Capítulo 29: La casa de Jenner.

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Salí corriendo y cogí el coche. Llegué a casa de Darlene y llamé, su madre me miró raro, me escaneó y me hizo pasar. Después me dio el pésame y me indicó que Darlene estaba en su habitación. Llamé y abrí la puerta, estaba tumbada en su cama demasiado triste, pero se levantó en cuanto me vio con una sonrisa en sus labios.

-¡Has vuelto! –me abrazó-. Creí que…

-¿Qué? ¿Qué me había olvidado de mi mejor amiga? Eso es imposible…

-Te he echado de menos… -volví a abrazarla y sonreí-. Veo que te ha sentado bien el cambio de aires… ¿Qué ha pasado? ¿Qué tal la fiesta?

-Demasiado que contarte… ¿tú que tal?

-Bien, como te dije, al cine a ver una película de acción y el domingo estuvimos intentando convencer a Ryan de que se quedara… pero está empeñado y su padre ya ha hecho los papeles para que empiece en el instituto de Nueva York después de Navidad…

-Entonces es definitivo…

-Sí, no hay manera de convencerle… -hicimos una mueca-. Pero bueno, ¡cuéntame! Por lo que veo, la fiesta debió desmadrarse un montón…

-Demasiado… yo me desmadré demasiado… -me miró raro, pero no me apetecía ponerme a explicar… en estos momento era mucho más útil mi don. Suspiré, podía confiar en ella, pero quizá se asustara de lo que soy… así que comencé a relatar como pude la fiesta y ella me escuchó alucinada-. Así que mi padre vino a buscarme y me mandó con Edward de vuelta aquí… -modifiqué ligeramente el final-.

-¡Vaya! Debería haberme escapado como le dije al chico aquel… ¡Madre mía!

-Lo sé…

-De todos modos… no debes sentirte culpable por Allison… creo que hubiera preferido verte así que a cómo estabas hace unos días… el viernes me asustaste de verdad…

-Lo siento… -aferré su mano-. Pero vengo a contarte algo más importante… -me miró alucinada-. El caso es que me han llamado Abraham y Emma… me han dado una urna, con parte de las cenizas de todos… -entristecimos, pero busqué en mi bolsillo-. También me han dado esto…

-¿Unas llaves?

-De la casa de Jenner…

-Vaya, creía que se iban la semana que viene… -asentí-. Entonces debemos ir este fin de semana… -negué. Pensó en mis palabras y me miró raro-. ¿Qué quieres decir?

-Que me la han dado… era de Allison, pero ellos no la querían, prefieren que la podamos disfrutar nosotros y poner allí la urna, para que cumplamos con el sueño de Allison de estar todos allí al menos una vez al año…

-Eso… -estaba boquiabierta. De repente se puso de rodillas en la cama-. Eso es precioso… es ¡genial! Será como… como un santuario… no sé… -asentí-. Un refugio para ti…

-Para todos… -saqué el otro juego de llaves del bolsillo y se la di-.

-¡Vaya!... No sé qué decir…

-Que nos veremos allí una vez al año cuando tengamos que ir a la universidad… al menos eso…

-¡Claro! –me abrazó-. Gracias, de verdad…

Estuve allí toda la tarde, pero me fui a cenar a casa, no quería abusar de la poca hospitalidad de la madre de Darlene. No entendía como ella podía ser tan buena… hasta que su padre se portó genial conmigo. Definitivamente tenía el carácter de su padre.

Después me dirigí al centro comercial, debía hacer dos copias más de las llaves.

Al día siguiente Kevin me abrazó al verme, Ryan hizo un intento por sonreírme pero nada más. Me embarqué en otro resumen del fin de semana, obviando detalles que sí había contado a Darlene.

A la hora de comer les conté lo de la casa, dándole un juego de llaves a cada uno. Kevin se ilusionó y me lo agradeció, pero Ryan parecía más agrio.

La situación seguía siendo rara con tanto sitio vacío, pero poco a poco Darlene y Kevin intentaban recordarlos de manera divertida, algo que a Ryan no le agradaba para nada. Pero me encantó que lo hicieran así, recordé la conversación con Allison en la playa, cuando dijo que le gustaría que la recordasen de una manera alegre. Algo dolió por dentro, pero aguanté las lágrimas.

El viernes recibí la rutinaria visita de mi abuelo y de Sue. Jacob me mandó un mensaje para decirme que debía quedarse con Billy, que Rachel no podía cuidarle con los mellizos y Rebeca debía hacer unos papeleos para la boda…

El sábado amanecí algo triste, así que mi abuelo intentó animarme.

-¿Sabes el último cotilleo de Forks? –le miré curiosa, y Sue rodó los ojos y bufó-. Adivina… no te los vas a creer cuando te lo cuente…

-¡Abuelo! No me dejes con la intriga.

-Sue tiene unos hijos delincuentes… -se empezó a reír-. Al parecer una señora de Forks reconoció al pequeño Ephraim en el parque, pero no iba con Emily. La señora se asustó y le dijo que seguro que lo había secuestrado. Mark tuvo que llevarse a Leah y a Ephraim a la comisaría hasta que Emily apareció a recogerlos… Al parecer la señora sabía la historia de que Sam había dejado a Leah por Emily… pensó que había secuestrado al retoño o algo por el estilo…

-No puede ser…

-Ya ves… -Sue parecía molesta-. La gente ve demasiadas telenovelas…

Pasamos el día en casa de Emmett, viendo un partido de béisbol por la tele, los Mets contra los Giants… no estuvo nada mal. Después fuimos a cenar a casa de Carlisle, allí vimos otro partido de fútbol americano, Dolphins contra Cowboys…

Después fuimos a casa, me despedí de todos y me metí en la cama. El sol bañaba mi piel, llevaba puesto un bikini naranja, podía sentir millones de granos de arena bajo mi cuerpo. Cerré los ojos y sentí una mano cálida acariciarme. Abrí los ojos y ella me sonreía. Me daba un beso rápido y salía disparada al agua. Todos nuestros amigos corrían hacia el agua, jugando y salpicándose. Me levanté y corrí con ellos. Jugábamos en el agua y de fondo veía la casa, esa casa que ahora era mía. Alguien me salpicaba y cuando me giré estaba sola. Me adentré más para buscarles, me sumergí y pude ver sus cuerpos suspendidos en el agua, como en el lago. Intentaba subirlos pero no tenía fuerza, pesaban demasiado. Subí a por aire y volví a bajar, pero ya no estaban, busqué y cuando salí estaban todos en la orilla. Estaban enfadados, me miraban como si quisieran que me ahogara allí. Se iban hacia la casa y me dejaban sola en el agua mientras me hundía…

-¡Nessie! Cariño, despierta… -Mis padres me abrazaban, mi abuelo y Sue estaban asomados-. Has tenido una pesadilla, todo está bien… no te preocupes… -mi padre me consolaba-. Todo está bien, no te preocupes.

