Capítulo XXVIII: La fiesta de “tito Seth”.

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Kim y Leah me saludaron, me acerqué a ellas y me abrazaron. Omitieron el pésame en palabras, ya que lo habían incluido en el saludo. Entramos a la casa y había un montón de gente, bailando, bebiendo, riendo… era la primera fiesta multitudinaria a la que asistía. Embry apareció por allí con Quil y Jared. Me saludaron y me intentaron hacer bailar. Entonces pude ver un rostro precioso, que ya había visto antes. Me acerque a ella para saludarla, pero ella ya estaba saludando a los chicos. Kira estaba preciosa, saludando a Seth y a Jake. Seth se escabulló y se puso a hablar con una morena de ojos verdes, mientras Kira bailaba con Jake, demasiado pegados para mi gusto. Me molestó ligeramente, así que me di la vuelta viendo a Kim hacer una mueca.

-Ten… -me tendió un vaso y le di un sorbo, se lo devolví al quemarme aquello la garganta-. Tienes algo más suave en la barra…

-¿Me acompañas? –me acerqué a su oído y lo dije lo más bajo posible, los chicos ya me habían mirado raro por probar el alcohol y no quería que se enterasen, pero lo oyeron-.

-¿Al baño? –Asentí, era buena excusa-. Vamos…

Jacob nos interceptó. Miró mal a Kim que soltó mi mano y se alejó un par de pasos, haciendo que miraba a otro lado y jugando con su vaso.

-Más te vale que no vayas a donde creo que vas señorita…

-¡Vamos Jake! ¡Tengo dieciséis!

-No… -alzó las cejas-. Si fuera así incluso me lo pensaría… pero no…

-Está bien… -suspiré-. ¿Puedo acompañar a Kim al baño, al menos? –se sonrojó y aflojó su sujeción, miró a Kim que cruzó las piernas un poco teatralmente. Éste se echó a reír y me soltó, volviendo con Kira que parecía triste-. ¡Pásalo bien!

Cuando llegamos al baño miré a Kim…

-Más que una fiesta va a ser una tortura para mí…

-¿Te gusta Jake?

-¿Cómo? –me quedé helada. No me lo había planteado así en ningún momento, sabía que él estaba imprimado, en un principio pensé que conmigo, pero ahora tonteaba con Kira… pero había gestos conmigo… pero Claire dijo que era la única que faltaba por darle la flor… Kim me miraba sonriente-. No… yo… no puedo.

-Sí, lo sé… y ahora piensas eso, pero… os vemos juntos, ¿sabes? Hay veces que os ponéis a hablar, nos ignoráis por completo… o el día aquel de la manguera… -hizo un gesto como si yo no viera lo obvio-. No me lo niegues, porque no puedes.

-Pero él ahora está con Kira…

-Kira… está más confundida que tú. Le gusta Jake y le gusta Seth… ahora Seth pasa de ella y cree que le gusta Jake… ¡un jaleo! Pero Jake pasa de ella…

-No lo parece… me ha ignorado por completo y se ha ido con ella…

-Ya, pero bueno… yo ya no te puedo ayudar ahí, podría pedirle a Jared que me contara lo que piensa, pero ya no puede… pregunta a alguien que lo sepa…

En ese preciso momento Jared apareció con Quil y Seth por la puerta. Nos miraron raro y Seth me sacó del baño. Me llevó a bailar, estaba un poco bebido y la frase que Kira me dijo el día que la conocí me dio la pista…

-Seth… -puse mis brazos alrededor de él, mirándole con mi mirada de ángel-. ¿Tan mal se me ve? –Seth se quedó quieto, rígido-. Quiero decir… ¿parezco una niña? –pude notar cómo su mirada se desviaba y supuse hacia dónde. Cogí su barbilla y atraje su atención a mí-. ¿Parezco tan niña?

