Capítulo XVIII: La boda.

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El sol me daba en la cara, ya había amanecido. Abracé mi almohada y escondí la cabeza, no me quería levantar. Había estado teniendo pesadillas durante ésta última semana, por lo que no había descansado bien ni una sola noche. Era siempre el mismo sueño, yo corriendo por un bosque sola, pero no era yo, era otra versión de mi misma, más salvaje, menos humana… Corría sin parar, hasta que caía a un agujero, donde comenzaba a gritar. Buscaba alguien que me ayudara, a mi familia, a mis amigos, pero no había nadie, estaba sola con mi eco.
-Deja de pensar en ello… es sólo una pesadilla… -papá retiro suavemente la almohada de mi cara-. Es hora de levantarse, tienes que hacer la maleta
antes de ir a clase…
-No es justo, vosotros tenéis todo el día libre, ¿por qué tengo que ir a clase?
-Pensé que querías ir para despedirte de tus amigos, no vas a volverlos a ver hasta el año que viene… -mi padre sonreía-. No seas perezosa, o llamaré a tu tía Alice para que venga a hacerte la maleta…
-¡Está bien! –Eso era un gran chantaje-. ¿Me ayudas? –Asintió mientras sonreía-. De todos modos, no estaría mal que Alice me aconsejara qué ropa llevar…
-Va a hacer frío, así que ropa de abrigo… Del traje o complementos para la boda no te preocupes –leía mis pensamientos-. Alice y Rose han preparado todo y han tenido en cuenta el tiempo, créeme…

Empecé a poner mis vaqueros y el resto de pantalones. Puse también un montón de jerseys de cuello alto, y un par de camisetas de manga corta por si acaso. Mi armario ahora estaba a reventar, mi tía se empeñaba en que estrenara ropa todos los días, pero mi madre y mi padre la contenían relativamente, porque no había semana que no estrenara un par de conjuntos al menos. Empezaba a acostumbrarme, la verdad. Ahora mi armario contaba también con alguna prenda de otros estilos, me habían comenzado a gustar esos pantalones anchos, no tanto como los de Allison, pero ella sonreía siempre que me veía con ellos, además de varias sudaderas que me venían muy bien los días que no me apetecía ser objeto de las miradas de los chicos del instituto. Había crecido ligeramente, ahora medía un metro cincuenta y cinco centímetros, lo que ya no me hacía parecer tan aniñada. Los chicos ahora me miraban distinto, excepto mis amigos. Bueno, a veces Kevin hacía algún comentario… pero así era él.
También tenía que meter ropa interior. Miré a mi padre que tenía una mueca extraña mientras me veía rebuscar en los cajones los millones de conjuntos que me había regalado tía Rose. Me resultaba gracioso verlo tan…
-Asustado, quizá –dijo sonriéndome-. Bueno, te haces mayor demasiado rápido. Será mejor que me vaya mientras piensas qué ponerte hoy y te arreglas, Nahuel está a punto de llegar… iré a ayudar a tu madre con el desayuno –me besó en la frente y se marchó-. Alice también ha pensado en eso, no te preocupes –dijo mientras yo me sonrojaba-.
Pensaba en qué conjunto tendría que llevar para el traje de la boda, evidentemente no debería ni haberlo pensado ya que Alice estaba en todo… Suspiré y terminé de meter mi ropa en una maleta que me había dejado papá al pie de mi cama. Después cogí un conjunto nuevo de color naranja, mis pantalones anchos de pana, una camiseta de manga corta blanca y una sudadera gris. Bajé y preparé mi baño, me relajé durante quince minutos, hasta que oí cómo Nahuel protestaba. Últimamente estaba feliz, me encantaba verle así. Sayen y él había empezado a tener citas, pero no se habían besado aún, Nahuel no podía resistir estar tan cerca de ella.
Pensé qué hacer con mi pelo… lo sequé rápido y me hice una coleta, no me apetecía empezar el día peleándome con mi rizada melena. Bajé y desayuné con Nahuel y con mi madre, que había preparado un pastel de queso y frambuesas muy rico. Ella cocinaba muy bien, y luego se quedaba con nosotros para acompañarnos, mirándonos con nostalgia. Cogí mi mochila y me puse el anorak, abrazando fuerte a mis padres después y dándoles millones de besos. Sabía que los vería por la noche, ya en Forks, pero no podía evitar echarles de menos sólo de pensarlo. No era justo que ellos pudieran ir antes y dejarme aquí… lo bueno sería que podría ir en el 911 de tía Alice…
Metimos la maleta en el coche de Nahuel, dándome cuenta de que quizá me había pasado con el equipaje. Mi maleta era tres veces más grande que la de él. Me sentí algo avergonzada.
-Hoy no me quedaré a comer, he prometido a Esme comer en casa para después irnos todos juntos… Carlisle saldrá en una hora de trabajar.
-Entonces, ¿cómo vienes a clase? –le miré y se sonrojó… Sayen-. Vale, captado… ¿y mi maleta?
-No te preocupes, la llevaremos nosotros.
-¡Genial! Seré la última en llegar…
Aparcamos cerca de la puerta, al lado de los bancos donde esperaban mis amigos. Meg seguía con Ryan, Sullivan y Mary volvían a estar muy unidos, tanto como Darlene y Kevin. Allison… bueno, había dejado de fumar, había empezado a hablar sin ladrar a los chicos, pero aún había mucha tensión con ellos y con Meg. Sin embargo con su hermana, Darlene y conmigo, la cosa iba sobre ruedas. Nos habíamos unido mucho, la verdad…
-Buenos días Carlie… te veo muy bien –dijo haciendo un guiño a mi ropa. Seguía llamándome Carlie, de hecho, era la única que lo hacía-. Quizá falta algo más de tela en esos pantalones…
-¿La misma que le sobra a los tuyos? –dije mientras todos nos reíamos-.
-Hoy es el gran día, ¿verdad Nessie? –Darlene me miraba sonriente, pero yo no entendí sus palabras-. Me refiero que por fin vas a ver a Jake…
Cierto. Por fin. No le veía desde mi visita a La Push, aunque las llamadas eran frecuentes y los mensajes diarios. El taller le daba mucho trabajo, al menos eso me decía, pero mi abuelo elucubraba sobre algo secreto, algo que se traían entre Billy y su hijo. Estaba contenta de que mi abuelo siguiera viniendo, lo hacía cada fin de semana con Sue, con la que había empezado a entablar una confianza extraña. Siempre me traía un regalo, que yo siempre abría en mi cuarto sabiendo lo que era… algo con su olor, una manta, un peluche… pero ese olor inconfundible que tanto me calmaba siempre estaba presente.
-¿Nessie? – ¡Genial! Me acababa de perder en mis pensamientos ignorando a Darlene. Hice un gesto de disculpa-. Te preguntaba que cuando vas a volver…
-Bueno, no sé. Creo que nos quedaremos todas las vacaciones allí, así que hasta el año que viene no volveré… -puso una mueca triste-. Pero en cuanto llegue quedamos todos, ¿os parece bien?
Entramos a clase y mi tía Alice estaba radiante, le encantaban las bodas y cualquier tipo de celebración que conllevará poder dar rienda suelta a su creatividad, sea con ropa, decoración o cualquier otra cosa. La mañana pasó rápido, casi no dimos temario aquel día, se avecinaban las vacaciones.
A la hora de comer pude ver como Nahuel se despedía de Sayen, sus miradas eran profundas e incluso él la abrazó para luego huir rápido a su coche. Pobre Sayen… debía de pensar que tenía alguna especie de repelente para Nahuel… y así era. Estuvimos haciendo conjeturas sobre posibles planes para el día en que todos volviéramos y hablando de lo que íbamos a hacer estos días, una conversación que habíamos repetido a lo largo de la última semana.
Kevin se iba a Ohio a ver a sus abuelos. Ryan se iba a Nueva York a ver a su padre, que vivía allí desde que se separó de su madre. Meg se iba a ir a Oregón a pasar las vacaciones con su hermano y su nueva cuñada, tenía muchas ganas de conocerla. Darlene, Mary y Allison se quedaban en Monroe, así que hicieron planes para los días que no estaban cubiertos por cenas y compromisos familiares. Yo empecé a divagar sobre cómo iban a quedar los vestidos de la boda, cuando mi móvil sonó.
‘Imagino que ahora estarás comiendo, así que te mando un mensaje para no interrumpirte. Cuando puedas dime a qué hora llegas, tengo muchísimas ganas de verte pequeña… Estoy con Claire y Kim, que están ansiosas por verte también. Te mandan un beso, y yo otro enorme. Jake.’
Sonreí. Kim estaba nerviosa por los vestidos, este último mes Claire había cambiado los colores de los vestidos unas veinte veces. Pero siempre tenía que llevar algo rosa. La verdad es que había tenido pesadillas viéndonos a todas vestidas de rosa fucsia mientras los invitados se tapaban los ojos para que no les deslumbráramos… horrible.
‘No sé exactamente cuándo llegaré. Cuando salga para allí te aviso… me da miedo que Alice quiera hacer compras de última hora… Mándales un beso a las dos de mi parte. ¿Hasta que hora trabajas? Si tienes mucho trabajo puedo pasarme a verte por el taller… así de paso veo a Seth y al resto. Te echo muchísimo de menos, lobito.’ Mi corazón latió fuerte. Hacía casi un mes que no le llamaba así. Eso me hizo sonreír y sabía que a él también. Lo envié con una sonrisa, que se transformó casi en una risa nerviosa llamando la atención de mis compañeros.
-Sabes que las drogas son malas, ¿verdad? –Dijo Allison alzando una ceja-.
-Sí, lo sé, puedo ver como te han afectado… Sólo que me he acordado de una cosa graciosa cuando estaba escribiendo el mensaje…
-¿De los vestidos rosas mega chulos que vas a llevar?
-Entre otras, sí…
-Querré ver las fotos de tus vacaciones, no me quiero perder algo así por nada del mundo… -dijo riendo. Yo hice una mueca intentando sonreír, pero no sé que fue lo que salió-. ¿Estás nerviosa? –Dijo acercando su silla a la mía para poder hablar con más privacidad-. No te habrás enfadado por mis tonterías, ¿no? Quiero decir…
-No, no pasa nada. Es sólo que… estoy a gusto aquí, con vosotros, pero mi cabeza ahora mismo está a unas horas de aquí en coche, en una playa perdida, o en un taller… -hizo una mueca de disgusto-. Les echo de menos, sólo eso.
-Está bien… espero que al menos nos eches de menos a nosotros allí tanto como a ellos aquí…
-Seguro, no hay nadie que sea tan desagradable como tú –dije dándole un leve puñetazo juguetón. Ella sonrió ampliamente y me abrazó. Creo que era la primera vez que la veía abrazar a alguien-. ¿Estás enferma? –Dije tocando su frente-. ¿Dónde está Allison y qué has hecho con ella?
Todos nos reímos, haciendo que su abrazo perdiera fuerza, pero lo mantuvo hasta que nos levantamos para ir a clase. Parecía realmente apenada, me alegraba en cierto modo ver que era importante para ella, aunque me disgustaba verla así. La mañana pasó rápido y a última hora Alice nos empezó a comentar una lista de libros para escoger y leerlos estas vacaciones, debíamos hacer un trabajo sobre al menos dos de ellos… Menos mal que podía leer más rápido que mis compañeros, porque si no, no sabría de dónde iba a sacar tiempo…
Cuando tocó el timbre salimos a la puerta, pensé que saldríamos corriendo, pero íbamos más despacio que nunca, se nos hacía duro separarnos. Nos abrazamos y nos despedimos, pero no podía irme viendo a Allison tan rara.
-En serio, sólo serán unos días, cuando menos te lo esperes llamaré a la puerta de tu casa para darte una sorpresa…
-Pásalo bien en tu mega boda, acuérdate de hacer fotos y llama aunque sea sólo para contarme que estás muriendo sin mis puyas…
-Lo haré, no te preocupes –las dos sonreímos-. Parece una tontada, pero te voy a echar de menos… lo sabes, ¿verdad?
-Yo… -me miró, le costaba mucho pero iba a hacerlo-. Yo también te voy a echar de menos…
Nos abrazamos y mi tía me llamó a lo lejos. Me despedí de nuevo de todos con un gesto y salí corriendo para ir a ver a mi tía. Jasper estaba sentado en su moto, en la que nos seguiría hasta que llegáramos a Forks. Abracé a mi tío Jasper y me hizo sentir más relajada.
De camino mi tía puso la radio, pudiendo oír alguna de las canciones que ahora me encantaban. Ambas cantábamos chillando, sabiendo que Jasper podía oírnos. Paramos a las dos horas de viaje, ya que mi tía insistía en que era necesario para mí. Cuando bajamos me pude dar cuenta que lo que quería era estar un poco con Jasper, así que me senté en la hierba mientras sacaba mi móvil.
‘Estoy haciendo un descanso obligado, Alice no podía estar sin su Jasper… Llegaremos en un par de horas, dudo que nos cueste mucho más ya que, bueno… ya sabes cómo conduce Alice. ¿Vas a salir pronto de trabajar, o quieres que vaya? Un beso.’
Mi corazón empezó a latir más rápido, por fin iba a ver a mi mejor amigo. Tenía ganas de abrazarle, de olerle, de verle sonreír. Me sentí más relajada y miré a tío Jasper agradecida, me sonrió. Estaba agarrando a Alice por la cintura mientras ella miraba el paisaje. Saqué mi cámara y les hice una foto. Me sonrieron mientras se acercaban ahora tomados de las manos.
-¿Seguimos el camino? ¿O prefieres esperar… diez minutos más? –por su tono de voz juraría que ella se quería quedar. Jasper sonrió al notar mis sospechas-.
-Creo que necesito diez minutos más de descanso… Conduces como una psicópata…
-Ya, claro, ya me lo agradecerás cuando lleguemos antes de lo previsto y veas a tus queridos chuchos… -dijo con una mueca muy graciosa mientras Jasper y yo nos reíamos-. ¿Habrás cogido los CDs que te pedí? –Dijo tras una pausa-.
-Sí, todos. Les pedí a mis amigas que grabaran alguna de las canciones para después del banquete, así tendrás una música elegante para la boda y una música perfecta para la fiesta…

