Capítulo XXX: En el mar...

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Desayuné ante la atenta mirada de mi abuela. La verdad es que para ser alguien que no probaba la comida hace más de un siglo, cocinaba estupendamente. Salimos a la playa, paseamos por toda la orilla. Íbamos cogidas de la mano, y a veces le mostraba imágenes que ella analizaba atentamente, pensamientos que vagaban por allí, por mi desordenada cabeza.

Mi teléfono móvil sonó, era Jake pero no me apetecía contestarle. Seth me llamó, pero seguro que era por Jake, así que tampoco lo cogí.

-Deberías cogerlo, puede ser importante…

-Sé qué va a decir, que lo siente mucho, que desearía estar aquí, pero que no puede. Seth se inventará alguna excusa respaldándole…

-No sé… quizá deberías cogerlo, dejarle que se explique…

-Si vuelven a llamar lo cogeré, lo prometo…

-Está bien… ¿Ya sabes qué vas a hacer? Aunque esta vez halla fallado, ha estado siempre ahí… y ahora no es que sean cuatro horas, son quince horas de coche…

-Cómo si viene andando o a cuatro patas… me da igual… -mi abuela se empezó a reír-. ¿Qué? A mi no me hace ninguna gracia…

-A veces me recuerdas mucho a tus tíos, has aprendido mucho de ellos… incluso a Jake… algunas formas de actuar o de contestar… es curioso…

-Sí, claro… muy divertido… -se empezó a reír de nuevo. Pensé en la frase, la primera vez que escuché esa frase con ese tono. Fue el día que le tiré una piedra a la cabeza mientras jugaba con Seth y los dos nos reíamos de él. Acto seguido entró en fase y comenzó a encorrernos-. Vale, tienes razón… a veces me parezco a él… pero también a vosotros… es lo que tiene pasar tiempo con la gente.

-A veces me gustaría poder robarte el don, poder mostrarte mis recuerdos, momentos buenos en los que estaba contigo, y malos también. Sois tan felices cuando estáis juntos que a veces os olvidáis de que el resto estamos mirando…

-Lo sé… -le mostré aquel momento de mi viaje sorpresa, cuando nos pusimos a mojarnos sin hacer caso al resto de los chicos y chicas-. Kim me lo dijo…

-¿Y sigues pensando que no es tu mitad?

-No sé abuela… no sé…

Llegamos a un espigón y nos sentamos en unas rocas en la punta. Me acordé de mi abuelo, seguro que estaba preocupado. Saqué mi móvil y le llamé.

-Jefe Swann.

-¡Hola! Quería anunciarle que su nieta le llama…

-¡Nena! ¿Qué tal? ¿Dónde estás? Todos estamos preocupados por ti… me han dicho que estás con Esme en Jenner, ¿es cierto?

-Sí, abuelo, estoy con ella. Estoy bien, no os preocupéis. Vinimos a pasar el fin de semana, ya sabes… pero encontramos algunas cosas… y todo se complicó. La verdad es que me puse muy triste, menos mal que Esme y el resto estaban aquí…

-¿Ahora todo va bien?

-Más o menos… no va tan bien como podría, pero al menos estoy en una playa preciosa… estoy sentada en un espigón, te encantaría este lugar…

-Nena, no desvíes el tema…

-Bueno, la verdad es que les echo en falta, lo pasamos muy bien pero… no es lo mismo sin ellos. Además he estado teniendo más pesadillas y sueños… la verdad es que si no fuera por Esme me estaría volviendo loca aquí…

-Cariño, no tienes que ir a la otra punta del país para cambiar de aires, siempre puedes venir aquí, sabes que aquí tienes sitio para escoger, incluso…

-Lo sé abuelo… pero necesitaba algo nuevo, estar aquí, precisamente aquí. Hemos colocado sus cenizas en la casa, y hemos esparcido otras por el mar, donde ellos eran felices… Incluso nos bañamos en su honor… el agua estaba helada…

-Te noto triste nena, no me gusta oírte así…

-Bueno, eso es por el día. He tenido un sueño extraño, donde Allison se despedía de mí y le pedía a Jake que me cuidara… le he llamado pero no ha venido, así que estoy un poco… triste. Más bien decepcionada…

-Nena… no se pueden recorrer tantos kilómetros por un día tonto… seguro que si hubiera ido, a lo que llegase estarías bien…

-Pero… no sé abuelo. Yo creí que lo haría… quizá tengas razón, quizá pensó que era un día tonto y se me pasaría…

-Y se te pasará… ya lo verás.