-Vuelve a dormir cariño, todo está bien… -mi madre me besó en la frente y me arropó-. Todo va bien… sólo ha sido un mal sueño.

Asentí y me dejaron sola. Pude oír cómo mi madre hablaba con mi abuelo.

-Me recuerda a…

-Papá… -mi madre le cortó-. Lo sé, pero… ¿Qué puedo hacer?

-Quizá si viniera a Forks… allí… -lo pensó-. Parecía más feliz, al menos a ratos… quizá allí sea mejor, un cambio de aires… no sé…

-Papá, lo pensaremos… pero no creo que sea lo correcto alejarla ahora de aquí, debe superarlo primero, luego si ella quiere nos mudaremos, no tengo problema en volver con ella…

-¿Tú sola con ella?

-No, con Edward… El resto no pueden volver… ya nos arriesgaríamos mucho volviendo nosotros, peor no vamos a dejarla sola…

-No estaría sola… yo…

-Lo sé, tú y Jake estáis allí… -mi abuelo hizo un ruido raro, como si estuviera enfadado-. Jake también cuenta, es así. No estaría sola, pero yo quiero estar con ella todo lo que pueda…

Volví a quedarme dormida pronto. Tuve otro sueño con la casa. Pasó un mes del mismo modo, cinco semanas soñando con la casa, pesadillas y sueños preciosos, pero siempre aparecía aquella casa. Ni siquiera la segunda semana, en la que Jake pudo venir, dormí tranquila. El jueves de la sexta semana no pude prácticamente dormir.

Cuando llegué al instituto Darlene comprendió mi cara, ella sabía lo de los sueños. A la hora de comer se los conté a Kevin y a Ryan, sólo algunos.

-Deberíamos ir… quizá si estás allí todo pase…

-Dar, cielo… es una locura… Además, yo no tengo tanto dinero como para coger otro avión ahora… por mucho que quiera ir…

-Podemos ir en coche… -Ryan me miró-. Yo también llevo días soñando con esa casa. Deberíamos ir… dejar las cenizas allí, que descansen en paz…

-¿En coche? ¿Estás loco? Quizá sean veinte horas… -Kevin le miraba como si se hubiera vuelto loco-. Demasiado…

-En quince podemos llegar… si paramos quizá se alargue algo más… -sugerí-.

-Además podemos turnarnos, yo ya tengo el permiso… -Darlene me cogió de la mano, me apoyaba en esto-. Será una paliza, pero si salimos el jueves por la noche… llegaríamos el viernes. El domingo por la mañana podremos volver temprano…

-Chicos… -Alice se acercó-. Deberíais bajar el tono, os escucha media cafetería. Estáis locos si os queréis zampar un viaje así solos… y más siendo tan inexpertos en la carretera…

-Alice… he ido unas cuantas veces a Forks…

-Dos, para ser exacta… en serio, chicos, olvidad esa idea…

-Alice, tengo que ir…

-Está bien, pero iré contigo… no voy a dejaros iros solos en un viaje tan largo… le pediré el coche a Carlisle, es más cómodo, así podréis dormir por el camino… -se quedó estática, yo sabía porqué, pero mis amigos pensaban que se habían quedado ida-. De hecho… a Esme le agradará la idea de ver esa casa… iremos mejor en dos coches… Jasper se apuntará para ver a unos viejos amigos… -mis amigos le miraron raro-. Nosotros podemos hospedarnos en un hostal, pero no quiero dejaros hacer el viaje solos…

-Siempre seremos más para conducir si surge un imprevisto… -Darlene daba su visto bueno-.

Alice se quedó con nosotros planeando las salidas. Ella pediría fiesta el viernes, como asuntos propios. Esme y Jasper no tenían problema con eso… mi padre se enfadaría pero era mejor que se quedara.

El fin de semana pasó largo para mí, mi padre estaba enfadado, mi madre preocupada y mi abuelo no sabía qué estaba pasando. Jacob vino el sábado con mi coche, estuvimos en casa de Emmett, esta vez jugando a la consola. Después fui con Jacob a dar una vuelta y pensé en Darlene, que se alegró un montón cuando pasamos a buscarla. Fuimos a una heladería, aunque no era época de helados… ya hacía bastante frío.

-¿Ya has preparado la maleta? Creo que allí hará un poco más de calor… -le di una patada por debajo de la mesa, Jake no sabía nada-.

-¿Maleta? ¿Dónde os vais?

-Nada… -fulminé a Darlene con la mirada-. Un pequeño viaje de fin de semana…

-Está bien… quizá deba ir con Seth… así hacemos otra fiesta… -Jake me estaba torturando a cada instante que podía con mi ridículo en la fiesta. Darlene rompió a reír-. Seguro que se emociona…

-¡Vale, Jake! ¿Luego yo soy la cría?

Trajeron una tarrina de helado para mí y otra para Dar, la cual se sorprendió cuando vio la copa… más bien fuente, que Jake había pedido. Él se sonrojó ante la mirada de Darlene.

-Es que no suelo comer helado… -se intentó excusar pero yo me empecé a reír con ganas-. ¿Qué? Es cierto…

-Claro, por eso tu nevera apenas tiene helado… -alcé una ceja-. Luego soy yo la niña… pero te has pedido el especial para cumpleaños… seguro que es para veinte niños…

-Ja, ja… deja de reírte de tu tío Jake… -cogió un poco de helado y manchó mi cara-. ¡No seas niña! –Le miré mal. Él me miró de una forma que conocía, no me dio tiempo a protestar, pasó su lengua por mi mejilla estallando en risotadas-. Estás tan tierna cuando te enfadas…

-Te odio… -miré a Darlene que me miraba sonriente-. A veces me dan ganas de morderle…

-¡Qué novedad! ¿Nessie mordiendo a Jake? –alzó una ceja y negué con la cabeza, comiendo mi helado. Miré a Darlene que parecía estar viendo la tele-. Aquí la “pequeña madura” me pega cuando se enfada, y no veas… cuando era más pequeña me mordía con saña… mira… -se remangó el brazo y enseñó una cicatriz en su antebrazo. Recordé de cuando fue y me sentí mal-. Esta fue hace poco… ese día si que estaba mosqueada…

-¿También es tierna cuando te muerde? –Darlene le dio coba-.

