Capítulo XXV: Dudas, más dudas y una elección.

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Me tumbé en mi cama, pero algo era distinto. Su olor estaba en mi cama, lo que me hizo sonreír, comencé a recordar cosas que había preferido guardar en un baúl enterrado. Mi padre se asomó pero le mostré que prefería estar sola… un poco de intimidad…

Me dormí en seguida, soñando con aquellos días nublados de Forks, aquel lugar que siempre se me había antojado como el paraíso, siempre había sido feliz allí, no tenía que preocuparme de nada.

Mis padres me despertaron con un pastel de fresa con forma de 5, con dieciséis velas.

-¡Feliz cumpleaños! –Dijeron al unísono-.

-¡Vaya! Gracias…

-Venga, pide un deseo y sopla las velas, fuerte…

Un deseo… miré a mis padres y se veían expectantes. Les mostré lo que quería, un viaje a Forks para este fin de semana. Lo deseaba, deseaba ver a todos de nuevo, ver a la pequeña Claire, siempre tan inocente, a Ephraim que ya estaría enorme… y a Rachel, pronto tendría los gemelos… Soplé fuerte.

Me dejaron a solas para que me arreglase para ir a clase. Miré mi móvil, todos mis amigos me habían felicitado a lo largo de la noche, miré para saber quien había sido el primero… todos se habían retrasado por petición de Allison, seguramente, ya que ayer dijo que quería ser la primera. Pero no pensó en que tenía otro amigo, otra persona muy especial que se adelantó a todos…

‘Espero que duermas bien, pequeña princesa… estabas muy guapa el sábado, aunque bueno, tú siempre lo estás… ¿Fue bien la cena? Seguro que les encantaste… Que pases un día genial… espero que hoy sea especial. Te quiere, Jake.’

Su mensaje era distinto a los que me solía mandar, un deje nostálgico que me recordó a cuando yo siempre le llamaba tío. Sonreí ante aquel hecho.

‘Tu mensaje parece escrito por un carcamal… Gracias por haber venido a mi cumpleaños, por venir aquí estos días, ha significado mucho que después de todo, sigas viniendo en mi ayuda. Eres el mejor amigo que nadie puede tener. Te quiero. ‘

‘¿Carcamal? ‘Apenas lo había enviado y ya me había contestado. ‘Gracias, pero en parte… lo soy. Ya son veintitrés años, aparentando unos cuántos más, tengo casa, y pronto mi hermana tendrá hijos… me siento viejo, en serio… Pasa un día genial… Mandaré mi regalo hoy, pero no sé si llegará a tiempo… ‘

‘¿Un regalo? ¡Vaya! Tengo ganas de verlo, siempre me sorprendes con tus regalos… Bueno, luego hablamos, debo vestirme para ir a clase… ya sabes… dale muchos besos a todos, ¿de acuerdo? ¡Pasa un día genial! ‘

Cuando bajé a desayunar mi padre dejó de hablar por teléfono y se sentó conmigo y con mamá. Me miraron curiosos, me tendieron un sobre encima de la mesa. Les miré raro. Lo abrí en seguida saqué un papel.

“Vale por un viaje a Disney World para ti y para todos los amigos que tú elijas.”

-¡Vaya! ¿En serio?

-Sí, puedes llevar a quien quieras. Hemos pensado que te gustaría… -dijo mi padre con una mueca-. He hablado con Charlie, te acompañará ya que no es muy buena idea que nosotros andemos bajo el sol de Florida…

-¿No vendréis conmigo?

-No cariño… -mamá cogió mi mano-. Lo pasarás bien con tu abuelo…

-¡Gracias! En serio…

Cuando llegué al instituto todos me esperaban en la puerta, les agradecí los mensajes, en especial a Allison. La gente miraba asombrada cómo la besé y cómo nos metíamos dentro de la mano. A la hora de comer me contaron que habían planeado una acampada para el fin de semana, el lunes era fiesta, por lo que podríamos pasar todo el domingo allí y volver el lunes por la tarde. Los padres de Kevin le habían prestado una casita en Three Lakes, a veinte minutos hacia el norte de Monroe. Me entusiasmé, Allison estaba feliz al ver que me había emocionado el plan. Al salir un olor conocido me terminó de alegrar el día. Aquella figura morena, Zafrina, estaba apoyada en un coche que conocía muy bien.

Aquel coche, aquella preciosidad roja, aquel biplaza que me encantó, un coche que había visto hacía muchos meses bajo las manos de Seth. No era el mismo coche, pero era el mismo modelo con mejoras.

Un Mazda MX-5 Grand Touring, corrí hacia ella abrazándola.

-¡Vaya cochazo!

-¿Te gusta? He ido a Forks esta mañana, Jake me dijo que estaba reparándolo, que era precioso. Así que he ido a por él… -dijo Zafrina con una gran sonrisa-.

-¡Vaya! ¿Cuántos de estos hay por Forks? –dije sorprendida. Zafrina me miró raro-. Hace poco Seth estuvo reparando uno parecido, en color negro y con techo blando… pero era un coche precioso… me encantó…

-¿Sí? ¿Quieres probarlo? Te dejo conducirlo hasta casa…

-¿En serio? –Zafrina asintió-. ¡Genial! -Me dirigí a mis amigos, que me habían seguido lentamente hacia mi nueva posición. Allison me miraba divertida-. Siento dejaros, en serio, pero quiero conducir al menos una vez esta preciosidad… y Zafrina se va mañana…

-Tranquila… -Allison me cogió de la mano-. A mí también me gustaría viajar en esa preciosidad…

-¡Ah! –Zafrina se golpeó la frente-. Casi se me olvida… esto es para ti…

Zafrina me tendió un sobre acolchado, en el que había pegada una carta y la abrí emocionada.

“Para la mejor bailarina del mundo…

Seguramente tus padres… en especial tu padre, me odien por esto… pero no podía dejar pasar tu cumpleaños sin poder hacerte un regalo… además, no es sólo un regalo para ti…

Seth disfrutó mucho cuando le conté mi regalo, al igual que todos… así que es un regalo un poco egoísta, ya que no sólo te hará feliz a ti, si no a todos… espero que vengas pronto a vernos y estrenes tu regalo.

Firmado: el peor bailarín del mundo.”

Comencé a reírme, leí la carta en alto y todos miraban el sobre, emocionados, muertos de curiosidad como yo, pero Zafrina sonreía, seguro que ella ya sabía qué era.

Rasgué el sobre y lo volqué, cayendo a mis manos unas relucientes llaves, con un llavero que yo recordaba haber colgado en mi cama, aquel lobito que Leah me había regalado.

-¿Qué…? –No sabía cómo hablar. Una imagen me invadió, Zafrina me llevó a uno de sus universos. Era ella, entrando en el taller, Jake lleno de grasa terminando detalles en el motor de aquel vehículo. “¿Crees que le gustará?” preguntaba a Zafrina. Ella asintió y él sacó esas llaves, las que tenía en mi mano y arrancó el motor. Luego le tendió otro juego a Zafrina-. ¿Qué?

-¿Te gusta? Porque creo que es tuyo… -dijo sonriendo-.

Me quedé en shock mientras mis amigos murmuraban y gruñían algo, llenos de envidia y de devoción por aquella preciosidad…

Tía Alice se acercó riendo, la miré con los ojos de par en par y acarició el capó del coche cuando llegó a él. Lo miró haciendo una mueca, como cuando intenta juzgar si la ropa va a ser la adecuada.

-Es un buen coche… Pero creo que deberías aprender a conducir y conseguir tu carné antes… -puse aquella cara que me había enseñado-. No diré nada, además... –hizo una pausa-. No creo que te paren… -me sonreía ahora-. ¿A qué esperas? ¡Corre a probarlo!

Monté rápidamente en el coche, Allison ahora miraba medio enfadada, pero no pude más que sonreírle, tenía ansias por montar en ese cochazo. Me monté, me puse el cinturón, ajusté los espejos y arranqué, el motor rugía, me encantó esa sensación. Zafrina me explicó muy rápidamente cómo llevarlo, este modelo tenía cambio de marchas manual, seis velocidades… parecía complicado. Pero el coche comenzó a andar y me emocioné. Salí bastante rápido, quizá demasiado, cuando llevábamos un par de minutos Zafrina hizo un gesto para que bajara la velocidad, la cara tan seria que tenía me llevó a obedecer. Pude ver por el espejo retrovisor a Alice siguiéndonos. Decidí que sería mejor ir a casa del abuelo… Alice asintió.

Cuando llegué mi padre salió corriendo, con una media sonrisa en la cara. Mamá miraba confundida, un poco sorprendida.

-¡Menudo regalo! –Dijo mi padre-. Intentó no pensar en eso, pero no dejaba de ver la imagen de ese coche… la verdad, en su mente parecía mucho peor, pero así parece hasta seguro…

-Lo es, ¿verdad?

-Mamá, lo ha hecho Jake… lo es.

-Sí… -mi madre sonreía nostálgica-. Es un gran mecánico…

Saqué mi móvil en ese mismo instante, pero el móvil de Jake estaba apagado. Busqué el número del taller y marqué emocionada.

-¿Sí?

-¡Hola Quil!

-¡Nessie! ¿Qué tal? Jake viene para acá, ya ha oído que eres tú… te paso, un beso.

-¿Qué tal el colegio, pequeña?

-¡Genial! En serio, ¡muchas gracias!

-¿Por?

-Jake… es perfecto… En serio, me ha encantado… -mi padre alzó una ceja, quitándome las llaves de la mano-. Aunque creo que no me van a dejar conducirlo hasta que… -miré a mi padre que gesticuló la palabra “carnet”-, me saque el permiso…

-¿Ya lo has probado? –dijo riendo-.

-¡Claro! ¡Es una pasada!

-Me alegro que te guste… cuando el dueño lo trajo me acordé que cuando Seth reparaba uno parecido te encantó, así que tuve que convencerle de que me lo vendiera, luego lo reparé y lo pinté… -suspiró-. Tus padres deben estar enfadados… así que será mejor que no lo lleves hasta que tengas el carnet…

-Está bien, Jake, pero en serio, es perfecto… espero que no te hayas gastado mucho…

-No te preocupes por eso… Espera, creo que alguien quiere decirte algo…

Pude oír cómo los chicos me cantaban el cumpleaños feliz, incluso alguien hizo percusión con algo metálico, no pude evitar reírme.

