volumen mientras cantábamos juntas, acoplándonos a la canción. Miré a mi tía, parecía feliz, me miraba curiosa. Me fijé en el retrovisor, Alice no era la única que irradiaba felicidad, así que le sonreí y volvimos a cantar juntas, una canción curiosa… Y es que esta tarde iba a ser mi dulce escapada… debía ir preparada para no comportarme como una lunática… hablaría con papá, él podría ayudarme con esto…


Cuando llegué a casa toda la familia estaba allí al completo, mi madre y mi abuela estaban cocinando, por lo que Eleazar y Jasper me pusieron a prueba, esta vez mi cobaya sería Garret, que me miraba con una sonrisa de autosuficiencia, mientras yo esperaba. Noté la corriente de miedo y confusión que Jasper me enviaba, pudiendo distinguirlas esta vez sin dificultad. Las acumulé por separado, miré a Garret sonriente. Envié una oleada de remordimiento, él alzó las cejas, su sonrisa se borraba. Después descargué toda la confusión, haciendo que su expresión se tornara curiosa, después todo el miedo acumulado, por lo que le recorrió un ligero escalofrío mientras sonreía, aprobando mi don.

-No está nada mal… ¿Puedes controlar todos los poderes igual?

-Ni lo pienses… -mi padre le miró muy mal, supuse que pensaban en Kate-. No está preparada aún…

-Bueno, a mi no me importaría probar… -sugerí, pero el gruñido de mi padre hizo que la idea desapareciera de mi cabeza. A cambio vino otra petición que tenía que hacer. Su ceño se frunció en una mueca de frustración y pena, después suspiró-. Por favor…

-Está bien, pero antes ves a comer algo… luego iremos de caza.

-¿Comida y caza? –mi madre miró sorprendida-. ¿Te encuentras bien cariño?

Miré a mi madre mostrando lo que iba a ocurrir en apenas una hora… ella suspiró y asintió. Se sentaron todos en el sofá, excepto mi madre y mi padre, que se sentaron en la mesa conmigo y con Esme. Noté como una especie de gusano hurgando mi mente, levanté una ceja y miré a mi padre, que me miró confundido y comenzó a reír.

-¿Un gusano? ¿Así ves a tu padre? –comenzamos a reír-. Vaya comparación…

-Lo siento… yo… -hice una mueca-. ¿Por qué lo he notado ahora?

-La verdad es que estaba intentando captar hasta tus pensamientos más profundos… pero no pensé que fueras a notar esa diferencia… es curioso… -una sonrisa que hizo suspirar a mamá se dibujó en el rostro de mi padre. Miré a Esme que sonreía al vernos y me avergoncé de la atmósfera tan cargada de amor en la que estaba envuelta-. Es fascinante que puedas detectar mi poder ahora…

-¿Podemos intentarlo? –sugerí-. Parece que hoy es mi día…

-No, dejémoslo para luego, no quiero que te estreses… tienes otras cosas a las que atender más hoy… -hizo una mueca y miró al resto, que ahora nos miraban curiosos-. No es asunto vuestro… al menos de momento…

-¡Edward! –Esme le miró recriminando su actitud-.

-Lo siento… -papá me miró apenado-.

-Os lo contaré cuando sea el momento… -les miré ahora con pesar, no me gustaba ocultarles nada, pero de momento no me sentía dispuesta a ello…-. No es nada malo… creo… -miré a mis padres que negaron con la cabeza. Ellos me apoyaban, al igual que tía Alice que me sonreía mientras abrazaba a Jasper, que le miraba con la duda en los ojos-. Está muy rico, mamá… gracias.

-Espero que te guste también el postre… -Esme me sonreía ahora, tenía curiosidad, podía notarlo, pero no quería presionarme. Le mostré mi agradecimiento en un flash, por lo que ella y mi padre sonrieron-. Seguro que está muy bueno también.

Terminé de comer y me despedí de todos. Mi madre vino conmigo y con mi padre de caza, estuvimos cazando durante media hora, quedaba apenas quince minutos para mi cita y mi ropa ahora estaba manchada por el barro. Hice una mueca pero mi padre me cogió en brazos, mientras mi madre nos seguía, hablando ahora por teléfono. Llegamos a casa en un par de minutos. Alice llegó cuando yo estaba en mi cuarto algo desesperada.

-Tu madre estaba en lo cierto… ibas a tener grandes dudas… -dijo sonriendo-. Veamos... será mejor que vayas a darte una ducha rápida… en tres minutos bajo al baño para darte tu ropa… date prisa… -desapareció dentro de aquel gigante armario, cogí ropa interior y me bajé corriendo al baño. Me dí una ducha rápida y abrí la puerta, sabiendo que ella estaría esperando. Alzó una ceja-. Me gusta ese conjunto… -se echó a reír junto a mí, me tendió la ropa y me ayudó a ponerme un vestido morado muy sencillo. Me tendió una chaqueta negra de punto y unos botines de ante negros-. Estás preciosa… sólo falta tu pelo… -comenzó a recogerme el pelo en un moño improvisado, algo despeinado… no estaba nada mal para hacerlo en un minuto. Después me maquilló, en tonos rosas con sombras moradas al principio del párpado, línea negra y rimel. Los labios los puso de un rosa palo y con brillo-. Estás guapísima, perfecta… y aún te quedan cinco minutos para llegar… -me dio un bolso de mano de ante negro-. Llevas todo lo necesario, dinero, el móvil… -cogió el brillo de labios-. Creo que también lo necesitarás…

-¿Cinco minutos? –Bajé a toda velocidad las escaleras, mis padres estaban preparados en la puerta-. ¡Vamos! No quiero llegar tarde…

-Espera… -mamá me hizo una foto con la cámara del abuelo-. Estás preciosa, quiero que tu abuelo pueda verlo… -dijo sonriendo-. Ya podemos irnos.

-¿Cómo? ¿Tú también vienes?

-Claro… ya que sales, nosotros vamos a aprovechar para ir al cine… así estaremos cerca si nos necesitas…

-¡Genial! –yo quería algo de intimidad… no me apetecía pensar en mi padre leyéndome los pensamientos…-.

-Prometo no husmear demasiado… sólo que no quiero dejarte sola en esta situación… vamos o llegarás tarde…

-¡Pasadlo bien! –Alice salió disparada hacia su casa-.


Mi padre iba rapido así que llegué a la hora, pero ella ya estaba allí. Mi padre paró en la puerta para que pudiera bajar, luego se iban a ir a aparcar dentro, para ir al cine… sabía donde no ir…


Me despedí con una medio sonrisa, estaba nerviosa. La encontré allí, bastante guapa. Había hecho bien en arreglarme un poco más de lo habitual… De hecho, dudé si era ella o su hermana… Su sonrisa confirmó que era ella, pero su vestimenta era radicalmente distinta a la habitual, alcé una ceja y reí malévolamente, iba a burlarme de ese hecho hasta que me cansara.

-Sí… ya, ya… lo sé… -su sonrisa era resignada-. Mi hermana ha insistido…

-Estás… guapa, diferente… muy diferente… En serio, ¿cuál de las dos eres?

-Carlie… no hables de mi ropa, porque no sé si te has mirado antes de salir de casa… -dijo alzando una ceja y recorriendo mi cuerpo con su mirada, parecía satisfecha-. Estás… -suspiró-. Dejemos esos comentarios para Kevin… -ahora reía-. ¿Dónde quieres ir?

-No sé… ¿qué te apetece hacer?

-Cualquier cosa… que tu vestido permita, claro… -dijo riendo. La miré de arriba a abajo, llevaba unos pantalones cortos blancos, con una blusa marrón claro. En la mano llevaba una chaqueta blanca, con el bolso blanco, a juego con los zapatos-. Quizá deberíamos ir a comprarte ropa, no te sienta nada mal ese estilo…

-Dejemos las compras para otro día… ¿qué tal una peli?

-¡No! –Me miró raro ante el miedo en mi voz-. Mi hermana y mi cuñado van a ir al cine… no me apetece nada el encontrárnoslos…

-Está bien… quizá deberíamos dar una vuelta, a ver qué podemos hacer…

-Vamos…

Entramos al centro comercial, las dos sonreíamos, pero no sabíamos muy bien qué hacer. Vimos varios escaparates, entramos a las tiendas de discos y encontramos un disco que le hizo sonreír. La miré extraño.

-¿Avril Lavigne?