-No… no sé…

-Un amigo dice que daría lo que fuera por una mujer que le mordiera… -me miró mientras reía-. Kevin… ya sabes… -asentí-. Dice que le parece sexy…

Me quedé congelada y me sonrojé. Me entraron ganas de morder… pero esta vez a Darlene. Me di cuenta de que Jake estaba en la misma posición, con la cuchara a medio camino entre su boca y la fuente, rojo como un tomate. El helado cayó a la fuente y reaccionó.

-Bueno… no sé… que te muerda una mujer puede… no sé… Nunca me ha mordido una mujer…

-¿Nunca? –Alzó una ceja en mi dirección-. No lo entiendo… -Jake se apoyó en la mesa, en un gesto para ofrecer a Darlene una respuesta-. Kevin dice que es algo natural que una mujer te muerda o te arañe cuando… -alzó las cejas y presionó los labios. Un gesto bastante obvio-.

-Ya… -Jake estaba congelado de nuevo-. Kevin… ¿De dónde saca la información?

-No sé… pero… ¿es cierto?

-Yo… -Jake se frotó la frente, parecía incómodo-. Sí, eso se supone… -le dio un escalofrío al pensarlo-. La verdad es que no quiero pensar en ello… me recuerda a mis amigos y mis hermanas… -se encogió-. No me resulta agradable…

-¿Amigos y hermanas?

-Rachel ha tenido hijos con Paul… y Embry… no quiero pensarlo porque me entraron ganas de matarlo… Así que no sé, eso creo.

-Entonces tú no… -Darlene estaba preguntando demasiado… pero la verdad es que a mí me entró curiosidad-. No me creo que no hayas tenido ocasión…

-Bueno… -creo que Jake no sabía donde meterse en ese momento-. Ocasiones siempre hay… pero los Quileutes… tenemos una norma o algo así para esas… situaciones.

-¿Nunca has tenido novia? ¿Nunca has besado a nadie?

-Bueno…

-Besó a mi hermana… -hablé mientras le daba otra patada a Darlene para que dejara el tema-. Si eso cuenta…

-Eso no cuenta… -mordió mi cuchara, llena de helado de chocolate-. Lo sabes… -seguía mordiendo mi cuchara cuando dijo eso, lo que nos hizo reír a las dos. Soltó y prosiguió-. Tenía como… quince o dieciséis… no sé. Era joven y estúpido…

-¿Cuántos tienes ahora?

-Veinticuatro…

-¡Vaya! –noté que contaba con los dedos ocho años… la fulminé con la mirada y me miró divertida-. Entonces… ella tenía… siete u ocho, ¿no?

-Más o menos… -Jake me miró riendo-. Era muy graciosa a esa edad…

-Entonces… ¿Estuviste saliendo con Bella?

-No, sólo fue un lapsus momentáneo… -estaba odiando a Darlene y a su curiosidad-. Ella estaba con Edward, pero él se tuvo que marchar y ella estaba sola… pasábamos mucho tiempo solos… cosas que pasan cuando estás lejos de tu amor verdadero o ni siquiera sabes que existe… luego ella se dio cuenta de que el amor de su vida era él, así que… lo olvidamos, aunque ella no pare de recordármelo… -me miró con una mueca divertida-. Parece que le gusta torturarme…

-Yo soy la cosa con la que se entretiene cuando mi hermana le ignora…

-¡No! –ahora parecía ofendido-. No digas tontadas… a veces me recuerdas a Claire, en serio…

-¿A Claire? –El veneno fluyó por mi lengua-. Quizá sea que me siento como ella… somos los juguetes de la manada…

-Nessie… -me miró enfadado, le había molestado-.

-Quien se pica… -Miré a Darlene que nos miraba atónita… me eché a reír para que se relajara- Por cierto… gracias por devolverme el coche…

-De nada… -parecía frustrado por algo-. ¿Dónde iréis entonces el fin de semana?

-A Jenner… -Darlene se despreocupó y lo soltó como si nada, Jake se tensó a mi lado-.

-¿A Jenner? ¿Qué se os ha perdido allí?

-Mi casa… -le miré atenta, midiendo su reacción-. Me han cedido la casa de Jenner, así que ahora podemos disfrutarla todos… como Allison quería… -me entristecí al recordarla-.

-¿Vais solas?

-No… Alice no nos ha dejado, Esme y Jasper también vienen…

-Eso está mejor… -parecía más relajado, pero no del todo-. ¿No me lo ibas a contar? Te regalan una casa y te vas de viaje… ¿y no me lo cuentas?

-Nunca les cuento todo a mis tíos… ellos siempre me guardan cosas… -lo pensé y él no me había guardado nunca nada, excepto aquel tema de las mitades-. Bueno, a veces.

Terminamos nuestros helados y Jake nos invitó. Me sentó mal, pero a Darlene pareció agradarle. Dimos un paseo de vuelta a casa de Darlene, cada una agarrada a un brazo de Jake. Después nos dirigimos a mi casa, pero tenía una pregunta a la que no había contestado en mi cabeza. Me miró raro y me sonrojé… no sabía si preguntarlo.

-¿Qué?

-Nada… -me sonrojé más aún-.

-Suéltalo… No creo que haya nada que no me haya preguntado ya Dar…

-¿Dar? –Me agradó que se hubieran llevado tan bien-. Vaya…

-Me ha caído bien, es directa, sabe lo que quiere… no se anda con rodeos… creo que es la primera vez que alguien me deja noqueado tantas veces en tan poco rato…

-Pero no le has contestado a todo… -me sonrojé. El me miró raro y de pronto se sonrojó. Parecía que meditaba algo-. Lo de las chicas…

-¿En serio lo preguntas? –estaba rojo, pero alzó la ceja divertido. Yo asentí mirando nuestros pies caminar-. No creo que realmente quieras saber la respuesta completa, así que debes conformarte con un no… -Asentí avergonzada-. ¿Y tú?

-¿Qué? –le miré, avergonzada no, lo siguiente…-.

-No sé, hay cosas que le ocultas a tu tío… -dijo riendo pero parecía preocupado-. Quizá…

-No…

-Eso está bien… eres muy joven… -le fulminé con la mirada-. Aunque tuvieras dieciséis…

El domingo pasó rápido. Me costó más de lo habitual despedirme de mis abuelos y de Jake, sabía que la semana que viene me iba y no podría estar con ellos.