-Sí, pero aún así… le necesito aquí… sé que no te gusta que te diga estas cosas, pero él es el único que me entiende por completo, que sabe qué palabra decir para hacerme sonreír… es único para mí…

-Lo sé, por eso me molesta tanto. Porque desde que eras pequeña siempre le has buscado… no he visto nada igual nunca… ni siquiera ese otro grandote… Quil. Claire es mucho más insistente que tú, pero él se vuelve loco porque siempre intenta hacerlo bien y a veces falla… pero me impresionaba y me asustaba a la vez ver cómo él sabía a cada momento lo que querías…

-¿En serio?

-De verdad… por eso te digo que seguramente no le necesites tanto cuando no va como un loco a verte… he visto lo que ese chico es capaz de hacer por ti… tendrías que haber visto el coche antes de que lo reparase… estaba casi completamente chafado. Era negro, y se veía a rayas…

-¿Negro?

-Sí, de hecho hubiera costado menos pintarlo de negro, pero él dijo que rojo te gustaría más. Quería haberlo pintado en blanco, por lo que me contaba Seth, pero al parecer no hubiera quedado tan bonito en blanco, se hubieran visto más las imperfecciones del coche… cosas de mecánicos, ya sabes…

-¿Blanco?

-Sí.

-¿Sabes? Supo que ese coche iba a gustarme sin que yo se lo dijera. Un día estuve con ellos y Seth reparaba uno como ese. No dije nada, pero al parecer era evidente que me gustaba…

-Sí, Seth me dijo que estaba sorprendido, te había notado más interesada aquel día, pero pensó que era por el problema del coche, no por el propio coche… tu tío Seth te conoce un poco peor…

-No creo… simplemente… es menos observador…

Los dos nos echamos a reír.

-Nena, tengo que dejarte… luego cuando tenga un rato te llamo, ¿vale?

-De acuerdo Jefe Swann… Tenga cuidado…

-Siempre lo tengo nena…

Mi abuela me miraba sentada a mi lado, perfecta. El sol hacía que su piel se viera resplandecer, hacía mucho tiempo que no la veía así. Tuvimos suerte el fin de semana, ya que unas espesas nubes encapotaron el cielo casi constantemente. Pero ahora parecía esculpida en diamante, una belleza con su rostro y su sonrisa, aquel pelo ondulado…

Me miró divertida y acarició mi brazo, que resplandecía mucho más sutilmente. Mi móvil volvió a sonar y ella comenzó a reír. Miré el móvil y era Seth… lo que aumentó la risa de Esme

-Lo has prometido…

Sí lo había prometido, pero no tenía ganas de hablar. Le colgué y mi abuela me miró con una falsa decepción en los ojos. Yo le sonreí y puse el teléfono a la vista. Comencé a escribir.

Seth, estoy en un momento de relax… así que no me apetece nada hablar, si estuvieras aquí te contestaría mediante mi don, así que como no me apetece emitir sonido alguno, te escribo. Dime lo que sea por mensaje… estoy bien, si es eso…

Mi abuela acarició mi cara y me abrazó, frotando mi brazo mientras veíamos el sol elevarse. Mi móvil volvió a sonar y leí el mensaje:


Sólo quería saber cómo estabas. He hablado con tus padres y estaban bastante preocupados. Por aquí todo va más o menos bien… digo más o menos porque cayó un rayo en la explanada del taller, había un par de coches y hubo un pequeño incendio… han estado esta mañana los del seguro y Jake estaba desquiciado… espero que todo vaya mejor allí, dale un beso a Esme de mi parte. Tu pequeño gran tío Seth te quiere, al menos espero que sepas eso. Con este mensaje envío un beso a mi sobrina favorita y la más fiestera.


Comencé a reírme y mostré a mi abuela el tema de la fiesta. Creo que ya lo había visto, pero aún así le mostré casi todo… mis bailes con Seth, conversaciones con Kim… se asombró cuando le mostré cómo estaba subida en la mesa bailando con Kim y esperé a que Jake… bueno, digamos que esa parte no le entusiasmó demasiado. Contesté a Seth cuando todo estaba de nuevo en calma, cuando me sentía completamente relajada.


