Capítulo XXVI: El milagro de la vida…

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Comenzaba a tener hambre acababa de salir… decidí arriesgarme y seguir hasta Sequim. Una vez allí paré en el mismo bar, pedí un sándwich y una coca-cola. Llamé a mis padres para decirles que estaba de camino y contarles la causa de mi retraso. Le mandé un mensaje a Jake.

(Para ver mas grande pinchar en la foto)


‘Me alegra haberte visto tan sumamente feliz con los pequeños. Dales un beso a todos, estoy en Sequim comiendo algo, en cuanto llegue a Monroe te aviso. Dale un beso enorme a Billy también… sé que es de locos, pero me he sentido tan bien estos dos días, que me entran ganas de volver… Un beso.’

Ahora debía avisar de mi retraso a alguien que me esperaba también…

‘Hola cariño, estoy en un bar a mitad de camino de Monroe. Me retrasaré un poco porque… bueno, luego te cuento. Un beso. Te quiero. ‘

Cogí las llaves de mi coche y comencé mi camino a Monroe. Todos esperaban en casa de mi abuelo. Una tormenta de besos y abrazos me arrolló. Los del clan Denali habían dejado un regalo para mí, una caja de cristal preciosa que contenía una llave en su interior. También dejaron una nota:

Querida Nessie:

Espero que te guste nuestro regalo. Ahora mismo no te parecerá gran cosa, pero llegado el momento… será algo que debas descubrir en un tiempo… Espero que todo te vaya bien, y que sepas que siempre vas a tener una casa donde te acogeremos. Un beso de todos.

Firmado: Carmen, Eleazar, Tania, Kate y Garret.

-¿Qué es? –una llave podía abrir muchas cosas-.

-A su debido momento… -mi abuela Esme me llevó a la mesa donde había una suculenta comida-. Espero que te guste.

Les mostré los momentos más destacables del viaje mientras comía. Después pedí a mi madre que me acompañara al coche. Le había prometido un regalo grande, y así era.

Se emocionó al ver la colección de libros de Oscar Wilde. Me abrazó y me besó emocionada, para después darme un poco de dinero para que siguiera con mi viaje.

Mandé otros dos mensajes antes de salir a las mismas personas. Me pude en marcha, en apenas media hora estaría con mis amigos.

Pude ver la cabaña de los padres de Kevin. Miré el reloj del coche, eran las 19:08. Todos salieron a recibirme, preguntando cómo había tardado tanto. Les conté que justo cuando me iba a marchar llamaron para decir que habían nacido los mellizos, por lo que me parecía mal el irme sin conocerlos. Luego me preguntaron por el resto del fin de semana, les conté que me emocioné mucho al ver cómo reaccionaron al verme, quería darles una sorpresa, pero me llevé yo otra al ver que era como si no hubieran pasado estos meses.

Poco después hicimos una barbacoa, habían comprado ternera y pollo, también patatas y unas verduras para hacer pinchos vegetales.

Cuando terminamos de cenar nos pusimos a jugar a distintos juegos de mesa, hasta que al final nos aburríamos y decidimos probar con el Twister, cómo en Jenner. La verdad es que fue igual de divertido, pusimos música y era fascinante ver a alguien bailando mientras tenía un pie en el azul otro en el amarillo y la mano en el verde. Estuvimos jugando hasta las tres de la mañana, cuando Kevin y Mary se aburrían y querían irse a dormir.

Darlene, Sullivan Allison y yo decidimos ponernos a recoger todo, no queríamos dejar todo como si hubiera pasado un huracán. Cuando acabamos salimos al porche, se veía el lago, que reflejaba la luna y estaba precioso. Darlene se marchó alegando frío. Poco después Sullivan se terminó su cigarro y se marchó para que Mary no se enfadara por su tardanza.

-Pensé que al final no vendrías… -Allison me sonreía-.

-¿Por qué no?