-Sí, me gusta bastante… ¿no has escuchado nada suyo?

-Creo que no… tengo demasiada música, pero creo que no la he oído nunca…

-Es una pena… -dijo sonriendo-. Canta bastante bien, la letra de sus canciones… tiene de todo, baladas, canciones con un toque rebelde…

-Ahora lo entiendo… -le interrumpí, mientras nos echamos a reír-. Además es guapa…

-Sí, está muy bien la chica… -dijo sonriendo y mirándome, intentando medir mi reacción-. Seguro que ganaría más con ese vestido que llevas…

Rodé los ojos y me dirigí a otro estante mientras ella reía. Yo escondí mi sonrisa de su mirada. Estuvimos comparando nuestros gustos musicales, la verdad se sorprendió que conociera tantos grupos que ella ni siquiera había escuchado. Yo más o menos había oído los nombres de sus grupos favoritos, había oído canciones… fue divertido. Dimos un par de vueltas por el centro comercial, para sentarnos finalmente en uno de los bancos. Me senté apoyándome en el reposabrazos, mientras ella se sentó en el respaldo, mirándonos las dos. Estuvimos hablando durante mucho rato, de su vida antes de venir, de mi familia… entonces pude ver dos cuerpos muy conocidos. Estaban mirando la tienda de videojuegos, acababan de salir de una joyería. Me quedé paralizada.

-¿Carlie? ¿Qué te pasa? ¿Hola? –Pasó una mano por delante de mi rostro-.

-La familia de Edward… -ella miró a lo lejos, cuando los vio lo noté, se puso rígida-.

-¿Ellos no lo saben?

-No, aún no…

Entonces me cogió de la mano y se levantó corriendo, arrastrándome con ella, pero ellos ya nos habían visto. No pude hacer más que seguirla, sin poder evitarlo estábamos huyendo de mi familia… no entendía porqué, no estábamos haciendo nada malo, así que tiré de ella para que parase de correr.

-Espera… -alzó las cejas, confundida-. No estamos haciendo nada malo, no debemos huir… no quiero hacerles esto a ellos… son mi familia…

-Está bien… ¿entonces puedo besarte si me apetece? –Alzó una ceja-.

-¿Por qué siempre eres tan extremista? ¿O blanco o negro? ¿No hay más?

-No sé… ¿qué quieres? ¿Qué te coja de la mano?

Me ofendió su comportamiento, me giré para buscar a mis tíos… me habían visto huyendo de ellos, no quería sentirme así, debía pedirles disculpas… Su mano me sujetó. Hizo una mueca de disculpa.

-Lo siento… en serio… -me acarició la cara con la mano libre, haciendo que un latigazo azotara mi autocontrol, quería besarla, abrazarla…-. ¿Me perdonas?

-Eres imposible… -sonreí derrotada-. Pero acompáñame, quiero buscarles y saludarles.

-Está bien…

Dimos otra vuelta por el centro comercial, ahora cogidas de la mano. Había gente que nos miraba, pero la mayoría nos ignoraba. Eso me gustó, si hubiera más gente mirando, me hubiera sentido realmente mal. Entonces los encontramos, estaban en una tienda de música mirando el escaparate.

-¡Jazz! ¡Emmett!

-¡Pequeña! –mi tío Emmett se giró y me levantó con un brazo. Cuando me dejó reparó en mi mano unida a la de Allison. Se quedó estático-. Pensé que habías ido a ca… sa.

-Chicas… -Jazz saludó desde una posición ligeramente lejana, seguro podía notar el amor que había entre nosotras. Me sentí mal, pero no podía hacer otra cosa, era mi elección, era lo que yo quería…-. Tenemos prisa, ya nos veremos Nessie…

-Adiós pequeña… -Jasper se alejaba, Emmett me miró disculpándose, me acarició la cara y miró a Allison-. Pasadlo bien…

-Igualmente Emmett…

Mi tío corrió para alcanzar a Jasper, pude ver cómo le cogía del hombro y Jasper se zafaba, saliendo enfadado por una de las puertas del centro comercial. Me sentía fatal, ella apretó mi mano y me sonreía, pero no podía responderle de la misma manera.

-Quizá no ha sido la mejor manera… -dijo acariciando mi cara-. Quizá con los días…

-No sé… nunca había visto a Jazz tan enfadado…

-De todos modos, no es familia directa… ¿qué mas da? -La fulminé con la mirada, nada de esto estaba saliendo como yo quería, debía ser una cita perfecta y estaba siendo horrible, todo se estaba torciendo…-. Lo siento, soy muy insensible… ¿Quieres que salgamos a tomar el aire? Quizá las cosas se vean mejor sin tanta gente alrededor…

-Está bien… -No era mala idea alejarme de tanta gente ahora mismo, no me apetecía perder el control en un centro comercial. Salimos y nos alejamos unos cien metros, nos sentamos en un muro bajo, cerca del aparcamiento-. Mira, sé que a ti te da igual lo que piense la gente, tu hermana y tus padres te apoyan en esto, pero mi familia es mucho más complicada, son muchos, muchos a los que puedo decepcionar, porque están educados de otra manera… no puedes entender cómo piensan, hasta a mí me cuesta entenderlos… pero aún así es mi familia, no puedo pasar de lo que ellos opinen, no es como si Meg o Darlene se opusieran… ¿Puedes entender eso?

-Imagino que sí… pero entiende que yo no puedo estar midiendo los gestos, no quieres que te toque prácticamente en clase, no puedo besarte ni siquiera fuera del instituto…

-¿Quién ha dicho eso?

-No has hecho nada para acercarte a mí en toda la tarde… -levantó nuestras manos-. Ni siquiera esto has sido capaz de hacerlo tú…

Miró hacia otro lado, bajando nuestras manos, parecía triste. Cogí su cara, levanté su barbilla y sonreí. La acerqué a mi y la bese, en menos de tres segundos había pasado de estar triste a sonreír bajo mis labios. Me hizo sonreír a mí.

-No es por falta de ganas. No sabía si estaba bien…

-¿Acaso creías que estaba mal?

-No, pero no sabía si tú… -no me dejó terminar porque me besó de nuevo-. Entiendo…

Volvimos a besarnos de nuevo, nos separábamos de vez en cuando, pero siempre nuestras frentes juntas, nuestras manos, nuestras miradas… volví a besarla, pero un carraspeo llamó mi atención. Bajé la mirada y me mordí el labio… ¡Genial!

-Creo que es tarde chicas… iba a llamarte ahora, pero veo que… -miré y la puerta de emergencia se abría, salía la gente de las salas del cine por allí… ¡Fallo! Mi padre rodó los ojos-. Bueno, será mejor que vayamos a casa…

-Está bien… iré en un segundo… -miré a mi padre suplicante, mi madre que no había abierto la boca tiró de él, estaba seria-.

-¡Vaya pillada! –dijo Allison riendo-. En serio, no hemos podido escoger un sitio mejor…

-A mi no me hace gracia… -me miró, ella sabía que estaba reprimiendo la risa, era una situación demasiado intensa para mí, por lo que me entraron ganas de reír, no sé muy bien el motivo-. Vale… sólo un poco… -dije riendo levemente-. Pero creo que a mi hermana le va a dar algo… -miré y los dos estaban apoyados en el coche, mi padre abrazando a mi madre, que nos miraba de un modo muy raro. Se zafó del abrazo de mi padre y se acercó-. Bueno, creo que debo irme…

-Mañana nos vemos en clase… -nos levantamos soltando nuestras manos, no me acordaba de que estaban aún unidas-. Te quiero… -lo susurró, pero a mi madre le cambió ligeramente la cara, pero siguió acercándose-.

-¡Allison! –Mi… bueno, sí, mi novia se volvió con la preocupación y el miedo en la mirada-. ¿Cómo vas a ir a casa?

-Andando… -contestó casi con miedo, me hizo sonreír, pero levemente porque yo también tenía un poco de miedo, la verdad-.

-No creo que sea buena idea… es muy tarde, no me gusta esa idea… Vamos –hizo un gesto con la mano-. Te acercaremos a casa…

-No es necesario…

-Lo es. –Mi madre fue tajante y cuando llegamos a su altura nos cogió a ambas por los hombros. Su comportamiento me resultaba muy extraño, pero no quería preguntar…-.