¿Incendio? Imagino por tu calma que estáis todos bien… ¿Ha sido grave? Espero que podáis arreglarlo pronto… Así que tu favorita y la más fiestera… ¿No será que no tienes otra? Esme y yo te mandamos besos. Espero que todo vaya bien en el taller… ya me contarás…


Me sentí mal. Había sido un poco egoísta, me había enfadado con él y era algo grave… había sido una estúpida pensando que era una excusa para no venir… Mi abuela asintió.

-No eres estúpida, pero debes confiar más en él…

-Pero aún así… sigo dudando que realmente sea yo quien deba estar a su lado. Es… antinatural. Aunque yo no sea algo completo, sigo siendo algo que debe detestar, aunque sólo sea una parte de mí…

-¿Qué sugieres? ¿Qué solo te ama a medias?

-No sé, quizá sea eso. Quizá por eso no se decide, quizá sea por eso por lo que sólo me ve como una niña, como una amiga y no me deja acercarme más… ya has visto que lo intenté y él me rechazó. Se supone que no pueden negarles nada… mira a Quil y a Claire… al final él cedió a la petición de la pequeña…

-No le pidió matrimonio…

-No, pero le confesó que estaban creados para que se casaran, para que estuvieran juntos…

-No sé, pequeña… realmente es muy complicado. Pero creo que no hay nadie mejor que él para explicarlo… creo que lo mejor es que lo hablarais… sin tapujos, sin miedo a que él te rechace… debe decirte cuál es el problema…

-El problema es que yo no soy la adecuada…

-Lo eres… -me miró fijamente-. Le prometí que jamás te contaría esto hasta que llegara el momento… pero creo que ya ha llegado…. –la miré preocupada-. Mira, cuando estábamos a punto de marcharnos a Monroe, él te iba a dar un regalo, ni siquiera vi lo que era, pero ahora puedo imaginarlo. Tu padre se envaró y discutieron. Al final hablé con él y decidimos que sería mejor que tú no conocieras la verdad, al menos hasta que fuera el momento adecuado. Es imposible que eso haya cambiado… pero realmente sabes que eres especial, quizá tu naturaleza tenga que ver, o quizá no… lo que sí que tengo claro, cariño, es que estáis creados para estar juntos, de la manera que sea, no me importa. Pero juntos.

Mi móvil sonó, me quedé mirando el horizonte, pensando en lo que me había dicho mi abuela. Me daba pereza moverme, pero un empujón juguetón de mi abuela me hizo sonreír y animarme. Leí el mensaje, era de Jake.


¿Cómo es que no has inspeccionado tu coche? Creí que te encantaba… de hecho creía que lo inspeccionarías de arriba abajo… que podrías notarlo… pero imagino que estabas demasiado despistada… Siento no haberlo puesto en un sitio más visible… pero creí que le daría más emoción…




Miré a mi abuela extrañada. Volví a leer el mensaje, no entendía nada. Ella estaba también algo sorprendida. Salté y me puse de pie, cogí mi móvil y marqué su número. No me contestó. ¡Maldita sea! Mi abuela cogió mi mano, había gente en la playa, no podíamos ir por allí. Estaba desesperada, quería llegar a casa, llamarle, buscar en el coche.

-Vale, de acuerdo. Ve andando, yo iré por la costa, para que no me vean… pero ten cuidado, ¿de acuerdo? Te espero en casa.

-Iré despacio, no busques sin mí, por favor…

-Está bien, te esperaré en la puerta… ese mensaje también ha despertado mi curiosidad…

Me dirigí por la playa, volví a llamarle y nada. Estaba a punto de desesperarme, además no podía correr todo lo que yo quería, dado que la gente ya me miraba raro por ir corriendo a velocidad humana como si caminara. Frené mi paso, debía calmarme. Mi teléfono sonó.

-¿Qué ocurre? ¿Estás bien? –Su voz ronca hizo estallar algo en mi pecho-. ¿Nessie?

-A… -está bien, suspira y habla, tú puedes Nessie… debes hablar, no puedes usar tu don-. ¿De qué demonios hablas en el mensaje?

-Bueno… -parecía divertido-. ¿No has encontrado nada de tu agrado en el coche?