-Nessie… -me miró y suspiró-. En serio, no me hagas esto… -comenzó a bailotear algo nervioso-. ¡Leslie! ¡Guapa! Lo siento Nessie… –me soltó y se fue a saludar a otras chicas dejándome plantada-.

Pude ver cómo Jared y Quil se reían, así que les saqué la lengua y me di la vuelta mosqueada, directa a la cocina. Jake se paró en la puerta bloqueándome el paso. Pataleé ligeramente y él levantó una ceja, vale, sí me estaba comportando como una niña. Salí a las escaleras y él salió detrás, pero Kim me salvó.

-Deja de acosarla y vete a bailar, yo me encargo de ella… son cosas de chicas…

-Kim…

-Jake, olvídame ¿vale? –me levanté y cogí a Kim de la mano. Nos alejamos un poco de la casa-. Soy idiota… encima no puedo ni probar un refresco, porque seguro que me lo quitan por si acaso… -Bufé y Kim me miró divertida-. Lo sé, es ridículo comportarse así, pero… ¡es que realmente me hacen sentir cómo una niña!

-Lo sé… a mí me pasó algo parecido… -la miré raro-. Antes de “enamorarme” –añadió las comillas con los dedos- de Jared, estuve saliendo con un chico algo mayor… me hacía sentir como una niña… sus amigos se reían de mí, pero de verdad… ellos –señaló a los chicos que estaban en la puerta- lo hacen con cariño, te quieren y te respetan, aunque simplemente… a veces eres muy divertida… es inevitable, como con Claire… -le miré mal-. A ver, no eres como Claire… sólo a veces, como hace un momento…

-Lo sé… -suspiré, tenía razón-.

-Yo creo que a veces se pasan… -Leah apareció gruñendo, los chicos entraron en casa-. ¿Qué te han hecho?

-¿Cómo has hecho que se vayan?

-Bueno… soy la beta… -dijo riendo-. A excepción de Jake… todos me obedecen… -parecía divertida-. ¿Qué ha pasado?

-Odio que me vean como una niña, ni siquiera he podido probar nada, ni un refresco… -alcé una ceja y ella se echó a reír-. ¿Qué?

-No sabéis esquivarlos, ¿cierto? –Asentí-. Seguidme…

Leah nos metió por la parte trasera de la casa, nos llevó a su habitación y sacó unas botellas de debajo de la cama.

-No os paséis… pero imaginé algo así… soy previsora… pero no os paséis o no saldré viva…

-Está bien… sólo quiero probarlo… -Kim mezcló un par de botellas y me dio a probar. Estaba bueno y me bebí un vaso de trago-. ¡Está tremendo!

-Nessie…

-Tranquila Leah, apenas lo he cargado… Puede beber cinco como ese sin que pase nada… Ten…

Preparó otro. Creo que bebimos unos tres vasos mientras me contaban anécdotas de los chicos que nunca había escuchado. Comenzaba a tener calor y Leah me prestó una camiseta de fiesta. Me la puse pero tenía frío y volví a ponerme el jersey. Kim sirvió el cuarto vaso y lo estaba terminando cuando Jake entró. No dijo absolutamente nada, sólo nos sacó de la habitación y me arrastró muy enfadado.

-¿Estás loca? ¿Quieres que no te dejen venir más?

-Jake… no seas exagerado… -me agarré a él, casi me caigo. Él alzó una ceja-. Me han empujado… -rodé los ojos-. Deja de tratarme como una niña, ¿quieres? Ya no lo soy…

Comenzó a sonar una canción, She Wolf. Salí corriendo agarrando a Leah y a Kim para ponernos a bailar. Jake me fulminaba con la mirada, así que bailé lo mejor que pude, la canción venía bien en algún sentido. Kira se acercó a Jake y se puso a bailar con él, así que yo hice lo mismo con las chicas. De vez en cuando se cruzaban nuestras miradas, si las miradas matasen… ambos estaríamos muertos.