-¿Nessie? –Seth me oía reír-. Feliz cumpleaños, pequeña gran sobrina… ¿te ha gustado el coche? Tiene mucha potencia, así que debes ir con cuidado… Bueno, creo que Jacob quiere despedirse. Ven pronto, ¿de acuerdo? ¡Un beso enorme!

-Adiós Seth, un beso…

-Bueno, ya ves, aquí se te echa de menos… -dijo Jake con voz tristona, suspiró-. Bueno, tenemos que hacer una salida, luego te llamo. Pásalo bien, ¿de acuerdo?

-Adiós Jake…

-Adiós princesa…

Todo el clan Denali seguía en casa, Zafrina se marchó al anochecer, recordándome que podía ir a visitarla cuando quisiera, ahora tenía transporte, así que no tenía excusa…

Después entrené hasta casi las tres de la mañana con Eleazar, me sorprendió cómo se había pasado el tiempo. La verdad es que comencé a dominar muy bien el don de tío Jasper, al igual que el de papá… el de mamá me costaba un poco más.

-Sólo una prueba más… -miré a Kate, que ahora me sonreía-.

-Vamos allá…

Hizo correr una descarga no tan ligera como la última vez, esta de hecho me dolió ligeramente pero pude contenerme. Noté cómo la corriente fluía por mis nervios y se acumulaba en el centro de mi columna vertebral. Le sonreí y me quedé erguida. El problema era que ahora nadie quería ser mi cobaya… ni yo que lo fueran, esto causaba dolor. Pero Garret se acercó a mí con una gran sonrisa, una petulante sonrisa. Le toqué, y él comenzó a reír, ya que no hice fluir la corriente, estaba esperando el momento oportuno, justo cuando se iba a alejar, riendo triunfante por mi torpeza, descargué aquella electricidad. Emitió un ligero siseo, cayendo de rodillas al suelo. Todos comenzaron a reír, mientras levantaba una ceja triunfante.

-¡Magnífico niña! –dijo Carmen aplaudiendo-.

-Te lo merecías Garret… -Kate le ayudó a levantarse-.

-Creo que no vas a necesitarnos demasiado… -Eleazar me miraba complacido-. Ya sabes cómo controlar casi todos los poderes, en el momento en el que sufras un ataque, entenderás cómo reflejarlo…

-Me gustaría… -la busqué-. ¿Alice?

Noté cómo buscaba en mi cuerpo, cómo hurgaba mi mente, pero no del mismo modo que papá, no buscaba mi pensamiento exacto, si no como una especie de panorámica. Comencé a pensar en el fin de semana, en que le había prometido a Seth ir y a mis amigos la acampada… Pero no pude notar nada…

-No es controlable… -papá hizo una mueca-. Quizá no puedas controlar todo… no es un don hecho para dañar, no es algo que pueda ser usado contra ti…

-Yo sigo sin ver nada… ahora no me bloqueas de ese modo… no lo entiendo…

-Bueno… -Eleazar hizo una mueca-. No puede tenerlo todo… es una tontería, como bien ha dicho Edward, considero que éste segundo don de los híbridos está concebido sólo para el ataque, para poder defenderse… no podemos saberlo todo…

-Lo importante es que al menos ahora sabemos porqué nos bloqueaba, cómo lo hace… -papá me miraba orgulloso-. No creo que deba usar más esos poderes, no es necesario… nadie va a atacarla, nadie llegará a ella… -ahora parecía furioso-. Es algo que tenemos que mantener en secreto, nadie que no sea de la familia debe saber éste don…

-Llevas razón, Edward… su curiosidad no tiene límites…

-¡No! –Mi madre estaba abrazándome en ese mismo instante, no entendía nada-. Debe ser un secreto, ellos no pueden conocer su potencial.

-Si Aro se enterase… -me padre hizo una mueca-. Pero no te preocupes cariño…

-El secreto está a salvo con nosotros… -dijo Carmen-. Nunca le haríamos eso vuestra niña… -me miró-. Nuestra niña…

-Lo sé Carmen… sé que significa ella para vosotros… somos una familia…

-Así es… -Tania puso la mano en el hombro de mi padre-. Nunca os fallaremos, ya lo hicimos una vez y no volveremos a cometer ése error…

Mi padre le sonreía, mi madre me abrazó aún más fuerte, y mi padre vino a abrazarnos, llevándome hacia la salida.

-Os lo agradezco, de veras, pero ahora debemos irnos… ella tiene que dormir…

Me desperté y bajé corriendo a desayunar. Emmett estaba en casa, algo que me extrañó.

-Hoy te llevo yo a clase, también te iré a buscar… toma, rellena esto… -me tendió un formulario, era para el examen de conducir-. Debes estudiar y rellenarlo, el jueves te examinas.

-¿Mañana?

-Sí, así que por la tarde te enseñaré a llevar ese cochazo… pero antes debes conocer las reglas mínimas… así que espero que estudies en la hora de la comida, luego te preguntaré…

-Esto… -abracé a mi tío-. ¡Gracias!

Fuimos en mi coche, me dejó en la puerta y mis amigos me tomaron el pelo al ver que yo no lo conducía. Les confesé que mi tío había conseguido colarme y que el jueves me examinaba.

-¿El jueves? –Allison se sorprendió-.

-Sí… ¿por?

-Te examinas con nosotras… -Mary sonreía-. Por eso queríamos ir este fin de semana, seguro que alguna de las dos aprobamos… podemos ir algunos en coche…

-¡Genial! Seguro que aprobamos las tres…

Eso me recordó que aún no le había contado a Jake lo del examen… lo pensé y decidí no contarle nada. Si suspendía se reiría de mí para la eternidad, y si aprobaba podía darle una sorpresa…

Emmett vino a recogerme a la salida, dándome uno de esos abrazos de oso que me asfixiaban. Pronto me soltó, para dejarme las llaves y dirigirnos a mis clases…

El jueves estaba histérica, me desperté tarde, ya que no iba a ir a clase por el examen. Mi padre y mi madre se quedaron ese día conmigo, era importante para mí. Emmett me recogió y me despedí de ellos muy nerviosa.

-Suerte cariño, lo harás muy bien… -mi madre me abrazó fuerte-.

-Creo que necesitarás esto… -mi padre me dio un carnet en el que ponía que acababa de cumplir los dieciséis-. Te esperaremos en casa de los abuelos para celebrarlo…

Cuando llegué Allison y Mary estaban muy nerviosas. Allison pasó la primera, dando tiempo a Mary de que se relajará, parecía confiada conduciendo y el examinador parecía contento. Después Mary se puso al volante… estuvo a punto de estamparse, derrumbó nueve o diez conos y no aparcó bien. El examinador me llamó resignado.

Me senté nerviosa, pero recordé que mis reflejos eran mejores, que mi pulso debía estar firme, no debía preocuparme, sabía hacerlo bien. Suspiré y arranqué, desechando todos los posibles nervios en el suspiro. Después de unas vueltas, el profesor me hizo parar.

Tuvimos que esperar media hora, pero después el examinador nos dio mi carnet y el de Allison. A Mary le dijo que sería mejor que se preparase bastante mejor para la próxima.

-¡Enhorabuena chicas! –dijo Mary un poco resignada-.

-Ya verás como a la próxima lo consigues… -intenté consolarla-. Seguro…

-Eso espero… de momento Allison conduce… ¿no?

-Sí, yo conduzco… tu irás con tu mega descapotable, ¿no? –Había un deje sarcástico en su tono-.

-Bueno, no sé… -estaba muy rara, no sabía que pasaba-. ¿Estás bien?

-Sí, claro…

Emmett me alzó por los aires en ese mismo instante, mirando mi permiso, me despedí de mi novia y su hermana, que volvían al instituto, mientras yo me iba a celebrarlo con mi familia… les dio envidia.

Todos estaban en casa cuando llegué, incluso mi abuelo Carlisle que había cambiado el turno para estar conmigo. Les pedí que no dijeran nada a Jake, llamé a mi abuelo para contarle que ya era legal que yo condujera, por lo que se puso muy contento, después le hice la misma petición, que me guardara el secreto.

Esa noche, en mi cama, comencé a darle vueltas al fin de semana. Se supone que íbamos a ir de acampada, pero llevaba días prometiéndole a Seth que iría. Hacía meses que no le veía, ni a él ni al resto de mis amigos de Forks… Me dormí enseguida, soñando de nuevo con ver a los chicos, a Claire, a Kim… a Rachel embarazadísima, Rebeca cuidando de Billy…

Bajé a desayunar, mi padre me miraba curioso, seguramente había visto mis sueños…

-¡Feliz cumpleaños mamá! –besé fuerte a mi madre y la abracé-.

-¡Calla! Yo ya no cumplo años…

-Vamos mamá… ya sabes…

-Bueno, ¿qué tal has dormido?

-No muy bien… -recordé mis sueños, mis sueños en Forks…-.

Pero debía ir a la acampada, Allison estaba muy rara, debía hablar con ella. Pero podía hacerlo hoy, sin embargo hacía meses que no veía a mis amigas… Suspiré, me iba a volver loca.

-Jake ha llamado, ha dicho que si puedes le llames… -me miró divertido-, tiene una noticia que darte… Además no paraba de decirme nombres, dijo que tú lo entenderías.

-¿Nombres? –Recordé su petición…- ¡Oh! ¿Cuáles eran?

-¿Todos? –asentí-. Amanda, Brenda, Chantal, Delia, Grace, Helen, Jacqueline, Kira, Leslie, Melinda, Miranda, Naomi, Nicole, Roxy, Ruth, Sabrina, Sally, Samantha, Tiffany, Vanesa, Vera, Yanet, Wendy, Zaira y Zoe… creo que no me dejo ninguno…

-Veinticuatro… -sonreí, mi padre me miró raro, como mi madre-. Le dije que escogiera veinte, yo le diría diez y el escogería de esos diez… pero ha escogido de más, y ninguno me acaba de convencer… -comenzamos a reír-.

-Bueno, ahora debes ir a clase… -mi padre me dio un beso y me dejó las llaves de mi coche, mi coche, mío…-. Ven directa después, creo que tienes que hacer las maletas ¿no?