La semana pasó rápido.

El lunes Darlene me preguntó por Jake, le conté lo que me había dicho y ella me desmontó cada gesto que había visto y lo montó de manera que parecíamos una pareja. Le negué unas quinientas veces a lo largo de la semana que no era así.

El jueves estábamos nerviosos, apenas quedaban unas horas para nuestro viaje. Quedamos en que a las siete les recogeríamos. Jasper cogió el coche de Carlisle y Alice el Jeep de Emmett. Esme iba en el Jeep con Alice y los chicos montaron allí… creo que Jasper les daba algo de miedo. Dar montó conmigo en el coche y salimos en dirección a Olympia, la primera parada que haríamos.

En Olympia, Jasper cambió de coche, yendo en el Jeep con Alice y los chicos y Esme con nosotras en el Sedan de Carlisle. Se me hacía raro ver a mi abuela conduciendo el coche… creo que nunca la había visto conducir. Darlene estaba emocionada, no se dormía…

-Podemos poner música si queréis… ya sabes que me gusta cualquier cosa cariño…

-¿Cualquier cosa? –Preguntó Darlene acercándose-.

Suspiré y ella se comenzó a reír. Puse la mano y me tendió un disco grabado, con sus canciones favoritas de los Back Street Boys. Nos pegamos todo el viaje oyendo las pasteladas de los cuatro o cinco chicos, hasta que paramos en Portland. Los chicos bajaron del coche algo incómodos, como en tensión. Mi tío los miraba divertido y eso me hizo reír.

-Darlene, dejemos a los chicos ahora con Esme… creo que no se sienten muy cómodos con Jazz… -mi tío se reía tomando la mano de Alice-.

-La verdad es que me resulta… particular. Es guapo, pero tiene algo, no sé… da miedo.

-Lo sé… -comenzamos a reír mientras él se acercaba a nosotras-. Jazz…

-¿Puedo invitar a estas preciosas damas a algo de comer? –Nos tendió sus brazos para que le agarrásemos, sabiendo que nadie le podía negar nada…-. Creo que vuestros amigos no son nada caballerosos…

-No… la verdad es que son muy brutos… Nessie tiene suerte, está rodeada de caballeros… Ahora podríamos ir contigo de nuevo…

-Y conmigo… -Alice saltó a las espaldas de Jazz, dándole un beso en la mejilla-. Ahora me toca conducir a mí, tú ya has hecho dos turnos…

-Lo sé monstruito…

Comimos unos sándwich y después nos redistribuimos, dejando a los chicos con la agradable Esme. Alice puso la radio, una emisora de baladas de los noventa al dos mil diez. Creo que me dormí en ese momento. Los coches pararon y fue cuando me desperté.

-Bueno días chicas, sois un poco dormilonas… -Esme se asomó por la puerta-. Hemos llegado a Redding, ya queda menos para llegar a Jenner… ¿Queréis desayunar? Los chicos ya están comiendo…

-Sí… -me estiré, me dolía todo. Darlene hizo lo mismo-. Vamos…

Hicimos una parada bastante larga. A las seis y media de la mañana salimos hacia Jenner… quedaban unas cuatro o cinco horas en coche. Llegamos a las diez y media a aquella linda casa.

Cuando bajamos nos quedamos parados en la puerta, ninguno nos atrevíamos a dar aquellos pasos que nos separaban de la puerta. Un aura de calma y alegría nos invadió… Jasper en acción. Darlene sacó su juego de llaves y se dirigió a la puerta, todos la seguimos estando juntos cuando la puerta se abrió.

Nada había cambiado, exceptuando una capa de arena y polvo que cubría cada rincón de la habitación, como la primera vez que llegamos. Volví al coche y saqué la urna, la llevé al comedor y comenzamos a buscar un lugar adecuado para ponerlo. Había una pequeña repisa encima de la chimenea del comedor, así que la pusimos ahí. Después los cuatro nos sentamos en el sillón, mirándola.

-Nosotros nos vamos… -nos giramos y mi abuela, Alice y Jasper habían metido nuestras bolsas en la casa tan sigilosamente que no los habíamos oído, ni siquiera yo-. Si necesitáis algo… tenéis nuestros móviles…

Asentimos y nos quedamos allí, sin comer si quiera. Eran las cinco de la tarde cuando Darlene por fin se levantó.

-No hemos hecho un viaje tan largo para quedarnos mirando una urna… -sus ojos estaban llorosos, como los de todos-. Ellos hubieran querido que saliéramos a bañarnos, que disfrutáramos de un día… del día que nos habíamos picado las clases…

-Tienes razón… -Kevin se levantó-. Va, Ryan, vamos a por los bañadores…

-Vamos… -Darlene me tendió la mano-. Coge tu bikini, no te soltaré de la mano en ningún momento… lo prometo.

Nos metimos en el agua, realmente estaba bastante fría, pero Kevin nos animó a que lo hubiéramos hecho si hubiéramos estado todos. Así que nos metimos al agua. Al cabo de los minutos estábamos a gusto, salpicándonos y pasándolo relativamente bien, incluso Ryan. Darlene no soltó mi mano en toda la tarde.

Para cenar Kevin preparó una barbacoa, mientras Ryan estaba en su cuarto llorando y Darlene y yo mirando aquel jarrón tan significativo. Pensé en que ellos hubieran querido cenar en la terraza, así que me levanté y comencé a poner la mesa fuera, así le gustaba a Allison, comer y cenar viendo el mar.

Ryan bajó a cenar algo desganado, pero hizo un esfuerzo por sonreír. Después decidimos jugar al Twister, detrás del sofá, como si quisiéramos que ellos nos vieran pasarlo bien. Cuando nos cansamos subimos a nuestras habitaciones. Los chicos en una habitación y Dar y yo en otra.

Tuve un sueño en el que Allison venía a despertarme, me llevaba a la orilla, donde todos esperaban. Mary y Sullivan estaban besándose, mientras Meg me animaba a venir, mientras me acercaba cogida a la mano de Allison. Cuando llegamos a la orilla comenzamos a jugar y a salpicarnos. Lo pasábamos en grande, pero de repente me giré para evitar la salpicadura de Sullivan y al volverme ya no estaba. El agua estaba en calma, como si hubiera estado sola allí por horas.

Darlene me despertó, los chicos estaban asomados a la puerta.