La noche pasaba mientras bailaba con los chicos y hacíamos escapadas al cuarto de Leah. Muchos chicos vinieron a bailar conmigo, pero Seth acababa espantándolos a todos. Me enfadé con él bastante, pero me ayudó mucho cuando los chicos intentaban bailar demasiado cerca.

Me acerqué al ordenador y puse una canción para que sonara a lo largo de la noche. Comenzó a sonar y me ayudé de los hombros de un par de chicos para subir a la mesa. One way, de Blondie.

Comencé a bailar y un chico subió a la mesa conmigo. No le conocía de nada, pero comencé a cantarle la canción mientras cantaba. Seth subió y lo bajó de la camiseta. Me eché a reír y Seth me miró divertido, comencé a bailar con él. Ambos, encima de la mesa, saltando y gritando mientras toda la manada se reía. Jake nos miraba divertido, quizá no estaba tan enfadado como pensaba. Comenzó a beber él también.

Eran casi las cinco de la mañana y la fiesta seguía. Ahora incluso Jake bailaba a veces conmigo, no tuve mucha variedad ya que solo podía bailar con los chicos de la manada, el resto no se acercaban por miedo… Comenzó a sonar SOS, de Rihanna, así que volví a subir a la mesa.

Un chico rubio bastante guapo subió conmigo, pero sólo vi sus ojos durante dos segundos, después desapareció entre la gente. Me comencé a reír cuando vi a Jake. Intenté hacerle subir pero él sólo quería que bajara. Negué con la cabeza y comencé a cantar y a bailar para él. Solté mi pelo y él sonreía, la misma sonrisa sexy de su casa. Comencé a bailar por toda la mesa, Kim subió a ayudarme, me empezaba a sentir ridícula pero ella me ayudó. Fue divertido mirar a Jared y a Jake, con la misma posición y las mismas miradas.

Kim me cogió la cara y guiñó un ojo, un “cantémosla”, se dibujó en sus labios. Comencé a reír pero le hice caso.


S-O-S, please someone help me.
It's not healthy for me to feel this way-
Y-O-U are making this hard
You got me tossing and turning can't sleep at night.

This time please someone come and rescue me
cause you on my mind has got me losing it
I'm lost, you got me looking for the rest of me
Love is testing me but still I'm losing it
This time please someone come and rescue me
'cause you on my mind has got me losing it,
I'm lost you got me looking for the rest of me,

Got the best of me, so now I'm losing it.


Al final de la canción Jared besó a Kim con pasión. Miré a Jake que hizo una mueca, me cogió por las piernas y me bajó. Cogió mi barbilla y se acercó a mí, acarició mi pelo. Miró hacia arriba cuando sonó “Disturbia” y suspiró. Me miró de nuevo y se acercó a mí, pensé que iba a besarme, pero se dirigió a mi oído.

-Mañana conocerás toda mi ira… -se alejó y levantó una ceja-. Lo sabes, ¿no?

-¿Mañana? –Me acerqué a él, quería tenerlo cerca-. ¿Por qué?

-Porque sé que mañana te hará sentir peor… -hizo una mueca-. No hay nada peor que una bronca un día de resaca… -sonrió y volvió a mirar mi pelo suelto-. Ya que tu abuelo posiblemente me dispare o tu familia me mate a mordiscos… pero hoy voy a dejar que lo pases bien… haz lo que quieras… ya no me vas a hacer caso… -su mueca ahora era seria, ligeramente triste-.

-No vas a chantajearme… -le sonreí y él me sonrió también, le había pillado-. ¿En serio puedo hacer lo que quiera?

-No… no todo –ahora parecía que él me había pillado a mí-. Baila y pásalo en grande… cuando llegue la resaca ya te chillaré…

Me besó la frente como cuando tenía dos años. Me sentó muy mal, acababa de hacer el mayor de los ridículos. Kim había conseguido algo, lo que ya tenía, pero yo sólo había conseguido hacer el tonto encima de una mesa y ganarme una gran bronca. Y al parecer una resaca.