Nos sentamos en los asientos traseros, mi padre cogía la mano de mi madre mientras conducía, lo que me resultó muy tierno. Mi padre puso la radio, sonó una canción que conocía bien, “You Learn”, de Alanis Morrissette. Las dos comenzamos a cantarla bajito, pero mi padre subió la música, animándonos a cantar. Mi madre sonreía, así que me animé, y comenzamos a cantar casi gritando. Mi padre disminuyó la velocidad y pude ver la casa de Allison… era hora de despedirse. Me bajé del coche para que ella saliera por mi puerta, me dio un tierno y corto beso y me sonrió, mientras agradecía a mis padres por llevarla. Mis padres se despidieron de ella amablemente, me monté esperando una charla, o una reprimenda… no sé…

-¿Lo has pasado bien? –dijo mi padre mirando por el retrovisor. Pensé en el encontronazo con mis tíos, se lo mostré a papá también. Él asintió-. Se le pasará, estaba más enfadado porque Alice no le hubiera dicho nada que por eso… en serio…

-No sé yo…

-Se les pasará. ¿Quieres que vayamos a casa del abuelo, antes de ir a casa?

-Sí, por favor, me gustaría contárselo yo…

Paramos en casa del abuelo y entré cabizbaja, no me atrevía a encararles a todos. Miré a hurtadillas, sin mirarles directamente, vi que faltaban dos personas, dos importantes. Así que tenía un lugar para huir… mostré imágenes sueltas a todo el mundo, imágenes de la playa, de nuestras sonrisas, de cómo me consolaba, de cómo la consolé el primer día, de cómo me sentía cuando me rozó la mano al bajar del avión, de cómo me sentí cuando me abrazó y después me besó. Oí cómo un plato se rompía, alguien cogía aire y lo soltaba de golpe con un resoplido, noté cómo Jasper me calmaba, estaba temblando, ahora me daba cuenta. Usé el don de mi tío, pude ver la incomprensión de Kate y Garret, la confusión de mi abuelo, la sorpresa y la comprensión de mi abuela, la incertidumbre de Carmen y Eleazar, la… ¿alegría? Tania me miraba feliz. No lo entendí. Mi tío estaba confuso, pero calmado, intentando comprenderme.

-Seguramente deberías haber sabido algo antes, pero no me sentía capaz de contároslo… tío Jazz… espero que me perdones por mi comportamiento en el centro comercial… es inexcusable…

-No pasa nada, pequeño cóctel… no pasa nada.

Miré a mi familia, parecían estatuas, quizá ligeramente incómodos. Salí corriendo, mi padre sabía dónde iba. Llegué en menos de cinco minutos a casa de mis tíos. Llamé a la puerta pero nadie abrió. Me senté en las escaleras, esperando. Pasó hora y media hasta que los vi llegar, abrazados y muy acaramelados. Suspiré. Ellos me miraron confundidos y preocupados… Me levanté mientras Rose cogía mi mano para ayudarme y me interrogaba con la mirada.

-¿Qué ocurre pequeña? –Emmett pasó su brazo por mis hombros, yo me aferré a su cintura-. ¿Pasa algo?

-¿Me invitáis a un helado?

-Claro cariño… -Rosalie abrió la puerta y nos dejó pasar, debajo del protector y enorme brazo de mi tío-. Sólo tengo de chocolate con vainilla, el de fresa… -miró a Emmett-.

-Nunca creí que esas cosas estuvieran buenas, pero me gusta…

-Tío Emmett… eres increíble… -Rose le miraba con amor mientras yo me reía y comenzaba a tomar la copa de helado que me había preparado-. He ido a hablar con todos, pero no estabais, así que… bueno, no quería que fueseis los últimos pero…

-No pasa nada cariño… ¿Qué ocurre?

-Yo… -miré a tío Emmett, estaba serio, algo raro en él-. Siento lo de antes… -él negó con la cabeza como si nada hubiera pasado. Le sonreí agradecida-. Creo que será mejor que os muestre lo que le he mostrado al resto…

Volví a pasar las mismas imágenes, las mismas sensaciones… Bajé la mirada a mi cuenco de helado, sin poder comer ahora. Sólo giraba la cuchara, esperando…

-Es guapa, parecía simpática… -Emmett miró a Rosalie, como intentando que ella lo aprobara-.

-Yo… me alegro… -sonreía mucho, quizá demasiado. Miró a Emmett y éste entristeció un poco-. En serio, es la mejor noticia…

-Bueno, pero es sólo amiga… o…

-Emmett… se han besado… eso es amor… no sólo amistad -A tío Emmett le dio un escalofrío, algo muy raro. Miró la mesa como si tuviera el poder de traspasar los objetos. Pude ver cómo la mesa comenzaba a agrietarse bajo su mirada, bajo su puño… me asusté-. Emmett… -tía Rose puso una mano en su puño y otra en su hombro-. No me digas que prefieres… -me miró y se calló-. Ahora ella está feliz, eso es lo que importa…

-Pero eso es… es…

-Amor… no le des más vueltas Em…

-Rose pero… no es natural…

-Tampoco es muy natural lo que somos… -le miré con pequeñas trazas de furia en los ojos, me estaba ofendiendo-. ¿Qué es lo natural?

-Yo… lo siento… -Emmett me miraba, pero seguía serio, estático-. Quizá necesite un poco de tiempo, estaba preparado para amenazar adolescentes, pero chicos… ¿Qué puedo hacer ahora?

Me reí, no pude evitarlo, al igual que tía Rose. Él se debió de mosquear y salió a jugar al DDR. Mi tía me hizo un gesto para que le siguiera, así que comenzamos a jugar. Le gané tres veces.

-Vaya… antes sólo me ganabas por casualidad…

-Vamos tío Em, no mientas… pero sí, he mejorado… -hice una mueca-. La verdad es que ella me ha enseñado mucho… -ahora el que hizo una mueca rara fue Emmett-.

-Está bien… no quiero saberlo… ¿Te llevo a casa? Ya es tarde…

-Vale, me parece bien.

Fuimos a casa y mientras llegábamos comenzó un programa por la radio, era un consultorio de dudas sobre amor. Una chica llamó para preguntar si era lesbiana porque le atrajera una chica del trabajo. Em cambió de emisora, poniendo una de éxitos de las últimas décadas. Sonó “All the things she said” y poco más arranca la radio. Nos quedamos en silencio mientras aparcaba en mi casa. Mi padre salió a recogerme y me dijo que era tarde, que subiera a dormir. Emmett entró en casa y pude oír susurros, pero hablaban lo suficientemente bajo cómo para que yo no les oyera. Miré aquel llavero que había colgado en el cabecero de la cama, un llavero que tenía desde hacía unos años, un regalo de Leah. Me sentí muy mal cuando destrocé la habitación y lo colgué para tener al menos algo que le representara… me quedé dormida pensando en el día que destrocé mi cuarto.

Me desperté algo confusa, me levanté y mi padre subió a darme un beso, se iba ya a la facultad. Miré el móvil, ya era viernes. Jake, Sue y mi abuelo vendrían hoy. Me puse unos vaqueros y una camisola blanca. Cogí una chaqueta de punto gris, estaba nublado. Bajé y mi madre me abrazó fuerte, me miró y desapareció por unos instantes, apareciendo de repente cepillándome el pelo.

-Estoy harta de este pelo… creo que quiero cortarlo…

-¿Por qué? A mi me parece que estás preciosa…

-Sí, pero… es un fastidio el desenredarlo…

Recogió mi pelo con una pinza, mi pelo colgaba como una fuente, no quedaba mal. Preparó unas tostadas con mermelada de mora, después me dio un zumo de naranja, estaba muy bueno. Le agradecí el desayuno y llamaron a la puerta. Salí corriendo, seguro que era Alice. Me sorprendí al ver a tío Emmett allí parado.

-Hoy te llevo yo a clase. ¿Te parece bien?

-Claro… -miré a mamá que ahora sonreía, mirándonos apoyada en el marco de la cocina. Cogí mi mochila y le dí un beso en la mejilla a mi tío, después otro enorme a mi madre y salí corriendo, mientras Emmett cerraba la puerta-. ¿No viene Alice?

-No, me ha dicho que tenía cosas que hacer…

-¿Sabes que planea, verdad?

-Sí, pero no pienso contarte absolutamente nada…

Montamos en el coche y fuimos hablando de los nuevos juegos que habían sacado. Me dijo que estaba pensando en pedirle a Rose de nuevo matrimonio…

-¿Otra vez?