-Sí… aunque no sé donde iré…

-¿No habías dicho que irías de acampada a Three Lakes?

-Sí, lo sé… pero también les he prometido a Seth y a las chicas mil veces que iría… y había pensado en ir este fin de semana… ahora que tengo coche y carnet… puedo ir sin obligaros a vosotros a dejar de trabajar… sé que Esme y tú tenéis mucho trabajo en esa casa mamá… no quería molestaros…

-Bueno… No sé qué decirte… es una decisión tuya…

-Lo sé, pero es difícil…

Mi padre me besó y se marchó, me quedé dando vueltas a los cereales.

-Mamá… ¿Tú que harías?

-No sé… ¿qué es lo que más te apetece? ¿Por qué quieres ir a un sitio o a otro?

-La verdad es que tengo ganas de ir a Forks, ver a Claire, Kim, Rebeca, Rachel, Leah, Emily… a los chicos… a Seth… al abuelo y a Sue… a Jake…

-Y si vas a Forks… ¿dónde te quedarás?

-Llamaría al abuelo, o quizá en casa de Jake… no lo sé…

-Y la acampada… ¿no te apetece?

-Sí, me apetece, pero los veo todos los días… Me gustaría ir por hablar con Allison, está muy rara… pero me apetece tanto ir a Forks…

-Cariño, creo que tienes claro a dónde quieres ir… el problema es que te da miedo que tus amigos se enfaden, ¿cierto? –asentí-. Bueno, pero tienen que entenderlo, si son buenos amigos sabrán que necesitas ir a Forks, y Allison… seguro que es alguna tontería, no te preocupes. Puedes hablar con ella ahora, o el lunes…

-¡El lunes! –lo pensé fríamente, daba tiempo de sobras…-. Quizá podría pasar el fin de semana en Forks y el domingo volver a Three Lakes… ¿Qué te parece?

-Bueno… -hizo una mueca-. No me entusiasma que conduzcas tú sola tantos kilómetros, será mejor que si sales hoy salgas pronto y el domingo vengas por la mañana, comas con nosotros y entonces cuando descanses vayas con ellos. Si es así me parece bien…

-¡Genial!

-Pero tienes que preguntarle a tu padre…

Saqué el móvil corriendo y le conté el plan. Se mostró algo cabezota, pero conseguí convencerle cuando dije que me pasaría antes de ir por casa de Carlisle para despedirme de todos. Mamá subió a mi cuarto y me ayudó a hacerme una pequeña maleta, le abracé y le mostré que me encantaría celebrar su cumpleaños pero ella refunfuñó algo cómo “no empieces a ser cómo Alice…”, lo que me hizo reír y le prometí que le traería un regalo enorme de Forks, calmándola y asintiendo muy sonriente. Cogí los CD que me había regalado Allison, cargué el maletero de mi coche, montando rápido y poniendo la música a tope. Busqué alguna canción que me agradara para ir a clase, la encontré, Skater boy.

Cuando llegué pasé por la puerta del instituto, viendo cómo todos mis amigos miraban cómo entraba en el aparcamiento y mi novia sonreía al oír que llevaba puesto su CD a todo volumen.

Aparqué, cerrando la capota mientras mis amigos acudían al aparcamiento.

-¡Enhorabuena! –Darlene me abrazó-. Es genial… ¡a la primera!

-Gracias… -me sonrojé-. Emmett me ayudó un montón…

-¡Qué suerte…! -se mordió el labio y se quedó pensativa… no quise preguntar-. Bueno, vamos… al final llegaremos tarde… Claro que como venías en coche… has venido más justa de tiempo…

-No, no ha sido por eso, he tenido que hacer la maleta antes de venir…

-¡Pero si nos vamos mañana! –Allison me abrazó-. ¿Tan impaciente estás?

-No… es que yo me voy hoy… -me miró raro-. Tengo que estrenar mi coche… -intenté sonar graciosa, parecía enfadada-. Les prometí a todos que iría a verles a Forks pronto… ahora no tengo excusa para fallar…

-Pero habíamos planeado…

-Lo sé, pero se lo prometí antes a ellos, pensé que no podría ir antes, porque mi hermana tiene mucho trabajo y me parecía mal molestar a nadie para que me llevara, pero ahora… -Se enfadó y se fue, adelantando a todos-. ¡Genial!

-¿Qué pasa? –Darlene escuchó mi problema-. Bueno… es comprensible, hace mucho tiempo que no les ves… además, es normal que quieras darle una sorpresa, se ha debido dejar mucho dinero en ese coche…

-Ya no es sólo eso, lo reparó él, no le dije si quiera que me gustaba, simplemente lo supo por cómo atendí a Seth mientras lo reparaba… es más que un coche para mí…

-Imagino… -hizo una mueca-. Bueno, seguro que se le pasa si le dices que vendrás el domingo…

Allison no me habló durante las tres horas, se sentó en la otra punta a la hora de comer… comenzaba a molestarme realmente que fuera tan impetuosa… Les dije a los chicos que iría el domingo por la tarde, relajó su cara, pero seguía enfadada. Saqué el papel donde estaban apuntados todos los nombres, apunté otra nueva lista con los que me habían gustado y la rehice.

Delia, Grace, Kira, Leslie, Melinda, Miranda, Sally, Samantha, Yanet, Wendy.

-¿Qué es eso? –Allison parecía curiosa, más relajada-.

-La lista de nombres de la que te hablé… aún no está decidido el nombre de la niña, así que le estamos ayudando… o va a nacer sin nombre…

-¡Genial! –se levantó y se marchó, dejándome furiosa-.

-En serio, Nessie… no se lo tengas en cuenta… -Mary me cogió la mano-. Le hacía mucha ilusión hacer un viaje contigo…

-No se ha enfadado tanto cuando le hemos dicho que nosotros no íbamos… -Meg hizo una mueca, como si fuera evidente que se enfadaba porque no iba yo-.

Suspiré y me levanté, salí con toda la calma del mundo, no quería que se enfadara…

-Lo siento, ¿vale? Pero te he dicho que iré el domingo… sólo es un día…

-No es eso… -me miró abatida-. Es él, siempre es él…

-Allison…

-Carlie –me cortó-, siempre va a ser mejor él que yo. Mira el regalo que te ha hecho, mira cómo te pide ayuda para algo que puede hacer a dedo… mira… -cogió mi lista y cerró los ojos tocando la lista-. ¡Melinda! ¿Ves qué fácil? Odio a ese chico, siempre te hace sufrir, siempre te trata mal y acabas volviendo a él como un imán… siempre tiene que estar por en medio, incluso en la fiesta…

-¿Qué? –ahora me estaba enfadando-. ¿Quieres que te diga la verdad? Siempre está él, siempre está porque quiero que esté. No me trata mal, al revés…

-Qué te regale un coche no es que te trate bien… ¿Dónde estuvo cuando murió Nahuel? –Me quedé helada, mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas nublando mi visión-. Lo siento, yo…

-¡No! –me zafé cuando intentó abrazarme-. No estaba porque yo le pedí que se alejara, por miedo, no tienes ni idea de porqué… así que sí, sufro por él, pero sufro cuando no está, cuando está lejos o cuando él no es feliz… ¿Es lo que querías oír?

-Ya veo…

-¿Ya ves? ¿Qué ves? ¿Qué es mi mejor amigo? ¿Qué él nunca me haría esto? ¿Qué estoy harta de tus ataques de celos? Entiende de una vez esto, creo que te lo he demostrado, que me he llegado a jugar a mi familia por estar contigo…

-¿Es un reproche?

-¡No! ¡Maldita sea! ¿Es que no entiendes que lo que te estoy diciendo es que te quiero? ¡Te quiero! ¡Sólo a ti! Él es mi mejor amigo, pero tú mucho más que eso… ¡Así que deja de estropearlo!

Entré a clase furiosa, a los tres minutos sonó el timbre y vinieron mis compañeros. Darlene llevaba mis cosas, me miró preocupada. Cogí mis cosas, disculpándome por el olvido…

Pasaron las horas y Allison no venía, me empecé a preocupar.

En serio, ¿dónde te has metido? Me tengo que ir nada más salir de clase, debo ir a casa de Carlisle antes de irme, así que… por favor, ven, al menos a última hora… no me hagas irme así, sin despedirme…

Cuando salimos, estaba apoyada en mi coche, mirando el suelo y cuando me acerqué levantó la mirada, parecía preocupada.

-Sé que la he cagado, ¿vale? Soy una mete patas… lo siento…

-Vale… -le sonreí y acaricié su rostro-. Sólo quiero poder darle un beso de despedida a mi novia antes de irme, porque no la veré hasta el domingo…

-Vale… -ahora sonreía. Me besó despacio, dulce-. Ten cuidado, ¿vale? –volvió a besarme-. Llámame cuando llegues.

-Lo prometo.

Me dirigí a casa de mi abuelo, donde una oleada de besos y abrazos me despidió. Mi madre me abrazó fuerte, junto a mi padre.

-Llama cuando llegues… -dijo papá-.

-Cuídate mucho cariño, y para a descansar…

-Sí, lo sé… os quiero… -les abracé de nuevo y monté en mi coche. Papá vino corriendo y me dio un maletín. Estaban mis CDs favoritos. Me besó y me sonrió-. Gracias…

Tras conducir dos horas y media paré en un pueblo del que mi familia había hablado alguna vez. Sequim. Paré en un bar, donde tomé una coca-cola y llamé a mis padres. Les dije que había parado en Sequim y que en breves seguiría mi destino. Ellos me pidieron que primero pasara a ver al abuelo, ya que le habían dicho que iba a ir de sorpresa y estaba preocupado porque era un largo viaje para acabar de sacarme el carnet. Así que en cuanto acabé mi refresco salí a mi coche. Ya me estaba cansando de oír a Avril Lavigne, así que busqué en el maletín que me había dado mi padre. Encontré un CD nuevo, “Música para mi sobrina favorita”. Puse el CD.