-Jake, no es divertido…

-Reconoce que un poco sí, al menos para mí es divertido… además, los mejores amigos se esconden cosas… pero se supone que la otra persona ha de buscar…

-¿Qué?

-Busca en tu coche, pero busca bien… creí que notarías mi olor cuando Zafrina te dio el coche y tu curiosidad haría el resto… pero me equivoqué.

-Jake…

-Tú busca… si en un rato no encuentras nada, quizá te de una pista…

-Te odio…

Le colgué, estaba enfadada, aunque él parecía divertirse. Me daba mucha rabia no haberlo notado ese día, pero supuse que sería cosa de que lo había estado reparando, o probándolo… además su efluvio estaba por todo el coche, no en ningún sitio puntual. Esto era de locos…

Por fin después de más de una hora caminando llegué a mi casa. No recordaba haber tardado tanto a la ida… pero era cierto que tampoco había mirado el reloj. Mi abuela se levanto de un salto de las escaleras y me apremió a que corriera, estaba tan ilusionada… yo más bien estaba furiosa.

Comenzamos a olisquear todo el coche, por dentro, por fuera… pero miles de efluvios se mezclaban. Iba a ser imposible. Llamé a Jake, que no me contestó. Me senté en la puerta principal fulminando el coche. Estaba muy enfadada. Mi móvil sonó y descolgué.

-¿Ya lo has encontrado? –parecía emocionado, yo le gruñí-. Creo que eso es un no… -estalló en una risotada que me hizo enfurecer más-. Está bien… ¿Estás en la casa de Jenner?

-Sí.

-Vale… espera unos… veinte minutos, quizá media hora… una pista llegará a tu casa, ¿de acuerdo?

-¿Me la vas a enviar por mensajería urgente? –Estalló en risas-. Jake… no es divertido… sabes que odio esperar…

-Ya, lo sé, lo sé… -parecía que se había tragado una tonelada de alegría-. Pero bueno, deja que después de todo me divierta un poco hoy… ten paciencia.

-¿Está todo arreglado?

-Bueno, eso creo… he dejado a Seth con los papeleos… yo he venido a Port Ángeles a ver a Kira, me va a acompañar a por el traje…

-¡Genial! ¿Luego soy yo el clon de Alice? –estaba molesta, pero no por eso… Kira… ¿por qué no me lo había pedido a mí?

-Es la boda de mi hermana… debo comprarme algo bonito… a la de Jared llevaré lo mismo…

-O sea… que se quema el taller y tú le dejas el marrón a Seth… para irte de compras…

-Sí, bueno… he hecho todo lo que he podido. Solo había que esperar a los del seguro… dar un poco de responsabilidad a Seth no está mal… Además Embry está liadísimo con la boda y Quil estaba cuidando a Claire…

-Jake… no te reconozco…

-Lo sé, pero hoy… está siendo un día raro. Tan pronto llueve como hace sol… -se echó a reír-. Cosas que pasan… Bueno, te dejo, que viene Kira. Un beso pequeña…

-Adiós –comunicaba-. Jake…

Mi abuela me miró divertida. Como si le hiciera gracia también la broma de Jake. Algo en mi mirada hizo que se riera más. La fulminé con la mirada.

-Me encantan las sorpresas, Alice disfrutaría mucho viéndote ahora… entre la desesperación por la sorpresa y los repentinos celos…

-¿Celos?

-Vamos… ¿no te encantaría ser tú la que lleva a Jake de compras?

-Abuela… -la miré ceñuda y me tumbé en el sofá, mirando aquella urna. Mis ganas de llorar volvieron-. Estaba esperanzada, el estúpido juego me estaba despistando…

-Duerme un poco cariño…

Intenté dormir, al menos diez minutos. Eran las dos de la tarde. Estaba allí con mi abuela, y ella entraba empapada desde la playa. Entraba bailando y me ayudaba a levantar. No había música, pero ella me llevaba a un ritmo concreto, de hecho pude leer en sus labios “All things are gonna happen naturally”, poco después “Well, I’m free”, mientras me abrazaba y besaba mi mejilla. Me giré a mirar la radio, después a ella. Me sonrió y asintió.

Me levanté de golpe y mi abuela encendió la radio, había estado mirando mi sueño. Escuchamos atentamente la canción, pero no tenía sentido… “Sleeping in my car” de Roxette. Pero no decía esas palabras en ningún momento…

Mi abuela palmeó una banqueta, me senté y comenzamos a escuchar la siguiente canción, pero era “Apologize” de One Republic, lo que no tenía sentido, porque el ritmo era demasiado lento.