Seth vino a bailar conmigo, intentando a animarme. Cantamos todas las canciones que sonaron a chillidos mientras las bailábamos. Jake incluso bailaba con nosotros alguna vez, me encantaba ver cómo bailaba conmigo, porque sabía qué iba a hacer en cada momento, cuando iba a girar, cuando me iba a acercar… aunque eso me molestaba porque cuando intentaba acercarme él se apartaba y me hacía girar discretamente. En uno de los giros me paró y recogió mi pelo, susurrándome un “mejor así”, aunque no sé si me lo decía a mí o a él. Todos se rieron de este hecho, así que pensé que le molestaba mi pelo al bailar.

Con Quil también me lo pasé bien, hacía muchísimo que no bailaba con alguien que no fuera Claire y era divertido verle agacharse inconscientemente. La gente comenzaba a irse, quedábamos muy pocos y estuvimos hasta las siete de la mañana. Jake me dijo que debíamos irnos, era demasiado tarde.

Me dormí en los cinco minutos que duró el trayecto y me desperté cuando me llevaba en brazos hacia casa. Me bajó en la puerta y me miraba divertido…

-¿Qué?

-Nada… -reprimió una risa-. Estoy pensando en que mañana tendrás mala cara… Espero que se te pase la resaca antes con mis chillidos, si no tendrás que aguantar también los de Charlie… -comenzó a reír mientras abría la puerta-. Pasa…

Jake me dirigió a la cocina y comenzó a comer algo de la nevera, haciéndome un gesto para que cogiera lo que quisiera. Se sentó en la encimera mientras bebía leche del cartón, le miré raro. Después se metió una galleta a la boca y me sonrió como los niños pequeños. Suspiré y cogí zumo y un vaso. Él se echó a reír con la boca llena.

-Luego la niña soy yo… mírate comer…

-Lo siento… -se puso una mano en la boca y tragó-. No puedo evitarlo… ¿Zumo? Espero que eso te ayude, porque te aseguro que mañana conocerás mi ira como nunca la has visto… -comenzó a reírse a carcajadas, eso me molestó, resonó en mi cabeza-. ¿Ya tienes dolor de cabeza?

-Sí… -se empezó a reír más fuerte y le pegué-. Déjalo…

-No, no, no… tú me lo has hecho pasar mal esta noche… ahora te toca sufrir a ti… -Se levantó de un salto y se sacudió las manos, acercándose como inflado hacia mí. Me cogió de la cintura y se acercó a mi oreja-. No vuelvas a hacerlo… -me besó mi oreja y se retiró cogiendo aire. Le miré raro… ¿ésa era toda su ira? Entonces suspiró-. ¿Sabes lo que has hecho esta noche? No tienes ni idea, ¿verdad? –le miré sorprendida-. Has hecho que yo… -cerró los ojos y cogió aire-. Casi mato a ese chico, casi entro en fase en medio de la casa. Estoy hecho para protegerlos, no para pegarles ni ir de macarra con ellos… sin hablar de la que me espera cuando cualquier persona de tu familia se entere… -su voz empezó a subir, ahora temblaba, me daba miedo-. Y aunque no se enteren, me dan ganas de arrancarme la piel a tiras a mí mismo… sólo has conseguido que no quiera volverte a llevar a un sitio así nunca más… ¿es lo que quieres? ¿Qué ya no confíe en ti? Me prometiste que no beberías y mira…

-No sé porqué te enfadas tanto… es algo que ha hecho mucha gente… no creo que por beber un poco antes de la edad legal…

Jake se marchó enfadado, me quedé sola en la cocina con mi vaso de zumo. Me senté y pensé en todo lo que había hecho esa noche. Imágenes vinieron a mi mente, como cuando intenté hablar con Seth, sonsacarle, o como cuando bailé con las chicas así o con cualquier otro chico. Pero lo que más me rompió el alma fue cuando deseé que Jake me besara. No podía hacer eso, era mi mejor amigo. Y lo peor de todo, no pensé en Allison ni un solo segundo… Su imagen vino a mí de repente, haciendo que me doliera el pecho. Oí a Jake caer en la cama. Salí al columpio, sujetando mi pecho, intentando contenerme para que él no me escuchara, pero pude oír cómo se abría la ventana de su cuarto, le miré y saltó por la ventana, llegando a mí en diez segundos.