-Sé que estás un poco ofendida conmigo, sé que debería haberme portado mejor con tu… bueno, que debería haber aceptado mejor el hecho de que salgas con Allison. Por eso quiero dedicarte un CD para tu viaje, para que pienses lo mucho que te quiero y los momentos que hemos pasado juntos. Eres mi sobrina favorita…

-¡Soy la única! –reí mientras me imaginaba a Emmett grabando eso…-. A ver…

Comencé a escuchar el repertorio de canciones, algunas que bailábamos en el DDR y otras muy locas, como “Hey ya” de Outkast, “She Wolf” de Shakira, “What you waiting for?” de Gwen Stefani, “I’m like a bird” de Nelly Furtado…

Esta última me encantó. Me quedaba sólo media hora para llegar a casa de mi abuelo, comenzaba a anochecer. Puse de nuevo la canción de Nelly Furtado, me había encantado, comencé a cantar como una loca, una y otra vez. No me dí cuenta de que estaba pisando demasiado el acelerador hasta que en diez minutos estaba entrando en Forks. Suspiré, bajé la velocidad y me puse muy nerviosa, no sabía porqué. Pude ver la casa de mi abuelo, paré el coche y cuando bajaba ya salía por la puerta.

-¡Nena! ¿Cómo has llegado tan pronto? –Me miró mal-. Bueno, pasa, tómate algo.

-¡Abuelo! –le abracé, le había visto hace siete días, pero… ahora era distinto, ahora me sentía como si hubiera vuelto a casa después de años… algo raro-. Me tomaré algo rápido, pero no quiero quedarme mucho… debo ir a ver a Jake…

-Pero… ¿te quedas aquí?

-Yo… -lo pensé-. La verdad es que no había pensado en eso… pero es posible que me quede allí, así no tengo que conducir de vuelta, además seguro que los chicos quieren venir… y seguro que tú mañana madrugarás para ir de pesca… ¿no?

-Sí, de hecho le he dicho a Billy que iríamos, no he querido cancelarlo porque si no… seguro que sospechaba de algo… le dije que como te ibas de acampada me quedaba…

-Bueno, así no te molestaremos…

-Nunca molestas… -me abrazó-. Puedo prepararte la cama en un momento, si cambias de idea…

-No, abuelo, de verdad… -pareció que entristecía-. Además así te dejo tu espacio, no te preocupes, que mañana iré con vosotros de pesca… ¿Aún tienes mi caña? –Asintió-. ¡Genial! Así veo también a Billy… -pensé en la última vez que estuve con él-.

-¡Nessie! –Sue bajó las escaleras-. ¡Me alegro mucho de verte! ¡Vaya! -Me sorprendió ver a Sue en casa de mi abuelo a estas horas… la miré curiosa y se sonrojó, por lo que no pregunté-. ¿Quieres tomar algo?

-La verdad es que tengo un poco de sed… he parado en Sequim a tomar algo, pero…

-¡Vamos! –Mi abuelo nos acompañó cogidas dentro de casa-. ¿Un zumo?

-Sí, perfecto.

Les conté que Emmett me había colado para hacer el examen, que volvería el domingo para la acampada, que mi madre tenía mucho trabajo por lo que no podía venir, que en el instituto todo iba bien… me sentía a gusto hablando con ellos. Miré el reloj, era ya muy tarde y me asusté.

-Tranquila, he convencido a Emily para que fuera a animar a Jake… -dijo sonriendo-. Están todos en el taller, o en casa de Jake… depende, pero con el jaleo que arman… seguro que puedes adivinarlo…

-Está bien… pero de todos modos, creo que será mejor que me vaya ya…

Mi móvil sonó, era Jake…

-¿Sí? –Hice un gesto para que guardaran silencio-.

-¡Eh! ¿Por qué no me has llamado?

-Bueno… he tenido un día muy ajetreado… ¿Qué es eso que querías contarme?

-Bueno… Creo que hay otra boda más… de hecho dos… ¡me lo acaban de decir!

-¿En serio? ¡Vaya! Me alegro un montón… pero no puedo hablar mucho Jake, debo irme… tengo que preparar la maleta y es muy tarde, mañana madrugo…

-Ya pero…

-Adiós Jake, ¡te llamo mañana!

Colgué corriendo. La verdad es que me apetecía mucho saber quién se casaba, pero estaba viendo a Charlie furioso y a Sue a punto de estallar en carcajadas, justo cuando colgué comenzó a reírse.

-Lo siento… -dijo entre risas-. ¡Es que me resulta muy cómico tu abuelo!

-Gracias… -mi abuelo alzó una ceja-. Me alegra divertirte…

-Bueno, me alegro un montón por veros… pero…

Sonó de nuevo el móvil, eran mis padres. Se me había olvidado llamarles, así que les dije que estaba en casa del abuelo y que se me había olvidado, mi madre me comprendió, pero mi padre me regañó porque se había preocupado. Mandé muchos besos para todos y colgué.

-Esos trastos… -dijo el abuelo resignado-.

-Lo sé… pero a veces son prácticos… -mi móvil volvió a sonar, era Jake-. Bueno, debo irme… antes de que llame a mis padres y les pregunte por mí…

Le dí un beso enorme a cada uno, mi abuelo me acompañó al coche, para decirme que debía poner las luces y conducir con cuidado. Me acordé de Allison… mandé un mensaje mientras mi abuelo me miraba raro.

-Aún no he encendido el motor abuelo… -dije sonriendo-. Les prometí a mis amigos que les llamaría también…

-Bueno, ten cuidado… Se quedó parado en la puerta con Sue, así que me apresuré en mandar el mensaje.

Ya he llegado, bueno, hace un rato… pero estoy en casa de mi abuelo y mi familia me ha entretenido un poco… tened buen viaje mañana, te veo el domingo… Te quiero.

Arranqué el coche y me despedí con la mano. Jake volvió a llamar unas tres veces, pero no podía contestar. Me emocioné, en diez minutos llegué al taller y las luces estaban apagadas. Sonreí y me imaginé a todos en casa de Jake. Volví a arrancar y me adentré por aquel camino hasta su casa. Todos estaban en el jardín, pude ver las caras de asombro y un hombre corriendo hacia mí. Sí, un hombre… Seth no aparentaba para nada veinte años…

Creo que no toqué el suelo, ya que dos brazos me levantaron por los aires. Al principio me aferré a ellos, pero llegó un momento que no podía respirar…

-Vale, vale… -dije sin respiración-. Creo que necesito aire… -Seth aflojó su abrazo y me dejó en el suelo mirándome una y otra vez, volvió a abrazarme de nuevo, más flojo, dejándome ver a Jacob, parado como una estatua sin poder reaccionar-. Ya Seth… ya…

-Estás guapísima… vamos… ven… tenemos perritos calientes y hamburguesas…

Todos se acercaron a saludarme, Jacob cambió su posición, pero me miraba raro, como si fuera una alucinación. Después de saludar a todos me acerqué a él, que seguía de pie y confundido.

-¿No me dices ni hola?

-Yo… -parpadeó rápidamente. Sonrió y sacudió su cabeza-.

-¿Crees que soy capaz de colgarte así, sin más? Estaba en casa de Charlie… y luego conduciendo… -saqué mi carnet, mostrándoselo al igual que mi lengua.

Creo que fue entonces cuando se dio cuenta de que realmente estaba allí, porque tiró la lata que llevaba en la mano y me levantó por los aires, besándome unas cien veces-.

-¡Dios! ¡Nessie! –Me aferré a él con brazos y piernas, mientras él me abrazaba fuerte. Después me dejó en el suelo, parecía realmente emocionado, más que eso… eufórico-. Pequeña, en serio, creía que te habías ido de acampada… yo…

-Lo sé, pero os prometí que vendría pronto. Tú me diste el coche y Emmett me ayudó con el carnet… así que no había excusa…

-Estás… -tocó mi pelo, ahora algo más bonito gracias al corte de la fiesta-. Preciosa.

Seth me levantó por los aires, agarrándome por la espalda y comenzó a darme vueltas. Después me bajó y me llevó a la mesa para que comiera algo.

-Seguro que estás hambrienta… Ten…

-Gracias… -Me comí el perrito, pero casi no tenía hambre. No paraba de sonreír, me sentía feliz. Todos estaban por allí, excepto Rachel y Paul-. ¿Cómo va Rachel?

-Quería venir, pero Paul no la ha dejado, dice que no es seguro… como se ha emperrado en que quiere estar con todos… mañana dan una cena… Sue, Emily y yo iremos por la tarde para ayudarla… es muy cabezota, le han dicho que guarde reposo pero…

-¡Pobre! Estar todo el día encerrada…

-Sí, pero aún así… -Rebeca hizo una mueca-. ¿Vendrás verdad?

-¡Claro! –dije sonriendo. Entonces cogió una lata y me fijé en su mano, tenía un anillo enorme-.

-¿No te lo ha dicho Jake? –Dijo riendo y enseñando su anillo-.

-Me ha dicho que había dos bodas… pero…

-Pero me has colgado… -dijo interrumpiéndome y cogiéndome de la cintura-. Rebeca y Embry se casan, al igual que Kim y Jared… -Kim me sonrió a lo lejos enseñando también su anillo. Jake rompió a reír-. Está como una niña con un juguete nuevo… hablando de niñas… -miró hacia el columpio, Quil estaba de rodillas intentando consolar a Claire. Fui a acercarme, pero Jake me lo impidió-. Se le pasará… -empezó a reír-. Lleva toda la semana diciendo que quiere ser la siguiente, que está harta de ver cómo todos se casan… -ahora reía más alto-. Le contó a Quil que si no se declaraba saldría con otros niños, que lo dejaría… es una rabieta de niña pequeña… ¡No veas cómo se enfado Quil cuando Claire le pidió a Seth que se casara con ella!

-Me resulta tan tierna… -dije sonriendo y viendo cómo Quil le suplicaba-.

Él sacó una cajita de su bolsillo, se la tendió a Claire, que le miró muy sorprendida y feliz. Le abrazó y comenzó a saltar por todo el jardín, enseñándoles a todos lo que Quil le había entregado. Sam la cogió en brazos para que se lo mostrara.

-¡Mira! Es el símbolo… -estaba encantada-. Quil me quiere… me querrá siempre…

Me fijé en la cajita, era una pulsera con cuentas de madera y una flor de cuatro hojas. Era bonita, le dio la vuelta y detrás había una C y una Q entrelazadas.

-Vaya… es una flor muy bonita…

-¡Sólo faltaba yo por tenerla! ¡Me encanta!