Ella sonreía y Jasper me hizo un gesto de agradecimiento. Mi móvil sonó.
‘No, no puedes venir al taller… tengo mucho jaleo. Espera a que vaya a buscarte a casa. Pídele a Alice que vaya a casa de Emily, están desesperadas por ver los trajes… aunque seguro que ya lo sabe. Nos vemos en unas horas… ‘
‘Más te vale que acabes con esos trastos pronto antes de que hagas enfadar a una medio vampira… Si a las once de la noche no has pasado a buscarme le pediré a Seth que sea mi nuevo lobito y te retiraré la palabra de por vida… Firmado: Una medio vampira medio ofendida. ‘

Mis tíos se reían, ahora sentados a mi lado y seguro viendo el mensaje que acababa de mandar. Me levanté y me dirigí al coche.
-Creo que es hora de irse, antes de que la medio ofendida saque su lado medio vampiro… -dijo Alice riendo mientras tiraba de Jasper…-
-No la enfades más Alice… dale un respiro… está siendo un día duro para ella –dijo mientras le daba un beso en la frente y se ponía el casco-. Te quiero.
Mi tía se montó en el coche y puso la radio, pero yo la quité. Estaba ahora desilusionada, no me apetecía cantar ni oír nada excepto el rugir del motor. Comencé a contar los árboles que pasaban a toda velocidad por el lado de mi ventanilla. Creo que me quedé en ciento ochenta y cuatro.
Los brazos fríos de mi padre me despertaron, me estaba tumbando en el sofá de la cabaña. Me aferré a él mientras mi madre acariciaba mi pelo sentada a los pies del sofá. Estaba relajada, pero ya no tenía sueño. Estaba enfadada, dolida, me sentía rechazada. Miré a papá y asintió. Cogí un anorak y me fui corriendo, necesitaba correr sin sentido, sólo sentir el viento en mi cara. Entonces llegué a su casa, aquella casa roja que me hacía sentir como en mi propia casa. El coche de Charlie estaba en la puerta, así que no pude evitar correr hacia la casa.
Billy me abrió y le abracé fuerte, mientras me comentaba todos los cambios que veía…
-Estás… más alta… más mayor, casi una mujer. Estás preciosa pequeña…
-Gracias Billy –dije muy sonrojada. Me hubiera gustado contestarle algo agradable, pero no podía, él había empeorado bastante desde mi última visita hace un mes. Me entristecí-. ¿Nervioso por la boda? Esta noche tienes que descansar mucho, recuerda que Alice vendrá a ayudarte por la mañana… necesitarás mucha energía y paciencia…
-Lo sé, lo sé… Charlie me ha contado…
Estuvimos charlando durante un buen rato. Sue preparó algo de cenar y yo llamé a mis padres para avisar que me habían invitado a cenar. Cuando terminamos mi abuelo me llevó a casa, ya era hora de dormir según él. Sue y él se quedaron en casa hasta las diez y media. Sólo quedaba media hora y mi lobito no había llegado. Once menos cuarto. Mis nervios estaban demasiado alterados, al igual que mis pensamientos, lo que hacía enfurecer a papá. El tiempo pasaba despacio, era tedioso, para mí y para mi padre, que me tiró un libro al sofá donde estaba tumbada.
-Por favor… -se limitó a decirme.
Comencé a leer el libro que me había tirado, “La Odisea”. Comencé a leer y me sumergí en la historia hasta que ya me había leído medio libro. Miré el reloj. Eran las once y media. Una angustia creció en mi interior y me marché a mi cuarto, cogí mi móvil y no sabía que estaba escribiendo exactamente, sólo escribía.
‘Siento que algo me falta, ni siquiera ha venido a verme aún… ¿Cómo puede hacerme esto? ¿Cómo puede ser que lleve un mes hablando con él, diciendo que me echa muchísimo de menos y ahora no corra a verme? Siento que me embargan las ganas de llorar y quiero patearle. Dime ¿qué hago?’

‘Sólo sé que no es sano esto de que me mandes mensajes a estas horas de la noche… pero he de decirte que seguramente lo que le pase es que esté asustado. Y más si sabe que mañana vas a llevar ese horrible vestido rosa. Seguro que tiene una excusa genial, luego te reirás. No seas paranoica Carlie, duérmete o al menos deja dormir a tu inocente amiga. Mary te envía un beso. Te odio. Allison.‘

‘Perdón, pero no sabía con quién desahogarme. Devuélvele el beso a la gemela buena. No sé cómo te soporta… La verdad es que yo también te odio, pero sigo sin saber que hacer, no creo que pueda dormir si no le veo… Pero bueno, ya no te molesto más. Que descanséis. Besos.’

‘Carlie… nunca molestas. La gemela buena se ha quedado dormida. La gemela mala quiere que te duermas o tendrá que ir hasta allí para patearle el culo a ese hombretón. En serio, si quieres que corra hasta ti, yo que tú le diría lo mucho que le estás odiando ahora mismo. Irá volando. Ya me dirás qué tal. Un beso.’