-Sí, no me canso de verla perfecta, vestida de blanco… está preciosa… -ahora sonreía-. No puedo demostrarle lo suficiente lo que la quiero… ella me salvó… es mi ángel…

-Puedo imaginar…

Me miró raro y sonrió. Puso la radio, la había reparado después del golpe que le dio ayer. Sonaba la misma emisora, pero la canción era otra. Leona Lewis, Keep bleeding.

-Es preciosa…

-Lo sé, me recuerda… -se quedó callado y comenzó a reír-.

-¿Qué?

-Nada… cosas mías… -Parecía relajado, feliz-. A tu tía Rose y a mí nos gusta escucharla de vez en cuando…

-¡No! ¿Por qué has tenido que decirlo? –Hice una mueca de asco-. Pero la letra me hace sentirme identificada… -le miré y él suspiró-. Quizá puedas entender lo que siento…

-Pequeña… haré un esfuerzo… lo prometo…

Comenzó a frenar, me dejó justo en la puerta y apagó el motor. Bajó conmigo, abriéndome la puerta como todo un caballero, me tendió la mano para salir. Me sonreía. Me sonrojé al notar la mirada curiosa, más bien envidiosa, de todas las chicas del instituto. También percibí las risas de mis amigos sentados en nuestro banco, por lo que enrojecí.

-Que pases un gran día pequeña… -dijo mientras me abrazaba. Yo carraspeé-. Deja disfrutar a tu tío de su pequeña sobrina… queda poco para que pueda seguir llamándote pequeña… -dijo sonriendo-. Anda, corre con tus amigos…

-Gracias por traerme tío Emmett…

Me acerqué al banco y todos me miraban raro, no se acostumbraban a que los hermanos y cuñados de mi cuñado me trataran así… lo entenderían mejor si supieran los verdaderos lazos… pero no iba a ponerme a explicarles… Allison estaba radiante, me fijé en su ropa, estaba más guapa. Había olvidado sus pantalones mega anchos, llevaba unos vaqueros normales y una camiseta ajustada. Le miré y chascó la lengua, no quería que hiciera ningún comentario, así que no lo hice, pero me reí.

-¿A que está más guapa? –Su hermana me sonreía-.

-Sí, lo está… -Allison alzó una ceja, me entraron ganas de besarla, pero no era cuestión, creo…-. Luego la llevaré al baño para que se maquille… -dije con una mueca-.

-¡No! Ni de coña vas a maquillarme Carlie… mi hermana lo ha intentado y casi le muerdo… -me apoyé en sus rodillas, poniendo cara de pena. Ella se quedó rígida por momentos, parecía estar nerviosa por mi acercamiento-. No vas a poder chantajearme…

-¿Segura? –alcé una ceja y ella se puso seria… miró a los lados y sonrió-. Sabes que soy capaz de chantajearte…

-No deberías jugar con fuego… -alzó las cejas, era evidente que no le entusiasmaba tenerme tan cerca en este mismo instante-. Acabarás quemándote…

-Tranquila, creo que hay extintores por aquí cerca… -dije separándome de ella. Todos nos miraban raro, así que comencé a reírme. Ahora parecía una loca riendo sola-. En serio, algún día de estos te torturaremos en un salón de belleza o algo así…

-¡Genial! Será mejor que entre a clase antes de que saquéis los estuches de maquillaje…

Los chicos se reían mientras la seguían, Kevin la cogió por los hombros susurrándole que se alegraba de que por fin luciera ese cuerpo. Allison le empujó y le dio un leve puñetazo en la tripa, mientras todas nos reíamos.

Entramos a clase y me giré, me acerqué a ella.

-En serio, estás muy bien…

-Gracias, pero no vas a maquillarme…

-No iba a maquillarte precisamente… -alcé una ceja mientras ella se mordía el labio-. En serio, no sé cuánto más voy a poder aguantar esto…

-Tú decías que era emocionante… ¿Te has cansado en cuatro días?

-Puede… ¿sabes? Anoche fuimos a casa del Doctor Cullen, les conté a todos… -miré a mi derecha, Meg cotilleaba-, todo.

-¿Y qué tal fue? ¿Se enfadaron mucho?

-Emmett aún está intentando asimilarlo… pero creo que al final lo aceptará, no le queda más remedio… -dije sonriente-. Al resto les dejé asimilándolo, pero creo que irá bien…

-Me alegro… porque debes saber que el domingo tienes una cena…

-¿Una cena?

-Luego te cuento… -hizo un gesto, Alice estaba entrando-.

En clase de bilogía Allison me contó que sus padres querían cenar con nosotros, con Sullivan y Mary y nosotras dos. Me puse nerviosa, se supone que Sullivan no lo sabía… ¿o sí? Bueno, el caso es que cada vez más gente conocía la situación, sería cuestión de ir dando pistas, no quería causar la misma sensación en mis amigos, no quería el caos que había sido en mi familia.

Cuando salimos a la hora de comer me acerqué a Allison y le tomé de la mano, algo en lo que nadie reparó hasta que llegamos a la cafetería. Todos nos miraron raro pero ella y yo sonreíamos. Nos sentamos juntas, hablando y riendo todo el rato. Terminamos de comer pronto, aún quedaba media hora para la siguiente clase. Salimos a nuestro banco, ya que el cielo se había despejado ligeramente.

Meg se sentó sobre Ryan, Sullivan en el respaldo, debajo Mary. Darlene y yo nos sentamos también en el respaldo, dejando sitio para Allison, que se puso delante de mí y para Kevin. Comencé a jugar con el pelo de Allison, mientras hablábamos sobre nuestros planes para el fin de semana. Kevin dijo que se iba a ir de acampada con su hermano y Darlene tenía que ir el sábado a unas clases de repaso. Allison cogió mis manos y las juntó bajo su barbilla, besando una de ellas. Yo le besé en la cabeza, dejando mi mejilla apoyada en el mismo lugar.

-¡Qué amorosas os veo! ¿No tendréis un lío vosotras también? –Kevin alzó la ceja… pero Darlene le dio un manotazo que le debió doler, ya que se quejó-. Sólo era una observación…

-Ojala pudiera ir de acampada también… -Allison comenzó-. Me apetece muchísimo…

-Si quieres… ya sabes, puedes venirte… te haré sitio en mi saco… -Kevin alzó una ceja en un intento de mirada seductora, pero le salió una mueca muy rara que nos hizo reír-. Con vosotras es imposible…

-Tú si que eres imposible… -no podía parar de reír-. Dudo que así ninguna mujer os acompañe… -Suspiré-. Yo tengo visita este fin de semana, viene mi abuelo y su novia, y también Jake.

-¿Dónde duermen? –Darlene levantó una ceja. Cuando vino a casa estaba en la habitación de invitados, se suponía que ése era mi cuarto, hubiera sido algo complicado explicarle lo de mi buhardilla… así fue más fácil-.

-En mi casa… Mi abuelo duerme en mi cuarto, y mi madre pone unas camas en la buhardilla… -noté cómo Allison se incomodaba ante mi comentario-. Seth quería venir este fin de semana, he tenido que prometer que me iría el fin de semana que viene, porque no cabían más en casa…

-¿Tu cuñado no se enfada de tener a gente entrando y saliendo todo el día de su casa?

-No, Seth y él se llevan bien, Jake es el mejor amigo de mi hermana, y el mío… así que… y bueno, mi abuelo…

Allison se levantó cortando mi frase. Dio dos pasos y se sentó en el suelo. La miramos atónitos, pero se tumbó y encendió un cigarro. La miré mal, no me gustaba que fumase… Me miró divertida y terminó su cigarro. Después se puso de rodillas en el banco, encarándome, se acerco a mi oreja.

-¿Sabes? Estás muy guapa cuando te picas…

-¿Sabes? Odio que fumes… -Se alejó de mí y se metió un chicle en la boca. Lo mascó e hizo una pompa. La estallé en su nariz y comencé a reírme-. Estás muy guapa llena de chicle…

Ella me miró de esa forma, esa forma que hace que pierda los papeles… intente reprimir esa sonrisa que se dibuja en mi rostro cuando nos besamos, pero me sonrojé… eso no pude evitarlo. Comencé a ayudarle a quitarse el chicle pegado de la cara, cuando ya casi había terminado me fijé en sus labios, ella alzó una ceja y no pude remediarlo. Besé tiernamente sus labios, cuando me separe de aquel corto beso, pude ver cómo sus ojos miraban a nuestros amigos, los miré de reojo y estaban ahora boquiabiertos. Me eché a reír.

