Capítulo XV: La resaca de Jacob.

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Tenía unos dientes perfectos. Su piel era clara, pero no pálida. Sus ojos eran azul oscuro, algo que me llamó mucho la atención. Su rostro tenía forma de corazón, parecido al de la abuela Esme. Nos hicieron un hueco en ese círculo improvisado y les presenté a Jake.
-Así que tú eres la famosa Mary… me han hablado mucho de ti –quería ser cordial-. ¿Cuándo has vuelto?
-Bueno, llegué el viernes por la noche, pero ayer por la mañana tuve mucha tarea recolocando la ropa y todas esas cosas que conlleva la mudanza…
-¿Te vas a quedar? ¿Vuelves definitivamente? –Sullivan parecía emocionado. Eso me dolió ligeramente-. Creí que no ibas a volver más.
-En realidad… -la chica parecía avergonzada-. No estaba muy segura de
volver… pero es una larga historia…
-Hay tiempo –sugirió Dar, siempre tan dulce…-.
-Bueno, entonces debo comenzar por contaros la verdadera razón por la que me fui… -miró la cara de Sullivan, que parecía contrariado-. Bueno, la versión oficial fue que me iba por cuestiones de trabajo de papá, pero la verdad es que me fui en busca de mi familia biológica…
-¿Familia biológica? –Sullivan parecía realmente ofendido-.
-Bueno, yo… -la chica enrojeció y suspiró-. Me enteré a mediados del curso pasado, cuando dimos todo aquello del grupo sanguíneo. Le pregunté al profesor Walton, que me ayudó con mis dudas. Le expliqué que mamá era O negativo, papá era B negativo, por conclusión, era imposible que yo fuera A positivo. Les pregunté a mis padres sobre aquello… así que me dijeron que era adoptada. Mis padres biológicos habían tenido un accidente de coche, papá murió en el acto y a mamá pudieron ayudarla, pero el parto se complicó y no pudo soportarlo… -se entristeció-. A finales de curso papá recibió una carta, era del orfanato donde me recogieron cuando era bebé. Resultó que tengo una hermana… una hermana gemela. Al parecer ella nació más baja de peso y tuvo ciertas complicaciones al nacer, por lo que estuvo hospitalizada durante casi seis meses. A mi me mandaron al orfanato en seguida, por lo que mis padres me adoptaron antes de que mi hermana llegara. A ella la adoptó una pareja de California, pero hace un año su padre falleció en un accidente laboral y su madre no pudo soportarlo y, al parecer, se suicidó. No se sabe muy bien, sólo que no se despertó y tenía niveles muy altos de somníferos en sangre… -suspiró-. Así que mi pobre hermana se quedó sola de nuevo, estaba destrozada, así que le mandaron una carta a mi padre para informar de la situación…
-¿Por eso te fuiste?
-Sí, no quería deciros nada porque cabía la posibilidad de que mis padres pudieran quedarse allí, mi padre pidió el traslado pero se lo denegaron.
-¿Y qué ha pasado con tu hermana? –Meg estaba ansiosa por saber más-.
-Mi hermana… estaba destrozada. Ella si que había sabido que era adoptada desde muy pequeña, pero no sabía que tenía más familia. Después de lo que le pasó se había vuelto muy… rebelde, por lo que estuvo a punto de ingresar en un centro de menores. Afortunadamente cuando mis padres y yo llegamos allí pudimos intervenir. Mis padres han decidido pedir su custodia, por eso hemos vuelto. No hay necesidad de seguir en California… así que sí, volvemos a casa.
-¡Genial! –Sullivan abrazaba fuerte a Mary, como lo hacía el otro día conmigo-. Te he echado muchísimo de menos, Mary, no te lo puedes imaginar.
-Sí, lo sé, yo también…
-Sí, yo también me alegro de que vuelvas y todo eso… -Kevin parecía realmente inquieto-. Pero dime… ¿cómo es tu hermana? ¿Estará buena, no?
-Eres… -Darlene le dio una colleja-. Eres lo peor…
Todos nos reímos, lo que relajó bastante ese ambiente nostálgico que se había creado.
-De todos modos, ya te he dicho que somos gemelas… así que más o menos es como yo. Se llama Allison, y bueno, ya la conoceréis. Mis padres están haciendo lo posible para traerla con nosotros, que estemos juntas al menos… que tenga una familia de nuevo.
-Me parece genial… -Darlene estaba emocionada-. Me está encantando este año, viene Nessie, vuelves tú, además vendrá tu hermana. Es genial. ¿Te vas a matricular de nuevo en la escuela?
-Sí, estamos esperando a que nos concedan la custodia de mi hermana para matricularnos juntas, será menos papeleos para el director… ya sabéis, esto es demasiado complicado… Bueno, pero contarme ¿Hay alguna novedad, a parte de Nessie? –dijo sonriéndome-. ¡Contadme!
Meg le contó que estaba saliendo con Ryan, no pareció molestarle mucho después de lo que me había contado Sullivan. Luego contaron algunas historias que yo ya conocía, pero aún así las escuche atentamente. Miré a Jake, parecía algo descolocado allí, pero no le importaba.