-No sé… pensé que te pondrías nostálgica de estar allí, preferirías quedarte por un día más, para aprovechar el viaje…

-Bueno, la verdad es que estaba muy a gusto allí, pero te lo prometí, os lo prometí a todos al igual que a ellos… así he cumplido mi palabra con todos…

-Me parece genial… ¿Sabes? Llevo unos días dándole vueltas a algo… -le miré curiosa-. En un año todos nos hemos hecho grandes amigos… algunos ya se conocían, está claro, pero aún así todo ha cambiado mucho… me pregunto qué pasará cuando nos graduemos…

-No sé… pero me gustaría mirar por un agujerito para poder verlo…

-Sería genial que nos juntáramos todos al menos una vez al año, no me importaría que fuera en mi casa de Jenner.

-Podemos proponerlo… -bostecé-.

-Sí, mañana podemos hablarlo… sería genial permanecer unidos al menos una vez al año… pero ahora creo que hay alguien que se muere de sueño… -me tendió la mano y subimos a nuestra habitación-. ¿Qué te parece?

-Es preciosa… -le sonreí-. Como tú…

Le saqué la lengua para hacerla rabiar. Pero la verdad es que la habitación era la típica de una cabaña, con un ambiente muy hogareño, me agradó. Me tumbé en la cama y era muy cómoda. Me quedé dormida enseguida.

Por la mañana desayunamos juntos e hicimos la promesa de que permaneceríamos juntos siempre, aunque tuviéramos que dejar de lado nuestra vida por una semana para reunirnos, lo haríamos.

Decidimos que hacía buen día para ir de pesca. Se sorprendieron de mis dotes como pescadora, pero les confesé que lo había hecho alguna que otra vez antes… pensé que justo hace dos días había estado de pesca con Billy y Charlie.

Mi móvil sonó varias veces, hasta que al fin pude cogerlo.

-¿Nessie? –una voz ronca con un deje extraño me sorprendió-.

-¿Jake? –pude oír cómo un matasuegras por el fondo, mucho murmullo y música-.

-Nessie, cariño, quiero que sepas que ya te echo de menos… eres lo más precioso que he visto en mi vida… más incluso que Wendy… ¡hip!

-Jake… ¿Vas borracho?

-No princesa, el que va borracho es Seth… ¡hip!

-Ya… seguro… anda, pásamelo…

-Espera… ¡Seth! Mi princesita quiere hablar contigo, pedazo de borracho…

-¡Nessie! ¡Mi sobrinita! –su estado era parecido, creo que peor ya que me costaba entenderle-. ¡No veas qué festón! ¿Cómo no te has quedado? Hemos estado toda la tarde bailando… y bebiendo un poco… ¡No veas Billy! Se ha puesto… ¡pfff...!

-¿Toda la tarde?

-Sí, y por la noche vamos a tirar fuegos artificiales…

-Seth… son las doce del medio día…

-¿Qué? –Oí cómo de fondo la conversación-. Oye, Jake, Jake… ¿Ya es lunes?

-Eso creo… ¿no viste que anoche Sam y Billy tiraron los fuegos? Y tiramos a Paul por el acantilado con las pesas… ¿no te acuerdas tío?

-No… ¡Qué fuerte! –Se puso al teléfono-. Oye Nessie, tengo que dejarte… creo que he perdido algo… no sé el qué…

-¿Unas cuántas horas?

-Puede… espera, espera, que Jake quiere ponerse de nuevo…

-¡Nessiiiiiiiiieeeeeeeee! En serio pequeña, ya te echo de menos… deberías estar aquí, lo estamos pasando en grande… espera… -Se alejó del teléfono-. ¡Chicos! Alejaros, que vienen las mamás… y aún peor… vienen con Claire… -se puso de nuevo-. Oye cariño, debo dejarte que tenemos que huir de las chicas… -hizo una pausa- ¡Noooooooo!

-¿Qué pasa?