Me quedé sorprendida cuando saltó de los brazos de Sam a los de Quil… ¿Sólo faltaba ella? Miré a mi alrededor. Kim llevaba unos pendientes con la misma flor. Rebeca un colgante. Miré a Emily, que me sonreía, después se marchó. Me puse a jugar con Claire, Leah y Ephraim, mientras Jacob y Seth se sentaban a unos metros de nosotros. Seth se reía, decía que Leah y yo éramos peores que Claire y Ephraim… Me fijé en Leah y no encontré nada, ninguna flor. Me resigné y entré a casa, quería beber algo. Me encontré a Emily limpiando y la ayudé.

-¡Vaya sorpresa!

-Lo sé… tenía ganas de venir, sabía que hacía días que debía haber venido, al menos eso me decía Seth…

-Sí, te hemos echado de menos… -me sonreía-.

Comencé a fijarme en la cocina, no había estado en la casa desde entonces… un escalofrío me recorrió el cuerpo. Emily me miró preocupada.

-Hacía mucho que no estaba aquí… -ella hizo un gesto de comprensión. Volví a mirar su mano, su cuello, pero no hallé nada. Me resigné, la curiosidad me estaba matando-. ¿Tú tampoco tienes flor?

-¿Qué? -me miró sorprendida. Le mostré la frase de Claire, los pendientes, el colgante… ella y Leah nada…-. Bueno, ellos aún no están casados…

-¿Es una petición de matrimonio?

-¡No! O sí… no sé… es un símbolo, la verónica significa fidelidad… pero para mí ya no es una promesa… -me dijo sonriendo-. Al igual que para Rachel –ahora se reía-. Ella fue más atrevida que yo.

-No entiendo…

-Bueno… cuando te casas, cuando te entregas a… -lo pensó, me rondó la palabra por la cabeza, pero ella usó un eufemismo-, un miembro de la manada que te ama de esa manera, no te basta con tener algo material para llevar, algo que lo represente…

-¿Entonces?

Emily se apartó el pelo, siempre lo llevaba suelto para tapar sus cicatrices, por eso no lo había visto. Detrás de la oreja llevaba esa misma flor tatuada. Entonces, si todas las “mitades” de la manada tenían esa flor… yo no era la mitad de Jake. Claire había dicho que era la única que faltaba. Eso me dolió ligeramente, pero me consoló. Ya no me sentía tan culpable de estar lejos, era una amistad normal, él debía haber encontrado otra persona a la que amar de esa manera…

-Rachel fue más atrevida… se lo hizo en la ingle… -se echó a reír y negó con la cabeza-. Pero bueno, es lo que tiene ser tan alocada como ella…

-No creo que debas contarle esas cosas a la niña… -su voz ronca me pilló desprevenida y solté el plato, que no se rompió de milagro. Le miré y rodé los ojos-.

-¿Niña? –Emily bufó-. No creo que sea tan niña… no lo parece…

-Sí, pero tiene cinco años… -le saqué la lengua, me molestaban sus bromas sobre mi edad-. ¿Ves? Aunque los aparente, no puede evitar que salga ese lado de cría…

-¿Cría? –asintió-. Te vas a enterar de lo que es una cría…

Abrí el grifo, haciendo que me enfadaba y seguía limpiando, sabía que si parecía ofendida, vendría en seguida. Emily me miró preocupada, después miró hacia la dirección de Jacob y se marchó.

-¿Ves? –Me agarró por la cintura-. Esos enfados son de niña pequeña… -Estaba aclarando un vaso, dejé que se llenara-. Va… no te enfades…

-Vale… -le arrojé el agua del vaso a la cara, mirándole divertida-. Ahora estamos en paz… -Jake permanecía con los ojos cerrados, aguantando una risotada. Abrió los ojos y me quitó el vaso, alejándome de la pila, le estaba viendo las intenciones-. Jake… no, ni se te ocurra…

Me cogió y me puso tumbada boca abajo sobre sus hombros, me sacó de la casa y me llevaba corriendo al jardín. Todos nos miraban sorprendidos… me agarraba fuerte y no podía zafarme, pedía ayuda pero todos miraban atónitos. Jake me soltó mientras se agachaba e intenté salir corriendo, pero un chorro de agua helada impactó en mi espalda mientras oía sus risotadas. Me giré, ya estaba chipiada. Le fulminé con la mirada y cerró el grifo.

-¿Quieres más? –dijo sacándome la lengua con cara de bacilón. Corrí en su dirección-. ¡No!

Me tiré encima de él, mientras él abría el grifo de nuevo, chipiándome más aún. Le quité la manguera de las manos y la enfoqué a su cara, mientras se intentaba escabullir debajo de mí. Rodó y cayó encima de mí, enfocando hacia mi cara la manguera… pero dejó de salir agua. La manguera se había salido por nuestros forcejeos, así que me levanté para intentar ponerla de nuevo, pero Jacob se adelantó. Me mojó una vez más riendo y después cerró el grifo.

-Va… ya vale… -dijo medio riendo, intentando ponerse serio-. No quiero que te enfríes…

-Jake, nunca me he enfriado…

-Pero eso no quiere decir que no pueda pasar… ve a cambiarte…

-Está bien… -comencé a caminar y cuando pasé a su altura se acercó a mí gruñendo y asustándome. Volvió a reír y le pegué, mientras todos nos miraban riendo.

-Bueno, creo que es hora de que nos vayamos… -dijo Emily mirando a Ephraim medio dormido en brazos de Leah-. Mañana nos vemos en la cena, ¿cierto?

-Sí, me pondré guapo… -dijo Jake riendo-.

-Más te vale… -Leah parecía desencantada-. Nosotras debemos llevar vestido…

Pude oír cómo se reían todos, así que yo me quede pasmada. No había traído vestidos. Bueno, mañana podría escaparme a comprar uno por la mañana… ¡Charlie! Había quedado con él… Me despedí levantando la mano secamente mientras entraba a casa. Jacob me siguió.

-¿Te quedas a dormir aquí? –parecía dudar-.

-Bueno… -quizá debería haber preguntado…-. No, da igual, mi abuelo ha dicho que podía preparar la cama de mi madre…

-De eso nada… -miró mi ropa y mi pelo mojada-. Si vas así Charlie me detiene… -se echó a reír-. Además es muy tarde… ya sabes que tienes una cama aquí…

-Ya pero… -le miré dudosa-.

-Bueno, si no te apetece subir a tu cuarto… puedes dormir aquí, abajo, en el cuarto de Billy…

-Está bien… Voy a… -busqué mi bolsa, estaba en mi coche-. Voy a por mi bolsa.

-No, espera… -desapareció y volvió en un minuto con mi bolsa-. ¿Quieres darte un baño antes? Puedo prepararte la bañera arriba… el baño de abajo es muy pequeño…

-No, no importa… me daré una ducha rápida… puede que si me doy un baño me quede dormida en la bañera… -comencé a reír como él-.

-Bueno, de todos modos puedes usar el de arriba… Ven… -Subió las escaleras a zancadas, le seguí y abrió la puerta de su baño. Me tendió la mochila y abrió un armario sacando un albornoz blanco, pero no era el único que había, había uno morado y otro rosa… me sentí mal-. Ten… Si necesitas algo… - se encogió de hombros y me dio un beso en la frente, saliendo-, estaré abajo…

Se fue y me dejó sola, me entraron tentaciones de oler los albornoces, pero seguro que olía como ella… así que me abstuve. Me di una ducha rápida y bajé, Jake me había preparado un chocolate caliente. Cogí mi móvil y puse el despertador a las seis de la mañana. Después vimos una película muy mala, por lo que me quedé dormida.

El sonido de mi móvil me despertó, Me levanté y salí al salón, pero Jake ya estaba apagando la alarma…

-¡Vaya! Si que te levantas temprano…

-Es que había prometido a Charlie ir de pesca con él y con Billy… -puso cara de sorpresa-. ¿Quieres venir?

-No… tengo que hacer un par de cosas… Pero podemos comer juntos, si quieres…

-Está bien… ¿A qué hora es la cena de Reich?

-A las nueve… pero creo que las chicas irán antes a darle los regalos para los bebés…

-¡Mierda! –Me acordé de todo de golpe, la lista, el regalo de Reich, el vestido, el regalo de mamá. Busqué en mi bolsa y saqué la lista-. Mis nombres, te he reducido la lista a diez… no te quejes… no creo que pueda quedar a comer, tengo que comprar los regalos de mamá y de Reich… y un vestido…

-Bueno… podemos ir a Port Ángeles si quieres… allí podremos comer y comprar…

-Está bien… -me quedé plantada, él me miraba curioso, cómo si esperase algo-. ¿Qué?

-Nada… eres un poco desastre… -se empezó a reír-. ¿No estás cansada? –Ahora parecía curioso-. ¿No tienes sueño?

-¿Debería?

-No recuerdas nada, ¿cierto? –Negué con la cabeza y él comenzó a reír, le fulminé con la mirada-. Has hablado en sueños toda la noche… no he podido pegar ojo, no parabas de gritar… -una sonrisa invadió su rostro-.

-Me tomas el pelo…

-No, de hecho no he podido dormir, y te estaba preparando el desayuno… -hizo una mueca extraña, pero seguía feliz-. Puedes darte un baño si quieres, así termino el desayuno…

-No… mejor te ayudo… -al andar me sentía incomoda, pegajosa… toqué mi pijama y estaba húmedo, había sudado muchísimo-. O mejor me doy una ducha… -Jake sonreía-. ¿En serio gritaba?

-Sí, no sabría muy bien decirte qué has soñado… pero parecía que al principio sufrías… -puso una mueca preocupada-. Pensaba que te habrías despertado en varias ocasiones… de hecho una de ellas subiste a mi cuarto…

-¿En serio? –asintió-. Yo… lo siento…

-No importa… -ahora sonreía. Comenzó a oler a quemado-. ¡Las tostadas!

Salió corriendo mientras yo subí a darme una ducha. Pensé en esa noche, pero nada me venía a la mente. Cuando entré a desayunar me quedé pasmada. Jacob había preparado un desayuno estupendo, salvo las tostadas quemadas… Había leche, zumos, bacón, fruta, huevos… de todo… incluido flores. Me eché a reír ante tal despliegue para el desayuno…

-¿Y todo esto?