-Ha sido una pesadilla… no te preocupes Nessie…

-No… ha sido más que eso… -me levanté y bajé al salón. Todos me siguieron escaleras abajo. Fui directa a la urna-. Debe haber algo de ellos en el mar, ellos disfrutaban allí…

-¿Hemos venido para tirar las cenizas al mar? Hubieran llegado aquí si las hubiéramos tirado a un río… -Kevin bufó-.

-No, no todas, solo parte. Parte de ellos querían estar aquí, en la casa, pero otra parte en el agua… tú mismo lo has dicho, ellos hubieran querido bañarse…

-Vamos… -Darlene me tendió la mano-. Tienes razón.

Los cuatro salimos en plena noche a la orilla de la playa, en pijama, descalzos. Nos pusimos en la orilla y abrí la urna, tirando una pequeña parte a la orilla.

-Va por vosotros… -Ryan pateó el agua de la orilla-. Os echamos de menos…

-The day you slipped away… Was the day I found it won't be the same… -comencé con la canción y todos me siguieron.

-I didn't get around to kiss you, goodbye on the hand… -saludamos a la vez al mar-. I wish that I could see you again; I know that I can't… I hope you can hear me, cause I remember it clearly. The day you slipped away, was the day I found it won't be the same. I've had my wake up, won't you wake up I keep asking why… And I can't take it, it wasn't fake it, it happened you passed by. Now you're gone, now you're gone, there you go, there you go somewhere I can't bring you back… Now you're gone, now you're gone, there you go, there you go somewhere you're not coming back…

Nos quedamos allí, mientras lágrimas recorrían nuestro rostros, comenzamos a recordar momentos con ellos. Comenzó hacer frío y nos metimos a la casa.

El sábado lo dedicamos exclusivamente a pasárnoslo bien. Ninguno dejó que cualquier otro se hundiera, todos reíamos y bromeábamos con un humor bastante negro sobre nuestros amigos… pero ellos lo hubieran querido así. Recordamos meteduras de pata, salidas de tono de Allison, exámenes en blanco de Sullivan en mates, la vez que a Mary se le escapó el ratón de la jaula en biología y se puso a chillar como loca…

Comimos en la playa. Por la tarde mi familia pasó para saber si necesitábamos algo, pero se alegraron de vernos así. Pude saber que había una gran tensión emocional en el momento que Jasper entró allí. Intentó calmarme, así que mantuve la nostalgia de Darlene, dándole una pequeña dosis de alegría. La amargura de Kevin la cambié por alegre nostalgia. Ryan fue mucho más difícil, un aura negra le envolvía, estaba realmente triste, deprimido y molesto, rabioso. Alejé todo aquello y lo sustituí por amor, añoranza… Su cara cambió, buscando de sonde salían esas emociones.

Pasamos la tarde en la playa, bañándonos de nuevo. Mi miedo al agua desapareció gracias a la mano de Darlene, que no me soltaba en ningún momento. Kevin se ofreció de nuevo a preparar la cena, pero Darlene quiso ayudarle. Me quedé sola en el sofá, mirando aquella urna y escuchando los sollozos de Ryan. No sé en que momento me quedé dormida, trasladándome a una tarde soleada de nuevo. Me levanté del sofá y salí a la terraza. Allison y Mary corrían montadas una sobre otra, Sullivan y Meg jugaban en el agua y se salpicaban. Todos me miraban y me animaban a apuntarme. Cuando llegué todos me abrazaron y me dieron las gracias por llevarlos allí. Meg era la única que no me sonreía, miraba fijamente un punto en la casa, una ventana. La ventana donde Ryan y ella dormían en las vacaciones… Comenzó a chillar y me desperté, subiendo rápidamente a la habitación de Ryan, Dar y Kevin me siguieron.

Ryan me miró asustado, estaba realmente demacrado.

-¿Qué pasa? –Se incorporó preocupado-.

-¿Estás bien? –Examiné su demacrado rostro-.

-Sí… -le miré ceñuda-. Estoy pensando en todo esto… es muy raro, y sigo teniendo la misma pesadilla siempre… es más intensa aquí…

-Cuéntamela…

-La última vez que estuvimos aquí… -me miró apenado- estuvimos a punto de hacerlo, ¿vale? El problema fue que al final yo… no me atreví. Ella fue paciente conmigo, no le importó. Yo sin embargo me porté como un estúpido porque ella no quería… en mi pesadilla ella se portaba como yo lo hice aquel día… me dan ganas de saltar por esa ventana… debí haberlo hecho aquella noche, debí haberme presionado... o quizá haber sido paciente con ella aquel día… no sé…

-Ryan… no debes hacer estupideces como esas, ¿vale? Por mucho que estés aquí, en Monroe, en Nueva York o en China… Acabo de tener un sueño… ella miraba hacia la ventana de la habitación en la que dormíais y gritaba…

Todos nos miramos extrañados. Negamos con la cabeza, creo que se nos pasó la misma idea a todos. Pero por mucho que negáramos… la curiosidad mató al gato, así que subimos corriendo a esa habitación. La miramos parados en la puerta, observándola por encima. Después nos pusimos a buscar, no sabíamos qué, pero debíamos buscar. Darlene se agachó y levantó algo. Era una pulsera.

-Su pulsera… -Darlene miró a Ryan, que estaba parado-. Vuestra pulsera… estaba desesperada porque no la encontraba, pensaba que te ibas a enfadar muchísimo porque la había perdido…

-No, no puede ser… -la cogió y la miro. En la inscripción ponía sus nombres con un corazón. Ryan se sentó en la cama y comenzó a llorar-. En el sueño… ella me decía que no quería la pulsera, que sin mi no significaba nada… -Darlene le abrazó-. ¿Ahora qué debe significar para mí?

-Su recuerdo… -le miré fijamente-. Ella te quería, el destino ha querido que la encontráramos… era importante para ella, no quería que supieras que la había perdido, quería tenerla con ella y ahora está contigo…

-¡Mierda! –Kevin olfateó-. ¡Mierda! ¡La cena!

Bajamos corriendo para evitar que se quemara la barbacoa, pero era tarde.

-Esto es una cena de categoría… ¡Sí señor! –Ryan ahora parecía más alegre-. Brochetas de verduras chamuscadas, con carne y brasas… que no a la brasa…

-Lo mejor es la salsa… creo que es la mejor salsa de la barbacoa que he comido jamás…

Terminamos la cena con bromas sobre lo mala que estaba la comida. Esa noche volvimos a jugar al Twister, acabando antes y hablando cosas del presente frente a aquella urna. Nos fuimos pronto, ya que a las seis de la mañana Alice vendría a buscarnos, intentando llegar así a las once o doce de la noche a Monroe.