Miré a mi abuela, parecía desilusionada. Demasiados sueños, demasiadas coincidencias. Lo pensé, la pulsera podía haberla visto, o podía haber oído a Meg que la había perdido aquí.

Lo de llevarles a la playa… puede que fuera más anhelo mío, o una simple reacción a la afirmación de Kevin…

Mi abuela asintió apenada. Miré el reloj, las dos y media. Me senté en el sofá mirando aquella urna, cuando alguien llamó a la puerta. Mi abuela se apresuró a abrir, con la brisa que entró por la puerta me llegó un olor conocido. Me giré y era un ramo de verónicas azules.

-Gracias… -mi abuela me sonreía mientras despedía al repartidor-. ¡Vaya! Son como las que envío Seth, ¿no?

-Es un encanto… -sonreí al pensar en Seth… Cogí un jarrón y lo llené de agua, lo puse en la mesa y acomodé el ramo en el jarrón, cuando encontré una nota. La letra era de imprenta, no lo había escrito a mano-. Vaya…


Bueno, dado que no lo encuentras aquí va una pequeña pista… ¿Acaso no has usado la guantera?


Miré a mi abuela y rodé los ojos… habíamos mirado, así que volví al coche a revisarlo. Había una pequeña pestaña en el techo de la guantera. Rodé los ojos… no la habíamos visto ni habíamos pensado en ella… demasiado obvio quizá. De ella saqué un sobre. Entré en casa y me senté a leer la nota


Bueno, espero que te guste mi regalo. Hay otro regalo dentro del coche… no es tan genial como el coche en sí, pero para mí tiene más valor que el coche… Debes buscar bajo el asiento del conductor… Espero que te guste. Jake…


Mi abuela parecía emocionada, pero yo ya me estaba cansando de tanto juego… salí medio enfadada y miré debajo del asiento. No veía nada, así que palpé bien… en el suelo no había nada. Levanté la alfombrilla y nada…

Me senté en el asiento frustrada. Saqué mi móvil y le llamé de nuevo. No me contestó y me sentía muy enfadada, mi abuela intentaba consolarme mientras se reía, pero a mi no me hacía gracia. Mi móvil sonó.

-No tiene gracia…

-¿No te ha gustado?

-Jake, debajo del asiento no hay nada…. ni debajo de la alfombrilla…

-¿Pero has abierto el asiento?

-¿Tengo que rajarlo?

-No bestia… -suspiró-. Vaya susto me has dado, pensaba que no te había gustado el regalo, pero es que ni si quiera has logrado encontrarlo… -comenzó a reír-.

-No le veo la gracia…

-Yo sí, eres un poco torpe…

-Jake…

-Vale, vale… tienes que palpar debajo del asiento, hay un velcro en la costura… dentro está el regalo… ¿vale? Ahora te dejo, que estoy en el probador… -suspiró y me colgó… ¡genial!-.

Metí la mano debajo del asiento, palpé la costura y tiré de ella suavemente. Algo cayó a la alfombrilla, cerré el velcro y cogí la cajita. Entré en casa y me senté en el sofá, con mi abuela a mi lado expectante. Abrí la caja y me quedé boquiabierta. Mi abuela sonreía, si fuera Alice estaría dando palmas y saltando alrededor del sillón.

Había unos pendientes tallados en madera, un anillo y un colgante. Todo de madera y con el mismo motivo, verónicas. Mis ojos se llenaron de lágrimas, los cerré y ellas cayeron silenciosas por mis mejillas. Mi abuela las secó rápido y me abrazó.

No hacían falta palabras, las dos sabíamos lo que esto conllevaba. En verdad Claire había sido la última, ya que Jake me había entregado el coche con la cajita antes que Quil le diera la pulsera. Puse la caja abierta encima de la mesa, me abracé a mi abuela y pude escuchar aquella frase, “All things are gonna happen naturally”. Comencé a escuchar la bella canción, con el ritmo al que ella bailaba, con las letras que me cantaba…



Poner en pausa la musica del blog:

Es la cancion con Sub en español de debajo...