Comencé a mostrarle algo que no le había mostrado a nadie por miedo, ellos en el coche, yo subiendo a por aire y muriendo de rabia por no poder aguantar sin el estúpido aire.

-Oye… escucha… -me cogió la cara y limpió mis ojos-. Eso es una estupidez. Hiciste más que nadie por ellos. No se pudo hacer más. Además Carlisle me dijo que… -enmudeció-.

-¿Qué?

-Allison y Meg no tenían agua en sus pulmones –me miró ausente, mientras un grito desgarrador salió de mi pecho. Jake me sujetaba, pero quería correr. Sabía lo que eso significaba, él lo había dicho así amortiguándolo, pero sabía que lo entendería. Habían muerto a causa del impacto probablemente-. Nessie… yo… -suspiró, me cogió en brazos y me llevó a la cama-. Lo siento…

Me metió allí y no salí de ella en todo el día. Mi abuelo Charlie vino a verme. El lunes vino mi padre a recogerme. Estaba furioso con Jake, por la fiesta y porque me había dicho la verdad. Mi padre me sacó arrastras de la casa.

-No creas que te vas a ir de rositas, perro… -me sacó al coche y me metió dentro. Jacob salió al jardín avergonzado-. ¿Qué lo sientes? ¡Que lo sientes! Entonces… ¡Vaya! Todo perdonado…

-Edward yo…

-Cállate perro. No va a volver a pisar esta casa hasta que cumpla los ocho, ¿te queda claro? Luego ella podrá hacer lo que quiera, pero te aseguro que intentaré convencerla de que no debe volver…

-Sabes que no funcionará… -mi padre gruñó, como reacción a algo que Jake pensó-.

Mi padre venía al coche furioso. Miré mi coche y corrió para evitar que saliera corriendo hacia él. Cesé en el intento y sólo pude quedarme dentro, mirando cómo Jake se quedaba quieto en el jardín, destrozado y saludando con la mano. Eso me recordó algo y sin pensar que estábamos en marcha bajé del coche, salí corriendo hacia él y le abracé. Le mostré que volveríamos a vernos pronto, convencería a mi padre.

Llegamos a Monroe al medio día. Abracé a mi madre que parecía enfadada.

-Da gracias a que he ido yo, ella le hubiera arrancado la cabeza en ese mismo instante… -mi madre le miró raro-. El muy tarugo la llevó a una fiesta, en casa de Seth… y se puso a beber y a bailar como si fuera…

-¿Qué papá? ¿Qué? –Nuestras miradas estaban en tensión-. Sólo lo estaba pasando bien, sólo quería sentirme bien por una noche y lo conseguí. ¿Tan malo es? ¿Prefieres que haga lo que Ryan? ¿Qué huya? ¿Qué me escape?

-Nena… -mamá parecía ahora más relajada. Odiaba vernos discutir-. No queremos eso, sólo que no queremos que bebas, no es bueno, y menos ahora… además esas fiestas no son nada buenas… aunque vayas con una manada de lobos… -me sonrió-. Y Edward… no puedes culparla porque sea una adolescente. Todos los jóvenes hacen eso alguna vez, y creo que ha aprendido que no hace falta beber para pasarlo bien.

-Sí, lo sé. Sólo quería probar y estuvo bien… pero no me gustó hacer cosas y no controlarme todo lo que debía…

-¿Entiendes porqué me enfado? Sólo quiero que estés bien, no que te emborraches y hagas cosas de las que te puedes arrepentir al día siguiente… y más… -hizo una mueca-. El rubio vale… pero olvídate de los perros…

-¿Perros? –mi madre le miró confundida-.