-Vaya nenazas, no son capaces de estar sin sus novias ni una sola noche… Bueno, creo que voy a ver dónde está Paul, antes de que mi hermana se levante de la cama para matarme…

-Sí, anda ve… -me empecé a reír-. Luego duerme un poco… que creo que te hace falta…

-Oye princesa pásalo bien… Te quiero un montón…

-Lo sé, yo también… tú mejor deja de pasártelo bien y duerme…

-No sé… creo que sí, porque Seth… No sé dónde se ha metido y al resto se los llevan… así que me quedo sin fiesta… -oí de nuevo el matasuegras-. Adiós pequeña…

-Adiós Jake…

Todos me miraron curiosos, les conté lo que pasaba y no paraban de reírse. Seguimos pescando un rato, pero las chicas se aburrían y me pidieron la cámara de fotos.

Se hicieron un montón de fotos, así que dejé de pescar y me uní a ellas. Salieron unas fotos chulísimas, después los chicos vinieron y nos hicimos una de grupo. Cuando llegamos a la cabaña nos sorprendimos de ver a Meg en el porche. Estaba llorando y nos acercamos.

-¿Qué ha pasado? –Darlene se sentó a su lado y la abrazó, todos nos pusimos cerca, intentando consolarla-. Nena… cuéntanos…

-He discutido con Ryan… no sabía dónde ir… así que he cogido un autobús para venir…

-¿Qué ha pasado? –Allison se sentó a su lado-. No puede ser tan grave…

-Su padre le ha regalado una moto, entonces habíamos quedado para ir a su casa, como un día normal… pero cuando estábamos allí él quería… ir a más que besos, pero yo no podía, no me sentía preparada. Entonces se ha puesto como un loco y me ha dicho que era una cría y que ahora seguro encontraba a alguien mejor… se ha ido con su moto al parque… le odio…

-Vamos, no te apures… -Le cogí de la mano-. Seguro que se os pasa, ya verás…

-No… no le puedo perdonar todo lo que me ha dicho…

-Bueno… pero no te amargues, vamos a preparar una buena comida, podemos ir a por helado de chocolate si quieres…

-Ya he traído… -una sonrisa fugaz apareció en su rostro mientras levantaba una nevera portátil-. Gracias chicas, en serio…

Estábamos comiendo cuando oímos un rugido de motor. Supe que era él, así que decidimos llevarnos a Meg a otra habitación. Después estuvieron hablando, nos fuimos a la entrada de la casa. Al parecer ninguno oía nada, pero yo sí. Él le pedía perdón y ella no cedía, estaba realmente dolida. Ryan en vez de molestarse en disculparse de nuevo comenzó a decirle una sarta de palabras que nunca había oído tan seguidas. Salió dando un portazo.

-Es una cabezota…

-Mira… -Darlene se levantó pero Allison la detuvo-. Eres un asqueroso.

-Dar… con individuos como él… no hay ni siquiera que hablar…

Lo que había empezado como un fin de semana perfecto, ahora se estaba tornando en algo macabro. Todos se pusieron a discutir, yo no podía más y entré para calmar a Meg, alejándome de aquel guirigay que se había montado en la puerta de la casa. Allison me siguió, con Darlene y Mary. Sullivan apareció y nos dijo que Kevin intentaba calmar a Ryan.

-Será mejor que me marche… -Meg se levantó-.

-Ven con nosotras… -Mary la cogió del brazo-. Hay sitio seguro…

-¡Claro! –Allison la cogió del otro-.

-Empezaré a cargar el coche, ¿me das las llaves cuñadita? –Allison le entregó las llaves, el resto de las chicas nos quedamos en la habitación-.

-Yo… en mi coche hay un sitio… -hice una mueca. La verdad que no me hacía gracia volver sola, pero menos con Kevin, que al parecer se había puesto de parte de Ryan…-. No me apetece volver sola…

-No te preocupes… iré contigo… -Darlene me cogió del brazo-. ¿No te importa Meg?

-No… no importa…

Salimos al comedor, Sullivan cargaba el coche de los padres de Allison y yo metí las cosas de Darlene y las mías en el mío. Kevin entró en el comedor, Ryan se quedó fuera, alejado de la casa y apoyado en su estúpida moto.