Estuvimos toda la mañana charlando, pero los estómagos de Kevin y Jake rugían demasiado, provocando nuestras risas, así que decidimos que era hora de comer. Todos habían traído bocadillos, excepto nosotros. Jake se levantó y dijo que volvía enseguida con algo de comer. Fue entonces cuando una tormenta de preguntas me acechó.
-¿Qué ha pasado entre vosotros? –Meg daba palmitas mientras-.
-¿Pero cuántos años tiene? –Mary estaba un poco descolocada-.
-¿En serio quieres decirme que es tu tío? No os parecéis en nada… -Kevin refunfuñaba-.
-¡Vale ya! –dije histérica-. No, no es mi tío, pero como si lo fuera, ya que era el mejor amigo de mi – ¡uy! casi digo madre- hermana. Así que digamos que casi me cambiaba los pañales –y sin el casi-. Tiene veinticinco –bueno, realmente tenía veinte, pero estaba demasiado grande…-, así que creo que con esto debo obviar tus preguntas Meg…
-¡Ojh! ¡Por favor! –Meg negaba con la cabeza-. De todas maneras, la belleza no sólo esta en tus genes, si no que te rodea… tu hermana, tus cuñados… ¡y los amigos y novios de ellos!
-Vamos Meg, no seas envidiosa, que tú ya tienes a tu preciosidad… -Darlene le guiñó un ojo y Meg besó a Ryan-. Además, no sé que empeño tenéis con que tiene que haber algo más que amistad entre hombres y mujeres, simplemente son amigos, ya está.
En ese momento preciso vino Jake. Kevin, Sullivan y Ryan abrieron los ojos de par en par al ver la comida que traía, las chicas hicieron lo propio, pero dudaba si lo de sus ojos sólo eran por la comida. Jake me sonreía como siempre.
-No sabía que te iba a apetecer, así que he traído un poco de todo…
-¿Un poco de todo? –Levanté una ceja mirando hacia las tres bolsas que traía-. Eres peor que Alice con la ropa… -me miró atónito-.
-¡No! ¡Eso ni en broma! De todos modos, si es lo que piensas, me comeré todo yo solo…
-Seguro que es lo que querías, pero tienes que poner tu berrinche como escusa…
-¡Mira niña! Encima que he traído todo lo que te gusta –dijo sacando un pastel de chocolate y una hamburguesa gigante-. Pero si no lo quieres…
-¡Ojala te empaches! –dije fulminando el suelo con la mirada-.
Todos se reían de mí en ese momento, o de la situación… no lo sé. La risa de Jake destacaba entre todas, era mi risa favorita, no pude evitar sonreír.
-¡Venga, venga! No te piques… -dijo acercándome a su pecho y besándome la cabeza-. Coge lo que quieras…
-A ver… -comencé a rebuscar en las bolsas-. Te robaré unas cuantas patatas… ¿también has traído aros de cebolla? ¡Gracias Jake, eres el mejor! –le dí un beso fuerte en la mejilla y el sonrió, pero noté como debajo de su tono de piel se hallaba el color rojo-. ¿Y la bebida? –Ahora se puso aún más rojo-