‘Gracias Allison, eres la mejor gemela mala que he conocido. Mañana te llamaré para contarte cómo va la boda. Te quiero. Descansa.’

‘Yo también te quiero, niña de nombres raros. Esperaré tu llamada.’

Cogí aire al leer esto. Ella tenía razón, debía ser egoísta, debía mostrar lo muy enfadada que estaba.
‘Voy a dormir, ya no hace falta que vengas. Mañana estaré muy liada, así que nos vemos directamente en la boda, si es que voy. Porque ahora mismo te odio tanto que no me apetece ni ir a la boda para no tener que verte. No comprendo cómo has estado tantos días insistiendo en cuánto me echas de menos para ahora ni aparecer. Te odio, Jacob Black.’

Apagué mi móvil y salí al salón. Mi padre me miraba sorprendido. ‘No quiero verle, ¿entendido?’ Mi padre asintió. ‘No creo que venga, pero si lo hace no quiero ni que se acerque a mí. Si hace falta que lo eches a patadas, hazlo. Voy a ponerme el mp3 para no oírlo si viene.’ Mi padre reía mientras mi madre miraba sorprendida.
-Creo que está ligeramente enfadada con el perro. Me ha pedido incluso que le eche a la fuerza si viene –dijo riendo. Mi madre me miró sorprendida y fulminó a mi padre con la mirada-. No me mires así, ha sido ella la que lo ha pedido…

Encendí mi mp3 y comencé a escuchar canciones. Sonaba la canción “Don’t say you love me” de The Corrs. Me quedé dormida y soñé con él, soñé aquel día en el árbol, la primera vez que me falló… sabía que si lo veía se lo perdonaría todo, pero ahora no podía. Estaba muy enfadada, más bien decepcionada y dolida. Parecía que a veces sus actos desmentían sus palabras. ¿Por qué me hacía esto? Pude olerle, se acercaba. Puse mi almohada en mi cabeza, para no oírle. ‘Échalo, por favor.’ Me concentré en dormirme y lo conseguí.

I haven't slept at all in days
It's been so long since we've talked
And I have been here many times
I just don't know what I'm doing wrong

What can I do to make you love me?
What can I do to make you care?
What can I say to make you feel this?
What can I do to get you there?

Una mano fría acariciaba mi pelo. Abrí mis ojos escuchando la bella melodía mientras el bello rostro de mi madre sonreía. Pasó sus fríos dedos por mis ojos, estaban húmedos. No sabía porqué pero estaba llorando. Seguí llorando hasta que acabó la canción, la batería hizo que mi mp3 se apagara. Mi madre sonreía mientras me mecía y limpiaba mis silenciosas lágrimas.
-Está bien que te hayas enfadado si no ha cumplido su promesa, pero no es justo que no le dejes si quiera explicarse. Te ha mandado cuatro mensajes y te ha llamado unas quince veces –dijo enseñándome el móvil encendido-. Estuvo aquí hasta las tres de la madrugada, esperando junto a tu ventana. Le pedí que se marchara, prometiéndole avisarle en cuanto despertaras.
-No puede hacerme esto… -toqué la mejilla de mi madre y le mostré cada uno de los mensajes y cada una de las palabras que me hacían creer que me añoraba, también el sufrimiento que supuso que no cumpliera su promesa-. No puedo perdonarlo así como así…
-Nessie… estaba en Seattle… su hermana Rebeca llegó con tres horas de retraso, condujo como un loco para llegar, pero no pudo llegar antes… -dijo mi madre sonriendo-.
-Me da igual, podía haber avisado.
-Eso es culpa tuya… -dijo mi padre a mi madre desde la puerta-. Tan testaruda como tú… -besó la cabeza de mi madre y se puso de cuclillas frente a mí-. Deberías llamarle, el pobre chucho está desesperado… No ha dormido en casa, ha estado toda la noche merodeando, le he tenido que decir que los chicos estaban haciéndole una gorda a Paul y que Rachel lo mataría si no llegaba a tiempo –dijo riendo-. Los chicos le dijeron que como regalo dejaban que matase a un vampiro, usando eso como cebo lo metieron en una cuba de carga, acompañado de Embry, y los han mandado a Alaska… así que Jacob esta corriendo hasta allí para sacarles y traerles de vuelta.
-Fue muy divertido –Seth estaba riendo en la puerta, no le había oído llegar. Mi padre me miró sonriendo y quitándome los cascos de las orejas-. ¡Nessie! –dijo abalanzándose sobre mí-. Estás genial… te veo más guapa que hace un mes… ¡y ya es decir!
-Seth… -estaba sonrojándome, levanté mi cara y entonces lo pude ver. Me quedé boquiabierta mientras los tres se reían de mi reacción. Llevé mi mano a su camiseta ajustada, se le marcaban unos músculos enormes, no tan grandes como los de Jake, pero estaba mucho más musculado que hace un mes-. ¿Cómo…? –no pude terminar-.
-Es lo que tiene correr detrás de vampiros… -dijo riendo, pero mi padre le fulminó, entonces cambió a una mueca rara-.
-¿Vampiros?
-Sí, tuvimos una visita, pero nos encargamos de eso…
-Muy hábil Seth… -mi padre parecía disgustado y vigilaba mi expresión-. No pasa nada, era un nómada que captó nuestros efluvios, fue hace tres semanas, por lo que se dirigió al taller donde casi ataca a uno de sus clientes. Le persiguieron y se ocuparon de él. No te preocupes por nada…

Sonreí. Era una simple casualidad, pero… ¿cuántos había? Sabía que mi familia y yo no éramos los únicos… pero…
-Olvídalo… Simple coincidencia… -dijo mi padre despreocupado. De repente su gesto se torció-. Creo que es hora de que nos vayamos Seth… Alice viene de camino… -mi padre se echó a reír-. Sí, viene algo así como dopada, sí…
-¡Uf! ¡Qué miedo! Nessie, luego nos vemos… -me revolvió el pelo y le dio un beso en la mejilla a mi madre-. Pobrecillas… -decía mientras se marchaban-.

Mi tía Alice apareció como un torbellino, llevándose a mi madre y avisándome que me quería duchada y vestida en quince minutos. Cogí unos pantalones anchos vaqueros y una camiseta negra de manga larga. Encima me puse otra camiseta de manga corta con capucha en color gris. Mi pelo estaba húmedo, así que lo recogí… Rose haría algo bonito con él seguro.
Cuando pude ver a mi madre y a Alice me entró cierta envidia. Estaban preciosas, mi madre con aquel vestido marrón chocolate y el pelo medio recogido, cayendo gran parte de su melena sobre sus hombros. Alice se había hecho unos tirabuzones que le daban un aspecto angelical. Iba vestida con un vestido tricolor, la falda en marfil, la cintura en azul cielo y el escote en negro. Era precioso. Me arrastró y acudimos a casa de Rachel, donde nos esperaba junto a todas las damas de honor. Rachel me dio un gran abrazo pero Alice se la llevó corriendo al baño junto a Rebeca, que se limitó a abrazarme suavemente y a hacer un gesto de disculpa. Kim, Emily y yo nos abrazamos y comenzamos a hablar, sin saber aún cómo eran nuestros vestidos. El timbre sonó y Rachel se zafó de mis tías corriendo a la puerta, pensando seguramente que sería Paul. Abrió la puerta y no pude evitar sonreír, al igual que el resto. Quil llevaba a Claire en los hombros, la cual tiraba de sus cabellos y lo peinaba, llevando él dos coletas.
-¡Nessie! –Quil la bajó y vino a abrazarme fuerte-. ¿A que he dejado guapo a Quil? ¿Sabes? Algún día él y yo nos casaremos como Rachel y Paul, como Kim y Jared, como tú y Jake… -la pequeña canturreaba y danzaba por la casa-. ¡Espera! ¿Dónde están nuestros vestidos?
-Calma pequeña… -Alice se agachó y le sonrió-. Creo que es una sorpresa, además no quiero que él lo vea, sino lo sabrán todos…
-¡Espero que traigas a Paul sano y salvo, os juro que como no llegue soy capaz de mataros a todos…! -cerró la puerta en los morros a Quil, que se asomó divertidamente para despedirse de Claire, quien reía ante aquella escena. Miró a Rachel y puso cara de pena-. Lo siento pequeña, pero estoy muy nerviosa… ya lo comprenderéis cuando os pase…
-¡Vamos! Olvídate, Jake se encarga de eso, Rose y yo nos tenemos que encargar de ti. Bella, ayúdalas a que se desenreden bien el pelo, Rose irá en cuanto acabemos con Reich.
Decidí poner uno de los CDs que había traído, la música se supone que amansa a las fieras, y Alice comenzaba a darme miedo…
Mi madre comenzó a peinar a Kim, ésta me peinaba a mí y yo a Claire. Cuando mi madre acabó con Kim se repartieron mi melena para acabar antes. Rose bajó y se llevó a Kim, mientras observaba como sus manos se movían rápidas en el sedoso pelo de Kim, para hacerle un moño alto, dejando caer un tirabuzón a cada lado del flequillo. Emily se sentó en otra silla y mi tía le hizo un recogido parecido, aunque con más pelo suelto y el flequillo era más largo y caía ladeado, tapando ligeramente las marcas del rostro de Emily.
-Estás preciosa… -dije mirando su reflejo en el espejo del improvisado tocador que habían montado en el comedor-. En serio…
-Gracias, has hecho un gran trabajo, Rosalie…
Mi tía sonrió y le hizo un gesto a Claire para que se sentara en la silla que desocupaba Kim, la cual volvió a ayudar a mi madre a desenredar mi rizado pelo, que llegaba ahora casi hasta mis caderas. El recogido de Claire era una mezcla entre el de Kim y el de Emily. Quedó preciosa. Noté cómo paraban de cepillar mi pelo y mi tía Rose sonreía, era mi turno. Rose tapó el espejo y se puso a trabajar…
-No voy a dejar que te veas hasta que estés completamente lista, jovencita… -dijo mientras todas se reían. Odiaba que hicieran estas cosas…-. Ir pasando al cuarto de Rachel, debéis quedaros con ella mientras Alice os termina de maquillar y os pone los vestidos…