-El de fresa no está nada mal… -dije sacándole la lengua-.

-Si quieres uno pídelo, no hace falta esto…

Las dos comenzamos a reír, Mary y Darlene se unieron, pero el resto seguían boquiabiertos, incluido Sullivan.

-¿Desde el viaje? –alcanzó a decir Kevin riendo sorprendido-.

-No… -dije sonriendo-. A la vuelta… el martes…

-¡Vaya! Así que… -se giró a Darlene-. Parece que estemos predestinados, querida…

-Ni lo sueñes…

Todos nos echamos a reír, excepto los que aún estaban asimilando qué había ocurrido. Noté que no eran los únicos boquiabiertos, cuando nos dirigimos a la puerta mucha gente miraba, así que cogí a Allison de la mano, se debían ir acostumbrando…

El resto del día pasó rápido. Pude oír varios comentarios sobre el nuevo escándalo del instituto, la macarra y la chica rara, rara por estar siempre rodeada de chicos guapísimos y estaba saliendo con ella… me entró una ligera furia que palié besando a mi novia. Ella me miró raro, pero lo dejó pasar.

Salimos de la mano, me daba igual lo que dijeran, nuestros amigos nos habían ido dando la enhorabuena poco a poco, mientras lo asimilaban ayudados por Dar y Mary. Nos despedimos en la puerta, se suponía que Emmett vendría a buscarme… Allison se ofreció a quedarse… no pude evitarlo, pero cuando se ponía tan tierna… la besé dulcemente, sonriendo. En ese momento, en el preciso momento que rozaba sus labios, pude oír un rugido conocido, un olor familiar. Me arrepentí de haber seguido el instinto de besarla en este mismo instante…

-Creo que no es Emmett… -su tono cambió, parecía enfadada. Me giré, él estaba sentado, sin quitarse el casco ni bajar de la moto. Pero aún así podía ver sus ojos, dolidos-. Parece un motero de cuarta… Da pena…

-No hagas eso… -me miró confusa-. No te metas con él… Mañana te llamo para quedar, ¿vale?

-Vale… -estaba triste, así que acaricié su cara y le di un beso, esta vez en la mejilla. No quería ver sufrir a Jake, pero tampoco quería irme sin besarla de nuevo-. Tened cuidado…

-Tranquila, siempre tiene cuidado con la moto… -le sonreí y volví a acariciar su cara, esta vez como consuelo-. Te quiero…

-Lo sé Carlie… -me sonreía-. Yo también…

Me giré y me dio una palmada en el trasero, algo que me sorprendió y nos hizo reír, pero en cuanto vi la mirada de Jake… se borró mi sonrisa. Comencé a correr y le abracé, pero él ni siquiera bajó de la moto. Me rodeó con un brazo, mientras se quitaba el casco con la otra mano para darme un beso en la mejilla.

-¡Me alegra verte! No sabía que ibas a venir tú…

-Sí… tenía ganas de verte… -hizo una mueca-. Te veo feliz…

-Bueno… todo va bien… -le sonreí y acaricié su cara-. ¿Qué tal Rachel? ¿Ya tienes algún nombre pensado?

-No… la verdad es que no sé cual escoger… Pero debo resolverlo pronto… sale de cuentas el día quince…

-¿El domingo que viene?

-Sí, así es… deberías verla… es una mujer pegada a una barriga… -le pegué-. ¡Es verdad! Sigue estando guapa… pero…

-¡Serás idiota! Anda… vamos antes de que me entren ganas de pegarte de nuevo…

El sonreía, ahora de verdad. Me dio mi casco y me ayudó a subir. Me gustaba la sensación de ir con él en moto… no había montado desde aquel día… desde que me llevó en Forks. Ese pensamiento me hizo entristecer, pero las dos lágrimas que se derramaron se secaron con el viento. Hacía frío, así que le apreté. Él cogió mis manos, estaba calentito.

Me extrañó que me llevara a casa de mis abuelos, esperaba ir a mi casa. Bajamos y me ayudó a quitarme el casco. Peinó mi pelo un poco, riéndose de mí. Cuado entramos todos estaban en posición. Jasper dirigió miedo hacia mí y hacia Jake. Que comenzó a temblar. Controlé mi miedo, lo acumulé y lancé una sensación de calma a Jake, y todo ese miedo lo descargué en Eleazar… seguro que era culpa suya. Mi padre reía, al igual que mi tío Jasper. Noté cómo mi padre hurgaba en mi mente, le bloqueé y pude ver sus pensamientos.

Fascinante. Simplemente fascinante. No puedo oír nada… lo estás haciendo genial…

Me concentré, mi padre pensaba en si podría leer más mentes. Lo intenté. No podía con mi madre, era imposible. Pero pude escuchar susurros. Me concentré en la voz ronca.

¿Qué demonios hacen? ¿Están locos? Si hubiera entrado en fase cerca de ella… no me lo perdonaría. Está tan guapa… No sé cómo la hacen pasar por todo esto… como si no fuera suficiente con todo el lío que debe tener ahora…” Pude ver la imagen que tenía clavada en la mente, que le torturaba, me veía desde su moto besando y haciendo carantoñas a Allison. “Olvídalo… no debes pensar en ello… no debes… ¿Qué le pasa? ¿Por qué me mira así? Parece angustiada…”

Se acercó a mí y perdí el control, todo se enmudeció y el miedo se apoderó de mí. Mis piernas flojearon y él me sujetó, mi padre lo hacía también.

-¿Estás bien? –Jake me apretaba contra él, mientras mi padre me sujetaba por la cintura. Asentí-. ¿Qué le habéis hecho? ¿Estáis locos?

-Tranquilo, no pensé que fuera tan duro… ya había controlado antes el poder de Jasper… pero controlar el mío a la vez… es complicado…

-¿Cómo? –Miró mal a mi familia, me cogió en brazos y me tumbó en el sofá-. ¿Estás bien?

-Sí, tranquilo, sólo un poco cansada… -toqué su cara y le mostré los entrenamientos-. Está bien, yo quería hacerlo, sólo que no me esperaba que fuera así…

-Lo siento… -mi padre parecía apenado, mi madre me trajo un zumo y un trozo de pastel de chocolate-. No creí que fuera tan duro… habías controlado muy bien a Jasper estos días…

-Lo sé, no te preocupes… estoy bien. Estoy feliz… -toqué su cara y le mostré que estaba bien, que había oído más mentes que la suya-. Ha sido… guay…

-¿Guay? –Jake parecía ofendido-. Estáis locos, definitivamente…

Comí y me encontré mejor enseguida. Me levanté y cogí a Kate de la mano. La llevé al jardín, mientras mi padre gruñía, pero pensé que merecía una oportunidad, que yo quería después de todo.

-Descarga una corriente para mí…

-Nessie… no creo que…

-Por favor, quiero ponerme a prueba…

Ella suspiró y tomó mi mano. Se veía concentrada, pasó una leve corriente por mi cuerpo, apenas noté dolor, sólo un ligero cosquilleo. Me dio un escalofrío y oí los gruñidos de Jake, mamá y papá. Les mostré que estaba bien, que quería probar.

-Otra vez, quiero ver cómo puedo usarlo… Hazlo mejor, casi ni lo he notado…

Noté una descarga, algo más fuerte que la anterior. Me recorrió el cuerpo y volvió a darme un escalofrío. Sentí como si algo tirase de mi columna. Me concentré en sacarlo de allí, noté como la misma corriente pasaba, sin apenas hacerme daño por mi brazo izquierdo.

-Garret… -sonreí, al igual que Kate-. ¿Te apetece probar?

-Por supuesto preciosa… -mi padre reía, todos lo hacían excepto Jake-. Muéstrame qué puedes hacer…

Me solté de Kate, me acerqué y le toqué con mi dedo índice. Estaba a un centímetro de su piel, cuando pudimos ver la corriente pasar de mi cuerpo al suyo, haciendo que se retirara rápidamente. Todos nos reímos, incluso Kate. Eleazar se acercó.

-Quiero hacer una prueba… -hizo un gesto a mi madre para que se acercara-. Quiero ver si eres capaz de controlar el poder de tu madre también… -Noté cómo una fina película cubría mi cuerpo, entonces miré a mi madre. Eleazar le hizo un gesto a Kate que corrió a atacar a mi padre, alcé los brazos, pero llegué tarde, mi padre cayó de rodillas-.