-Ahora vuelvo…
-¡Jake! No vayas, tenemos bebida de sobra… -dijo Darlene con su amable sonrisa-. No hagas más viajes… no quiero saber qué comerás si haces más esfuerzos… -dijo mirando su comida-.
-¿Haces una dieta especial rica en proteínas o algo parecido? –Kevin miraba como Jake mordía una hamburguesa tamaño extra grande-. Quiero decir… estás exageradamente grande…
-No, digamo
s que es algo... innato –me miró con perspicacia-. Todos los de mi tribu están igual de fuertes que yo…
-No, creo que tú eres el más grande de todos… más grande incluso que Sam… -torció el gesto-
-Bueno, no creas, los niños –así llamaban a Seth, Brady y Collin- están creciendo demasiado… el pobre Sam está desquiciado con ellos.
-¿Sam?
-Sí, ya te lo explicaré… Ahora come, sino tus padres me matarán… -hizo un gesto, sí, no debía haber dicho padres… pero bueno, se supone que él conocía a toda mi familia…-
Comimos y reímos hasta que el sol empezó a caer. La verdad es que empezaba a refrescar. Todos sacaron las mantas de las mochilas, pero yo tampoco había traído nada… bueno, no era cierto, había traído algo mejor. El primer escalofrío recorrió mi cuerpo, pero ya no sentí más frío. Jacob pasó su enorme pierna por encima de mi cabeza, dejándome encerrada en una jaula que creó con brazos y piernas. Ciertamente se estaba muy calentita, pero no ayudaría mucho cuando él se marchara y Meg me atosigara a preguntas. Suspiré. Jake asomó su cabeza por mi cuello para mirar, imagino, porqué suspiraba.
-¿Tienes calor? –me susurró mientras sonreía-.
-No, estoy bien… -le sonreí, qué podía decir…-. Aunque estaría mejor si… -le empujé ligeramente para atrás, intentando estirarme y apoyé mi cabeza en su hombro, pero él no me dejó. Me empujó y me tumbó en el césped, apoyando su cabeza en un brazo y con el otro resguardándome del frío-. No era lo que quería… pero no está mal…
-Está mucho mejor… -dijo sonriendo y besándome el pelo de nuevo-.
Todos seguían hablando mientras nos movíamos, pero no dejaban de mirarnos de reojo. El sol cada vez estaba más bajo y yo me aferraba más al brazo de Jake.
-Deberíamos irnos, tengo que volver…
-No, ¿tan pronto? –fulminé al cielo que ya empezaba a oscurecer-. ¿No puedes quedarte hasta mañana? ¡Por favor!
-Bueno… puedo encargarle a Seth que se haga cargo de la inspección del taller… Quizá con ayuda de Embry pueda funcionar… -me sentí mal-.
-¡No! –me miró raro-. Debes irte, lo entiendo… vamos, antes de que se haga más de noche, no quiero que Billy se preocupe porque tardes demasiado.