Noté como mi madre miraba emocionada cómo Rose trabajaba mi pelo. Alice apareció con un maletín enorme y me pidió que cerrara los ojos. Podía notar las cosquillas que los pinceles hacían en mi rostro. Cuando por fin pude abrir los ojos las tres me miraban maravilladas. Hice una mueca. Alice volvió a desaparecer y pude oír cómo las chicas adulaban los vestidos pero sin hacer descripción alguna. Después pude oír cómo Emily le decía a Rachel lo preciosa que estaba y le daba algún que otro consejo. Miré mi reloj, eran las doce de la mañana y la boda empezaba en una hora. Mi estomago hizo una cosa extraña, sentía como si estuviera saltando dentro de mí. Sólo quedaba una hora para verle, para que me viera… ¿qué iba a decirle?
-Mamá… -me miró con curiosidad-. ¿Puedes traer mi bolso? –Asintió y a los diez segundos me tendió el bolso. Lo abrí y encontré la cámara-. ¿Puedes hacer fotos a las chicas?, aunque no las vea hasta después… quiero tener un recuerdo… -mi madre miró a Rose y le tendió la cámara. Mi tía se fue y me quedé a solas con mi madre-.
-¿Qué ocurre?
-No sé qué le voy a decir cuando le vea… Necesito consejo…
-Yo no puedo ayudarte, dudo que nadie pueda… sabrás que decirle en cuanto le tengas en frente.

Besó mi cabeza y se sentó en el sofá. Busqué en mi bolso y saqué el móvil. Tenía tres mensajes.
‘Lo siento, no he podido avisarte antes. Quería darte una sorpresa y el avión de mi hermana se ha retrasado, Perdóname.’
‘Nessie, al menos asómate, aunque no me quieras decir nada, al menos déjame verte.’
‘Lamento haberte molestado, espero que no me guardes rencor. Debo ir en busca de Paul… ya te contaré. Tengo ganas de verte y de abrazarte, aunque ahora no lo creas, llevo esperando verte por un mes, además quiero darte una sorpresa… aunque igual luego te parece una tontada... de hecho creo que lo es. Lo siento pequeña… en serio. Te quiero.’

Mi corazón se paró durante al menos ocho segundos. Después se disparó a ciento quince latidos por minuto. Mi madre se volatilizó a mi lado mirándome preocupada.
-¿Qué?
-Nada, no sé… -mi madre me miró curiosa, pude ver como su mirada se desviaba dos segundos a mi móvil y sonreía-.
-A veces… -hizo una mueca-. No puedes estar enfadada con él, menos ahora que has leído eso… ¿cierto? –me miró curiosa. Después sonreía-. La verdad es que yo también espero que te agrade la sorpresa…
-¿Sabes a qué se refiere con éste mensaje?
-Sí, sé todo. Sé que es verdad todo lo que te dice –resaltó el todo-. No seas duro con él…

Sólo pude asentir. ¿Por qué mi corazón había saltado de esa manera? No lo entendía… había sido dura con él… ¿pero tanto remordimiento tenía? Volví a leer el mensaje, palabra por palabra. Mi reacción fue parecida, mientras mi madre me miraba divirtiéndose. Leí la primera frase, sentí un ligero remordimiento. Leí la segunda frase, no pude evitar sonreír. Leí aquella enrevesada frase siguiente, emoción, intriga, ternura. Leí la siguiente, fuerte remordimiento. Leí la última, mi corazón se paró para después acelerar. Mi madre sonreía, no dejaba de hacerlo. ¿Qué me pasaba? Entonces mi móvil volvió a sonar.
‘Quiero un informe detallado. Más vale que estés haciendo millones de fotos, quiero poder reírme a gusto. ‘

‘Informe: Le dije que le odiaba, después vino a casa pero no quise verle. Me ha llamado mil veces y me ha mandado tres mensajes… me han hecho sentirme rara. Estoy muy nerviosa, lo voy a ver en apenas una hora. ¿Qué le digo? Me tienen sin si quiera poder mirarme al espejo y sin poder ver a mis amigas, Alice es un monstruo, pero Rose les está haciendo fotos. Luego me haré unas cuantas y te enviaré alguna con el móvil… ¿Tú qué tal has dormido?’

‘¿Qué te dice en los mensajes? No te sientas mal… él fue el que no cumplió su promesa. Me alegra que estéis en modo chicas histéricas antes de una boda, pero quiero fotos tuyas, del resto no me puedo reír porque no las conozco. La verdad es que he tenido pesadillas, no he dormido muy decente… pero bueno, por lo demás muy bien.’

‘¿Pesadillas? ¿Quieres que te llame y hablamos mejor? Me pone que fue a buscar a su hermana y que por eso llegó tarde, que lo siente, que lo siente mucho, que me tenía preparada una sorpresa y… que me quiere y que tiene ganas de verme y abrazarme. ¿Cómo es eso que no te reirás porque no las conoces? ¿Estás enferma? ‘

‘¿Qué te ha dicho que te quiere? ¡Madre mía! ¿Una sorpresa? Mira que si se declara… No me reiré, comparado con lo que me podré reír al ver las tuyas. Estoy bien, sólo ha sido un mal sueño, no pasa nada. ¿Qué harías si tu mejor amigo te declara su amor? Luego me cuentas, debo irme, Mary me espera. Pásalo bien…’

‘No digas tonterías… no se va a declarar porque soy como su hermana pequeña…’ Mi tía Alice carraspeó. ‘Bueno, tengo que dejarte yo también… me van a torturar de nuevo. Un beso para la gemela mala y otro para la buena. ‘

Mi tía me tapó los ojos y me metió en el cuarto donde todas esperaban. Mi tía me llevó al baño, donde había quitado el espejo. Me dejó un conjunto en el baño y una bata. El conjunto era precioso, en rosa palo, sin tirantes, me quedaba bien. Me puse la bata y salí, mientras Alice volvía a tapar mis ojos. Noté que me quitaba la bata y me abrochaba algo a la espalda. Palpé mi cuerpo ahora con un vestido con un tacto suave y delicado, muy vaporoso. Mi tía me sacó al pasillo aún con los ojos tapados y me paró delante de un espejo, pudiendo verme entera. Estaba realmente guapa, aunque quede mal decirlo.
Mi pelo estaba recogido prácticamente entero, mechón a mechón, en la parte trasera de mi cabeza. Mi tía había levantado ligeramente mi pelo, haciendo un elegante tupé para el recogido. Un tirabuzón largo caía a cada lado de mi rostro, el cual estaba maquillado con tonos rosa y marrón. El vestido… era hermoso, en marrón y rosa también, como Claire quería. El escote era en palabra de honor, a la altura de la cintura cambiaba de rosa claro a una franja en marrón chocolate, dando paso a una falda plisada en el mismo tono de rosa.
Me giré y todas las chicas íbamos maquilladas y vestidas del mismo modo, excepto la novia. Ella llevaba un vestido blanco, con el corpiño lleno de bordados en gris perla. El pelo estaba parcialmente recogido y sujetaba un velo blanco que caía por su espalda. Su maquillaje era más natural en tonos tierra y melocotón, que combinaban con su tono de piel.
Comenzamos a mirarnos y a comentar nuestros trajes y nuestros recogidos, hablamos de la boda, del banquete y de la fiesta. Mi móvil sonó, Jacob me estaba llamando. Mi madre me miró haciendo una mueca, indicando que debería cogerlo. Le dí al botón de colgar.
‘Ahora no puedo hablar Jacob, estoy muy liada. Espero que hayas rescatado a Paul, o si no a tu hermana le va a dar algo. Nos vemos en un rato. Luego me cuentas lo de la sorpresa, ¿si?’

Miré a mi madre que ahora sonreía al igual que el resto de mujeres, que me miraban sonrientes y expectantes.
-Lamento que ayer no pudieras ver a mi hermano, pero no había nadie más que pudiera venir a buscarme a Seattle…
-No es culpa tuya, no te preocupes.
-¿Sigues enfadada con él?
-Un poco… podía haberme avisado –hice una mueca-. Pero bueno, creo que lo perdonaré pronto… seguramente en cuanto le vea se me pase.
-A mi me pasa lo mismo con Quil, no puedo estar enfadada con él… me mira y me da pena –dijo haciendo un gesto de resignación que le quedó muy divertido. Todas reímos mientras seguíamos preparando los detalles de la salida.