-¡Lo siento papá! –llevé las manos a mi boca, tapando el chillido que seguía-.

-No importa… Inténtalo sin que ella me descargue… cuando creas que está dominado, hazle una señal… ahora no puedo leer tu mente…

Miré a mamá. Noté cómo esa película se estiraba, cubría a Jake, lo descubría, cubría a papá y a Esme, luego sólo a Esme. Mi madre sonreía, me mostraba cómo dominarlo. La película se ciñó a nuestros cuerpos. La imaginé estirándose hasta papá, parecía ceder, pero no lo suficiente. Me esforcé al máximo, parecía cubierto. Asentí y Kate le dio una descarga. Mi padre se contorsionó ligeramente, pero me sonreía.

-Kate… a veces eres muy impetuosa…

-Lo siento… Sólo quería comprobar… -mi madre me sonreía, como aprobación-.

-Pero no está nada mal Nessie… ha sido una descarga bastante potente, y apenas la he notado… Bella… me gustaría que pudiera mostrarme cómo lo ha hecho…

La película descubrió mi cuerpo, pero ahora notaba energía en mi columna, la había absorbido por la película. Me sentí débil y me desplomé. Jake me cogió y la corriente salió de mí, haciendo que me soltara, cogiéndome mi padre en el aire… Estaba completamente ida.

Notaba una mano fría cogiendo la mía. Mi madre sonreía. Me sobresalté al recordar lo ocurrido.

-Tranquila, el perro está bien… un poco chamuscado… -mi padre se reía-. Está arriba con Carlisle, le está mirando la quemadura.

-¿Quemadura? –ahora estaba preocupada-.

-La corriente era bastante fuerte…

Salí corriendo y encontré a mi abuelo quitando jirones de piel mientras Jake mordía su otro puño. Al parecer era una quemadura bastante seria. Intentó sonreírme, pero mi abuelo echó desinfectante y gimió. Le cogí de la cara, acurrucándolo entre mis brazos.

-Lo siento… yo…

-Tranquila, no es nada… se curará…

-Esta noche estarás bien… lo que no sé si quedará cicatriz… -mi abuelo le miraba divertido-. Creo que una corriente así hubiera dejado sin brazo a un humano normal… tienes suerte. Siempre te libras de lo peor…

-No siempre, Doc, no es por protestar… pero recuerdo aquel día que se le fue la morfina de las manos… -los dos se echaron a reír, pero a mí no me hizo gracia-. Pero me alegro de haber sido el primero… -mi abuelo me miró-.

-¿Puedo ayudarte abuelo?

-No sé si…

-Déjala… -mi padre sonreía-. Se sentirá menos culpable si te ayuda…

-Está bien… ven, acércate… -la herida era muy fea, la verdad. Me daba un poco de grima, pero al oír la risa de mi padre, que amortiguó con la mano me repuse. Jake me miraba ahora divertido, al igual que mi abuelo-. Si tienes nauseas será mejor que no lo hagas…

-No… -suspiré-. Puedo hacerlo…

Mi abuelo me enseñó cómo se debe curar una quemadura, observé cómo quitaba trozos de algo que parecía una tela fina, cómo retiraba las ampollas y las cubría con una solución desinfectante. Después me dejó ponerle un poco de pomada, y que le vendara el brazo. Me explicó que debía dejarlo suelto, no muy apretado porque le dolería más. Jake sonreía cuando me veía vendarle, parecía cómo un niño al quejarse, me resultó tierno.

-¿Ya estás bien perro? –tía Alice se asomó y él asintió-. Entonces vamos, quiero acabar pronto…

-¿Dónde vais?

-A hacer cosas de mayores… -se levantó y me despeinó con la mano buena, mientras mi padre reía-. ¿Podrías ir mirando la lista de nombres? He reducido el libro a cincuenta nombres… dime los que te gustan y elegiré uno de los que hayas escogido tú, ¿de acuerdo? Gracias…

Se fue dejándome boquiabierta, mientras mi abuelo y mi padre me miraban, estaban pasándolo bomba… me enfadé y bajé con mamá. Busqué a tío Emmett pero había salido con Rose… Jasper me miró raro, debía sentir mi frustración. Pude ver a mi abuela sentada en las escaleras de la puerta trasera, la que daba al jardín. Me senté a su lado.

-Hola princesa…

-Hola… ¿Pasa algo?

-No, sólo pensaba… -me miró de una manera que me hizo sentir querida, muy querida-. ¿Estás feliz? Quiero decir… ¿Todo está bien ahora? Con Jake, en clase…

-Sí, eso creo… -le miré, parecía nostálgica-. ¿Le echas de menos?

-Un poco…

-Abuela… lo siento… -ella negó y me volvió a mirar de ese modo, dejándome sin habla-.

-Estás aquí con nosotros, estás bien. Es lo que importa. No fuiste culpable de nada, absolutamente de nada. Odio ver como te castigas, cómo has castigado a Jake… todo este tiempo separados no os ha hecho ningún bien a ninguno… así que estaba pensando en que ahora ambos parecéis felices, tenéis vuestras vidas, como tú querías… -sonreímos-. Pero es evidente que estáis mejor juntos, sois los mejores amigos del mundo… no intentes alejar eso…

-Yo…

-Tú debes hacer caso a tu abuela, que para eso es más sabia… -me sonreía-. Me alegra que hayas sido capaz de rehacer tu vida, que tengas una vida aparte de nosotros y de Forks, estoy orgullosa de ver tu vuelo, mi pequeña ninfa… pero no olvides que somos parte de ti… -me miró resaltando sus últimas palabras-.

-Lo sé… pero has de concederme que tengo razón en mantener alejado a Jake… mira lo que hago siempre… le ataco, le muerdo, ¡le hago una quemadura grave! Siempre sale mal parado cuando está cerca de mí…

-Escúchate… -me sonreía-. No sólo ha tenido accidentes contigo cerca… pero no lo he visto tan feliz con nadie… por mucho que le hayas hecho una grave quemadura… -usó mi tono de voz-. Ha bajado con una sonrisa… -me empujó juguetona, le devolví el empujón y sonreímos, mirando cómo el sol se ponía, sentadas en aquel porche-. Nunca voy a poder querer a nadie como a ti, ni siquiera a tu abuelo… son formas distintas de querer… pero es más intenso hacia ti a su manera… has traído la felicidad a toda la familia, a todos mis seres queridos y a mí. Todos hemos cambiado por ti, todos somos mejores ahora…

-Abuela yo… -sus ojos brillaban, parecía a punto de llorar, pero era imposible. La abracé y lloré, pude entender la razón de sus palabras. Nunca diría tal cosa, se me hacía duro incluso a mí pensarlo, pero intentaba decirme que prefería mil veces muerto a Nahuel que a mí. Mi padre nos miraba a través del cristal, asintió-. Te quiero mucho, más de lo que puedas imaginar…

Ella limpió mis lágrimas, mi padre y mi abuelo salieron a consolarnos, al igual que mi madre, que se puso frente a las dos cogiendo nuestras manos. Mi madre se quedó rígida y sonrió, olfateé y el olor de Sue y de mi abuelo me llegó. Sonreí a mi familia y fuimos corriendo a la puerta para recibirles.

-Es hora de que nos marchemos… -Eleazar se despedía-.

-Gracias por comprenderlo… -mi padre les hizo un gesto de agradecimiento-. Sería muy violento para ellos ver a tanta gente aquí… -me miró-. Será mejor que pasen el fin de semana en casa de Em y Rose.

Desaparecieron por el jardín en el mismo momento que Charlie aparcaba. Apagó el motor y bajo corriendo, me abrazó y me besó, mirándome, más bien examinándome. Le abracé de nuevo, cogiendo a Sue esta vez con el otro brazo.

Esme, Sue y mamá se fueron a la cocina, mientras el resto nos sentamos a ver el partido. Pensé en cómo le contaría a mi abuelo todo lo sucedido esta semana… mi padre negó con la cabeza. Quizá sería mejor no decirle nada… mi padre asintió. La puerta se abrió, entró una ráfaga de aire, identificada por el olor como Alice y Jake detrás, que se quedó parado en la puerta. Le mostré que no iba a decirle nada a Charlie sobre Allison, al menos de momento. Necesitaba que me guardara el secreto. Él asintió.

-¿Qué tal Charlie?

-Bien… ¿Cuándo has llegado?