Nos despedimos de todos, que se quedaron un rato más allí. Podíamos oír como cuchicheaban mientras nos alejábamos aún abrazados.
-Pues hacen buena pareja… -Meg y su alma de celestina…-.
-¿Qué dices? ¡Si le saca diez años o más! No puede querer estar con un viejo como ése… -Kevin y sus celos… juraría que querría tener los músculos de Jake-.
-En serio, dejadlo ya… sois demasiado chismosas… -Darlene, ¡bendita!-. Bueno Mary, cuéntanos más cosas de Allison…

Llegamos a casa cuando ya no había luz del sol. Me sentí culpable, sabía que él podría conducir así, pero Billy estaría preocupado. Le abracé muy fuerte y le besé en la mejilla. Mamá le abrazó mientras me miraba con cara extraña. Papá le dio un golpe en la espalda y le deseó buen viaje, un saludo muy varonil… Jake me revolvió el pelo y yo intenté detener su brazo, así que cogió mi mano y me llevó junto a su moto.
-Cuídate mucho, ahora debes andar con mil ojos…
-¿Por?
-Bueno, tienes muchos pretendientes por lo que veo… Kevin y Sullivan no paraban de mirarte… Incluso Ryan…
-¡Jake, por favor! No digas tontadas…
-Vale, vale… ya me irás contando…
Logró revolverme el pelo después del despiste de la conversación y reía mientras se ponía el casco. Suspiramos a la vez mientras se montaba.
-Buen viaje, dale besos a todos de mi parte… ¡Y llámame cuando llegues!
-Vale, vale… -mi madre se reía, no sé muy bien porqué-. A veces te pareces demasiado a tu madre… -dijo riendo-. Luego te llamo. Cuídate.
Arrancó y se fue. Me quedé allí por unos momentos viéndole marchar, y después viendo simplemente la calle vacía. Mi padre se acercó y pasó su brazo por mis hombros empujándome débilmente hacia casa. Eran las once de la noche, Jake llegaría sobre las tres de la madrugada. Sería mejor que me echara a dormir, mañana había clase…
Contaba las estrellas para intentar dormir cuando sonó mi móvil.
‘Estoy a medio camino. Sólo he parado para que sepas que ya te echo de menos. Te escribiré de nuevo cuando llegue, pero ahora duérmete o mañana te dormirás en clase. Jake.’

Sabía que lo esperaría, pero aún así me pedía que me durmiera. Era la una de la madrugada, pero no tenía ganas de dormir. Cogí el jersey que había llevado ese día, aún olía a él. Lo abracé y así me pude quedar dormida.
Nahuel me despertó a las siete de la mañana. Estaba realmente cansada. Cuando recuperé ligeramente la conciencia cogí mi móvil que ahora estaba en el suelo.
‘Ya he llegado. Billy te envía saludos también. Espero que lo leas por la mañana, si no me enfadaré… Que pases un buen día, pequeña. Jake.’

‘Lo acabo de leer, al final me quedé dormida. Espero que vaya bien la inspección, espero noticias. Yo también te extraño… ‘
Nahuel me miró divertido, pero no hizo ningún comentario.
-Te espero abajo, Bella va a preparar huevos y tostadas… ¡me encanta!
-¡Y a mí! Bajo en diez minutos.

Cuando llegué al baño mi pelo parecía haber estado sometido a vientos huracanados. Me metí en la bañera sumergiéndome como el sábado. Me sequé el pelo en cinco minutos, pero no sabía realmente qué hacer con él. Mientras desayunaba mamá me hizo un medio recogido improvisado, pero me gustó.
Salimos nada más terminar de desayunar, Nahuel parecía ansioso. La verdad es que hoy estaba algo extraña, me faltaba algo… así que decidí no pensar en ello y meterme con Nahuel.
-¿Sayen?
-¿Perdón? –Nahuel me miraba confundido-.
-La razón por la que estás tan… -no encontré la palabra adecuada-.
-No sé… la verdad es que tengo ganas de verla. Nunca me había pasado algo así, es raro, pero no me provoca sed, no me llama la atención de esa manera. Al menos, de momento…
-¿Estás enamorado de ella?
-No lo sé… quizá… es posible…
-¿Te has dado cuenta que divagas mucho cuando hablas de ella? –me miró divertido-. Me recuerda a algo, no sé a qué… ¡ah! Claro… a alguien enamorado…
-Vale, está bien, quizás esté un poco… encaprichado.
-Ya, sí, vale… estás enamorado hasta las trancas.
Me miró y los dos comenzamos a reír. Cuando llegamos oí como su corazón se aceleraba, y siguiendo la trayectoria de su mirada la pude ver, Sayen.