-Hay que celebrar… no todos los días viene a verme mi chica favorita… -me besó en la frente y me ofreció la silla. Me senté y después se sentó frente a mí-. He mirado la lista, pero no me saca de dudas…

-¿Qué lista? –me fijé en el papel y me di cuenta de lo que hablaba… su chica favorita… esas palabras resonaban en mi cabeza-. Sólo son diez nombres…

-Redúcelo un poco…

-¿Más?

-Venga, tu quitas uno y yo otro… -rodé los ojos-. ¿Por favor?

Le quité la lista y el bolígrafo de las manos, taché Leslie. Después el tachó Samantha. Yo taché Sally… no me terminaba de convencer… El tachó Yanet, alegando que era muy televisivo. Yo taché Kira, me recordaba a la perra de los vecinos, algo que no agradó mucho a Jake, que torció mucho el gesto. Tachó Miranda, no le convencía. Melinda me sonaba demasiado frágil para el mundo al que venía… lo taché.

-Bueno ahora debes elegir entre esos tres, no pienso borrar ni uno más…

-Está bien…. Veamos… Delia apela a Diana, la que viene de Delfos. Grace viene de agradecida, aquella que es agradable y positiva. Y Wendy… la amiga verdadera, aquella que es buena y de buen trato.

-¿Y bien? –Me miró raro-. Vale, piénsalo mientras me voy de pesca… -dije terminando de desayunar- ¿Seguro que no quieres venir?

-Sí… -miró el desayuno, quedaba bastante comida-. Creo que llamaré a los chicos… seguro que acaba faltándome comida…

Me marché, llamando a mi abuelo para decirle que ya salía. Él me dijo que no hacía falta que cogiera el coche, iba a salir ahora y me recogería. Llamé a mis padres, para decirles que estaba bien y que me iba de pesca. Después mandé un mensaje a Allison.

Me voy de pesca con mi abuelo. Avisadme cuando lleguéis a la cabaña, ¿vale? Un beso… te quiero.

En ese momento mi abuelo paró en la puerta de casa y me monté. Pasamos la mañana con Billy, se alegró mucho de verme, por lo que no paró de hacerme preguntas sobre mi nueva vida y mi verano. El viento azotó desde el bosque hasta en espigón, trayéndome su olor. Jacob apareció allí, con unos vaqueros negros y una camisa blanca remangada y abierta. Estaba guapísimo, tanto que dolía verle… me apetecía correr y abrazarle de todas las maneras posibles, pero algo tiró de mi caña y me distrajo… Saqué un pez enorme.

-¡Vaya! Veo que mi padre y Charlie te han enseñado bien… -Jake cogió por los hombros a su padre y levantó la cabeza hacia Charlie a modo de saludo-. Son las doce… si quieres ir a Port Ángeles…

-Sí, cierto… -comencé a recoger los aparejos de pesca, al igual que mi padre y Billy-. ¿Queréis venir? Vamos a comprar regalos y un vestido para la cena de Reich…

-No, hemos quedado a comer con Sue…

Charlie nos dejó en el taller, Jake iba a coger su moto, pero le pedí que fuéramos en mi flamante cochazo, el cual un hombre muy atractivo me había regalado. Él se echó a reír y asintió, montándose de copiloto. Parecía algo incómodo.

-¿Así que este coche te lo ha regalado un hombre atractivo?

-Sí… -le miré, sonreía pero de manera muy rara-. ¿Por?

-No digas eso por ahí… algunos pueden pensar que el hombre atractivo… -se calló buscando una palanca debajo del asiento y empujó hacia atrás un poco-, el cual casi no cabe en el coche… -levantó una ceja y sonrió, haciéndome reír-, quiere conquistarte…

-¿Tú crees? –Nos echamos a reír pero me acordé de Allison-. De hecho… ya lo han pensado… -hice una mueca y él preguntó con la mirada-. Allison… se enfadó mucho, más aún cuando le dije que iría con retraso a la acampada…

-Bueno… no creo que se halla enfadado mucho…

-Aún no me ha contestado, le mandé un mensaje anoche y otro esta mañana…

-No te preocupes… -sin verlo venir, me abrazaba intentando consolarme-. No debes preocuparte, seguro que es tan picota como tú y por eso no te llama… -levantó una ceja-. Yo recuerdo que una señorita me tuvo toda una noche en vela el día antes de la boda de mi hermana… y no fue la primera ni la última vez…

-La última ha sido hoy… ¿no? –Se echó a reír y asintió-. He intentado recordar pero… ¿qué decía? Igual así me acuerdo…

-Tonterías… -hizo una mueca amarga-. Pero no te des mal, ahora he dormido un poco…

Arranqué el coche y me indicó dónde ir en Port Ángeles. Entramos en un restaurante pequeñito y escondido, por fuera parecía un bar pequeñito, pero dentro había un salón precioso, con mesas separadas, incluso alguna estaba en salas cerradas con puertas corredizas.

-¡Jacob! –la camarera saltó prácticamente la barra para saludarle-. ¡Estás guapísimo! –Le dio un abrazo enorme, mientras él le devolvía el abrazo-. ¡Hola! –Me tendió la mano-. ¿Qué tal? Soy Kira.

-Ella es Nessie… -dijo Jake sonriente-. Mi chica favorita… -dijo abrazándome con un brazo tiernamente, pero me repateó. Me recordó una película, no se cual, pero un hombre mayor atractivo decía eso de la niña pequeña que le acompañaba. Quedaba claro que yo era la niña pequeña-.

-Encantada… -dije estrechando su mano y mostrando una sonrisa, esperaba que no quedara demasiado falsa. La miré rápidamente, tenía un cuerpo bonito, quizá demasiado delgada. Era rubia, con ojos azules y con una nariz respingona y pequeña que cuadraba muy bien en su rostro ovalado. En definitiva, era muy guapa-.

-Jake me ha hablado mucho de ti… al parecer es más mayor de lo que aparenta… me dijo que te había conocido de recién nacida, así que pensé que eras más joven… -me empezaba a caer bien…-. ¿Cuántos tienes? ¿Catorce? –Retiro lo dicho-.

-Dieciséis, tengo dieciséis…

-¡Vaya! Bueno… entonces Jake te conoció jovencito… Si ahora tienes treinta… -Me quedé estupefacta-. ¿Con quince?

-Más o menos… -dijo Jake riendo- Te veo muy guapa hoy, Kira…

-Gracias, tú también… Seguidme, he reservado una mesa para ti… -nos acompañó a una mesa privada, una pequeña sala con velas muy bonita, me quedé fascinada-. Aquí tenéis –nos entregó las cartas-. Pedid lo que queráis… de momento, ¿os traigo algo de beber?

-Sí, a mí una coca-cola… -me miró y asentí-. Dos.

-Ahora vuelvo con ella… -Miró a Jake con una mirada coqueta, muy raro. No sé porqué me sentí molesta y rabiosa, peor aún cuando él le guiñó un ojo-.

-Es muy guapa… ¿verdad? –Jake me miró divertido y asintió como un tonto-. Parece simpática… -alzó una ceja y volvió a asentir, pero sólo una vez-. ¿Vienes mucho por aquí?

-Nessie… -alzó las cejas, sabía que algo me rondaba la cabeza y quería que lo soltara de una vez, pero no sabía cómo preguntarlo. Así que usé mi don, mostrándole a él besándola a ella en una cena romántica aquí. Torció la sonrisa, evitando sacar una más grande, lo que me desquició-. No, no es nada de eso… Pero es una gran chica…

-Aquí tenéis… -nos tendió los platos. Al hacerlo pude ver una flor parecida a la de las chicas en un anillo de plata. Pero no era igual, ésta tenía seis pétalos-. ¿Sabéis que vais a pedir? –Me miró como si estuviera preguntando a una niña… suspiré y miré a Jake, que me miró regañándome con la mirada-.

-No sé… -miré la carta y pedí lo primer que pude ver con buena pinta-. Arroz con setas y ternera a la parrilla, el menú 2.

-Yo… -Jake miró la carta, pero la cerró y se la entregó-. Lo de siempre…

-¡Perfecto!

Eso respondió a la pregunta que no había contestado antes… lo de siempre… sí, venía mucho… miré los platos bien acomodados, con los cubiertos y las copas. Había unas velas como decoración en el centro. Kira entró de nuevo, nos sirvió la bebida en las copas y encendió las velas, bajando la luz ligeramente al salir. Miré la sala, con esta luz parecía aún más bonita. Miré la luz de las velas, mi obnubilé con el contoneo de las llamas, hasta que noté que Jake me miraba fijamente. Me sonrojé muchísimo y bebí de mi refresco. Jake apoyó los brazos en la mesa, apoyando su barbilla en las manos mientras me miraba fijamente. Le miré curiosa, parecía que iba a decir algo, pero volvió a sentarse erguido. Kira entró con nuestros platos. Mi arroz, la ternera, un plato de pasta bastante generoso y una fuente enorme llena de carne para Jake, parecía el típico plato para dos personas. Me reí al verlo.

-¿Qué? –preguntó él-.

-¿Y eso?

-Esto no es nada… -Kira se reía ahora conmigo-. Él y Seth se han llegado a comer un menú de dos personas para cada uno, más luego unas cuantas porciones de pastel… y la cerveza… ¡No veas cómo beben! –Jake se sonrojó y se removió avergonzado en la silla-. No he visto comer tanto a nadie…

-Kira… -Jake levantó las cejas-. No debes contarle esas cosas…

-Bueno, no creo que se asuste porque sepa que bebéis de vez en cuando…

-¿Seth bebiendo? ¿Tú bebiendo? –Me sorprendí, pero me hizo mucha gracia-.

-Si quieres que un hombre te cuente sus secretos más oscuros… invítales a un par de jarras de cerveza… -Kira reía, pero Jake carraspeó y ella se fue. Cuando cerraba la puerta gesticuló con los labios-. No falla…

-Así que Seth y tú soléis venir aquí a comer y beber…

-Bueno, el dueño del local es conocido del taller… un día nos invitó por arreglarle el coche tan rápido, así que Seth y yo vinimos. Estábamos en un día tonto… y se nos fue un poco la lengua…

-¿Ella lo sabe? –Me quedé helada-.