A las seis en punto llamaron a la puerta, nos habíamos quedado dormidos. Esme nos ayudó con nuestras maletas, mientras Alice y Jasper se quedaban abajo. Bajé para coger una chaqueta que me había dejado anoche… entonces Alice me miró, con su mirada ida, con la mirada que a veces, como ahora, daba miedo. Jasper me calmó.

-¿Qué ocurre cariño?

-Nessie… -me miró-. Creo que te quedas…

-No tía, debo volver, debo ir a Monroe, además en dos semanas es la boda de Jared, debéis hacerme el vestido y todo… -ella miró al suelo, concentrándose y negó con la cabeza-.

-No estarás cuando lleguemos a Monroe, no te veo en el viaje…

Kevin bajó por las escaleras despacio, con algo blanco en la mano. Me miró.

-Creo que era para ti… -le miré confundida-. Es una carta… de Allison.

Jasper me agarró en ese mismo momento, que vi como el suelo y mi cara se acercaban. Me llevaron a la habitación y cuando me recuperé me quedé a solas con las chicas. Abrí el sobre y saqué aquella carta.

Carlie…

Escribo esta carta porque no sé si tendré valor suficiente de decirte esto, o decirte algo de lo que siento…

Sabes que siempre soy muy directa, pero cuando las cosas importan… no soy tan directa, me cuesta siglos decir a alguien que realmente le quiero…

Tú me ayudaste sin apenas conocerme, le dijiste a mi hermana cómo tratarme para que consiguiera conocerme, y eso que hablaste conmigo durante menos de una hora… ahora todo está cambiando, ahora eres tú la que necesita ayuda y me siento atada de pies y manos por miedo a decir una de mis estupideces irónicas y herirte… has perdido a la mayor parte de tus amigos de Forks, a Nahuel… nunca entenderé cómo sigues sonriendo a veces, cómo tu mirada sigue teniendo ese brillo…

Tu brillo, el brillo de tus ojos me hace sentirme bien. Cuando no lo veo me pierdo, es como el faro de mi vida… realmente estás preciosa cuando sonríes, me haces sentirme completa, haces que mis pulmones se llenen de aire y suspiren…

Tú me haces suspirar, suspiro por tus labios, por tu sonrisa, por tus ojos… por cada pequeño gesto, por cada roce, por cada abrazo de amistad en el que me gustaría encontrar algo más. Porque te amo, Carlie… así es.

Y sé que todo esto complicaría las cosas, sé que todo haría que el mundo hablase, pero nada me importaría si tú, por una remota y loca coincidencia, quisieras estar conmigo.

Porque es lo que más deseo y anhelo, besarte y abrazarte, saber que lo único que quieres en esta vida como yo es amarme como yo te amo a ti.

En parte debo confesarte que me alegro de que estés lejos de aquellos amigos de los que tanto hablabas, sobre todo de Jake. Él representa todo lo que quiero ser para ti, tu compañía en momentos buenos y malos… lo que llevo intentando ser durante estos últimos meses. Debe estar loco para que no te vea como yo te veo… pero me alegro por ello. Siendo egoísta es lo mejor que me ha podido pasar, porque noto cómo te aferras a mí, como cada día estás más cerca, más confiada conmigo… me hace sentirme de un modo que nunca me he sentido. Envidio esas historias que cuentas, porque me gustaría ser yo la que hubiera vivido esos momentos contigo…

En parte me da miedo entregarte esta carta, porque no quiero que tu reacción sea opuesta a la que pretendo, pero sé que aunque tú no me quieras de la misma forma nunca te alejarías… o eso me gustaría creer. Siento mucho si leer esto te decepciona o te hace sentir mal, no quiero que sientas nada malo. Sólo quiero que sientas que te quiero, que puedes confiar en mí y que estaré contigo siempre.

Tuya para siempre, Carlie… siempre te querré.

Allison.

Las lágrimas comenzaron a caer a un ritmo frenético, mi abuela me abrazó, al igual que mi tía y Darlene. Intentaban consolarme pero no podía, no quería ser consolada. Quería sufrir por una vez, sufrir por no haber visto antes lo que ella sentía por mí, por no haber comprendido antes el miedo que sentía hacia Jake… Jake…

-No puedo irme Alice, lo siento…

-Ya… lo sé… pero no podemos dejarte sola…

-Alice, me quedaré con ella, no importa. Podéis coger el Sedan… iréis mejor allí los cinco… -Esme abrazó a Alice-. Debo quedarme con ella, es mi deber y lo sabes. Pero tu deber ahora es devolver a los chicos a su casa e ir mañana a dar clase…

-Lo sé… -Alice parecía resignada-. Estaremos aquí en el momento que nos necesites… ¿Lo sabes verdad?

-Lo sé Alice… pero ahora sólo quiero estar sola… no quiero a nadie aquí… necesito pensar y sólo puedo hacerlo tranquila con ella… -cogí la mano de mi abuela-. Lo necesito…

-Está bien…

-Ness, puedo quedarme si quieres, no me importa…

-No Darlene, debes volver a tu casa. Te prometo que antes de la semana que viene volveré, pero necesito pasar unos días aquí, en serio… Creo que me vendrá bien estar aquí…

Bajé con ellas para despedirme de todos. Jasper me mandó ráfagas de ánimo, lo que agradecí. Después salieron de allí y me quedé a solas con mi abuela.

Me tumbé en el sofá mirando la urna, mientras mi abuela me acariciaba el pelo. Me aovillé en el sofá, apoyando la cabeza en las duras piernas de Esme, cambiando así mi posición después de dos horas. Puse mi mano en su rodilla, mostrando todas las imágenes y recuerdos que venían a mi mente. Algunos eran sueños, otros recuerdos reales, otros sólo hechos que yo había creado. Todos con ella.

Me sentía culpable por herir su recuerdo en tantos momentos durante estas semanas… en la fiesta, en la heladería… cada momento que me había puesto nerviosa con Jake por querer algo más… una soberana estupidez teniendo en cuenta que yo para él sólo era una niña, su sobrinita…

Dormía y comía en aquel sofá, no me levanté de él en dos días. Las llamadas de mis padres, de Jake, de Seth, de Charlie… incluso Leah y Kim me llamaron, pero mi abuela Esme dulcemente ponía alguna excusa, hasta que al final explicaba que no tenía ganas de hablar, simplemente.

Explicó a mi familia que no había hablado en estos días, que sólo mostraba cosas mediante mi don, comía porque estaba ella… si hubiera estado sola… seguramente ni comería.