PO



Was it you who spoke the words, that things would happen but not to me. All things are gonna happen naturally. Oh, taking your advice and I'm looking on the bright side and balancing the whole thing…

Oh, but at often times those words get tangled up in lines and the bright light turns to night. Oh, until the dawn it brings another day to sing about the magic that was… ¡you and me!

Cause you and I both loved… What you and I spoke of… and others just read of… Others only read of the love…¡Oh, the love that I love! ¡Love-ah-love!

See, I'm all about them words over numbers, unencumbered numbered words. Hundreds of pages, pages, pages for words, more words than I had ever heard and I feel so alive.

Cause you and I both loved. What you and I spoke of… and others just read of. And if you could see me now… ¡Oh love, love, you and I, you and I! Not so little, you and I anymore. And with this silence brings a moral story more importantly evolving… ¡Is the glory of a boy!

Cause you and I both loved… What you and I spoke of… and others just read of… ¡And if you could see me now! Well then I’m almost finally out of, finally out of… Finally, well I'm almost finally, finally
Well, I am free, oh I'm free.

And it's okay… If you had to go away ¡Oh, just remember the telephones, well, they're working in both ways! But if I never, ever hear that ring… If nothing else I'll think the bells inside have finally found you someone else… ¡And that's okay! Cause I'll remember everything you say…

Cause you and I both loved… What you and I spoke of… and others just read of… ¡And if you could see me now! Well then I’m almost finally out of, finally out of… Finally, well I'm almost finally; finally, well I'm almost finally, finally out of words.



Mi abuela me consolaba mientras las lágrimas salían sin cesar de mis ojos. Los llantos eran imparables, resonaban por toda la casa. Mi abuela me mecía angustiada por verme así, me acunaba pero yo no podía parar de llorar… se levantó corriendo dejándome sola, agarrándome al sofá, arañándolo.

El dolor de la pérdida era intenso, sentía mi corazón arder, mi aliento quería salir del todo pero mi cuerpo no le dejaba. Era una sensación horrible… mi abuela volvió con un vaso de agua y una pastilla, pero no tenía ganas de tomar nada, sólo quería llorar y llorar, que ella me abrazara, que nada hubiera sido tan complicado, que todo hubiera sido más fácil.

Mi abuela me cogió y me llevó a la habitación, donde arañé y rompí las sábanas, las almohadas… era tal la furia y la rabia que no medía mi fuerza. No era justo que ella se fuera. No era justo que en apenas dos meses yo pudiera estar con alguien con el que estaba destinada a estar. No era justo que no lo hubiera sabido antes y que ella hubiera sufrido por mi causa.

Una imagen vino a mi cabeza, el primer día que la conocí. Una de las primeras frases que escuché. “No es justo, ¿sabes?”… ella debía haberlo sabido desde el principio… otro alarido salió de mi garganta.

-Cariño, escucha… cielo… ella fue feliz a tu lado, es lo que importa. Estuviste con ella, la hiciste feliz… estaba feliz cuando pasó… cuando se fue -Recordé su despedida, alegre, feliz, aquel piropo que me dijo antes de subir al coche… Aquellas palabras que me había dicho momentos antes… mi llanto seguía, pero ahora más calmado-. Ten… -mi abuela me tendió el vaso y la pastilla-. Carlisle me las dio por si acaso alguno… -hizo una mueca-. Creo que necesitas descansar, no has dormido bien ni una sola noche…

Me quedé dormida a los pocos minutos, pero no debía de llevar mucho durmiendo cuando me desperté gritando, no lograba recordar la razón, sólo gritaba y lloraba… Mi abuela se fue y volvió rápidamente con otra pastilla. Hizo una mueca, ya que no le gustaba, pero quería que descansara bien por una vez en casi una semana… Pude notar sus dedos y sus labios por mi pelo, mientras salían pequeños sollozos de mi garganta y la abrazaba. Le mostraba cuánto le agradecía que estuviera conmigo, cuánto la quería…

-Yo también te quiero cariño… debes descansar… debes hacerlo… Mañana tenemos un viaje muy largo hasta casa…

-Abuela… -intenté hablar-. Lo siento muchísimo, siento todo esto, de verdad…

-No tienes que sentir absolutamente nada… duérmete cielo, duerme…

Me concentré en dormir, pero no podía. La luz era cada vez más tenue… por fin me rendí al sueño.