-Chicas… será mejor que vaya con él… está muy nervioso…

-Está bien… -Darlene apoyaba a Kevin, aunque no estuviera a favor de Ryan-. Puedo entenderlo…

-Ten… -Kevin le dio unas llaves-. Cierra, ya me darás las llaves cuando lleguemos a Monroe… creo que será mejor que nosotros nos vayamos antes…

Ellos se fueron y nosotras nos quedamos recogiendo, aunque casi todo lo hizo Sullivan, para dejarnos intimidad con Meg. El ambiente estaba demasiado tenso y me estaba desquiciando, así que salí a la puerta.

-¡Menudo día! –Allison se sentó a mi lado apoyando su cabeza en mi hombro-. Ahora veo cuánto se sufre viendo discutir a dos amigos… me arrepiento de haberte hecho perder los papeles el otro día, en serio… yo no quería…

-Lo sé… -la corté y le sonreí-.

-A nosotras no nos pasará esto nunca, ¿cierto?

-No lo sé… espero que no…

-Yo también, no sé si soportaría el hecho de perderte… porque va a ser prácticamente imposible que vuelvan a ser amigos…

Giró su cabeza y aproveché para besarla tiernamente. Un beso dulce, corto, pero que significaba más que cualquier palabra. Nos sonreímos y decidimos que era hora de marchar.

Esperamos a que Meg se terminara la tila que Darlene le había preparado. Nos sentamos todos en aquellos sofás que envolvían a una mesita en la entrada. Allison se sentó encima de mí, al igual que Mary encima de Sullivan. Todos queríamos estar arropando a Meg.

Terminó la tila y nos agradeció lo bien que la estábamos tratando. Terminamos de recoger la casa, me dirigí hacia mi coche, Allison se acercó a mí.

-No olvides en este rato que te quiero… -besó mi mejilla suavemente, sonriendo-. ¡Guapa!

Todos comenzaron a reír tras el piropo de Allison, que me hizo sonrojar. Se montaron en el coche mientras Darlene cerraba.

Vi cómo su coche salía y cómo Allison me saludaba con la mano antes de salir. Darlene se montó y arranqué.

-¿Crees que al final le perdonará? –Darlene conocía mejor a Meg-.

-No lo sé… siempre ha querido a Ryan, aunque le hubiera podido gustar Sullivan por un tiempo… pero ahora Sullivan no está disponible… así que es posible que lo perdone…

-Yo no sé si podría…

-Bueno… los he conocido desde niños… él siempre ha sido un macarrilla, a ella siempre le han gustado ese tipo de chicos, los misteriosos, los rebeldes… no sé…

-¿Y a ti que tipo de chico te gusta?

-No sé… -se sonrojó-. La verdad es que eso del misterio tiene su historia… pero si lo pienso fríamente… alguien sincero, alguien que no sea como Ryan…

-¿Cómo Kevin? –se sonrojó aún más, pero negó-.

-No, quiero decir, es el tipo de chico ideal, pero no me gusta eso de que vaya con Ryan a muerte, has que saber posicionarse por convicción, no por lealtad o fervor…

Nos quedamos en silencio por unos minutos hasta que puse la radio. Sonó la canción de Nelly Furtado y comenzamos a cantarla. Me gustó el hecho de que Darlene la conociera, e incluso se supiera la letra. Reímos cuando notamos que empezaba a llover y puse el techo metálico.

Estábamos llegando a los límites de Monroe cuando Meg llamó a Darlene

-¿Cómo vas cariño? –Darlene sacó aquel tono dulce que tenía el poder de reconfortar a la gente. Agudicé el oído-.

-Mejor… dile a Nessie que debe seguir a Allison.

-Espera pongo el manos libres…

-¿Nessie? Espera, lo pongo yo también para que te aclares con Allison…

-¿Carlie?

-Dime.