Llegó la hora y allí estábamos, siguiendo a aquella espectacular novia. El lugar era perfecto, precioso, quizá algo triste, pero según Rachel era perfecto. Era un pequeño claro, donde estaba la tumba de su madre, quería que ella estuviera presente de algún modo. Todo estaba decorado de una manera muy delicada, dando un aire nostálgico pero alegre. Rebeca empujaba la silla de Billy, quien agarraba una mano de Rebeca y otra de Rachel. Emily y Kim las seguían, después Claire y yo. Mi abuelo Charlie, con un traje a rayas grises, tomaba la mano de Sue, con un traje en color melocotón. Rose se había puesto un vestido rojo espectacular, combinando con la corbata de mi tío Emmett que llevaba un traje negro con camisa blanca. Alice seguía perfecta después de todo el ajetreo, agarrando a Jasper de la mano quien llevaba un traje gris oscuro con una camisa blanca y una corbata azul cielo. Papá estaba muy guapo, llevaba un traje negro con camisa blanca y corbata negra. Esme llevaba un vestido verde muy bonito, rodeada por los brazos de Carlisle quien iba con un traje azul oscuro. Oí cómo Seth se reía desde la primera fila. Me di cuenta de porqué lo hacía.
Sam, situado junto a Paul en el improvisado altar, y Jared miraban boquiabiertos a sus novias. Quil sonreía dedicando una cariñosa mirada a Claire, al igual que Embry miraba a Billy y a la novia con una sonrisa enorme. Seth miró hacía un punto al otro lado del pasillo. Ahí estaba él, mirándome con los ojos bien abiertos, con una sonrisa torcida… Me sentí extraña ante esa mirada, por lo que me sonrojé. Oí como Seth reía más alto ante mi reacción y una mirada de Jacob hizo que se calmara.
La boda fue preciosa, pero me sentía algo incómoda. Jake no paraba de mirarme, alguna vez desvió la mirada a su padre o a sus hermanas, sobre todo cuando nuestras miradas se cruzaban, pero podía sentir cómo me miraba mientras intentaba centrarme en el feliz acontecimiento que estaba teniendo lugar. Pero me resultaba difícil. Tenía ganas de bajar y abrazarle, decirle lo guapísimo que estaba. Llevaba un traje negro, con camisa negra y sin corbata, estaba muy elegante, muy guapo. Nuestras miradas se cruzaron y no fui capaz de negarle una sonrisa, una sonrisa tan amplia que seguramente me hacía parecer estúpida, por lo cual me sonrojé y retiré la mirada, mientras el sonreía y la retiraba hacia su hermana.
Estaba realmente guapo, me estaba poniendo ansiosa por el simple hecho de abrazarle. Me entraron ganas de llorar, de salir y refugiarme en sus brazos como siempre había hecho. Comencé a sentirme relajada y feliz, la ansiedad desapareció. Miré hacia mi tío Jasper, que sonreía mientras mi padre se había inclinado hacia él. Levanté mi escudo. ¡Estúpida! Me sentí avergonzada durante un par de segundos, hasta que tío Jasper hizo una mueca, que me hizo sentir culpable. Miré a Jake, que miraba a mi padre y a mi tío, hasta que volvió su mirada hacia mí… me relajé, me calme al ver la misma ansiedad en sus ojos. La gente comenzó a aplaudir, por lo que me giré y pude ver a Paul besando apasionadamente a Rachel. Algo se movió en mi estómago. Mi abuelo y Sue aparecieron a mi lado y una señora mayor cogía a Jake de la mejilla como si tuviera seis años…
Intentaba que nuestras miradas se cruzasen para ir a saludarle, pero siempre había alguien que lo impedía. Empezaba a desesperarme. Embry me atrapó y me levantó por los aires, dándome un beso en la mejilla.
-Seth me lo había dicho, pero no lo creía. Estás mucho mayor que hace un mes, estás preciosa… ¡Vaya estirón! El próximo mes ya serás una mujer de los pies a la cabeza. Seguro que ya tienes algún noviete y todo…
-Deja de acosar a las menores, Embry… -su voz resonó a mi espalda, mientras sentí el calor de sus manos en mi cintura, pero sin llegar a tocarme. Anhelaba que lo hiciera. Me dí la vuelta y lo miré, miré su sonrisa y sus ojos, podría haberme perdido en ellos, pero él desvió la mirada hacia mi padre-. Pero tienes razón, pronto la pequeña Nessie será toda una mujer –dijo torciendo la cabeza y sonriendo-.
-Estás… -le miré de arriba abajo, perdiéndome en su sonrisa-. Estás… guapo. Realmente guapo. Casi pareces un hombre hecho y derecho.
-¿Casi?
-Sí, sólo te faltan un par de detalles, una casa, que saques a una chica guapa a bailar… ya sabes, todas esas cosas que se supone que hacen los hombres a tu edad… o a tu aparente edad, mejor dicho…
-Bueno… -dijo sonriendo y rodando misteriosamente los ojos-. Quizá acabe el día siendo un hombre hecho y derecho –Le miré alzando una ceja. Él se echó a reír-. Te he echado de menos…
-Lo sé… -me puse de puntillas y rodeé su cuello con mis brazos-. Yo a ti también.

Todos comenzaron a sentarse en la carpa que había montada a unos doscientos metros de aquel improvisado altar, decorado con tonos lilas y blancos. Había grandes mesas alargadas, haciendo forma de U. Me acerqué a papá, dándole un abrazo fuerte y besando a mamá en la mejilla. En el centro había un espacio enorme, y a un lado había una mesa de mezclas con grandes altavoces a los lados. Al final de la carpa había un improvisado escenario, con dos grandes altavoces a los lados, y al lado izquierdo una salida, con un cartel que ponía WC. Era curioso ver cómo habían cuidado hasta el más mínimo detalle, el techo de la carpa era transparente y las paredes blancas, abiertas cada pocos metros para mostrar la belleza del bosque de alrededor.
Las chicas se dirigieron a la parte central de la mesa, donde se sentaban los novios, Billy y el resto de la manada. Mis padres se dirigieron a uno de los brazos de aquella U, el resto de invitados a los que no conocía se sentaron en el otro brazo. Busqué mi sitio cerca de mis padres, pero aquellos cartelitos con los nombres no mostraban el mío. Seth se acercó y me tomó por la cintura sonriendo a mis padres que ya se habían sentado. Mi padre levantó una ceja y sonreía.
-Creo que tienes tu propio sitio, un poco más alejado de aquí… -Seth sonreía y me empujaba ligeramente alejándome de mis padres-.
-¿Dónde?
-Con la manada y las damas de honor… He pedido que te sienten a mi lado…
-¡Genial! Eso significa que no voy a poder comer… ¿cierto? –Seth se reía-. Debería haber ido de… excursión antes de la boda…
-¡Nena! –Mi abuelo se levantó de la silla al igual que Sue-. ¡Estás preciosa! En serio, más guapa que ninguna… -dijo mientras me besaba-. Seth, cuídamela bien, es la única nieta que tengo… al menos de momento… -hizo una mirada cómplice a Seth y a Sue. Me alegré que Seth fuera ahora parte de mi familia-. ¿No?
-Sí, dudo que tengas más nietos hasta dentro de… bueno… mucho años –dijo riendo-.
-Esperad… ahora que lo pienso… Seth y Leah son… ¿mis tíos?
-Así es sobrinita… -dijo riendo-. Así que sé obediente y acompaña a tu jovencísimo tío a tu asiento… van a empezar a servir la comida en breves…
-Sí, ya sé, no puedes comer menos que tus amigos o se reirán de ti, ¿cierto? –Sue se reía conmigo y con Charlie mientras Seth hacía una mueca y me seguía arrastrando.
Cuando llegamos a mi sitio me di cuenta de que en el cartel de al lado había un nombre, el mejor del mundo. Jacob Black. Al lado Billy, Rebeca y finalmente Rachel. Después iban Paul, Sam, Emily y Leah, que estaba cambiando de sus manos a las de Emily a Ephraim. No la había visto antes, pero Emily ya me había dicho que estaba ayudando a Sam con el niño. Se me hizo raro ver tan relajada a Emily cuando me lo contaba sabiendo que Sam y Leah habían tenido un romance… Ella me había contestado “Hay unas fuerzas inexplicables por las cuales estoy segura de que ni Sam ni Leah piensan ahora en lo ocurrido.” y dándome un beso en la frente, como el que consuela a un niño. Iba espectacular, llevaba un vestido color melocotón atado al cuello, la falda caía en pico y el pelo recogido a un lado, con una flor en el pelo en los mismos tonos del vestido. Me sonrió al verme, yo le iba a sonreír como saludo pero me quedé helada. Seth se puso en medio y me hizo bromas para que reaccionara y me sentara, por lo que me senté, pero seguía noqueada.
Le había estado buscando y le encontré, sí, le encontré detrás de Leah mientras una chica morena, de piel oscura y sonrisa blanca le estampaba un beso en sus labios. Él se limitó a retirarla cuidadosamente y rodar sus ojos, negando con la cabeza. Seth tomó mi mano, le mostré mi confusión. Pasó su brazo por mis hombros y me besó en la sien.
-No es lo que has visto, en serio… es una amiga de Rebeca, que se ha encaprichado. Esta mañana nos lo ha estado contando. Por lo que se ve la chica es muy… insistente. Pero él no quiere ser grosero para no hacerle daño y por no desagradar a su hermana…
-Da igual… era algo que iba a pasar. Al final siempre hay algo que… bueno… la gente cambia ¿no? Los sentimientos también…
-Dudo que sus sentimientos hacia ti puedan cambiar… -hizo una mueca-. Al menos ahora, te tiene siempre presente, no hay día que no hable de ti unas veinte veces… Embry y yo estamos a punto de enamorarnos de ti, con tanta dulzura con la que habla de ti… -dijo sonriéndome y dándome un ligero empujón-.
-Al final voy a tener que machacaros la cabeza a Embry y a ti… -su voz resonó en carcajadas mientras se sentaba a mi otro lado-. ¿No podéis dejar de acosar a la niña?
-No, no podemos, es nuestra pequeña, también. Recuerda que ahora yo soy su tío…
Sonreí a Seth y le abracé. Le mostré lo mucho que me habían agradado sus palabras, me gustaba saber que él hablaba de mí. Pero se me escapó mostrarle lo molesta que me había sentido al oír eso de niña…
-De todos modos… vas a tener que acostumbrarte… la pequeña ya no es tan pequeña, ha crecido… -dijo mirándome mientras permanecía apoyada en su hombro-. Ya es casi toda una mujer…
-Sí, es una adolescente preciosa… -dijo acariciando mi brazo-. Pero no estoy preparado para ver como los jóvenes locales la acosan… -dijo quitando el brazo de Seth de mi alrededor y atrayéndome a su lado-. Menos si es el hijo de la novia de su abuelo…
Los tres nos reímos, era fácil reír y sentirse querida con ellos. Me dio unas palmaditas en el hombro, ¿me estaba consolando? Me enderezó en el momento que empezaron a servir la comida. Miré hacia mis padres, que fingían muy bien comer… debía preguntarles como lo hacían… Jacob miró en dirección a su hermana, después hacia Seth, se empezó a poner nervioso buscando a alguien, seguramente buscándola a ella. La morena se levantó, andando ligeramente agachada para no llamar la atención.
-¿Me buscabas?
-No, no, busco a mi hermana… ¿Dónde se ha metido?
-Ha ido al baño, volverá en seguida… -la chica se mordía el labio mientras Jacob se giraba buscando a su hermana. La chica me miró curiosa y me sonrió levemente-. Recuerda que me debes un baile... no te olvides.
-¿El qué, perdona? –La estaba ignorando, era evidente-.
-Vamos, guapo, no te hagas de rogar… quiero que el primer baile sea para mí… -dijo dándole un beso y marchándose a su sitio ahora andando completamente erguida y moviendo su cadera mientras se marchaba, esperando que Jacob mirara-.
Y él miró, pero no a su cadera, si no hacia Seth y empezó a temblar ligeramente.
-¿Dónde demonios está Embry?
-No sé… -dijo encogiéndose de hombros y buscando a la vez. Jacob miró a mi padre que parecía a punto de estallar en carcajadas, lo que hizo que Jake temblara más-. Jake, tío, ¿qué pasa?
-Ven conmigo, si no creo que me quedaré sin traje y Rachel me matará si vuelvo en vaqueros… -Seth asintió y se levantaron, le miré confundida-. No te preocupes preciosa… volveré en cuanto mate a Embry…