El sol brillaba en lo alto del cielo, Darlene y yo poníamos la mesa mientras Kevin y Ryan cocinaban… pero éramos mayores, quizá veinte años…

Estábamos sentados comiendo, contándonos cómo iban nuestras carreras, todos estábamos estudiando. Ryan una ingeniería, Kevin estudiaba historia, Darlene periodismo y yo medicina.

Kevin estaba ahora con una chica preciosa, nos enseñaba fotos de ambos. Se llamaba Helen, al parecer era muy simpática y dulce, Darlene había viajado a verles y hablaba maravillas de ella.

Ryan estaba tonteando con una chica de su carrera, Wanda, al parecer era de las pocas chicas que había, contaba que era muy callada y reservada, pero en una de las fiestas que hicieron comenzaron a hablar, unos chicos la emborracharon y se desmelenó en todos los sentidos. Después de aquello le costó mucho que volviera a hablar, pero pronto conectaron… él tenía miedo de empezar algo con ella después de todo este tiempo…

Darlene estaba centrada en su carrera, apenas volvía por Monroe ya que no estaba a gusto, su madre estaba en desacuerdo con que estudiara periodismo, pero ella era feliz. Su padre le apoyaba y eso le bastaba… lo que, por cierto, provocaba muchas peleas entre sus padres… por eso minimizaba las visitas en deferencia a su padre.

Yo ahora vivía con mis padres, a efectos prácticos mi hermana y mi cuñado, en Seattle. Seguía haciendo mis viajes a Forks y a Monroe, turnándome cada fin de semana.

Después de comer decidimos darnos un baño como en los viejos tiempos. Estábamos a punto de llegar a la orilla cuando les vimos. Ellos seguían igual de jóvenes. Nos animaban a entrar en el agua. Los ocho saltábamos, salpicábamos reíamos… no nos importaba nada, sólo disfrutar y reír, pasarlo bien y estar juntos… como habíamos dicho que haríamos.

El sol comenzaba a caer, era hora de preparar la cena. Las salpicaduras, juegos y risas cesaron, pasando a un incómodo silencio. Sabíamos que debíamos despedirnos. Estábamos unos frente a otros, así que Meg fue la primera en acercarse a mí, mientras cada uno hablaba con el que estaba en frente.

-Gracias. Gracias por aparecer en el instituto, por hacer que por fin hablara con Sullivan, para darme cuenta de a quien realmente amaba… -miró a Ryan, que abrazaba a Allison-. Cuidaré de él siempre… al igual que de todos vosotros…

-Meg… -ella sonrió-. Gracias por hacerme ver las cosas desde un punto de vista más alocado… gracias por tus fiestas… te sorprendería lo que he podido llegar a hacer…

-Lo sé… pude verlo… -ahora su sonrisa era enorme-. Pudimos verlo…

Me abrazó fuerte, igual que yo a ella. Olía como siempre, y estaba como en mis recuerdos. Sullivan se acercó sonriente, mientras soltaba a Darlene, que pasaba ahora a manos de Meg.

-Renesmee… -sonreía mucho, parecía muy feliz-. Gracias por todo… gracias por aquel casi primer beso –comenzamos a reír despacio-. Gracias por hacerme ver que a veces sobran preguntas y faltan abrazos… por estar conmigo después de todo el lío que hice en tu cabeza… -miró a Mary que abrazaba ahora a Ryan-. Por estar cuando ella faltaba y ayudarme a sobrellevar su falta…

-Gracias a ti, por tu sonrisa nada más verme. Por hablarme y ponerte conmigo sin importarte que era la nueva… la rara. Siento que vuestra felicidad haya durado tan poco… -las lágrimas venían a mí, pero él cogió mi cara sonriente-. Yo…

-Tú… tienes que estar feliz, pues ahora estamos juntos para siempre…

Dicho esto me abrazó fuerte, después se alejó ligeramente tomando la mano de Mary y acercándola a mí. Se dieron un tierno abrazo mientras ella cogía mi mano.

-Cuñada… -las lágrimas querían salir-. No llores… es una despedida feliz… en el mar… donde siempre lo pasábamos bien. No puedes dejar que una sola lágrima caiga en un lugar tan puro… -Sullivan fue a hablar con Ryan, mientras Meg abrazada a Kevin y Allison a Darlene-. Me alegro que lo pasaras bien en Forks… -me sentía tan mal, pero ella acarició mi rostro-. No estés triste, estabas preciosa, desenfadada. Te lo pasaste en grande y nos lo hiciste pasar bien.