Bajó corriendo y yo iba arrastrando los pies. No tenía ganas de levantarlos, no sabría explicar la razón. Darlene y Meg me saludaron desde la puerta y les sonreí de vuelta, tampoco me apetecía hablar demasiado.
-¿Qué tal estás? –Darlene sonreía mucho, quizá demasiado…-.
-Bien… ¿y vosotras?
-¿Estás de resaca, verdad? –Meg levantaba una ceja mientras me miraba de pies a cabeza-.
-¿Cómo?
-Sí, de resaca… es como cuando bebes mucho o comes mucho dulce o te empachas… al día siguiente parece que te haya pasado un trailer por encima.
-¿Parece que me haya pasado un trailer por encima? –sí, vale, no había descansado lo suficiente, pero… ¿tanto se notaba?-.
-Sí, siento ser yo quien te lo diga… pero me imagino la razón…
-Pues no sé, no bebo mucho y dulce…
-Es algo metafórico. Me refería a Jacob… -le miré un poquito mal, no pude evitarlo-. Mira, dirás lo que quieras, será tu amigo, tu tío o lo que quieras, pero estáis muy unidos… has estado todo el fin de semana con él, y ahora no está… tienes resaca de Jacob.
-Muy hábil Meg… -miré a Darlene que se limitaba a sonreír-. ¿Tú estás de acuerdo con esa absurda teoría?
-Bueno… realmente estás algo… diferente. Se te ve ligeramente triste…
-¡Genial! ¿Os habéis aliado contra mí? Génial! Je crois qu'il est temps que nous allons à la classe du français, avant que vous ne me fassiez croire une chose si absurde... –me miraron extraño-. Vamos a clase…

La mañana pasó volando, tocó el timbre de la salida cuando Sullivan me paró por el pasillo.
-Oye, yo… -bajó la mirada-. Bueno, no he tenido oportunidad de decirte cuánto siento todo lo que pasó el viernes, no quería hacerte sentir incómoda, pero… yo creí que tú…
-No te disculpes –le corté, me miró contrariado-. Fue culpa mía… no creí que fueras a tomarlo de esa manera, simplemente fue un mal entendido…
-Entonces…
-Por mí queda olvidado –le sonreí intentando transmitirle confianza. Él me sonrió de vuelta-, ¿está bien?
-Perfecto, pero… ¿eso quiere decir que estás con el hombretón ese?
-¡Ojh! ¡No! Claro que no… -esta pregunta comenzaba a molestarme demasiado-.
-Perdona, no quería que te enfadaras… es sólo que…
-Ya, ya, ya… vale, déjalo, no quiero oírlo… -hice un gesto de rendición-. ¿Tú qué tal con Mary?
-Bueno, ayer la acompañé a casa y estuvimos hablando durante todo el camino. La verdad es que está muy emocionada con la idea de tener a su hermana cerca, pero me da miedo lo que pasaría si no le dieran la custodia…
-Sí, la verdad que sería duro… pero no seamos negativos ¿vale? –Le acaricié la mejilla, eso se sintió bien-. Todo saldrá bien.
-¡Nessie! –Nahuel me llamaba apoyado en el coche, debía de tener prisa.

De camino a casa me contó porqué tenía tanta prisa… había quedado con Sayen para hacer un trabajo de Historia, por lo que pasaría toda la tarde con ella. Quería ir de caza y hablar con Carlisle del asunto, no quería correr riesgos innecesarios.
-Bueno… pero… ¿se lo vas a decir? –salió mi vena cotilla…-.
-¿El qué?
-¿Cómo que el qué? ¡Que te gusta!
-¡Nessie… no seas así! Ya sabes que yo no soy de esos que se declaran porque sí, quiero estar seguro de todo, además la verdad es que es una relación un poco extraña… Será mejor que nos conozcamos un poco más… no quiero anticiparme a los acontecimientos.