-Papá… -me sonrojé-. Si sirve de algo les pediré disculpas a ambos, pero no me hagas esto, sabes que me hace bien estar con ellos…

-¿Con quién? –Mamá miró recriminando que se perdía parte de la conversación-. ¿Hacerte el qué?

-Seth y Jake. Estuvo a punto de… -mi padre no encontraba las palabras- tontear, con ellos. Así que me he enfadado ligeramente y… bueno, le he dicho que no volvería allí hasta los ocho por lo menos…

-No es justo papá…

-Lo sé, pero no voy a excusarme con él…

Mi madre y yo nos miramos y vimos a papá entrar en la casa indignado. Ambas nos echamos a reír. Después fuimos a casa de mis abuelos que habían preparado una comilona para mí. Estábamos comiendo cuando llamaron a la puerta. Mi abuela Esme abrió y entró con un ramo enorme, con unas flores pequeñas y blancas. Me fijé y las reconocí. Eran verónicas blancas. Abrí la tarjeta y me desilusioné ligeramente.

Jake me ha contado… así que te mando un ramo de las flores que te mereces. No te preocupes por tu padre… nos veremos pronto mi querida sobrinita. Te quiere, tío Seth.

Cogí mi móvil para mandarle un mensaje, pero tenía uno. Se hizo un hueco en mi estómago, era desde el móvil de Allison.

Hemos ido a hablar contigo esta mañana, pero Darlene nos ha dicho que estabas de viaje. Esperamos que vuelvas pronto, nos gustaría que pasaras por casa… debemos hablar. Emma.

Miré a mi padre y negó, no sabía nada. Me hizo un gesto para que me sentara. Me obligaron a comer algo y después mi padre me dijo que les llamara.

-¿Si?

-Emma… soy Nessie…

-Hola cariño… ¿Qué tal tu viaje?

-Bien… he ido a casa, a ver a mi familia… necesitaba un cambio de aires…

-Entiendo… -pude notar un tono alegre pero triste, algo extraño-. Nos gustaría hablar contigo sobre un asunto importante… ¿podrías pasarte esta tarde? Si puede ser, que te acompañe tu hermana, debe estar presente…

-De acuerdo… ¿a qué hora?

-Cuando quieras… ¿ahora te va bien?

-Claro…

-Hasta ahora entonces…

-Hasta ahora.

Mi madre y mi tía Alice me acompañaron a cambiarme, me pusieron algo decente, ya que aún iba con el pijama que me puse el domingo cuando vino Sue a casa de Jake.

Después salimos hacia casa de Allison. Algo se revolvió en mi interior al ver aquella casa. Mi madre me ayudó a bajar del coche, junto a mi padre. La puerta se abrió mientras bajaba. Emma bajó las escaleras y se reunió conmigo en la mitad del camino. Me abrazó haciendo que doliera. Saludó a mis padres y les invitó a pasar. Abraham me saludo y después pasamos al salón. Recordé aquella cena… me dio un escalofrío. Nos ofreció algo pero mis padres denegaron el ofrecimiento con mucha educación, mientras yo le pedí un café. Emma me preguntó por mi familia y por el viaje, una conversación algo incómoda dada la situación, más incipiente por mis respuestas monosilábicas. Abraham sirvió dos cafés y una tila para Emma.

-Verás… -Abraham era más directo que Emma, algo que agradecí en ese momento-. Después de que os marcharais del funeral, los padres estuvimos hablando sobre el discurso de Darlene –estaba triste y pensativo-. Todos habíamos oído lo felices que fuisteis en esa casa durante las vacaciones… así que decidimos pedir que pusieran parte de las cenizas en una urna, para que la pudierais llevar allí…

-Os lo agradecemos… -hablé por parte de mis amigos-. Dudo que tenga ahora algún sentido llevarlas allí, pero escogeremos un lugar donde podamos hacerlo… lo prometo…

-Creo que ese lugar va a ser ideal… -Emma me sonrió y me cogió de la mano. No entendía nada, sin Allison no tenía sentido ir allí, ya no era su casa-.