Salieron casi corriendo mientras todos me miraban preguntando con la mirada. Me encogí de hombros y salí detrás de ellos. Seguí su olor, que se mezclaba con el de Embry. Me tapé los ojos cuando pude ver lo que mis ojos vieron, a Jacob de espaldas y desnudo, convulsionando. Oí como algo se rasgaba y gruñía. Me destapé los ojos y Seth miraba con una extraña mueca, mientras los ojos de Jacob mostraban furia. Me sonrojé, mucho, de hecho. Jake volvió a rugir y salió corriendo.
-Creo que me va a matar por no haberte olido venir… -dijo Seth riendo-.
-¿Qué le pasa? Parece muy enfadado… -entonces hice una mueca-. Y el verme ha hecho que se enfade más…
-No, bueno… está enfadado porque tu padre le ha confirmado con su risa que Embry está con Rebeca… -dijo riendo-. La verdad es que tu padre lo sabe desde que ha empezado la boda… lo ha ocultado muy bien, porque ni yo que lo tenía al lado me he dado cuenta de que la miraba tanto…
-Entonces no miraba a Billy o a Reich…
-No, aunque eso parecía… pero pasábamos por alto quien estaba con ellos…
-Pero… ni siquiera han hablado… Y por lo que sé, hace años que no viene de visita. ¡Eso sí que es un flechazo!
-Es algo más que eso… -me miró raro, pero un aullido ocultó las palabras que iban a salir de la boca de Seth-. Será mejor que te vayas al banquete, ahora mismo iremos…
-Está bien… pero… ¿Embry corre peligro?
-Puede… aunque Jake bien sabe que lo que les pasa es inevitable, así que aunque se enfade, se le pasará pronto… imagino que sólo ha querido asustar a Embry. Ahora nos vemos, no hagas que Jake se enfade conmigo más, anda…
Asentí y me dirigí de nuevo a la carpa. Miré hacia mi familia y pude ver como todos reían ante mi expresión… papá les había contado lo que había pasado. Me entraron ganas de ir a preguntarle a papá pero mejor sería que volviera a mi sitio para que Jake… ¡Para! Bloqueé aquel pensamiento… papá me miro raro, pero le saqué la lengua, haciéndole creer que era en reproche porque ellos me habían ocultado lo de Embry. Pero en realidad no quería que viera la imagen que acababa de ver, no quería que viera como me había tenido que tapar los ojos ante aquella hermosa escena… Un calor extraño me recorrió y subió a mis mejillas. Corrí a sentarme mientras todos me miraban.
-Creo que… -miré a Billy que parecía preocupado-. Será mejor que Jake os lo cuente…
-Embry y Rebeca, ¿cierto? –Rachel sonreía, yo miré a Billy que tenía cara de descontento. Presioné mis labios para evitar la sonrisa y asentí-. Papá… me debes cincuenta pavos…
-Lo sé… -Billy ahora parecía reír levemente-. Parece que tenemos buenos genes… ¿no? –Rachel y él se rieron junto a Paul, pero yo no cogí la gracia…-. Pero no sé porqué Jacob se enfada… Míralos…
Ahí venían, Seth, Embry y Jacob riendo, mientras Rebeca parecía asustada. Se sentó al lado de su hermana y la miró raro. Embry fue a su lado y le besó la mano pero ella lo miraba ahora con pánico, al igual que al resto. Seth no paraba de reírse al igual que Jake, mientras Billy miraba a su hijo con una sonrisa.
-¿Qué has hecho?
-Bueno… he decidido que como ahora pertenece al secreto… debía ver de qué trataba… -dijo riéndose. Traducción: Había entrado en fase para ir a asustar a su hermana… Entonces lo pensé. Empecé a relacionar todas y cada una de las cosas que podía atar. Me quedé parada-. ¿Nessie? ¿Te encuentras bien?
Pude ver como Seth y Jacob me sujetaban y como mi padre venía corriendo a velocidad humana a mi lado. Me ayudó a levantarme y me sacó por los hombros, seguido de Jacob, que me agarraba por la cintura, y de Seth, que sujetaba mi mano y sin querer, sin poder controlar mi poder, dejé que las imágenes fluyeran hacia los tres. Mi padre ya las había visto hace unos segundos, pero ahora su reacción fue distinta, gruñó ante la última imagen que mostré. Oí cómo Jacob se disculpaba y decía que todo estaba bien. Noté las manos de mamá agarrándome el rostro y pronto el resto de la familia estuvo allí. Grité en mi mente, grité a mi padre que no dijera nada, grité a través de mi don a todos que quería estar a solas con Seth. Éste apretó mi mano y me cogió con el otro brazo por la cintura, acompañándome unos metros más alejados de la carpa.
Le miré a los ojos y toqué su mejilla, volviendo a mostrar las imágenes. Jacob conmigo de lobo, Jacob consolándome, a mí siendo adicta a su olor, a él protegiéndome, su figura desnuda entrando en fase… todo unido a frases sin sentido, algunas incluso que había olvidado, pregunté cómo Jared o Sam se mostraban en sus formas lobunas si era un secreto. Él me confesó que sólo podían hacerlo delante del amor de su vida, de aquella persona a la que amarán por siempre. Recordé cómo Claire nos había emparejado, incluso había dicho que se casaría con Quil… cuando éramos pequeñas e imaginaba que las dos nos casaríamos con Jacob y Quil…
-Ness… -Seth apretó sus labios. Miró detrás de mí y seguí su mirada. Mamá, papá, Jacob… todos estaban allí. Incluso Charlie y Billy. Mamá consolaba a Jake. ¿Por qué le consolaba? Miré y pregunté a Seth con mi don. Me arrastró dentro del bosque, corriendo cuando estuvimos alejados de aquel fastidioso público-. Se enfadarán, pero me da igual. Tienes que reaccionar, pregúntame lo que quieras y asimílalo.
-Él… ¿está enamorado de mí? –Pensé horrorizada en Claire-. ¿Y Quil?
-No, no, no… es algo mucho más complicado… No es un amor romántico como tal, al menos no ahora… aunque creo que Claire piensa más en él como su futuro marido, que tú lo hiciste con Jake.
-Pero… eso es…
-No es nada malo. Quil ve a Claire como a su pequeña, su hermanita pequeña… igual que Jake te ve ahora. No hay nada más, de verdad. Al principio les pasó a Jared y a Kim, ella no lo entendía hasta que una noche Billy se lo explicó. No hay nada romántico sus sentimientos por vosotras hasta que vosotras no lo queréis, ellos son lo que necesitáis a cada momento.
-Pero…
-¡Vamos Nessie! Sabes que Jake es capaz de hacer barbaridades por ti…
-No, no es así… lleva sin venir a verme casi un mes… diciendo que tiene muchísimo trabajo…
-Y lo tiene, ha estado muy liado en algo… pero eso no tiene nada que ver. En el fondo él se está ocupando tanto para no pensar en ti, para darte la oportunidad de vivir normal, como pueden hacerlo Kim y Claire. Sabe tu angustia por estar rodeada todo el día de seres extraños… quería darte la oportunidad de vivir cosas más humanas, por eso no te lo dijo. Está sufriendo horrores por no verte, no te puedes hacer una idea… está angustiado por no verte, el día que le llamas y tu tono es más triste o más bajo le entran ganas de salir corriendo a buscarte, Embry y yo nos hemos llevado algún guantazo por hacerle entrar en razón y recordarle que si sigue aquí es por tu petición, que tú querías que él hiciera una vida aquí…
-Entonces… ¿Qué soy para él? ¿Qué es para mí?
-Lo que tú quieras… -le miré dudosa-. Quiero decir… -Soltó aire de golpe, no sabía que decir, podía notarlo-. Si tú necesitas un amigo, es lo que será, o un hermano… o lo que necesites.
Mi cabeza comenzó a divagar y a ver todas las cosas que había sido Jake hasta ahora. Aquel chico jugando al cucú durante horas, gruñéndome cuando fui a cazar al puma, consolándome, viniendo a buscarme a la noche para que pudiera dormir… aquel chico que pensó que debía tener un escondite al que acudir como habían hecho sus hermanas, porque entonces yo era su hermanita, su pequeña. Seguía siendo su niña, él lo había dicho. Pero algún día sería más que todo eso… podía verlo en Kim, Rachel y Emily. Miré a Seth que estaba expectante.
-¿Tiene que ver con la manada? –Asintió-. ¿Todos pasáis por eso? –Hizo una mueca-. Tú y tu hermana aún no lo habéis pasado…
-De hecho… soy el único, ya que Collin y Brady no pertenecen ya a la manada –le miré confusa-. Leah… es la que más deberá esperar…
-¿Ephraim? –Caí en la cuenta de la frase de Emily-. ¡Vaya!
-Sí… bueno…
-¿Y tú? –hizo una mueca rara, sus ojos parecían tristes aunque me lo intentaba ocultar-. Bueno, no se sabe… quizá mañana te enamoras de esa manera…
-Supongo… la imprimación es complicada.
-¿Imprimación?
-Sí, así se llama. Es más fuerte que un flechazo, más duradero… todos hablan de su mitad. Es raro verlo, sentir lo que ellos sienten cuando estamos en fase. Cada uno tiene un ritmo distinto, pero ninguno ha hecho lo que Jake… es casi imposible estar separado de tu imprimación, de tu mitad. Creo que ninguno ha pasado más de una semana sin su “mitad”, a excepción de Jake.
Mi padre apareció en ese instante, con cara de preocupación.
-¿Estás bien?
-Sí.
-¿Estás decepcionada?
-No.
-¿Estás molesta?
-No.
-¿Por qué contestas entonces con monosílabas? No me bloquees, por favor, necesito saber que estás bien… necesito saber qué piensas…
-Nada, no pienso absolutamente nada. No sé qué pensar. No es nada malo, por lo que ha contado Seth… -no, no podía serlo, mi padre le dejaba estar cerca… Recordé aquella conversación que oí en casa, sobre alejarle de mí, aquello que me ocultaban-. ¿Era eso? –mi padre asintió-. No quiero saber nada más… no necesito saber nada más. Olvidad todo lo que os he mostrado, no quiero volver a pasar por algo así… no quiero sentir cómo pierdo el control –recordé aquellas veces que me había sentido así, cada una traía algún nuevo don-. No quiero volver a sentirme tan estresada.
-De acuerdo –dijo mi padre con gesto serio-. Lamento habértelo ocultado, creíamos que sería mejor, que tú…
-¡Para! He dicho que no quiero saberlo. Ahora mismo sólo quiero volver a la boda y hacer feliz a Rachel, no es justo que todos estéis pendientes de mí el día de su boda. Volvamos.
Tendí la mano a Seth quien la agarró y llegamos a donde toda mi familia seguía expectante. Mi madre seguía consolando a Jake, junto con Esme, ahora parecía realmente triste… Todos me miraron esperando que llorara o un ataque de histeria o algo por el estilo. Mi abuelo Charlie me miraba raro, como queriendo preguntar algo pero sin atreverse. Mi abuelo Carlisle fue distinto, me miraba atento, seguro intentando medir la frecuencia de mi corazón y mi respiración para saber si estaba tranquila, por lo que resoplé y le saqué la lengua. Ese simple hecho pareció relajar a todo el mundo, excepto a él, que seguía mirándome con pena.
-Será mejor que mováis el culo, o esos Quileutes grandotes no os dejarán ni los restos del pastel… -dije riendo, mientras corría hacia la carpa arrastrando a Seth conmigo-.