-No digas tonterías… sabe cosas, pero no todo… Es muy curiosa, pero muy simpática… Creo que está loca por Seth… de hecho creo que han tenido alguna cita…

-¿En serio?

-Sí… -dijo desganado. Le mostré su cara y cómo debería estar, debía estar feliz por Seth-. No, no debo… cuando pase lo que tiene que pasar le hará daño… Kira no se lo merece…

-¿Qué tiene que pasar? Ella ya tiene el anillo…

-¿Qué? –Le mostré el anillo de Kira, el símbolo de las chicas-. No, no es ese, ya has visto que tiene seis pétalos, el símbolo verdadero sólo cuatro… Kira no es el destino de Seth, pero él quiere creerlo, aunque no lo sienta… Se siente muy desgraciado… por eso vinimos aquí aquel día…

-¿Por qué?

-Luego lo hablamos… -dijo comenzando a comer-.

La verdad es que el sitio, además de bonito, preparaba una comida exquisita. Terminé a la vez que Jacob, que había comido su menú para dos y parte de mi arroz. Rodé los ojos cuando se estiró.

-¿Qué?

-Nada… que luego soy yo la cría…

-¿Por? –me miró raro-. No he hecho nada… -me estiré como él y se comenzó a reír-. Eso es que estoy un poco cansado… Alguien no me ha dejado dormir…

-Ja, ja… -le miré ceñuda, pero su mirada ahora era pícara, me escondía algo-. Era broma, ¿a que sí? –Ahora parecía sorprendido, negó con la cabeza-. ¿Entonces? –Volvió a negar, así que comencé a botar en la silla, refunfuñando como una niña pequeña y poniendo morritos, haciéndole reír y mirándome como el que guarda un secreto a una niña…-. ¡Jake!

Entonces algo se encendió en mi cabeza. Recordé cómo me había despertado aquella noche, cómo me había ido a su cuarto llorando mientras él se levantaba preocupado y me abrazaba. Le dije que quería esa flor, que en cierto modo deseaba que fuera yo quien la tuviera. Él no dijo nada, sólo me consoló hasta que me dormí. Después soñé con cómo le daba aquel símbolo a otra chica, una pelirroja guapísima, por lo que me puse a gritar. Él me tuvo que prometer que no lo había entregado a nadie, que lo tenía guardado para cuando llegara el momento ideal para dárselo a su chica favorita. Su chica favorita… Alcé la mirada y le vi, vi sus ojos clavándose en los míos, era cu chica favorita… y este parecía el momento ideal. Mi móvil sonó, arruinando aquel momento de miradas intensas.

‘Estamos en la cabaña, hemos llegado pronto pero hemos ido a dar un paseo para conocer la zona… así que no he podido contestar antes. Bueno, realmente estaba un poco enfadada, pero ahora sólo pienso en que llegue mañana para verte. Te quiero. ‘

Suspiré, miré a Jake que me miraba intensamente, como si hubiera leído mis pensamientos y me estuviera diciendo que no era el momento correcto. Me dolió haber pensado así, haberme olvidado de Allison por este lapso de tiempo. Me sonrojé y Kira entró con la carta de los postres. Jake pidió dos trozos de pastel de chocolate, ¿pero aún tenía hambre? Me reí de él mientras se sonrojaba ante Kira.

Después de tomar el postre Jacob pagó y salimos a la calle, paseando despacio y en silencio. El metió las manos en sus bolsillos y andaba mirándose los pies. Me fijé en que llevaba zapatos. Eso me hizo sonreír y le agarré del brazo, mientras le miraba sonriente. Él levantó la vista ante mi tacto y me miró, devolviéndome la sonrisa.

-¿Regalos o vestido?

-¡Regalos! –dije suspirando-. Ahora mismo no entraría en ningún vestido…

-¡Exagerada! –Dijo riendo y negando con la cabeza-. Deberíamos ir a una tienda de bebés, yo aún no le he comprado el mío a Reich…

-Vale… pero recuerda que llevamos mi coche, no un trailer… -alcé una ceja y él comenzó a reír. Yo me uní, y demostré la imagen de él encogido en mi coche porque llevábamos demasiadas cosas en el coche. Su risa cesó conforme la mía aumentaba-. Reconoce que es muy cómico verte montar en mi coche…

-Ya bueno… pero a mi me da más miedo que una niña de cinco años conduzca por ahí con un coche como ése…

-Sí, bueno… -dije con chulería-. Ya veremos cómo vuelves luego a casa… -me solté y comencé a andar más deprisa, viendo cómo él se quedaba estático en el sitio y reía-. Sabes que soy capaz…

-No… -le miré retándole y su sonrisa se borró. Lo meditó y volvió a sonreír-. No serías capaz de hacerle eso a tu tío favorito…

Llegamos a la tienda de bebés y Jake escogió unos móviles de cuna para los mellizos. Después le ayudé a escoger ropita para bebés, algo que me resultó divertido, ya que Jake estaba bastante perdido con los tamaños de la ropa. Yo compré un juego de cepillo y un peine muy suave, y encontré unos chupetes muy graciosos en azul y rosa.

Después fuimos a una librería, donde encontré una colección de libros que sabía encantarían a mi madre. El dependiente me dio una caja enorme para meterlos, de color plateado con topos dorados.

Cuando entramos en la tienda de ropa me sentía menos pesada, así que comencé a buscar un vestido algo decente para la cena. Me estaba volviendo loca buscando, no me gustaba nada…

-En serio, no es necesario que te compres algo exclusivamente para la cena…

-Jake, si quieres puedes ir a otro sitio, si no te apetece acompañarme lo entiendo… pero lo único que he traído son vaqueros… -hizo un gesto señalando los suyos-. Sí, pero llevas zapatos… -alcé la ceja-. Y camisa… así que pienso comprarme un vestido aunque tenga que recorrer toda la ciudad…

-Me empiezas a recordar peligrosamente a Alice… -le asesiné con la mirada y levantó las manos alejándose-. No digo nada…

Cambiamos de tienda, ésta me gustaba más. Cogí unos cuántos y le hice señas a Jake para que entrara y se sentara en los probadores. Me probé un azul, pero era demasiado fuerte, no me gustó. Un naranja, pero con mi piel pálida… tampoco me gustó. Me probé uno en negro, me quedaba bien… pero para una cena de nacimiento no… Suspiré y me probé el rosa, que no me había hecho mucha gracia. Me lo puse y no quedaba mal. Era rosa claro, con el escote asimétrico y un hombro al aire, no era ceñido, caía hasta las rodillas.

-¿Pero te estás probando alguno? –Jake parecía aburrido, asqueado-.

-¿Qué te parece éste? –Abrí la cortina mirándome el vestido-. El resto no me gustan… ¿Qué tal este? –levanté la cabeza y me miraba embobado, como el que ve una estrella de cine en su calle. Me sonrojé-. ¿Te gusta?

-Bueno… -hizo un intento por serenarse, disimulando-. Es un vestido… estás guapa de todos modos… -me sonrojé y él me sonrió-. Sobre todo cuando te sonrojas…

-Ya, ya… pero, ¿te gusta? –asintió-. Decidido entonces… Ahora… -miré detrás de él, un mueble de zapatos. Cogí unos zapatos abiertos en color gris claro, llevaban un poco de tacón, lo que me hizo un poco más alta. Jake se levantó y me tendió una mano para apoyarme riéndose-. No necesito ayuda, perro.

-¿Ahora soy un perro? –dijo divertido-. ¡Vaya! Ahora eres Rose…

-¡Calla! –Yo misma me recordé a mi madre, pero mi mirada asesina hizo que obviara el comentario y se echó a reír. Me dirigí al espejo del probador, recogiendo mi pelo con una mano-. No sé… ¿qué tal recogido?

-Mejor… -cogió mi pelo y lo sostuvo en alto, haciendo que cayera en cascada. Apoyó su barbilla en mi hombro, mirando fijamente a la chica del espejo-. Estás… -alzó una ceja-. Si no fuera porque sé tu edad… pensaría que eres una belleza universitaria… -comenzó a reírse de mí y me sacó la lengua. Yo rodé los ojos y él besó mi hombro soltando mi pelo-. En serio, deberíamos ir ya si quieres llegar a tiempo…

-Está bien…

Me cambié de ropa y compré el vestido y los zapatos. Después volvimos al coche, metimos todo como pudimos y busqué un CD para la vuelta. Jake resopló y puso la radio. Estábamos de camino cuando sonó una canción que comenzó a cantar en alto una canción que conocía muy bien, de uno de mis cantantes favoritos. If the rain must fall, James Morrison.

Le miré sorprendida y comenzó a cantarme mirándome fijamente…

Well I’ve got something to say
But you might laugh, joke or run away
Coz I’m awkward and nervous
Sometimes I don’t say much at all

But if the rain must fall
If I lose it all
If the world comes down and takes my soul
If the sky turns black
And there’s no, no way back
It won't matter much to me
If I had you
All I need is your love
That's all I need
All I need is your love

Oh well dreams can come true
If you know inside you really want them to or you can sit you can wait
You can leave your fate in someone else’s hands
Oh but I, I want you
And nothing else can make me feel the way you do
So I’m waiting, I’m wishing
That it's me you'll be holding tonight and every night…


En ese momento un camión pasó a toda velocidad por nuestro lado, haciendo que el coche se me descontrolara levemente. Esto llevó a que girara bruscamente, estando a punto de chocar con un todo terreno que venía en sentido contrario, Jake dio otro volantazo y nos salimos de la carretera, quedándose el coche clavado en la tierra y yo en shock. Jake me miró asustado.

-¿Estás bien? –Cogió mi cara-. ¿Estás bien? –Su cara ahora estaba llena de angustia y preocupación, por lo que intenté asentir. Me quitó el cinturón, y no se como me sentó encima de él, acunándome y calmándome-. Vale, estás bien, estoy bien, no ha pasado nada, sólo ha sido un susto, ¿de acuerdo? –parecía que intentaba calmarse a sí mismo, sus temblores disminuían conforme pasaba el tiempo. No sé exactamente cuánto tiempo permanecimos así-. ¿Estás mejor? ¿Más tranquila? –asentí-. Está bien… conduciré yo de vuelta a casa, creo que será lo mejor.

Intentó sacarme del coche, pero parecía que estábamos encajados. Fue entonces cuando empecé a reír.