Cuando entré a casa mi móvil sonó.
‘Todo ha ido sobre ruedas… nunca mejor dicho. Me dan permiso para abrir el local, posiblemente en una semana pueda inaugurarlo… estamos eufóricos, hemos planeado hoy un picnic para celebrarlo… Te extraño. Jake.’

No pude evitarlo, no pensé en las consecuencias, simplemente le dí al botón de llamada.
-¿Nessie?
-¡Jake! ¡Enhorabuena! Estoy muy contenta, me alegro muchísimo por vosotros… -oí como de fondo los chicos estaban celebrándolo-. Vaya fiesta estáis montando, ¿no?
-Sí, la verdad es que estamos eufóricos, vamos a trabajar lo más rápido posible para abrir en una semana. Rachel y Emily quieren celebrar una fiesta de inauguración brutal…
-Me alegro un montón por vosotros… -mi voz bajó su tono, estaba triste, oía su voz pero no podía abrazarle-.
-¿Qué ocurre, pequeña? –él lo notaba todo con sólo escuchar mi tono de voz…-.
-Nada… es sólo que… me encantaría estar ahí para celebrarlo con vosotros…
-Ya… -su voz sonó algo rota-.
-¡Nessie! –Oí como Jake le pedía que le devolviera el teléfono-. Pequeña, no sabes qué fiestón vamos a organizar, más vale que despejes tu agenda, porque no te perdonaremos si te lo pierdes… ¿Está tu padre? –no paraba ni para dejarme contestarle-. Bueno da igual, ya le llamaré luego. Cuéntame, ¿qué tal va todo? Jake nos ha contado algunas cosas pero me gustaría oírtelas contar…
-Seth, si me dejaras hablar… -oí como Jacob y el resto se reían-. Todo va muy bien, la verdad es que he hecho amigas muy pronto, son muy agradables y hay un chico en clase que me recuerda mucho a ti. Pero es incluso algo más maduro que tú, sólo que unos años más joven… -todos nos reímos, incluso Seth-. Pero bueno, le diré a papá que le has invitado, ¿de acuerdo?
-¡Os esperaremos! Oye Ness…
Jake le debió de pegar porque oí un quejido, al momento Jake estaba de nuevo al otro lado.
-Nessie, te quería invitar yo, pero este zopenco se me ha adelantado… así que bueno, tienes una doble invitación… ¿Vendréis?
-Dile a Seth que rechazo su invitación, me quedo con la tuya –pude notar como sonreía-. No sé si podremos ir, haré lo que pueda para convencerles, pero no te puedo prometer nada.
-Bueno, Seth hablará con tu padre y yo con tu madre, nos encantaría que pudierais venir, en serio –lo noté triste-. ¿Qué tal has dormido al final?
-Bien… -mentí y pude oírle chascar la lengua, me hizo reír-. Vale, vale, me rindo, la verdad es que intenté esperar a que llegaras, pero me quedé dormida en el intento…
-Me alegro… la verdad es que paré un poco antes de llegar, pero tenía miedo de que aún estuvieras despierta esperando… pero aún así, si leíste el de la una, eso ya es demasiado jovencita… -puso su tono de “abuela Black” y no pude evitar reír-. Las once de la noche es una hora límite para tu edad… así que ni se te ocurra volverlo a hacer… -nos quedamos en silencio-.
-Bueno, creo que… debo llamar a mi abuelo Charlie. A ver si me ayuda él también con papá y mamá… me encantaría poder ir y ver a todos de nuevo…
-Hablando de todos… a Claire le encantó tu carta, me dio otra. No he querido abrirla, pero si quieres te la puedo leer para que le contestes.
-Eso me encantaría Jake. Léemela.
-Querida Nessie, la verdad es que no sé porqué Kim está encantada con la idea de que sean tus tías quienes nos vistan. Me apetece mucho verte… ¿vendréis antes de la boda, o justo ese día? Yo prefiero que vengáis antes, así podremos pasar algún tiempo juntas. Ahora Jake ya no juega tanto conmigo, al menos Seth y Quil siguen haciéndolo. –se quedó callado-. Vaya, no sabía que la pequeña Claire me echara de menos…
-Es normal, eres un tío estupendo. Y cuando crezca un poco más se dará cuenta de que eres el mejor amigo del mundo –sonreía, sabíamos que ahora no hablaba por Claire-. Bueno, sigue.
-Estoy haciendo amigas nuevas en el colegio, todas son de mi tamaño y parece que crecen un poco más lento que yo. Me siento algo mejor, porque tú siempre me has ganado y te envidiaba por eso. Pero aún así, te echo mucho de menos y tengo ganas de que vuelvas. Me consuela pensar en el verano tan divertido que pasamos. Te quiero mucho. Claire.
-Dile… -casi no podía hablar, la pequeña Claire me había emocionado tanto con esas palabras que iban dedicadas a mi, esa pequeña niña que me pudo ver crecer a su lado. Era adorable-. Que pronto le contestaré, hablaré con mis tías a ver qué podemos hacer. Dale un beso enorme de mi parte y dile que yo también la quiero mucho.
-De acuerdo, se lo diré.
-Jake, tengo que colgar, debo llamar a mi abuelo y hacer las tareas, ir a casa de mis abuelos… -no los había visto en tres días-. Muchas cosas.
-Vale… yo… -se le notaba apenado, pero no sabía cómo decirle adiós por teléfono, no podía demostrarle lo mucho que iba a añorarle, no podía darle un abrazo tan fuerte que mi ropa se impregnara con su olor…-. Bueno, supongo que… hasta pronto.
-Hasta pronto. Cuídate y cuéntame todas las novedades, ¿si?
-Lo prometo, haz lo mismo.
-Adiós Jake…
-Adiós Nessie…