Cuando entré todos me miraron, me sentí realmente mal al ver incluso a Rachel preocupada por mí. Me acerqué sonriente y le di un beso en la mejilla, al igual que a Rebeca.
-Perdonad, no quería estropearos el día, creo que algo… -veía a Jake cómo se sentaba en su silla y me miraba-. Creo que algo no me ha sentado bien, pero ya se ha pasado… no te preocupes Reich, estoy bien.
-Yo… -miró a su hermano-. Espero que el pastel de chocolate te ayude a digerirlo, mi hermano me dijo que era tu preferido…
-Seguro –dije dándole otro beso y volviendo a mi sitio entre Seth y entre él-. ¿Así que le has hecho elegir mi pastel favorito?
-Bueno… -se sonrojó y me miró. Yo le sonreí, no podía ver ese gesto tan triste que tenía-. No creo que nadie vaya a hacer ascos a un pastel de chocolate…
-¡Cierto! Y menos vosotros… -dije mientras cazaba la mano de Seth que se metía en mi plato-. Sois demasiado glotones… -dije fulminando a Seth con la mirada que se reía tan natural como siempre-.
Pude ver como Collin se levantada hacia aquella mesa rara, cogía una maraña de cables y la estiraba hasta el improvisado escenario que teníamos detrás. Montó un micro, mientras miraba a Paul muy sonriente. Se dirigió hacia la mesa de mezclas de nuevo. Paul se levantó mirando amorosamente a Rachel. Todos nos giramos, mientras se miraban entre ellos sorprendidos y riéndose. Sin embargo Rachel estaba deslumbrante, emociona
da, preciosa. No pude evitar suspirar al ver cómo se miraban, viendo cómo Jake se volvía a verme ante mi suspiro, haciendo que me sonrojara del todo. Me sonrió y retiró su mirada al escenario, mientras Seth se apoyó en mi hombro.
-A eso me refería, mira cómo se miran. Y si Paul hace lo que creo que va a hacer, en su vida lo hubiera hecho por mucho que se hubiera enamorado de una chica… pero sabe que a ella le va a hacer ilusión, se va a emocionar y quiere hacer todo lo posible por verla feliz.
-Lo peor de todo, es que nos va a arrastrar a todos con él, así que ves levantando… -dijo Jake arrastrando literalmente a Seth encima del escenario, con Sam a su lado, Jared y Embry. Quil se acercó y subió con la pequeña en brazos.