El miércoles me despertó el sonido de un motor, un motor conocido… mi motor. Abrí los ojos e incluso me levanté del sofá. Abrí la puerta de un tirón, tío Emmett estaba allí.

-¿Qué demonios haces aquí?

-Nessie…

-Perdón… abuela tápate los oídos si no quieres oír lo siguiente…

-Vengo a recuperar mi coche… -Emmett me miró ceñudo-. Te lo presté por un fin de semana, no para que vengas a morirte de asco aquí…

-Emmett…

-Mamá, lo siento, pero es verdad. ¿Qué es eso de que no te levantas del sofá?

-Estoy de pie… ¿No me ves? –me giré y anduve con desgana hacia mi sofá. No entendía muy bien la razón por la que me había levantado. Me tiré en plancha en mi sofá-.

-Ya te veo… así se afrontan las cosas, esperando que tu abuela te de la comida, porque si no ya estarías ahí muerta, ¡como tus amigos! –le miré rabiosa-. Sí, ¡lo he dicho! –Esme se puso delante y le empujó. Nunca había visto a mi abuela enfadada-. ¿Qué? ¡Debe oírlo! ¡Debe afrontarlo! Todos se han ido, todos están muertos, ¡incluso Allison!

Mi ira se apoderó del resto de mi ser y le ataqué, comencé a pegarle, a arañarle… no sé. Me volví loca… Esme me separó, me llevaba con ella pero yo era más fuerte. En uno de los puñetazos que le iba a dar a Emmett golpeé sin querer a mi abuela, lo que hizo que me retirara a la otra punta de la casa de inmediato. Llevé mis manos a mi boca, mientras Emmett socorría a Esme.

-¿Veis lo que estabais haciendo? No me mires tan asustada, no soy tan frágil como os creéis. Me ha dolido más veros pelear a vosotros que el golpe…

-Yo…

-¿Tú qué? –Emmett estaba furioso, Esme puso una mano en el pecho de su hijo-. No, quiero que me pegue, que me pegue, que llore… que haga algo. Pero no que se pegue el resto de sus días ahí tirada… -me miró de otro modo, menos furioso, más bien preocupado-. Todos en casa no sabemos qué hacer, tu padre no sabe que he venido porque salí de allí cuando estaba con Rose… pero están destrozados. Tienen el consuelo de que Esme está aquí… pero aún así te quieren allí, estés como estés, entre todos lo superaremos. Pero no te quedes aquí viendo los días pasar…

En ese momento rompí a llorar y me perdí en los enormes brazos de Emmett. Él me acunó como a una niña pequeña, recordándome a Jake. Mi abuela cogió mi mano mientras lo pensaba y asintió.

Emmett se quedó todo el día con nosotras, ayudando a Esme a consolarme. Tuve que prometerle que volvería en un par de días, pero que quería hablar a solas con mi abuela, tener un par de días de conversaciones de chicas. El se estremeció ante la imagen y se echó a reír cogiéndome en brazos y besando fuerte mi mejilla.

-Si en dos días no vuelves, vendremos todos hacia aquí. Creo que no será muy difícil convencer incluso a los lobos… Seth y Charlie esperan noticias mías…

-¿Charlie?

-Sí, le llamé por la noche y me dio su consentimiento para robarte el coche… si te lo permite un jefe de policía… ¡no es delito!

-Claro… -me eché a reír-. Le llamaré para contarle tu hazaña… me has robado el coche y te has ahorrado tres horas de trayecto… si llega alguna multa… la pagarás tú…

-Mira… me juego lo que quieras a que no te llega ni una sola multa… si te llega, te pago el triple, ¿vale?

-De acuerdo…

-Mami… -Emmett besó a Esme levantándola por los aires. Era muy efusivo, pero nunca lo había visto así con ella-. Cuida de la pequeña… Carlisle os pide que volváis pronto… se aburre mucho sin vosotras… creo que está haciendo demasiados turnos extra… deben pensar que debemos dinero o algo…

-Anda… -intentó decir entre risotadas-. Diles que los añoro, que los añoramos… volveremos en un par de días, ¿si?

Emmett asintió mientras se metía en su Jeep. Nosotras nos bastaríamos con mi biplaza…

Miré el sofá y me entraron tentaciones, pero pude ver el miedo en la cara de mi abuela. Salí a la playa, caminando y notando los granos de arena en mis pies. Era agradable. Tomé la mano de mi abuela para que saliera conmigo, le demostré la sensación.

-Es… -pensó la palabra-.

-¿Perfecto?

-Sí, lo es… me recuerda a mi isla… -me miraba mientras yo me reía, sabía historias de aquel sitio-. Pero allí todo es más…

-¿Especial y maravilloso? –me miró divertida-. Mamá no deja de repetir esas palabras cuando habla de ese sitio…

Me acerqué a la orilla y me senté, dejando que mis dedos recibieran a las olas de vez en cuando. Esme hizo lo mismo, y suspiró al sentirlo.

-¿Sabes la razón por la que te levantaste tan rápido?

-¿Cómo? –miré a mi abuela confundida, que sonreía-. No sé…

-Sí lo sabes, en el fondo lo sabes, aunque no quieras reconocerlo porque pienses que la ofende… -me miró feliz-. A mi no me importaría que Carlisle fuera feliz con otra persona si a mí me pasara algo. Me ha dado todo lo que ha podido, una familia, amor… si no estuviera no podría darme nada más, acumular todo eso… te vuelve loco. Mírale a él…

-¿A quién?

-A Jake… antes era feliz, te daba todo su amor… pero ahora es distinto. Cuando os veo los fines de semana, o cuando me has mostrado tus recuerdos… lo veo cauto, distinto….

-No lo entiendo…

-Siempre ha estado contigo a cada paso de tu vida, dándote su amor. Se estaba adaptando a los cambios, pero os separamos cuando más cambios importantes realizaste. Ahora está raro, se porta a veces como tu hermano protector, a veces como tu mejor amigo y otras… parece que quiera algo más. Vuestra relación fluía como el agua y pusimos un muro… era de esperar que hubiera corrientes turbulentas al derrumbarlo…

-Pero… él es sólo mi amigo… yo no… -mi abuela levantó una ceja, no se lo podía negar-. Vale, a veces me pongo un poco celosa…

-Ya… ¿por eso te entraron ganas de besarle cuando bailabas en casa de Seth?

-Abuela, eso fue distinto. Estaba deprimida y bebida… yo…

-¿Y tu primer beso?