-Pero… -miré hacia Allison-.

-Ella ya sabes cómo es… al principio se enfadó, pero la hice entrar en razón. No nos gusta veros tan apagados… nos encantó el detalle del banco… fue muy bonito…

-Gracias…

-Gracias a vosotros. Todos me ayudasteis y me apoyasteis en el transcurso de la adopción de Allison, tú en especial me ayudaste a conocerla, a que conociera a mi hermana, mi única familia de sangre… ella es única, testaruda, pero noble… nos hizo cambiar a todos, incluso a mis padres… Ayudaste a Sullivan cuando yo no estaba, le enseñaste cosas que hicieron que diéramos el primer paso… Gracias.

-Mary… al principio te envidié por cómo captaste la atención de Sullivan y me daba de lado, pero puedo entender que vuestro amor va más allá de una simple amistad, por lo que es una estupidez tener celos… Me encanta que hicieras feliz a Sullivan… estoy feliz por los dos.

-Ven aquí… -Me abrazó muy fuerte-. Voy a echarte de menos…

-Y yo a ti… cuñada. –se retiró y su sonrisa era curiosa-. Siempre lo serás… -ella asintió y tomó mi mano para dársela a su hermana-.

Todo el mundo se quedó parado, nos miramos los unos a los otros. Sullivan se despedía de Darlene, Mary de Kevin, Meg de Ryan y yo de Allison.

-Carlie… -me miró con aquella sonrisa que adoraba-. Estabas preciosa en la fiesta. Ese lobo… te desea, puedo verlo… -¿Había dicho lobo?-. ¿Sorprendida? –Se acercó a mi oído-. Sabemos todos tus secretos… -Me quedé helada-. Me encantaron las pintadas del baño… ¿ahora que me voy sacas tu vena rebelde?

-Allison, yo… -mi voz se ahogó-.

-No digas nada… no quiero que lo digas… -tomó mi mano y la puso en su cara-. Muéstramelo… -así lo hice, le mostré mi dolor, lo mucho que la estaba extrañando, que no la había olvidado con el paso de los años. No había vuelto a comportarme como en la fiesta por miedo a defraudarla, que no quería deshonrarla, que quería que supiera que realmente la amaba… quería besarla… Ella sonrió y se acercó, besando dulcemente mis labios. Después se alejo y acaricio mi rostro, tirando de la comisura de mis labios-. Sé que me querías, sé que me quieres y que no vas a olvidarme. Pero debes pasarlo bien. Me encanta verte disfrutar, aunque él esté contigo y no yo. Me gustó verte tan alocada en la fiesta, tan sexy… no sé cómo él se pudo aguantar las ganas de besarte. Te había visto pocas veces así, tan feliz y tan… libre. Busca eso en ti, lo tienes, quiero que lo uses y que disfrutes… tienes toda la eternidad para hacerlo… toda la eternidad para bailar, para ir de fiestas, para seducir, besar… Sólo hazlo.

-Está bien…

-No, no está bien… debes prometérmelo…

-Te lo prometo, prometo que me lo pasaré bien, que disfrutaré… y que nunca, nunca, en toda la eternidad, olvidaré tu amor, tu sonrisa… nunca te olvidaré.

-Carlie… -se acercó y me besó dulcemente-. No dejes que Carlie muera, ella es tu parte rebelde, no puedes dejarla desaparecer. Muéstrala, sé feliz… no me olvides si no quieres, pero no te tortures con mi recuerdo. Quiero ver cómo Carlie sigue viva… cómo esa chispa de tu mirada ilumina mi camino, aunque ahora pueda verlo sin problemas. Te quiero Carlie, te amo…

-Y yo…

Un amargo beso, se llevó las dos únicas lágrimas que cayeron por mi rostro, sin dejarlas que tocaran el agua. Otro beso, ahora dulce, sirvió como despedida. Sullivan y Mary esperaban a Meg y a Allison abrazados. Meg besó a Ryan y se marchaba, cuando se volvió para gritar.

-¡Cuida de Wanda!

Él asintió y se agarró a Kevin, uniéndonos los cuatro en un abrazo mientras nuestros más jóvenes amigos andaban y se perdían en el mar…