Una canción empezó a sonar, una que había en uno de los CDs que había traído. Miré a Alice que me sonrió y asintió. La música de la canción preciosa, al igual que su letra.
Paul comenzó a cantar “I belong to you” de Lenny Kravitz, los chicos entraron a hacerle los coros en el estribillo, haciendo reír a todo el mundo cuando Claire se tapaba los oídos con lo que desafinaban. Pero aún así, todo el mundo estaba emocionado, preciosa canción escogida para declarar a alguien su amor, más que eso, su imprimación.
La verdad es que era muy cómico ver a Paul intentando imitar a Lenny, con sus gestos, y al resto de los chicos cantando un poco por seguirle la corriente, pero mirando a sus chicas. Jake se reía como todo el mundo al ver a Quil de rodillas bailando con Claire, que giraba y se veía emocionada. Seth estaba serio, quizá demasiado. No pude contenerme. Me levanté y comencé a aplaudir sin quitar la vista de él, mientras podía ver que Jacob me miraba, con lo que mi vista pivotaba entre él y Seth, quien ahora me sonreía también. Mi padre se acercó riendo, mientras me llevaba a la zona donde estaba mi familia. Seth sonreía aún cuando bajaban del escenario, Paul besó cariñosamente a Rachel, y la llevó al centro de la carpa. Collin puso entonces un vals, con el que empezaron a bailar. La siguiente canción fue otra de mi nueva colección, “You give me something”. Mi padre me sacó a bailar, cambiando de manos a cada minuto. La canción acabó y le siguieron otras, llegando a bailar con papá, Emmett, Carlisle, Jasper y mi padre de nuevo. Veía como mi abuelo estaba sentado mirándome a mí, cogiendo la mano de Sue que me miraba con cierta envidia. Cogí a Seth de la mano, que bailaba con mamá. Bailamos acercándonos a la posición donde estaban su madre y mi abuelo. Así que les sacamos a bailar. Después volvimos a hacer cambio de pareja, dejando a mi abuelo y a Sue bailando juntos.
Pasaron varias canciones, volvía a bailar de nuevo con mi padre. Pude ver como la morena; amiga de Rebeca, la cual ahora bailaba muy pegada a Embry; se acercaba a Jacob. Él se limitaba a negar con la cabeza mientras sonreía.
-Creo que esa chica es demasiado insistente. Debería saber que Jacob ya tiene con quien bailar… -me miró alzando una ceja. Yo me sonrojé y bajé la cabeza, apoyándola en el hombro de mi padre-. Vamos… llevas desde el primer baile queriendo hacerlo, creo que deberías ir… aunque se supone que debería ser él quien sacara a bailar a la dama, pero… está demasiado asustado de que le rechaces…
-¿Por qué?
-Él cree que estás ofendida por haberte ocultado todo… Cree que tus sentimientos han cambiado al estar alejada de… tu “mitad”…
-Tú… -dudé-. ¿Tú lo aceptas?
-Sólo os queréis como amigos, no hay nada malo en tener a alguien que te proteja, que te cuide y te apoye en todo. ¿Por qué negarme a que mi hija tenga amigos así?
-Bueno… pero de momento… quiero seguir bailando con mi padre…
Seguimos bailando, comenzó otra canción. Pasaron dos minutos, casi terminaba la canción cuando oí un ligero carraspeo.
-¿Puedo pedirte prestada a tu pareja? –Mi padre me soltó y me giró ciento ochenta grados, dejándome frente a él-. Bueno, si tú quieres, claro… si no puedo ir a sentarme de nuevo, no tienes por…
-Más vale que no me pises, por muy dura que sea, con esos pies me rompes un hueso seguro… -le corté con una enorme sonrisa. Él tomó mi mano y puso la otra en mi omóplato, poniendo yo mi mano libre en su hombro-. Pensé que le concederías tu primer baile a la morena…
-Bueno, quería ser un hombre decente, así que debo bailar con una señorita, no con una lunática… ya puedo decir que soy un hombre hecho y derecho…
-No creo, dije a una mujer guapa, además te falta la casa…
-No creo… -dijo usando mi mismo tono-. Ya tengo una casa, con una habitación para que la bella señorita con la que estoy bailando venga de visita cuando lo necesite… -dijo sonriendo-. Bueno, si quiere, si no creo que tiene unas cuantas casas más donde la acogerán…
-¿Has comprado una casa?
-Técnicamente… me han regalado un terreno, en el cual he construido una casa…
-¿Dónde?
-Al lado del taller… ¿recuerdas las obras que había comenzadas cuando viniste?
-¿En eso has estado trabajando todo este tiempo?
-Sí, quería tener un sitio al que pudieras venir en un tiempo, sin tener que complicar a tu abuelo con las salidas de caza y donde pudieras estar cerca de mí… -se sonrojó-. Bueno, en caso de que quieras… además ya era hora de que dejara a Billy su espacio… aunque me ha dicho que no va a tocar mi cuarto, yo quiero cambiar unas cosas en casa de mi padre antes de mudarme.
-Bueno, entonces, saca a bailar a la lunática… ella es una mujer guapa, aunque sea una lunática…
Negó con la cabeza y me miró. Comenzó a sonar otra canción de James Morrison, “If you don’t wanna love me”. Me apretó más fuerte a su cuerpo, dejándome apoyar mi cabeza en su pecho. Estaba haciéndolo de nuevo, pidiéndole que se fuera… pidiéndole que hiciera su vida sin mí. Allí escondida en su pecho encontré el valor de actuar como quería. Cogí su mano y la llevé a mi cintura, pude notar como tragaba saliva, cómo su corazón latía más fuerte. Llevé mi mano a su mejilla y dejé fluir mis sentimientos, lo bien que me sentía entre sus brazos, que no me iba a ir a ningún sitio ni iba a volver a echarle. Me apretó fuerte y besó mi hombro, acercándose a mi oreja.
-I’m going nowhere… I’m gonna stay… -volvió a besarme en el hombro-. You can’t push me too far, there’s no space in my heart, where I don’t wanna love you…
No pude decir nada, su voz ronca me había dejado noqueada, sólo pude dejar salir dos lágrimas de mis ojos, las cuales sequé antes de que él notara su presencia. Le abracé fuerte hasta que acabó la canción.
-Bueno, ya vale de pasteladas… -dijo Collin desde la mesa-. Ahora empezamos con lo bueno…
La música cambió, comenzó a sonar Bob Sinclair, “Lala song”… Y apareció Seth bailando muy raro, dirigido hacia nosotros. No pude evitar reír, al igual que Jake, pudiendo oír su ronca risa debajo de mi oído. Fue peor cuando todos los lobos se pusieron a bailar del mismo modo que Seth, tentando a Jake, que no soltaba mi abrazo y no dejaba de reírse. Todo el mundo se reía, la verdad es que serían realmente rápidos, pero no se coordinaban nada bien para bailar. Menos mal que la canción acabó y comenzó otra más ligera, “So young”.
Miré a Seth divertida que miraba hacia la nada poniendo una mueca. Me arranqué a cantársela soltando a Jake y agarrando a Seth de las manos haciéndole girar y bailar al ritmo de la canción. Claire hacía bailar a Quil, del mismo modo que yo a Seth, que al ver lo que miraba no se pudo contener.
-Sí, tú aparentas más años, pero sois igual de crías…
Levanté una ceja mientras se reía, y yo me eché a reír con él. Era cierto, tenía cuatro años y estaba aparentando catorce o quince… no podía pedirle a Jake que se fuera lejos, pero él debía tener una vida además de mí, eso no había cambiado después de todo. La chica morena se acercó a Jake, que estaba ahora hablando con mamá mucho más animado. Le cogió de la mano mientras mamá la desmenuzaba con la mirada, arrastrando a Jake a bailar cuando era evidente que él no quería. No sé porqué, pero mi pecho emitió un leve rugido, que hizo que Seth me agarrara. Le miré, tenía una ceja levantada.
-¿La niña tiene celos?
-Supongo… -suspiré, era ridículo, ella era una mujer, ella era guapa. Me sentí ridícula, pero me volví a enfurecer cuando ella puso las manos de Jake en su cintura, moviéndose sinuosamente-. ¿Qué…?
-Eso sí es saber seducir… -dijo Seth con la cabeza medio torcida-.
Jake parecía incómodo, mi padre estaba ligeramente molesto y me miró. ¿Acaso esperaba que fuera en modo animal a marcar mi territorio? Él podía hacer lo que quisiera, era adulto… pero lo malo es que parecía que él no quería… Mi padre rodó los ojos. ¿En serio quería que fuese a salvarle? Asintió. ¡Genial! Ella iba a ver como una mocosa se interponía en su camino. Bueno, mejor una mocosa que no una adolescente hormonada… Mi padre hizo un gesto para que fuera de una vez.
Me acercaba lentamente. ¿Qué iba a decir? ¿Deja de hacer la cosa esa que haces y aléjate de mi lobito? ¡Dios! ¿Por qué? Estaba a dos pasos y él se quedó parado mirándome.
-Quiero mi regalo –Jake me miró asombrado y ella con ganas de patearme. Me entraron ganas de morderla-. Quiero ver mi regalo, sé un hombre hecho y derecho…
-¡Ah! Sí, claro… perdona Erica, debo ir a casa, se me ha olvidado su regalo y debo ir a buscarlo…
-No importa, puedo acompañarte… -dijo mordiéndose el labio-.
-No hace falta, él sabe dónde está su casa y no se va a perder –Jake me miró boquiabierto-.
-¿Quién es esta cría? –dijo mirando a Jake e ignorándome. Me repateó-.
-La mujer más guapa del mundo –dijo mientras me sonreía y la soltaba, para abrazarme y besarme la frente-. Vamos a buscar tu regalo, es una falta grave que me lo haya olvidado de esa manera… tu tío Jake no pierde la cabeza porque la lleva pegada al cuello… si no…
Nos fuimos alejando de esa arpía morena que me fulminaba con la mirada. Fue algo muy infantil, pero no pude evitar –más bien no quise- el sacarle la lengua agarrando fuerte a Jake, que se empezó a reír muy alto, tanto que seguro que ella lo había oído.
Cuando llegamos al bosque aflojó su abrazo.
-Gracias, me has salvado…
-Pero es cierto… quiero mi regalo. Quiero ver tu casa…
-¿Ahora? –Miró hacia la carpa, haciendo una mueca-. Bueno, dudo que se den cuenta si desaparecemos un rato… Será mejor que se lo diga a tus padres… -miramos y mi padre estaba en la rendija de la carpa por la que habíamos salido asintiendo ligeramente descontento-.
-No se enfadará, no tardaremos mucho…
-Debemos ir a casa a por las llaves, no las llevo encima, si quieres puedes quedarte y yo… -negué enérgicamente con la cabeza-.
-Te acompaño.

Llegamos a casa de Billy, todo seguía más o menos igual que ayer. Jake se dirigió a su cuarto, no había estado en él desde hacía mucho, mucho tiempo. Me quedé parada en la puerta, bloqueada. Su cuarto estaba lleno de dibujos, dibujos de una niña… mis dibujos. En casi todos salía un lobo y una niña que se parecía a mí. Él seguía rebuscando en los cajones hasta que gritó “Ya está” y se volvió. Miró el techo de nuevo, mirando mi cara y haciendo una mueca.
-Yo… -cambió de mueca y suspiró-. Duermo mejor si los miro antes, tengo sueños, más bien recuerdos de cuando eras niña. Me ayuda a no echarte tanto de menos…
-Jake…
-Es una tontería, vamos, no quiero que nos retrasemos o tu padre me arrancará la cabeza.
-Puedo… -dudé. Sería demasiado arriesgado, papá se enfadaría mucho, pero me apetecía saber cómo era-. ¿Crees que sería posible ir en algo con motor?
-Tardaremos menos corriendo que en el coche… pero si insistes…
-No, en coche no… -me miró asombrado, negando-. ¡Vamos! ¡Por favor! Bloquearé mis pensamientos y papá no se enterará…
-¿Y los míos?
-No pienses en ello. ¡Vamos! Tía Alice no puede vernos, una vez que esté hecho ¿qué puede pasar?
-Que tu padre me mate lenta y dolorosamente. Además, una moto no es segura para ti, eres demasiado niña para ir en moto… -eso me dolió. Él se dio cuenta-. Quiero decir que es muy peligroso, no quiero que montes, en serio…
-Pero si soy más dura que casi nadie… además, conduciendo tú… ¿Qué puede pasarnos?
-Nessie… -puse morritos, intentando darle pena. Rodó los ojos y suspiró-. Vamos…
Jake cogió su casco y una chaqueta. Me puso la chaqueta y se subió a la moto. Me ayudó a ponerme el caso y me subí. Arrancó y pronto sentí el aire en mis piernas, levanté el cristal del casco para sentirlo también en mi cara. Iba agarrada con una mano a Jake, pero la otra sujetaba el vestido. No había sido buena idea montar precisamente hoy, el día de la boda.