-Mira, sígueme, voy a coger un desvío anterior al que deberíamos. Kevin ha llamado, tenemos sus cosas… así que vamos a quedar con él en el instituto para dárselas, su padre le acercará. Así podrá llevarse a Darlene, que viven al lado y tú puedes llevar a Sullivan, así no tenemos que dar tantas vueltas… ¿vale?

-Vale… Yo te sigo… no te preocupes.

-Ahora nos vemos…

-Hasta ahora…

Paramos en un semáforo y me hizo señas para indicarme que ése era el desvío a tomar. Asentí y le saqué la lengua, ella hizo lo mismo. Giramos hacia Fryelands Boulevard.

Estaba viendo el precioso lago, la verdad es que me distraje por unas milésimas de segundo. Cuando me di cuenta estábamos en el cruce con la 146.

En ése mismo instante me quedé helada. Un camión salía de la misma calle en dirección contraria.

Tenía claro que no debía dar un volantazo, como ya había aprendido la lección de los volantazos, pisé el freno y clavé el coche. Pero Allison no sabía aún eso.

Dio un giro brusco, perdiendo el control del coche y estampándose contra el camión.

Fue tan fuerte el impacto que trozos del vehículo de Allison resonaron en el techo de mi coche.

Dio tres vueltas de campana, acabando en el Lago Tye, pudiendo ver cómo se hundía y la gente aparecía de la nada para ver lo que había ocurrido.

Darlene y yo salimos del coche a toda velocidad, gritando y pidiendo auxilio. Estábamos completamente bloqueadas, no parábamos de gritar y de llorar. La gente comenzó a llamar a emergencias, pero no había tiempo. Corrí y me arrojé al agua, algo que no había hecho en mi vida. Siempre me había mantenido cerca de las orillas por alguna extraña razón.

Comencé a bucear, pude ver el coche. Mis amigos estaban dentro, podía verlos. Allison estaba inconsciente, al igual que Sullivan y Meg. Mary intentaba abrir la puerta pero no podía. Lo intenté pero me ahogaba, necesitaba aire.

Subí a la superficie y volví a bajar, intentando arrancar la puerta. Mary me ayudaba desde dentro, pero el nivel del agua dentro del coche subía con rapidez. Pensé en romper el cristal, pero necesitaba aire de nuevo. Me sentía estúpida por tener que subir a por aire.

Cuando volví a bajar el coche estaba lleno de agua. Rompí el cristal e intenté sacarlos. Arranqué de cuajo los cinturones de seguridad, podía ver gente asomada al lago. Los sacaba por el cristal con la esperanza de que alguno de aquellos estúpidos humanos hiciera algo por mis amigos.

Saqué a Allison y la empujé a la superficie, después a Mary y a Sullivan, después subí conmigo a Meg. Las ambulancias habían llegado y comenzaron a atender a mis amigos, mientras la gente intentaba ayudar como podía.

Estaba furiosa, nadie se había arrojado al agua, nadie me había venido a ayudar. Darlene estaba en shock, estaba pálida y aovillada en la orilla mientras una chica le ponía una manta encima. Miré a mí alrededor sintiéndome perdida y desorientada, comencé a marearme y sentí que mis piernas flaqueaban. Pude ver cómo el suelo cambiaba de posición, pero no llegué a tocarlo.

Mi abuelo apareció de la nada, abrazándome y llevándome a una ambulancia. Dijo que él se ocuparía de mí, así que el resto de los médicos irían a ayudar a mis amigos.

-Abuelo ves con ellos, tú eres el mejor, tú debes ir…

-Cariño, debo examinarte, no pueden hacerlo ellos… ¿Cómo has sido capaz de meterte al agua? Está helada, ningún humano hubiera sido capaz de soportarlo…

-Me da igual, quiero verles, necesito que vayas y los salves…

-Cariño, preciosa… escucha, están haciendo lo mejor para ellos, no te preocupes…

-¡Carlisle! –un auxiliar abrió la puerta y metió a Darlene-. Por favor, encárgate, no damos abasto…

-¡Darlene! –Comencé a notar la histeria en cada poro de mi cuerpo-. ¡Darlene! ¡Escúchame!