-Verás… el abogado nos ha dicho que todas las pertenencias de Allison son ahora nuestras, todo lo que heredó de sus padres. La casa de Oakland aún no se ha vendido… por lo que hemos pensado que sería buena idea marcharnos allí… -miró a su alrededor-. Aquí hay demasiados recuerdos… -unas lágrimas acechaban los ojos de Abraham, entonces me di cuenta de que Emma y yo ya estábamos llorando-. Pero esa casa no vamos a usarla, nos parece mal venderla siendo que representa tanto para vosotros… así que queremos cederte esa casa, para que podáis hacer esas reuniones de las que hablaba Darlene y podáis recordarlos allí…

-Yo… yo no puedo aceptar…

-Carlie… -Emma cogió mi mano, una pena enorme me invadió al oír ese nombre-. Allison lo hubiera querido así… Allison lo quería así, estoy segura de ello. No tiene sentido que vendamos esa casa a alguien que no conoce su historia, pero tú la conoces y habéis hecho vuestra nueva historia en ella, la cual debéis continuar. Vuestros hijos deben conocer la historia de esa casa, de vuestra amistad…

-Tenemos todos los papeles preparados… -Abraham se levantó y me puso unos papeles en las piernas-. Sólo debes firmar. La casa será tuya.

-¿Por qué tanta prisa? –Mi madre parecía sospechar-. ¿No puede pensarlo más?

-Bella… -mi padre le recriminó su actitud. Eran sinceros-.

-No… no te preocupes… Es comprensible que se preocupe. La razón es simple, Bella. No podemos seguir aquí mucho más, solo compramos esta casa en este lugar para poder criar a Mary en un buen lugar, no en una ciudad enorme… pero ahora no tiene sentido que sigamos aquí. Así que vamos a trasladarnos a Oakland la semana que viene. Me han ofrecido un puesto allí, así que debemos irnos enseguida… y antes de irnos queríamos dejar todo zanjado. No nos gustaría hacer esto mediante abogados, lo veo demasiado frío e impersonal… es mejor así.

-Acéptala… -Emma cogía mi mano y no paraba de mirarme-. Sabes que a ella le encantaba esa casa, al igual que a ti. Ella querría que fuera tuya… -Miró a mi madre-. No queremos nada más, simplemente que sea tuya, no tener que preocuparnos por si la persona a la que se la vendemos la tratará bien, o le gustaría a Allison. Fue muy exigente con la gente a la que vendían la casa de Oakland, por eso nos la quedamos nosotros… porque era tan exigente que no la vendía nunca… -sonrió, al igual que yo-. Ya sabes…

-Ella era así… -Las dos sonreíamos a la vez que llorábamos-.

-Ella lo querría así… al igual que Mary…

Miré a mi padre, estaba tranquilo. Cogió los papeles y los ojeó, pero sabía que había leído hasta la letra pequeña.

-Debes respetar los deseos de Allison… ellos lo están haciendo… -mi padre me tendió los papeles, mientras Abraham y Emma sonreían apenados-. Hazlo tú también.

Firmé los papeles y estuvimos allí por media hora más, hablando de dónde pondríamos las cenizas que me entregaron al marchar. Ellos tenían otras tres urnas, una con los restos de Allison, otra con los de Mary y otra con ambas juntas, como les hubiera gustado a ellas.

Fuimos a casa y dejé la urna en el salón. Me senté y la miré durante unos minutos, asimilando todo. Saqué mi móvil, debía hablar con alguien… no podía esperar, pero el móvil me parecía mal, se merecía mucho más. Miré a mi padre y éste asintió, así que cogí las llaves de su coche.