-Esta tarde…

Comenzaron a hablar y así pasamos el rato hasta la cena. Después de cenar fuimos a casa, los seis. Mi abuelo y Sue dormirían en la habitación de invitados. El problema era Jake. Mi madre le dijo que durmiera en mi habitación, yo dormiría en la habitación de mis padres. Subí corriendo a mi habitación para coger el pijama, quería irme a dormir pronto, estaba realmente cansada. Estaba rebuscado en el armario cuando pude olerle. Me giré y miraba atónito la nueva habitación. Se quedó helado, me pareció ver dolor en sus ojos, pero sonrió rápidamente, intentando que no descifrara su gesto.

-¡Vaya cambio! Está preciosa… tus tías son unas artistas… ¡Menudo armario! –dijo riendo, pero sus ojos parecían tristes-.

-Jake, yo…

-Está bien… lo entiendo…

-No, yo…

-No pasa nada, en serio… -estaba visto que no me iba a dejar hablar, así que le mostré mis recuerdos-.

Después de aquella noche de viaje llegué a casa y miré aquella maravillosa habitación, que él había hecho para mí, especialmente para su sobrinita. Esa niña que ahora era una adolescente estúpida, que había estado a punto de matarle. Me enfadé conmigo misma, no merecía aquella habitación, no merecía nada de lo que me había dado… la furia me invadió como nunca lo había hecho y comencé a pegar golpes a los muebles, rompí el escritorio, abrí el armario y pude ver mi reflejo, no me gustó y lo rompí. Me volví loca y pateé todos los muebles mientras mis padres intentaban sujetarme, pero la furia me había invadido y era más fuerte que ellos. No paré hasta que comencé a llorar. Dormí con ellos esa noche y no me atreví a subir aquí, dormía en el cuarto de invitados hasta que mis tías cambiaron la habitación. Me había arrepentido millones de veces de estropear aquella preciosa habitación… lo sentía muchísimo…

-No espero que me perdones… no tiene excusa…

-Nessie… todo está bien, en serio… -su sonrisa era ahora más real-. No estoy enfadado…

-Pues deberías…

Se acercó a mí y me besó el pelo. Me levantó y me cogió en brazos, como cuando era más pequeña y me aferraba a él como a un árbol. Mi padre carraspeó desde las escaleras.

-Nunca me enfadaré contigo… -besó mi frente y me bajó al suelo-. Que descanses pequeña…

-Igualmente Jake…

Al día siguiente estuvimos en casa todo el día. Llamé a Allison, pero me dijo que tenía que ir a comprar con sus padres y con Mary, no podía quedar. Me sentí mal, pero al menos podría estar con mi familia todo el día, algo que me animó. Llamaron a la puerta y eran Rose y Emmett, mi tío levantó un paquete enorme y me sonrió.

-Tu regalo de cumpleaños… adelantado…

-No era necesario… -lo abrí corriendo y era un DDR para mi consola, algo que me animó-. ¡Gracias! ¡Es genial!

Me pegué la mañana jugando con Jake y Emmett, mientras mi abuelo, Sue, Rose y mis padres nos miraban, riéndose de cómo Emmett se picaba cuando perdía.

Reté a Jacob, lo cual hizo divertirse mucho a Emmett cuando vio lo torpe que era Jake jugando a esto. Mi madre preparó unos espagueti carbonara ayudada por papá. Sue hizo un postre enorme, llevaba fruta, helado, sirope de chocolate… Jake disfrutó como un niño de cinco años… Después vimos una película, Manhattan, una de las preferidas de Sue.

-Creo que debemos irnos… -dijo Rose tirando de Emmett-. Tenemos mucho que hacer…

-Cierto… acordaros de que Esme va a preparar la cena… va a preparar chuletas de cerdo y tarta de queso y frambuesa para postre…

-Calla… no me hables de comida que me entra hambre… -Rose fulminó a Jake por su comentario-. ¿Qué? Ya es hora de merendar…

-¡Perros! –suspiró mi tía, mientras se marchaban-.

Comenzaron a hablar mientras pensé qué hacer… mi padre levantó una ceja y le pedí que me guardara el secreto. Me dirigí a la cocina y saqué unos huevos, harina, leche, mantequilla y un poco de azúcar y sal. Busqué en la despensa, Cogí fresas y las troceé. Mi madre se asomó y me sonreía. Me ayudó a hacer las crepes, pusimos las fresas troceadas como relleno y yo me hice tres con mermelada de mora. Sacamos la bandeja llena de crepes mientras Jake ponía ojos como platos. Llevé un bote de nata por si acaso, pero creo que no quedó ni una gota. Me robó una de las crepes de mora, yo le robé una de fresas. Mi abuelo y Sue también las probaron, pero Jake se comió al menos diez… a veces era muy bruto comiendo…

-Están tremendas… -Hablaba con la boca llena, la nata manchaba la comisura de sus labios, parecía un crío pequeño…-. Bella, me tienes que dar la receta…

-Yo sólo he ayudado, la cocinera ha sido Nessie…

-¡Vaya! –dijo mirando las crepes y después a mí-. Ya sé quien cocinará cuando esté en casa…

Todos reían menos mi abuelo y yo… le miré y fingimos una pequeña risa, pero la idea de que volviera a estar en casa de Jake no nos hacía gracia a ninguno de los dos.

Estuvimos hablando sobre recetas, hasta que mi padre nos avisó de que llegaríamos tarde si no salíamos ya… Subí a mi cuarto seguida de Jake, que se sentó en mi cama mirando con cara de asco una bolsa de una tienda del centro comercial. Me imaginé que Alice le habría comprado ropa y no pude evitar reír.

-En serio… ¿Cómo aguantas que te diga cómo vestir?

-No sé… en el fondo me dejan mi libertad, mi estilo… pero me sirve de ayuda cuando no sé que ponerme… -Suspiré mirando mi armario-. Ahora la echo de menos…

-¿Por?

-No sé qué ponerme…

-¿Puedo? –dijo levantándose. Asentí y comenzó a inspeccionar mi armario. Miraba algunas prendas raro, como si no le gustaran para nada. Era gracioso verle escoger mi ropa-. ¿Qué te parece esto?

-A ver… -miré aquel vestido, ni siquiera recordaba haberlo comprado. Seguro que tía Alice lo había metido allí alguno de estos días… Recordé que ayer había estado sola en mi armario... yo apenas había inspeccionado para vestirme por la mañana, no había mirado los vestidos. Era precioso, azul cielo atado al cuello (como este http://www.inolvidables15.com/fotoalbumv/1104.html ), miré sorprendida a Jake-. Es precioso…

-Si no te gusta… puedes elegir otro tú… pero me ha parecido bonito… -dijo amortiguando una sonrisa-. Tú eliges…

-Es perfecto… -Bajé al baño rápidamente, me duché y me puse el pijama, no quería arrugar el vestido. Me miré en el espejo, ahora tenía que decidir qué hacer con mi pelo… Alguien llamó a la puerta-. ¿Sí?

-No es por molestar, pero yo también tengo que entrar… ¿Vas a tardar mucho?

-No, ¡salgo enseguida! –Miré aquel tocador, era lo único que necesitaba ahora… Llamaron a la puerta y mi padre se asomó-.

Entró y cogió mi tocador, Jake corrió a ayudarle, Charlie podía asomarse en cualquier momento. Lo llevaron al cuarto de mis padres, así Jake tendría el baño libre. Mi madre me sonreía, Comenzó a cepillar mi pelo, aún mojado, retorciéndolo y haciendo muecas, pensando cómo recogerlo. Alguien llamó a la puerta y mi padre suspiró. El monstruito de mi tía se asomó sonriente con un maletín. Me asusté verdaderamente, pero no me dio tiempo a quejarme porque me giró y me puso unas extrañas gafas, no veía nada.

Pude notar como sacudía mi pelo, podía oír unas tijeras cortándome el pelo. Ahora si que estaba asustada… Después pude oler a Rose, noté calor cerca de mi cabeza, me estaba asustando de verdad. Noté que ponían algo en mi pelo y después murmuraban, demasiado bajo. Echaron mi cabeza hacia atrás, sólo podía ver sus caras maquillándome y el techo. Estaba claro que iban a hacer una fiesta… Después Alice me pidió que cerrase los ojos y le hice caso, su mirada me daba miedo. Noté cómo me ponían el vestido y me arreglaban de nuevo el pelo.