Colgué y en ese mismo momento me puse a llorar. No había nadie en casa, estaba sola. Me aferré a la mantita que cada vez olía menos a él, su olor se iba perdiendo. Lloré hasta que mis ojos no pudieron sacar más lagrimas y solo podía sollozar. Sonó el teléfono de casa. Cogí aire e intenté calmarme.
-¿Si?
-¡Nena! ¿Qué tal?
-¡Abuelo! Ahora mismo iba a llamarte…
-¿Qué te ocurre? ¿Estás llorando?
-No abuelo…
-Nena… no puedes mentirle a tu abuelo… ¿ha pasado algo?
-No, son tonterías de adolescente… -mi abuelo se reía ahora-. Deben ser las hormonas que me alteran un poco…
-¿Estás segura? ¿No será algún “amigo” que tengas?
-No, no, que va… es… -no podía mentir a mi abuelo. Suspiré-. He estado hablando con Jake y con Seth, también me ha leído una carta que me había escrito Claire… bueno, la cuestión es que estaba bien mientras les escuchaba, pero en el momento que he colgado me ha entrado la llorera… os añoro muchísimo… te iba a llamar pero he decidido esperar a que se me pasara… pero me has llamado tú.
-Nena… nosotros también te echamos de menos. Pero piensa que vamos a ir a verte todos los fines de semana, unos u otros, además vendrás pronto, queda menos de un mes para la boda de Rachel…
-Lo sé, lo sé… por cierto, hablando de la boda de Rachel… ¿Qué tal con Sue?
-Bueno… -pude imaginármelo rojo como un tomate y no pude evitar reírme un poquito-. La verdad es que muy bien. Creí que iba a ser difícil ganarme a los chicos, pero Seth está encantado y Leah… bueno, con esas cosas raras de la tribu… está con Ephraim todo el tiempo y parece que entiende nuestra… ¿relación?
-¿Es una pregunta? Creo que ya se puede hacer oficial, ¿no?
-Sí… nuestra relación. La verdad es que estamos muy felices, pero no me quiero entusiasmar demasiado… me da miedo… bueno, da igual.
-No, abuelo, cuéntame…
-Bueno, son cosas de mayores –ahora sí que estaría rojo, pero yo un poco también-.
-Pero por eso que son cosas de mayores, Charlie… ya tenéis una edad… sabéis muy bien que hacéis, ¿no? No sé a qué tanto miedo…
-Ya, pero me parece un poco… traicionar a Harry…
-Abuelo, seguro que él estaría feliz de que tú cuidaras de ella, que la hicieras feliz en todos los sentidos… no creo que se sintiera traicionado porque cuidaras de ella cuando él no puede ya…
-Bueno, da igual, no creo que deba hablar de esto contigo, eres demasiado joven… aunque das bueno consejos, nena… te estás haciendo tan mayor…
-Sí, crezco rápido ¿verdad? –los dos nos reímos. En ese momento mamá llegó a casa-. Espera abuelo, creo que mamá quiere hablar contigo –le tendí el teléfono en la mano que había estirado-. Te quiero abuelo, hablamos pronto.
-Yo también te quiero nena.