-¿Ahora te da por reír? –Él se unió a mí-. Podías ayudar al menos…

-Voy… -me levanté y gateé saliendo por la puerta del piloto. Comencé a reírme, más aún cuando me fijé en cómo salía él del coche. Me miró divertido y comenzó a reír. No sé exactamente porqué, pero mi risa comenzó a llenar mis ojos de lágrimas, haciendo que me diera un ataque de histeria-. ¡Casi nos matamos! –grité medio sollozando medio riendo. Jake se puso serio y me abrazó-.

-Ya está, lo lamento… no debía haberte distraído… -besó mi pelo-. Lo lamento, en serio… pero ¿estás bien? Aparte del susto…

-Sí… -le abracé fuerte-. Sólo necesito estar así por un momento, necesito calmarme…

-Está bien, no tenemos prisa… -comenzó a balancearse, como si me meciera como cuando era pequeña. Cuando me calmé un poco más comencé a pensar en él, en su canción. Le mostré una imagen, él abrazando a otra chica, una mujer más bien-. No, nada mejor que abrazar a mi chica favorita…

-Ya… -le miré rodando los ojos. Él cogió mi barbilla-. ¿Qué crees? ¿Que una mujer como la que me muestras sería mejor para mí? –asentí y él sonrió-. Para nada… momentos como éste solo podría tenerlos contigo… -su sonrisa se tornó sexy, odiaba reconocerlo, pero él era sexy-.

-Ya, una mujer madura no perdería la concentración por una canción, ¿es eso? ¿Te gustan los subidones de adrenalina? –Él negó mientras se reía-. ¿Entonces?

-No es el momento de explicarte esto… -acarició mi pelo poniéndolo detrás de la oreja-. Será mejor que vayamos, deberíamos estar llegando y se van a preocupar…

Jake me llevó a casa para que me duchara y me cambiara de ropa. Telefoneó a los chicos para contarles lo ocurrido y que estábamos bien. Yo les conté a mis padres también, pero su respuesta fue más alta que la de los chicos… podía ver la cabeza de Jake meterse en sus hombros ante los alaridos de mi padre. Después me vestí y comencé a gruñir cuando mi pelo no se ponía en su lugar.

Jacob entró preocupado, riendo al verme estirándome del pelo…

-¿Qué? Son cosas de niña…

-No… son cosas de Nessie… -dijo sonriendo-. Trae… -comenzó a cepillarme el pelo e hizo un moño. Alcé una ceja-. ¿Qué?

-¿Cuándo has aprendido?

-Este verano… Claire se despeinaba mucho en la playa y ayudé alguna vez a Quil a peinarla… -cogió una pinza y la puso delicadamente, sin hacerme daño-. ¿Ves? Mis manazas sirven más que para arreglar motores…

-Lo sé… -Cogí sus manos y las puse alrededor de mi cintura. Entrelacé mis manos con las suyas y él posó su barbilla en mi hombro, besándolo. Me miró feliz, curioso-. ¿Qué?

-Echo de menos el tenerte cerca… -su móvil sonó, era Seth-. Debemos irnos…

Esta vez cogimos su coche. Pasamos el resto de la tarde y la noche allí. A las diez decidimos que ya era hora de irnos. Cuando llegamos a casa me tiré en plancha a la cama, estaba realmente cansada.

-Deberías ponerte el pijama y quitarte las pinzas del pelo… si no mañana te dolerá la cabeza y todo… -le miré y rodé los ojos, girándome al otro lado. Noté cómo unas manos cálidas quitaban mis zapatos. Me besó en la sien y se marchó-. Buenas noches…

Suspiré, me empezaba a pesar el pasador, además el vestido me molestaba. Me levanté y me sentí estúpida. No había tenido problemas al subir la cremallera, pero ahora no alcanzaba para bajarla, además no bajaba ni subía. Gruñí y Jacob llamó a la puerta. Abrí desconsolada.

-¿Qué te pasa?

-No puedo… -enrojecí-. ¡Ayúdame con la cremallera!

-¿Qué? –creo que los dos parecíamos albinos después de varias horas de sol sin protección. Le miré suplicante y él suspiró-. Está bien…

Me giré y noté sus manos en mi espalda, una se quedo pegada en la parte superior, la otra bajaba lentamente. Después volvió a subir y comenzó a deshacer mi moño cuidadosamente.

-Gracias…

-Nada… buenas noches…

Desapareció y me puse el pijama. Después intenté desenredar mi pelo, pero no podía y me estaba empezando a enfadar, pero si no lo hacía mañana estaría peor. Miré el cepillo resignada y decidí subir al cuarto de Jake. Llamé a la puerta y el comenzó a reír delicadamente cuando me vio entrar con el cepillo. Palmeó la orilla de la cama, me senté mientras noté que se sentaba detrás, cepillando suavemente mi pelo.

La luz me molestaba, rodé por la cama y olía como él, pero no estaba. Oí ruido en la cocina y bajé, para encontrármelo cantando la misma canción de ayer, con la radio a tope. Me eché a reír y él me sonrió.

-Buenos días, roba camas… -alzó una ceja-.

-Perdón… estaba muy cansada…

-Lo sé, estuve cinco minutos intentando despertarte pero roncabas y todo… así que me bajé a dormir a tu cuarto. Por cierto, tu móvil ha sonado un par de veces…

-Ya veré luego… ahora tengo hambre… -Él se echó a reír, cuando su móvil sonó. Contestó y su cara cambió-. ¿Qué pasa?

-Yo… -me miró sonriente-. Voy a ser tío, ¡Rachel está de parto!

-¿Qué? ¿En serio? –Asintió y me arrojé a sus brazos, mientras reíamos como locos-.

-William y Wendy…

-¿Wendy? ¿Ya tenemos nombre?

-Sí, Wendy… su significado me encantó… buena, de buen trato… verdadera amiga… como la que me ayudó a elegirlo… -me miró fijo a los ojos, sin soltarme de su abrazo. Su móvil volvió a sonar-. ¿Sí?... Sí, lo sé, Paul me ha llamado. ¿Puedes recoger a papá?... Está bien, voy para allí… -cerró su móvil y siguió mirándome fijamente-. ¿Sabes? –comenzó a balancearse conmigo-. Me encanta esta canción –Había olvidado la radio y agudicé mi oído. Lucky, de Jason Mraz. Sin querer estábamos bailando en la cocina, celebrando que iba a ser tío, que tenía nombre para su sobrina… Le sonreí-.

-Es bonita, me gusta… -él se alejó y cogió una flor del jarrón, posándola en mi pelo y sonriendo, mientras se acercaba más a mí-. Me encanta…

-Lo sé… es genial… pero tú eres mejor… -dijo besándome en la mejilla-. Bueno, creo que debo irme… ¿Estarás cuando vuelva? ¿O ya te habrás ido?

-No… voy contigo…

Cuando llegamos al hospital me costó un poco controlarme, pero Jake me aferró la mano, casi saltando de emoción, por lo que se me olvidó todo. Cuando entramos a la habitación estaban los mellizos ya, Reich parecía muy cansada y Billy… se estaba eufórico con William en brazos. Jacob cogió a la pequeña en sus brazos, casi babeaba.

-Wendy… -dijo sonriendo a la pequeña, me resultó muy tierno-. Quiero presentarte a alguien muy especial… -me miró sonriente, se acercó y cogió mi mano-. Esta es mi chica favorita, la que me ha ayudado a escoger tu nombre…

-Es precioso… -Reich sonreía, con Paul a su lado besando su mano-. Wendy…

-Es muy bonito… -Rebeca y Billy nos miraban curiosos, en especial nuestras manos unidas-.

-Es una monada… es tan chiquitita… -miré a Jacob, debía de tener cara de boba, porque él me sonrió y asintió de un modo parecido-. Es preciosa Reich… dan ganas de abrazarla y besarla…

-Puedes cogerla… -dijo sonriéndome y mirando a su hermano- Si Jake te deja, claro…

-No sé si sabré hacerlo… -miré a Jake, que no paraba de sonreír-. ¿Puedo?

-Claro… mira… -me puso a la niña en mis brazos, poniéndose detrás para ayudarme. Empecé a sonreír a la pequeña. Posé mi mano en su bracito, me daba miedo tocarla… pero Jake posó su mano en la mía, acariciándola para acercarla suavemente a la carita de su sobrina-.

-No muerde… -dijo riendo-. No es como tú… -me besó en la sien y me abrazó más fuerte, aferrando a la vez a su sobrinita-. Creo que ahora mismo tengo a las mujeres más bonitas del planeta entre mis brazos… -volvió a besarme el pelo mientras acariciaba a su sobrinita, que ahora bostezaba-.

-Será mejor que la dejemos dormir… -Jake la cargó y se la entregó a Reich-. Y yo debería irme…

-¿Tan pronto?

-Jake… son las once, debería estar llegando a Monroe ahora…

-Está bien… te llevo a casa… Adiós cositas… -dio un beso a su sobrino y otro a su sobrina, pero yo no me atreví-. Ahora volveré… -abrazó a Reich-. Gran trabajo hermana, gran trabajo…

-Os veré pronto… -me despedí con la mano, no me apetecía acercarme mucho por si acaso…-. Cuidaros mucho…

Jake me tomó de la mano al salir de la habitación, de nuevo saltando prácticamente. Estuvo emocionado hasta que me vio coger las cosas y cargarlas a mi coche.

-Bueno… -suspiró-. Espero que pronto reciba otra sorpresa así…

-¿Más sobrinos?

-¡No! Bueno, no me importaría pero… -me miró sonriente-. Me ha encantado tu visita…

-Y a mí verte, Jake y poder conocer a Wendy y a William…

-Cuídate, ¿vale? –me abrazó-. Y vuelve pronto…

-Lo haré… -le acaricié la cara y él cerró lo ojos, mientras le mostraba cómo lucía con su sobrina en brazos-. Sigue así de feliz hasta que vuelva…

Arranqué mi coche, tenía que despedirme de Charlie, lo hice rápido para llegar pronto a Monroe… aún debía ir a Three Lakes…

Estaba feliz, había presenciado el milagro de la vida… pero no podía imaginar que todo iba a torcerse en ese punto. No podía llegar a imaginar cuánto sufrimiento me quedaba por vivir…