Abrí los ojos y pude ver que ellas también llevaban vestidos. Mi tía Rose uno en rojo atado al cuello, tía Alice uno en forma de corazón en color crema. Mamá llevaba uno en gris y blanco, con un hombro descubierto. Estaban guapísimas.

Me miré al espejo, miré mi pelo (así http://www.zonanovias.com/wp-content/uploads/2008/12/recogido2.jpg más o menos, pero con su color…), estaba precioso. Mi maquillaje era muy natural, me veía realmente guapa, me sentía bien. Sonreí al espejo, viendo a las tres mujeres mirándome igual. Oí las pisadas de Jacob y de papá, el abuelo estaba abajo con Sue. Miré el reloj, me había torturado durante casi veinte minutos. Me dieron unos zapatos de tacón blancos y una chaqueta del mismo color. Las tres abrieron la puerta y se quedaron asomadas al piso de abajo, bajé las escaleras y los cuatro se asomaron para verme.

Estaban todos muy guapos, Sue llevaba un vestido blanco estampado con flores rojas, mi abuelo unos vaqueros y una camisa negra. Papá llevaba un traje negro y una camisa blanca. Entonces miré a Jake… Llevaba traje, azul marino con camisa azul (este http://www.bilma.es/images/catalogo/Hombre_Sastreria_Traje_376_300x452.jpg ), estaba guapísimo, si no fuera por la cara de bobo que tenía. Mi padre le miró como resultado de mi pensamiento y se echo a reír, cerrándole la mandíbula.

-Bueno, debemos irnos… Esme estaba terminando de cocinar cuando veníamos, así que si no se os enfriará la cena…

Terminé de bajar los cuatro peldaños mientras rodaba los ojos… Jake abrió la puerta y me tendió su brazo con una enorme sonrisa. Fuimos andando hasta casa de mi abuelo, quince minutos andando… menos mal que Jake me agarraba, demasiado tacón para mi gusto…

Llegamos a casa de mi abuelo y las luces estaban apagadas. Alcé una ceja en dirección a mi tía, podía oler a mis amigos desde fuera.

-Hazte la sorprendida… -me susurró Jake-.

Alice abrió con las llaves, cosa rara… cuando entramos las luces se encendieron, toda mi familia, mis amigos, los del clan Denali… me emocioné ligeramente. Emmett se acercó a mí y me tendió su brazo. Me llevó al jardín, entonces apareció una mujer muy guapa que recordaba bien. Aquella silueta era difícil de olvidar, sus piernas largas, su piel morena, su pelo negro… llevaba un vestido beige, con el final de la falda y el escote en negro. Corrí hacia ella y la abracé. Ella me devolvió el abrazo, inspirando.

-Esperaba que vinieras a verme… pero veo que tienes mucho que hacer por aquí… -su sonrisa me deslumbró, le mostré todos los recuerdos que había atesorado todo este tiempo-. Me alegro que me recuerdes, yo también pienso mucho en ti… El Amazonas ya no es lo mismo desde que te conocí…

-¡Cuánto te he echado de menos Zafrina! ¡Me alegro tanto de verte!

-Lo sé… yo también… Feliz cumpleaños, por adelantado…

-¡Gracias! –Dije aún abrazada a ella-. Me alegra mucho verte…

-Vamos a tu fiesta… no quiero acapararte toda la noche… tendremos tiempo para ponernos al día… -la miré, sus ojos eran de un color negro, podía distinguir fácilmente las lentillas-. Venga…

Saludé a todos mis amigos. Allison me entregó un pequeño paquete. Lo abrí, era la discografía de Avril Lavigne. Me eché a reír al verlo.

-No puedo consentir que no hayas escuchado ni una de sus canciones… espero que te guste… -la abracé fuerte, pero me abstuve de nada más-.

-Este es de parte de todos… -Darlene me entregó un paquete más grande-. Sabemos que no es tu cumpleaños aún… pero sólo quedan tres días…

-Gracias… -Abrí el paquete emocionada. Había varios paquetes dentro, comencé a abrirlos. Encontré un reloj de muñeca morado, unas zapatillas tipo bailarina, una bufanda negra y un paquete más envuelto. Había un cuadro con una foto que nos hicimos todos juntos en la playa, me encantó-. Es… es perfecto… gracias chicos…

-Bueno, la comida está servida… -Esme hizo un gesto para que pasáramos. La mesa estaba llena de canapés, pastelitos, galletas… de todo. Alice comenzó a poner música, me di cuenta que habían apartado casi todos los muebles dejando espacio para bailar-. Espero que te guste nuestro regalo… -mi abuelo Carlisle me tendió un sobre. Lo abrí rápidamente, encontrando unas entradas para un concierto de música clásica que quería ver con papá. Le miré y me sonrió-. Gracias… es genial… -les abracé-. Muchas gracias…

-¿Te ha gustado mi regalo? –Dijo Emmett pasando su enorme brazo por mis hombros y mirando en dirección a Zafrina que hablaba con Tania-.

-Cada día te superas más tío Em…

-Pero mi vestido le ha gustado más… -dijo Alice cogiéndome de la misma manera que Em-. Al igual que los zapatos y mi corte de pelo…

-Vale ya… no os peleéis… -me zafé y me fui a bailar con mis amigos-.

Pasamos una noche estupenda, estuvimos bailando comiendo y riendo hasta la una de la madrugada. Los padres de mis amigos vinieron a buscarlos, incluidos los padres mi novia, que me recordaron que mañana estaba invitada a cenar. Agradecí la invitación y la acepté con mucho gusto. Después nos fuimos a casa, ahora agarrada a Jake y a mi abuelo, el cual cogía por la cintura a Sue con su brazo libre. Mamá y papá iban delante tendidos de la mano.

-¿Lo has pasado bien? –mamá miraba mi reflejo en el espejo del tocador mientras me cepillaba el pelo y yo me desmaquillaba-.

-Genial… ver a Zafrina… me ha hecho mucha ilusión…

-Se quedará hasta el día de tu cumpleaños, luego volverá.

-Imagino…

-Ve a por el pijama anda… debes estar cansada…

Subí a mi cuarto y él estaba ya en la cama, su respiración era pausada, probablemente dormía. Intenté no hacer ruido cuando abrí el armario para coger un pijama. Estaba a punto de bajar las escaleras cuando me llamó.

-¿Ness?

-Sí, perdona, no quería despertarte, solo quería coger el pijama…

-No importa… -se incorporó sonriendo-. ¿Lo has pasado bien?

-Sí, bastante… -hice una mueca-. Casi no te he visto… De hecho creía que te habías ido hasta que apareciste a última hora… -hice una mueca-. Pensé que bailarías conmigo una canción al menos…

-No… me da miedo que te duermas… -alzó una ceja. Le lancé mi pijama, mientras se reía y se levantaba-. Ven… -tiró el pijama en mi cama y me cogió, balanceándonos simplemente, sin música, nunca había estado así con él desde que era niña. Nunca se había acercado a mí tanto sin camiseta desde hacía años… él comenzó a reír, le miré raro-. Me resulta gracioso vernos así, yo en pijama y tu vestida de princesa… -yo también me reí-. Me encanta cuando te ríes así… me recuerda a cuando eras más niña aún…

-¿Más niña… aún?

-Vas a cumplir cinco…

-Pero aparento quince o así… -él hizo un gesto de media aceptación. Me paré y le miré mal. El alzó una ceja-. ¿Algo que añadir?

-Ves… ahora sí parece que tengas cinco… -comenzó a reír y le pegué-. Va… no te piques…

-Tengo que ir a dormir, mañana tengo que ir a cenar a casa de Allison, no quiero ir con ojeras… -fui a coger mi pijama-. Buenas noches…

-¡Eh! ¡Espera! –me agarró-. No te habrás enfadado, ¿no?

-No, sólo estoy cansada… -le sonreí y le di un beso en la mejilla-. Buenas noches Jake…

-Buenas noches Nessie…


La cena fue bastante bien, Abraham y Emma, los padres de Allison y Mary, fueron muy amables con Sullivan y conmigo. Estuvimos hablando durante un rato antes de la cena, durante y después. A las once decidimos que era hora de volver a casa, mañana había que madrugar…

El lunes fue un interrogatorio de cómo había ido la cena, pero no hubo grandes novedades. Fue un día de lo más normal, cené en casa de mis abuelos y esperaron a las doce en punto para felicitarme. Después volvimos a casa… Comenzó lo malo…