-Nessie, cariño… -me levanté de la camilla y la tumbamos. Mi abuelo le puso unas mantas, al igual que a mí-.

-¡Abuelo! ¡Haz algo! ¿Qué le pasa?

-Está en shock, cariño, necesito que te calmes… -me miraba fijamente-. Confía en mí, ¿de acuerdo? –Asentí y me senté, mirando a Darlene-. Noté un pinchazo en el muslo, miré y mi abuelo me estaba inyectando algo-. Es por tu bien…

Fue lo último que pude oír con claridad. Las sirenas llenaban mi cabeza. Flashes del accidente. La cara de Mary desesperada, Allison inconsciente, el último beso que le dí… su cuerpo, su cuerpo elevándose en el agua hacia la superficie, estático, frío… frío… no podía notar otra cosa.

Las imágenes cambiaban sin cesar, recuerdos y más recuerdos… y frío.

La cara de Allison mirándome mientras hablaba con Jake, esta vez sonreía.

Frío.

La foto que tomamos Mary Darlene y yo apoyadas en un árbol caído, que parecía una especie de tobogán natural. Yo estaba abajo, Darlene detrás y Mary como colofón. Allison sonreía de verdad, le estaba gustando lo que hacía, aquellas fotos… le emocionaba tomarlas.

Frío.

Mary y Darlene apoyadas una a cada lado del árbol. Esa foto fue divertida, ya que la tomé junto a Allison. Al ver la imagen se me ocurrió que podía ser curiosa una foto de las dos gemelas en la misma situación. Darlene acudió a mi lado para ver el resultado… era como un espejo, solo que cada una vestía de una forma, pero sus rostros eran iguales.

Frío.

Aquel lunar diminuto. Aquella leve cicatriz imperceptible en los ojos de un humano. Posiblemente un antiguo pendiente que cicatrizó. Allison tenía una diminuta cicatriz en la parte inferior del labio, y una peca diminuta cerca de la comisura de sus labios.

Sus labios cálidos…

Más frío.

Sus labios cálidos, cuando me besaron por primera vez en el baño del instituto, la sonrisa que notaba en sus labios cada vez que me besaba.

Frío.

Besos. Los millones de besos que Meg y Ryan se habían dado. Las risas que nos producía el verlos siempre tan acaramelados, evadiéndose del mundo, perdidos el uno en los labios del otro.

Frío.

Labios. Aquella sonrisa que me conquistó el primer día. Aquellos labios que estuve a punto de besar en el primer viaje que realicé con mis amigos. Aquellos labios que, junto con su rostro sonrojado, besaron delante de la cafetería a Mary, después de tantos años de amor desdichado. Por fin eran felices, por fin estaban juntos y por fin estaban en el mismo punto. En el preciso momento en el que todos conocíamos su relación.

Frío.

Aquellos brazos cálidos que me abrazaron por primera vez. El primer humano que me abrazó sin ser de mi familia. El primer intento de conquista. Aquellos brazos que tanto me consolaron ante la pérdida de Nahuel.

Frío.

Nahuel. La ira de sus ojos momentos antes de su muerte. El dolor que supuso su pérdida.

Dolor.

Pérdida.

Frío.

Mis amigos a mi regreso de Forks. Todos me apoyaban, todos me consolaban y me abrazaban, estaban pendientes de mí a cada instante. Todos cancelaron sus posibles planes para viajar conmigo. Todos hacían planes y los cuadraban, para que alguien siempre estuviera conmigo. Estábamos unidos.

Eso era amistad.

Verdadera amistad.

Ahora sólo sentía frío.

Amistad. La que se reflejaba en aquella foto de grupo en la que sólo faltaba la pareja.

Fotos.

Las fotos que le pedí a Darlene que tomara. Salía con las gemelas. Con Allison. Allison…