-No… -me rendí, no podía contestar a eso-. No sé… Pero qué se supone que es… no soy su mitad… a veces lo he creído, incluso me lo confirmó Billy… pero no soy su mitad…

-¿Quién te ha dicho eso?

-Claire… no directamente… -mi abuela me miró confundida-. Claire dijo que todos habían entregado la flor de la mitad, que todas las mitades tenían su flor… menos ella. Pero a mí Jake no me ha dado nada…

-En serio, ¿después de todo lo que habéis hablado y todo lo que habéis vivido no crees que seas su mitad?

-Entonces… ¿por qué no me besó aquel amanecer? ¿Por qué no me beso aquella mañana en la cocina? ¿Por qué me rechazó en la fiesta?

-Por la misma que no te besó en el espejo, por la misma que te regañó el día de la resaca… porque ni él sabe qué es lo que debe sentir, ni qué es lo que realmente quieres. Si tomas mi humilde opinión, deberíais pasar un tiempo como amigos, nada de hermanos protectores y romance mezclado. Definir clara la etapa de amistad. Después… ya veréis…

-Pero… ¿cómo hago eso sabiendo que él es mi… “mitad”? ¿Cómo lo hago sabiendo que eso le dolería a Allison? No puedo…

-No sé cariño, pero acabará pasando. Y, sinceramente, preferiría que pasaras esta etapa con él, sabe muy bien cómo consolarte, está innato en él. Deja de huir de esos sentimientos. Siente a tu mejor amigo… Disfruta de la amistad pura que podéis tener ahora… No pienses en romances ahora, es lo mejor…


Una ola más fuerte vino mojándonos casi enteras. Comenzamos a reír y nos metimos a casa. Nos cambiamos y fuimos de caza, para después preparar las cosas, había decidido volver mañana.

Me tumbé en la cama y mi abuela se tumbó conmigo, se había aficionado a ver mis sueños. Me acarició el pelo hasta que me quedé dormida.

Una mano tibia tocaba mi rostro. Era de día y su sonrisa brillaba junto a su pendiente. Me ayudaba a levantar y me abrazaba. Tomaba mi mano y me llevaba abajo. Desayunamos regalándonos miradas llenas de amor y sonrisas. Después tomó mi mano y me sacó a la orilla. Un hombre moreno estaba de espaldas a nosotras, mirando el mar.

-Buenos días chicas… estáis preciosas… -Jake sonreía-.

-Lo sé… ella siempre está preciosa… -Allison se acercaba a él y se agarraban-. Es lo mejor que he visto en mi vida, su mirada y su sonrisa…

-Lo sé… esos ojos cambiaron mi vida… -una imagen pasó rápida, una cara llena de odio mirando a mi dirección, era un Jake demacrado en las escaleras de la casa de Forks de mis abuelos. Esa cara cambió, tornando al más profundo amor-. Ella cambió mi vida…

-Nuestra vida. Ha sido mejor desde que la conocimos… -tomó mi mano y la puso en la de Jake-. Pero ella ahora sólo puede tenerte a ti… aprovecha cada minuto con ella como yo no lo hice… se merece ser feliz… -Allison nos abrazó y me besó dulcemente, adentrándose hacia el mar. Quería correr hacia ella-. Adiós Nessie…

-¡No! ¡Espera!

Desapareció en el mar, mientras una mano cálida aferraba la mía. Comencé a llorar y él lloraba conmigo, pero secaba mis lágrimas. Me abrazó sin tenerlo que pedir, me cogió en brazos llevándome dentro de la casa, de mi casa.

-Cuidaré de ti… he nacido para eso…

Él me acunaba como cuando era pequeña, me consolaba sin esperar nada a cambio… sólo porque quería hacerlo… porque quería estar conmigo.

Miles de imágenes vinieron a mí, cuando me cargó hasta casa el día del oso, cuando acudía a buscarme cuando me enfadaba y me iba a la casa árbol… cuando recorría cuatro horas de carretera para venir conmigo, a Monroe, porque le necesitaba, porque simplemente le echaba de menos…

Me desperté y la sonrisa en la cara de mi abuela parecía esculpida en su rostro. Le mostré mi confusión y ella lo entendió.

-Iré a hacerte el desayuno, podemos quedarnos hasta mañana… no hay prisa. Así podrás pensar sin que tu padre te gruña… -me pellizcó cariñosamente la nariz-. Estaré abajo…

Mi abuela comenzó a preparar el desayuno, podía oír cómo cogía cacharros en la cocina. Encendió la radio y comenzó a tararear una canción de los ochenta. Después sonó una canción más moderna, pero no pude identificarla. Después otra que conocía bien… “Get to you” de James Morrison.

Comencé a pensar en él, esa canción me recordó cada viaje, cada huída y cada reencuentro… no encontraba ni un solo momento que él supiera de mi necesidad de él y no apareciera. Sólo ahora, pero él no lo sabía… Comencé a dudar en llamarle. No sabía qué hacer… sabía que si le llamaba acudiría… pero no sabía si ella querría que él estuviera aquí… me giré y su imagen volvió a mí, poniendo la mano de Jake y la mía juntas, pidiéndole que me cuidase…

Bajé corriendo mientras mi abuela decía “en la bolsa”. Ella sabía que buscaba mi móvil. Lo encendí y obvié las llamadas de todos y los mensajes, miré la hora, eran las siete de la mañana, no sabía si estaría despierto pero sólo quería una cosa…

Te necesito, necesito que vengas a mí, que hagas lo posible por aparecer en Jenner y consolarme. No necesito un hermano, ni un tío… necesito a mi mejor amigo… te necesito a ti.

Comencé a mirar los mensajes que tenía sin mucha ilusión, todos eran para pedirme que volviera o para saber cómo estaba. Un mensaje llegó.

Lo intentaré pero no creo que pueda. Ha habido un problema en el taller, por lo que tengo muchísimo papeleo y bueno… ya te contaré. Pero creo que va a ser imposible. Lo siento… luego te llamo, ¿vale?

-Imposible…

-Ya ves… cosas como ésta son las que hace que piense que realmente no soy su destino…

-No, no es posible… eso es algo para siempre…

-Quizá no funcione conmigo… nada funciona conmigo… papá y el abuelo siempre dicen que me salgo de las pautas…

-Vamos… no te preocupes… podemos quedarnos todo el día, me está gustando la playa… -una sonrisa se dibujó mirando el mar-. No me importa quedarme un día más.

-Está bien… mañana por la mañana volveremos.