Mamá me sonrió y empezó a hablar con el abuelo mientras yo me ponía a hacer las tareas en la mesa de debajo de la ventana. Terminé en media hora, así que me decidí a ir a casa de tío Emmett. Le pedí permiso a mamá y asintió.
-Ve, pero luego tienes que ir a casa de tus abuelos a cenar… no os retraséis…
-Mamá, seremos puntuales…
-Os conozco, sé que os tendremos que llamar para que os despeguéis del videojuego.
-En serio, ¿no te importa que te deje aquí sola?
-No cariño, tengo que hacer un trabajo de investigación, un matrimonio nos ha pedido una casa como la de una novela, así que estaré gran parte
de la tarde leyendo y luego iré a casa de tus abuelos a trabajar con Esme. Nos vemos allí, ¿de acuerdo?
Asentí y le di un beso en la mejilla. Fui andando a casa de Emmett y lo encontré en el garaje, haciendo unas cosas muy extrañas con cables y chips.
-¿Tanto te aburres sin mí que te has vuelto un científico loco?
-¡Nessie! –mi tío se volatilizó a mi lado para auparme-. ¿Qué tal? Te iba a llamar el sábado para un partido, pero… creo que tenías visita…
-Sí, tuve visita. Pero vengo para machacarte a cualquier videojuego que se te ocurra.
-No deberías retar así a tu tío… ¿A qué te apetece jugar?
-A lo que quieras… te voy a ganar igual… -La risa de mi tío resonó mientras me llevaba en hombros a casa-. Tío… no quiero ofenderte, pero creo que estoy un poco crecidita para que me lleves a hombros…
-¿Qué? ¡Vaya! –dijo bajándome-. Lo siento… es que…
-Sí, lo sé, sigo siendo una niña para vosotros…
Mi tío me sonrío y me abrió la puerta en un gesto caballeresco, dándome a entender que veía que ya no era una niña. Pero todos esos gestos de caballeros se perdieron en el momento que comenzamos a jugar al DDR, me empujaba incluso para que perdiera el equilibrio y fallara…

Como había adivinado mi madre nos tuvo que llamar para que acudiésemos a casa de los abuelos. La verdad es que me empecé a sentir ligeramente mal. Tío Emmett conducía despacio por la ciudad. Cuando llegamos a la carretera para llegar a las afueras de Monroe comenzó a correr. Me sentí aún peor. Mi pecho me ardía, al igual que mi tripa. Me aovillé y mi tío se asustó.
-¿Qué te pasa? Nessie, ¿estás bien?
-No, no me encuentro bien… me duele mucho…
-¿Qué te duele? ¿Puedo hacer algo?
-No, sólo corre, necesito que me vea al abuelo…
-Eso está hecho –decía mientras oía el rugir del motor acelerando y él sacaba el móvil y marcaba el número de Carlisle-.